Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí)
Leyendo el periódico llego este curioso estudio sobre las vacas. Viene a decir que, aunque sea difícil de creer, las vacas tienen acento. Eso es, diferente acento según el lugar en el que viven.
Bien. El estudio no me lo acabo de creer (de hecho, creo que es una de las mayores chorradas que he leído en tiempo), pero este no es un blog sobre vacas.
Los actores españoles no son vacas.
En general, vamos.
¿Por qué?
Evidentemente, no es sólo “culpa” de los actores, sino también de los personajes que interpretan.
Piénsalo un momento. Excepto unos pocos casos, normalmente alguien con acento andaluz, los actores hablan con un acento neutro difícil de ubicar.
¿Por qué? ¿No habla la gente con diferentes acentos?
Incluso en Castilla, y en el mismo Madrid, hay, por lo menos, unos cuantos acentos diferentes. No hablemos ya del resto del país. ¿Alguien recuerda un personaje con acento gallego, catalán, canario o vasco?
Otro punto relacionado con el anterior, pero no con las vacas, otra característica muy habitual en la ficción española (hay excepciones, por supuesto) es que no sólo está protagonizada por personajes que no vienen de ninguna parte (por la ausencia de acentos) sino que además también sucede… en ninguna parte.
¿Cuántas veces hemos visto esas escenas urbanas en una ciudad que… vemos que es Madrid pero… no dicen que es Madrid? Esos topónimos ambiguos para salir del paso (vamos al cruce de la calle Mayor con Valverde) me ponen cada vez más tenso…
Si es Madrid, quiero que se vea que es Madrid, quiero a la gente desayunando porras en la cafetería durante mucho rato (y en Madrid, mucho es muchísimo), y hablando con el acento de aquí. Y si un tipo dice que ha venido de Barcelona, habla en catalán con su novia que está allá – y la pobre no se entera de lo que hace su novio desde que llegó a Lavapiés –, y luego cambia al castellano para pedir una caña en el bar.
¿Por qué inventar un problema donde hay una oportunidad? ¿Por qué renunciar a la posibilidad de que el espectador se implique más en la serie o película y, en cambio, alejarlo mostrándole como ciertas cosas que no lo son?
Ya es un tópico hablar de los millones de referencias que hay en la ficción norteamericana a elementos locales. Gracias a ellos sabemos los nombres de las calles de Hollywood, los mejores restaurantes y hoteles de Nueva York, el nombre del equipo de fútbol americano de Boston, sabemos lo importante que es un Pulitzer, conocemos los sórdidos moteles…
…en cambio, ¿recuerda alguien la última vez que vio una película española ambientada en Córdoba, por ejemplo? ¿O en Burgos, o en Palma de Mallorca… o en las excavaciones de Atapuerca?
totalmente de acuerdo!
Suelen usar los acentos para ridiculizar… los catalanes siempre son lo que son y los andaluces siempre son lo que son (yo prefiero no tildar a nadie de nada, no creo en estos cliches). A los catalanes les hacen disimular su acento y luego cuando necesitan un catalán en una serie para ridiculizarlo y exponerlo como tópico se inventan palabras y acentos que no se cree nadie.
Los Serrano, por ejemplo, una familia entera que venía de Catalunya y no hablaban una palabra de catalán… yo no lo entiendo. si no lo hacen por no “molestar” a una parte de público, que vengan de otra parte donde no haya cambio de lengua y listos.
Además, qué mejor que la tele para dar a conocer otras realidads, romper tabús y cambiar clichés?
En catalunya también pasa, no os creáis… hasta no hace mucho los que no hablaban catalán en las series eran “chorizos”. por suerte vamos mejorando y esto ya no pasa.
O no tanto.
Absolutamente certero y actual, el comentario (¡aunque sea de 2006!). Esto de los acentos, las calles y demás, esta neutralidad, es parte de un problema aún más profundo, de una inercia peligrosa y descorazonadora. Hace un par de meses, en un taller, Thomas Bidegain, guionista francés de “Un profeta”, nos comentaba que lleva tiempo viendo películas españolas… y que no tiene NI IDEA de la realidad española. Ni con las de Almodóvar y Amenábar y demás compañía exitosa, las que más trascienden, ni con ninguna de las demás que alcanza a ver de casualidad. Pueden ser productos (ficciones) correctas. Pero lamentablemente, vacías y embusteras, en cierto sentido. Un caso más sangrante, si cabe, en la ficción televisiva española, que ni siquiera opta por mirarse en el espejo de las yanquis en lo que se refiere a valentía, diferencia, novedad, riesgo o, simplemente, en cubrir una necesidad de historias de las que ya no se ocupa el cine estadounidense, definitivamente muerto y enterrado.
Un abrazo y felices vacaciones.
Me gustan estos post de recuerdo. Además toca un tema que es importante, la relación con el doblaje. El doblaje es bueno, me gusta, hace que vea mucha más gente el cine, y para mi gusto, es casi igual de intrusivo que unos subtítulos. Yo pienso que si no entiendes el idioma en que hablan no apreciaras mucho las sutilezas de tono y acento, aunque ese es otro tema.
El problema es que nos hemos acostumbrado a ese tono neutro para todas las cosas y ya no nos parece cine si tienen acento, o yendo más lejos, si no tienen una dicción casi teatral, que es la que tienen los dobladores. Después alguien habla como lo hace en la calle y nos resulta raro y poco creíble.
Igual nos pasa con las expresiones. Se nos ha metido en la cabeza un lenguaje de cine que muchas veces se basa en traducciones regulares del inglés. Así nos parece muy molón y de película decir cosas como «jodido bastardo» o similares, cuando en español de España en general dirías puto cabrón, hijo de puto u otras lindezas.
Pero vamos, tiene poca solución, parece que el cine que se puede creer es el estadounidense. Allí pueden aparecer extraterrestres, vampiros, hombres-lobo, viajeros del tiempo, superhéroes y todos nos lo creemos. Si eso se hace en España (aunque esté bien dirigido y hecho) nos resulta poco creíble.
Muy buen post y verdades como puños. A ver si dejan a los actores hablar con su acento sería tan fácil como eso siempre que el guión lo permita…
Esto pasa porque la ficción, en España, quiere evitar el conflicto, nadie tiene ganas que al dia siguiente, cualquier tipo de asociación, presente una queja formal por un aspecto de la serie.
En Estados Unidos o en Gran Bretaña, no tienen este tipo de perjuicio, si en la realidad la mayoría de traficantes de drogas son negros, los personajes en la ficción son negros, aquí en España si en una películas sobre asaltadores de casas, los ladrones son rumanos o kosovares, te acusan de racismo como pasó al director de Secuestrados.
Como curiosidad, en Pa Negre han tenido la valentía de utilizar el catalán de la Plana de Vic, en lugar de hacerles hablar como si fuesen de Barcelona.
Lo que se queja la Junta de Andalucía, y con razón, es que solo se utiliza el acento andaluz para ridiculizar al personaje o que siempre son personajes con niveles culturales bajos. Nos quejamos muchas veces de la imagen de los españoles o España en las películas norteamericanas pero ellos hacen exclusivamente lo mismo que hacemos nosotros con nuestra realidad en las películas españolas. Aquí en nuestro país no molesta que pongas a un andaluz como traficante de drogas o a un catalán como a un militar hijo de puta, lo que realmente molesta es personalizar un acento con el tópico del chiste de toda la vida.
¿Es alejado de la realidad que los andaluces no somos como nos suelen retratar en las series a las que se refiere la Junta de Andalucía? Por lo demás, muy de acuerdo en todo.
Es alejado de la realidad hablar en nombre de “los andaluces” así, en primera persona. ¿Quién le ha nombrado a usted representante de “los andaluces”?
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