Por Guillermo Zapata
Llevo unas semanas dándole vueltas a la cuestión de la formación de los guionistas.
La formación se supone que es un proceso por el cual alguien que no sabe algo, empieza a saber ese algo. Simplificando podríamos decir que la formación del guionista puede ser de alguna de estas dos maneras.
1.- Aprender a escribir guiones es un proceso complejo, que requiere un nivel formativo alto, un estudio constante y una fuerte necesidad de ser enseñados.
2.- Aprender a escribir guiones es un proceso relativamente simple que requiere de un nivel formativo bajo, un estudio no demasiado intenso y no necesita que nadie nos enseñe.
La verdad del proceso está en algún lugar de entre estas dos máximas un tanto artificiales. No voy a insistir en las cosas que varios de mis compañeros de bloguionistas han explicado mucho mejor que yo a lo largo de muchos artículos publicados. Ya tenemos más o menos claro que alguien que quiere escribir guiones suele:
1.- Escribir guiones (parece una obviedad recordarlo, pero no conozco a nadie que quiera dedicarse a esto que no haya empezado a dedicarse a esto antes de tener la más remota idea de cómo se dedica uno a esto. Me incluyo)
2.- Leer cosas relacionadas con los guiones: manuales, entrevistas a otros guionistas y ahora también sus blogs, artículos relacionados, etc. Por supuesto, también guiones.
Dato: La mayor parte de los guionistas profesionales que conozco siguen comprando y leyendo libros sobre la escritura de guiones. Así que es posible que uno no termine nunca de aprender o bien que a uno le interese lo que otros que hacen cosas parecidas tengan que decir sobre el arte de hacerlas.
3.- Participar en cursos, seminarios, talleres, etc.
Haciendo estas tres cosas cualquier persona con dos dedos de frente sabe escribir un guión. No tiene porque ser un buen guión, o si quiera un guión interesante. Eso depende de otros factores con los que no merece la pena aburriros (Me remito de nuevo a los excelentes artículos de mis compañeros)
Como veis, las tres cosas con relativamente baratas. Los seminarios, talleres y cursos son, en general, breves y, si bien son algo caros, es fácil seleccionar cual debe realizar cada uno.
Sin embargo, últimamente me encuentro cada vez más ejemplos de una curiosa tendencia: larguísimos procesos formativos en el mundo del guión (de años) Con carísimos procesos formativos en el mundo del guión (de varios miles de euros) y sobre todo, cuyo objetivo no es “aprender a escribir guiones” sino “conseguir trabajo como guionista”
Y no me refiero exclusivamente a los deseos de los estudiantes de los mismos, sino a la propia propaganda de los cursos, muy empeñada en señalar que son impartidos por profesionales del sector en activo (La experiencia profesional pasada, por ejemplo, no está tan bien valorada como el petarlo AQUÍ Y AHORA)
Es más o menos habitual que las grandes productoras audiovisuales tengan su propio servicio formativo (En general en forma de masters ligados a universidades casi siempre privadas) O que productoras algo más pequeñas lleguen a acuerdos de formación con universidades públicas que también pueden ofertar que ya no están allí para enseñar nada, sino para servir de correa de transmisión con el mercado audiovisual.
Toda esa masa de estudiantes o personas en “pre-formación” están, o bien pagando mucho dinero por, en el fondo, intentar acceder al mercado laboral, o bien teniendo contratos en condiciones que son, como mínimo, opacas al resto de los mortales y el escrutinio público. Por si había alguna duda, la tasa de personas que acceden al mercado audiovisual es, en comparación a la oferta de cursos, etc. Muy pequeña.
Si estás en condiciones de pagar las cantidades de dinero que ofrecen los masters privados o estás dispuesto a tragar con las condiciones que ofertan las universidades públicas, estás enhorabuena, la correa de transmisión te está esperando. Solo tienes que esperar a que te llamen a formar.
Si por el contrario no puedes pagarlo o no quieres aceptar cualquier tipo de sueldo para escribir en la cuenta de twitter de un personaje de moda y llamar a eso “formación en escritura audiovisual” van algunos consejos.
1.- La red está llena de información tanto en forma de manuales como de testimonios. Lee, lee y lee todo lo que puedas. Es Gratis.
2.- Recuerda que la empresa audiovisual tiene tanta hambre de estabilidad como de novedades. Encargate de las novedades. Usa el dinero que ibas a gastarte en el master en escribir una webserie con algunos amigos.
3.- Presiona para que tu universidad realice actividades formativas gratuítas u organízalas tu mismo. Los guionistas somos gente egocéntrica e iremos a contar nuestra vida y milagros a cualquiera… aunque no nos paguen.
4.- Ya que estás con la universidad, obliga a que haya un control de las condiciones laborales de los becarios y unas condiciones mínimas para poder establecer acuerdos entre universidades y productoras.
5.-Si tienes que elegir pagar por un curso, prima aquellos en los que se funciona en forma de taller, con contacto directo e intenso con los profesores durante un tiempo. A poder ser que desarrolle algún tipo de proyecto como parte de la formación.
Por cierto, estate atento siempre de que lo que crees en un curso sea propiedad tuya y no de quién organiza el curso.
No es fácil, pero es mucho más divertido. Y acabas sabiendo más o menos las mismas cosas.
Buenos consejos.
Aunque yo, que doy clases del tema, veo a menudo problemas como:
1. Excesiva lectura de libros de guión y muy escasa de ficción.
2. Cuando uno lee genera imágenes. Cuando uno sólo ve tv o cine (que hay que ver mucha) pero no lee, no genera imágenes propias: repite las de otros.
3. Uno crea a partir de: a) lo que ha vivido (Abbott en Shameless -es casi autobiográfica-, David Simos –The Wire- es un periodista experto en temas policiales cuya novela “Homicidio” fue la base de una gran serie; o “Cuéntame” donde veo cada capítulo que alguien tuvo un padre idéntico al mío); b) lo que ha leído (Moffat es un ejemplo preeminente con adaptación pop y moderna pero culta); c) lo que escucha o le han contado, d) la propia cultura (volvemos a Moffat… pero también el arranque de “Amar en tiempos revueltos”; e) el signo de los tiempos en los que vive… Y aquí me vale desde la teoría de la conspiración de Mulder hasta la lucha por sobrevivir o dejar una herencia en tiempos capitalistas de “Breakin Bad”.
4. A partir de lo anterios, se basa en saber conceptualizar un proyecto, aplicarle el género y el formato en el que expresarlo mejor… Y no utilizar nunca influencias que no tengas asimiladas.
5. Pero sobre todo, a quienes dan clases, por favor: que digan a nuestros futuros guionistas que, aparte del mercado y de las imposiciones, hay que batallar cada línea de diálogo, hay que luchar por contar algo… Y tener necesidad de hacerlo.
Si no es así, el alumno acabará sabiendo escaletar, dialogar medianamente, manejará elementos de producción… tendrá el mínimo que le exije el oficio. Pero guionista de verdad sólo se es cuando, además de eso, se tiene algo que contar y se lucha por hacerlo. Y si ese algo no es una paja mental adolescente (esas que han llevado a nuestro cine al estado de muerte creativa cerebral). Y si ese que lo escribe no tiene necesariamente el ansia de ser director y entiende que ser guionista es un paso previo, pues la hostia.
Me parece una indicación genial la de leer ficción pura y dura y no limitarse a manuales. La imaginación hay que trabajarla mucho y la lectura es un entrenamiento de primera.
Y otra indicación genial que doy por supuesta del texto: hay que vivir. Si uno tiene que escribir desde su propia experiencia, más vale tener alguna.
Cuando uno lee biografías de los grandes guionistas de Hollywood se percata de ello. Si uno no ha estado nunca en unos billares, nunca podrá situar allí a sus personajes de una forma verosímil.
Sobre cursos y demás, yo he estudiado por varías vías, presencial y online. Primero en el Instituto del Cine, aunque dentro de la diplomatura de dirección, por lo que no era el tema central de mi formación, aunque tuvimos buenos profesores. Luego hice uno online que trataba más sobre el análisis fílmico a nivel de guión que la mera escritura, interesante para iniciarse si uno no conoce mucho del tema, pero sin profundizar mucho en un aspecto básico: el trabajo (me refiero a disciplinarse uno en escribir constantemente).
El último, con el que aún estoy, es el de la Escuela de Guión 8 y 1/2, que se imparte en la librería que hay frente a los Golem (supongo que todos la conocéis, pero nunca está de más mencionarla), y en este sí que he tenido la constante sensación de aprender, debatir, trabajar y analizar. Tanto de cine como de tele, muy completo, con un precio razonable y sobre todo, muy cercano y casi individualizado, porque somos pocos en clase y eso se agradece. Se insiste mucho en ver de todo, leer de todo y escribir, escribir y escribir. No prometen fórmulas mágicas para encontrar trabajo porque creo que ni las hay, ni debe ser el objetivo del curso, como comentas en el artículo. Se trata de aprender a narrar siempre insistiendo en hacerlo de forma visual, activa, cuidando siempre a los personajes y estudiando distintas maneras de abordar el trabajo para que cada uno pueda encontrar las herramientas que más útiles le resulten.
Como en todo, al final sin disciplina no hay resultados ni especial aprendizaje, pero desde luego creo que la formación es siempre importante, no sólo en esta profesión, sino en cualquiera.
Qué interesante Guillermo, gracias. Me ha llamado la atención en particular el párrafo en el que hablas de “petarlo aquí y ahora” y en la frase “cuyo objetivo no es “aprender a escribir guiones” sino “conseguir trabajo como guionista””.
Creo que esto es una gran verdad que entronca con algo que leí alguna vez en el extinto blog de Vigalondo: muchísimas veces los estudiantes de cursos y máster de guión (y de dirección) no van con disposición de aprender, sino de demostrar. Así que igual otro buen consejo podría ser: “baja del pedestal y piensa que tienes mucho que aprender”.
Enhorabuena por el post.
Yo no soy escritor aunque he escrito una novela, y de dos cosas estoy seguro:
1)Lo más importante (y difícil)es creerse que no hay normas sagradas.
2)Un curso, por caro que sea, sólo te puede ahorrar algunas (pongamos 100) cagadas de las 1000 que vas a acabar haciendo hasta haber escrito algo decentito. Yo mismo, hasta haber quedado satisfecho de las 270 páginas que tengo, habré escrito unas 1500.
Yo, que siempre he sido un obseso de las relaciones causa-efecto, hasta ahora sabía el que efecto era un sector audiovisual español muy mediocre(en general). Ahora ya tengo la causa (o una de ellas).
Vaya por delante que mi comentario está teñido de rencor social. A partir de aquí, propongo a quienes alguna vez se vean envueltos en un proceso de selección de guinistas y se plenteen incoporar personas sin experiencia previa, que se pregunten si es conveniente incorporar aspirantes recién salidos de escuelas que solo pueden permitirse personas de alto nivel adquisitivo.
El proceso lógico es el siguiente: si aceptamos que las buenas historias son las que ponen de relieve las verdades que cada uno va extrayendo de su vida, y que éstas se obtienen generalmente a partir del sufrimiento, no parece probable encontrar a los mejores escritores de historias entre quienes han tenido la vida fácil.
Reconozco haber discriminado sin poder evitarlo los CV procedentes de esos masters que todos conocemos. Esto solo vale para quienes quieran descubrir escritores, no meros rellenadores de casillas en proyectos de nula creatividad, al margen de su comercialidad, lo que ya se viene llamando “ficción basura”, por donde NAVEGA una parte de la producción de ficción de este país.
Perdón si suena muy borde esto, pero creo que al margen de lo antipático que pueda resultar el planteamiento, creo que el argumento es sólido.
Gracias por el post.
Te sorprendería ver de donde viene mucha gente de esos másters. No comparto el argumento pero ya tengo una respuesta que dar cuando me pregunten.
Y ese rencor social es el cliché que ayuda a NAVEGAR a la producción de este país.
Comparto lo que dice “Otrodechamberí”. Plenamente.
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