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ANÁLISIS DE PELÍCULAS: EL DISCURSO DEL REY

“El discurso del Rey” ha sido la gran triunfadora este año en los Oscars, llevándose los premios más importantes. Siguiendo el modelo de otros posts, voy a hacer un pequeño análisis de guión.

A partir de aquí, todo está lleno de spoilers.

Si sigues leyendo, te la juegas.

Breve resumen:

Jorge, duque de York, que está aquejado de una severa tartamudez, trata de superarla, con ayuda de un logopeda, mientras los acontecimientos le llevan al trono del Reino Unido y se avecina la Segunda Guerra Mundial.

Protagonista:

Jorge, duque de York.

Antagonista:

La tartamudez

Aliados:

Lionel Logue, logopeda

Isabel, duquesa de York

Empleados, primeros ministros, políticos (Churchill, Chamberlain, Baldwin…)

Obstáculos:

Edward, hermano de Jorge,

Jorge V, padre de Jorge,

Abad de Westminster

Objetivo del protagonista:

Superar su tartamudez, poder ejercer con aplomo el liderazgo de su país.

Colin Firth en El discurso del Rey

Pequeño análisis de la estructura:

Detonante:

Jorge, duque de York, trata de dar un discurso para clausurar la Exposición Universal. Absoluto fracaso. (Minuto 1)

Primer acto:

Jorge se trata con malos logopedas. Su mujer localiza a Lionel Logue, un tipo más excéntrico. Jorge acude a él pero… su métodos le espantan. Logue le entrega un disco que ha grabado usando un truco.

Primer punto de giro:

Jorge escucha el disco que Logue ha grabado y… descubre que los métodos del logopeda pueden funcionar. Por fin, se abre cierta esperanza para él. (Minuto 35)

Descarga el guión en PDF (en inglés)

Segundo acto:

Jorge es tratado por Logue, con métodos poco convencionales. Poco a poco, se van encontrando algunos motivos psicológicos a su tartamudez: bloqueo ante figuras críticas, educación muy severa…

La muerte de su padre lleva a Edward, hermano mayor de Jorge, al trono. Éste planea casarse con una divorciada. Jorge trata de convencerle de lo contrario.

Humillado por su hermano, que se burla de su tartamudez, Jorge atribuye la culpa de su fracaso a Logue y le despide.

Edward abdica antes que dejar a la mujer que ama. Jorge ocupa el trono.

Ahora que ocupa el trono, la presión sobre él es aún mayor. Incapaz de dar un discurso, sufre una gran crisis: cree que no está a la altura de su puesto.

Jorge decide acudir de nuevo a Logue. Éste le ayuda a salir bien librado de su ceremonia de coronación.

Segundo punto de giro:

Sin embargo, poco después de coronarse, llega su mayor desafío: el primer ministro Baldwin informa al rey Jorge VI de la inminencia de la guerra contra Alemania (Minuto 92).

Tercer acto:

Inglaterra entra oficialmente en guerra. Es imprescindible que el Rey dirija un discurso animoso y patriótico a sus súbditos. Es su gran desafío.

Climax:

Jorge se enfrenta a su gran antagonista, la tartamudez, en un discurso crucial.

Gracias a la ayuda de Logue, pronuncia sin tartamudear el discurso. Es felicitado por todos: ha logrado convertirse en el líder que el país necesitaba. (Minuto 112).

Ésta es mi propuesta de estructura siguiendo el esquema convencional. El primer acto duraría unos 35 minutos, el segundo, unos 60, el tercero, 20.

Hay otras posibilidades de estructura y estoy seguro de que podéis proponer alguna interesante en la sección de comentarios.

Vamos ahora con mi opinión sobre el guión de esta película. Más subjetiva que lo anterior si cabe.

Mi análisis

El discurso del Rey” narra una pequeña anécdota histórica sucedida en un momento especialmente relevante de la historia reciente. La voz de un rey, como la de cualquier figura política, es su mejor arma para comunicar, convencer y liderar a su pueblo. Un rey que tartamudea puede parecer un líder débil, una figura endeble.

En mi opinión, el gran hallazgo de la película es mostrar que este defecto del habla que en otra persona y/o en otro momento hubiera resultado irrelevante, resultaba de gran importancia para el Rey de Inglaterra, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

Conocer esta anécdota, investigar sobre ella y decidir escribir una película con una trama aparentemente tan nimia es, en mi opinión, lo mejor del trabajo de guión de “El discurso del Rey”. Según Wikipedia, fue David Seidler, que ha obtenido el Oscar al guión original por esta película, quien tuvo la idea inicial de la película, ya que, habiendo sufrido la tartamudez, se sintió especialmente identificado con el problema del monarca.

Esto confirma lo que escribía Jean Claude Carrière en Práctica del guión cinematográfico: “Sucede con bastante frecuencia que un guionista es una persona cultivada. Y tiene razón en serlo, incluso aunque su cultura, adquirida a menudo según el azar de su trabajo, sea dispersa e incompleta”.

Pocas veces hacemos hincapié en este blog en que es muy conveniente que las personas que quieran escribir guiones, se interesen en algo más que la televisión o el cine. Tener afición por la Historia, la Ciencia, la Política, la Pintura, la Jardinería o la Geografía puede ayudarnos a encontrar anécdotas que nos resulten personalmente interesantes y que sean desconocidas por el gran público, anécdotas que podamos contar con nuestras armas de guionista.

Otro de los puntos fuertes de la película es, en mi opinión, lo interesante que resulta el conflicto con Edward, heredero del trono. Su historia de amor con una divorciada, amor que le lleva incluso a abdicar, podría invitar a hacer un retrato amable y romántico del hermano mayor del protagonista.

No es el caso: se nos muestra a Edward como un tipo arrogante, superficial que desprecia a su hermano menor. Sí, está perdidamente enamorado pero… de una mujer frívola y maleducada. Para empeorar las cosas, ambos amantes tienen una inquietante simpatía por los nazis. La película toma de manera evidente la postura del establishment más convencional, aplaudiendo que Edward deba abdicar por amar a la persona “equivocada”. Es en esta “subtrama” en la que la película alcanza, en mi opinión, su mayor interés y complejidad. Personajes innobles actúan de manera muy romántica. Personajes nobles se comportan, en cierto modo, de manera conservadora y convencional.

El problema es que esta “subtrama” se presenta por primera vez en el minuto 30, cuando se nos explica la relación de Edward y Wallis, y acaba con la abdicación de Edward, en el minuto 70 de película.

¿De qué va todo el resto de la película? Evidentemente, de cómo Jorge trata de superar la tartamudez para poder dar discursos. De su relación con el logopeda que trata de ayudarle.

Se trata pues de una historia de superación. Hasta un niño pequeño podría resumir en qué consiste el esquema básico de estas historias: Un tipo tiene un problema, parece imposible de solucionar. Acude a un maestro que, a través de un proceso muy severo, le hace aprender algo sobre sí mismo, algo imprescindible para superar su problema, algo que le limita o constriñe.

En el proceso, el aprendiz se rebela contra el maestro varias veces, siente que no está avanzando, se resiste a cambiar… pero, finalmente, utilizando las enseñanzas adquiridas, el protagonista logra su propósito. Sigue siendo el mismo, pero ha cambiado. Derrota al dragón, gana a los malos o… vence la tartamudez.

Aquí surge, en mi opinión, uno de los mayores problemas de la película. “El discurso del Rey” se encuentra a caballo entre el relato histórico más o menos realista y la inspiradora historia de superación. Trata de ser ambas cosas y, siempre en mi opinión, no consigue ser plenamente ninguna de ellas.

Como relato histórico se centra en una anécdota que, comparada con todos los acontecimientos que la rodean, es sumamente trivial. ¿A quién le importa esa tartamudez cuando un Rey está abdicando por amor y se acerca la peor guerra de la Historia? Este problema se hace para mí especialmente evidente cuando, tras el discurso final, todos se apresuran a felicitarle y darle la enhorabuena, como si lo más importante para ellos también fuese su lucha contra la tartamudez: nadie parece darle importancia a que el discurso que acaba de leer el monarca anuncia la entrada del país en guerra.

Todo esto sería poco importante si nos encontráramos ante una de esas emocionantes historias de superación que el cine nos acostumbra a ver. Historias en las que alguien sufre una bajada a los infiernos de la que sale fortalecido. De su mano sale también el espectador, contagiado por la esperanza de que también él, con trabajo y constancia, logrará superar sus problemas y limitaciones.

En mi opinión, tampoco ocurre esto en “El discurso del Rey”. Tal vez por fidelidad a los hechos, el trayecto recorrido por Jorge una vez que acaba la película me parece poco satisfactorio. A duras penas concluye un discurso a mi entender poco emocionante.

La instrucción de Logue, pese a tener momentos iconoclastas divertidos (las escenas de insultos, las canciones…) no deja de sonar a algo mil veces visto (toda la relación de Jorge con su logopeda parece extraída de una película como “El Club de los poetas muertos” o cualquier otra fábula sobre un heterodoxo educador que saca lo mejor de sus alumnos).

Además, esta instrucción no parece tomar una dirección concreta. Logue no halla en Jorge (al que se empeña en llamar Bertie) la clave para vencer su tartamudez. Se parece apuntar a que este defecto del habla se debe a la estricta educación recibida pero… no se ahonda en ello, Jorge no se rebela contra su entorno, tampoco aprende nada nuevo sobre sí mismo, ni pasa a ser, a partir de ningún momento, una persona nueva. La trama principal se revela entonces como algo realista pero también trivial y leve, estirada de manera algo convencional, con discusiones tan incomprensibles como la de la escena del parque.

Es muy posible que en esto la película sea fiel a la realidad: es probable que la tartamudez del Rey Jorge no tuviera una causa psicológica o que, si la tuviera, el logopeda Logue no la hallara. Muy posiblemente el Rey no superara nunca del todo su tartamudez y que sus discursos sólo fueran moderadamente emocionantes.

Esta es, más o menos, la impresión que uno extrae de la película: que, gracias a un tipo entrañable, un rey sin excesivo carisma casi superó un defecto del habla. La realidad es, muchas veces, así de mediocre. A las películas yo suelo pedirles un poco más. Aunque sea mentira.


Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí)


Escucha EXIGENCIAS DEL GUIÓN, el pódcast que da voz a los guionistas


27 comentarios en «ANÁLISIS DE PELÍCULAS: EL DISCURSO DEL REY»

  1. “Pocas veces hacemos hincapié en este blog en que es muy conveniente que las personas que quieran escribir guiones, se interesen en algo más que la televisión o el cine. Tener afición por la Historia, la Ciencia, la Política, la Pintura, la Jardinería o la Geografía puede ayudarnos a encontrar anécdotas que nos resulten personalmente interesantes y que sean desconocidas por el gran público, anécdotas que podamos contar con nuestras armas de guionista.”
    Interesante comentario que deberían leer productores y guionistas yanquis, puede que así nos dejarían de asestar remakes de series y películas de los 80

    1. También deberían leerlo los jóvenes guionistas españoles que escriben guiones basados únicamente en otras películas, habitualmente americanas, con personajes que hablan como en esas películas.

    2. jejejejejejje Kohonera eres terrible, pero tienes razón. El mal comienza desde el mismo momento en que entregas una “memoria” y casi te obligan a dar un referente de lo que escribes.
      Mi película o mi serie se parece a… Esto es NEFASTO!

  2. Voy a hacer una crítica a la crítica. Cuando menos a la parte subjetiva.

    Recuerdo un detalle interesante de un análisis que lei sobre la estructura del ‘Señor de los Anillos’: la novela era esencialmente una metáfora de como Inglaterra se había enfrentado a la segunda guerra mundial. Para la cultura ‘tradicional’ inglesa lo importante es que cada uno cumpla su función, sea cual fuere. De hecho, en el libro en cuestión no hay un héroe que salva la situación, sino mucha gente, cada uno de ellos realizando lo mejor posible(a veces con su propio sacrificio) la ‘función’ que le corresponde. No hay un McLane que haga todo el trabajo él solo.

    En ese sentido, Jorge tenía una función muy simple: ser la voz que representase a Inglaterra. No se le pedía más, pero en el hecho de que lo lograse o no estaba la cuestión: si fallaba, su fracaso personal era absoluto. Había fracasado en su función. Y, como un tornillo que se atasca en una maquinaria, podía conducir a pérdidas mucho mayores.

    Y en ese sentido, su hermano falló completamente y desde ese punto de vista su figura se retrata de una forma completamente negativa. No se trata sólo de la historia de los dos hermanos, es la historia vista desde el punto de vista de la sociedad tradicional inglesa. Desde ese punto de vista, Jorge tampoco podía haber ‘cambiado’ demasiado porque eso hubiera podido llevar a un riesgo de ruptura (como en el caso de su hermano) y por tanto, a fallar en su función de rey de acuerdo a la concepción tradicional del cargo.

    Es decir: es cierto que el drama y el cambio está contenido y ‘limitado’, es cierto que la historia no es demasiado importante y el cambio no es profundo. Pero eso es también un elemento de la historia que representa a la sociedad inglesa. Y este elemento está claramente personificado en Isabel y Churchill. Ambos apoyan claramente a Jorge, pero (a diferencia de Lionel) ambos quieren que se mantenga dentro de un límite, que no indague demasiado, que no cambie mucho, que no entre en zona de riesgo. Sus personajes, más que ‘aliados’, corresponderían a lo que en ingles se llaman ‘shapeshifters’.

    Esto hace que la película sea menos dramática, pero más profunda, con más lecturas aparte de las obvias.

    Aunque esto es mi opinión, claro.

    1. guionistaenchamberi

      Interesante comentario, Juan, estoy de acuerdo en gran parte.

      Sin embargo, siempre que hablo del “cambio” que echo de menos en Jorge me refiero al proceso interno del personaje no a que se oponga a la tradición o al establishment. En el cine, en casi toda la ficción, se suelen atribuir causas psicológicas a problemas que tal vez no las tienen. La tartamudez podría deberse a un trauma de la infancia, a un miedo, a un complejo respecto a un hermano visto como modélico e inalcanzable…

      Enfrentar ese problema y vencerlo es esencial para poder vencer a la tartamudez que, en este caso, sólo sería un síntoma externo de un problema mayor.

      No me queda, al final de la película, la impresión de que hubiera un problema mayor, o, si lo había, la impresión de que el Rey lo haya vencido. En resumen, no me queda claro que el personaje haya aprendido nada a lo largo de la película, más allá de un par de técnicas de relajación muscular.

    2. Desde mi punto de vista las causas psicológicas están planteadas de una forma bastante clara: la personalidad del padre en primer término, y la propia educación tradicional inglesa en segundo lugar. Jorge no podría haber completado el ‘viaje’ sin haberse rebelado contra ambas. Esa rebelión no ocurre en ningún momento de la película.

      Por supuesto podría haber completado el ‘viaje’, haberse rebelado, y en el proceso madurar y haber sido un buen rey. O tal vez no. El personaje del hermano está ahí como recordatorio de cual es el riesgo que se corre si se opta por esa rebelión personal. No es sólo un antagonista, es también un alter-ego del rey, un ejemplo del riesgo inherente en la opción de ‘cambiar’ demasiado.

      Jorge empieza el viaje pero decide no terminarlo. Decide sacrificar su evolución como persona para no arriesgarse a fallar como rey.

      No creo que el drama esté tanto en el viaje, como en el sacrificio.

    3. Pero fíjate que eso que tú echaste de menos, Daniel, era lo que yo estaba temiendo que pasara, y por fortuna, al menos en mi opinión, no sucedió. Es verdad que en el cine se suelen atribuir causas psicológicas muy concretas a problemas que seguramente son más complejos. Con eso se consigue apuntalar la historia, hacerla más comprensible y satisfactoria a los ojos de los espectadores desde los puntos de vista dramáticos que muy bien apuntas.
      A mí sin embargo esas soluciones simplificadoras (dar con la clave, la llave, la poción mágica) para solventar un problema que es complejo, me suelen dejar (no en todos los casos), insatisfecho. Porque entiendo que me han contado una mentira. Y tiendo a suponer que en este caso, como David Seidler sufrió la tartamudez en primera persona, fue incapaz de contarnos la mentira de la llave mágica y optó por esta fórmula, menos “espectacular” dramáticamente, pero a mi parecer más verdadera y por tanto, al menos para mí, más satisfactoria.
      Tampoco estoy de acuerdo conque la película se centre en una anécdota nimia. Convengo en que puede resultar nimia dentro de un mundo apunto de entrar en guerra, pero para el personaje principal, que es lo que nos importa, es un dilema capital: el destino lo pone en el centro de una situación para la que no está preparado, y para la que a todas luces no da la talla. Para más inri (y quizá es lo que a mí más me interesa de la historia) este personaje forma parte de una familia en la que a todos sus miembros se les entrena con mayor o menor intensidad para estar preparados para desempeñar esa función. Y aún así, él no puede, él no da la talla. El fracaso al que se enfrenta es mayúsculo. El sentido de su propia vida está en juego. Si no consigue superar su tara se convertirá en un ser inútil. A mí como conflicto me parece grandioso.

      Tampoco creo que Jorge VI no cambie, ni que no descubra nada de sí mismo: Descubre que tiene una “voz” y que hay gente que necesita que la utilice, gente que cuenta con él (descubre que no es un inútil). Algo impensable para él al principio de la película.
      Sí que estoy de acuerdo en que la gravedad de la guerra debería estar más presente al final, muy por encima de la superación del problema de tartamudez. Si hubiesen subrayado esto la transformación del personaje, que yo sí que creo que existe, resultaría más evidente. Al pasar de pensar en sí mismo -la superación de su tara- a priorizar los problemas de los otros y ponerse a su servicio, Jorge VI se convertiría en ese ser útil, a la altura de su función como bien dice Juan, que desea ser desde el principio.

  3. Estoy bastante de acuerdo! Es un “Karate Kid” demasiado esclavo de los sucesos reales que lo inspiraron. Pero el caso es que le cogí cariño a la peli. Creo que la peli en ese sentido consigue lo mismo que el rey Jorge que la protagonizan: Que se le coja cariño a pesar de ser insuficiente.

  4. “Jorge empieza el viaje pero decide no terminarlo. Decide sacrificar su evolución como persona para no arriesgarse a fallar como rey.”

    Yo creo que esta es una de las clves de la pelicula, pero para mal. Jorge debería haber evolucionado pero aún así se contendría por el bien del país, tan tradicional por otra parte. Pero en ningún momento vemos eso. Simplemente gana un poco de autoestima para ser Rey y mejora levemente su problema de dicción. Y también estoy muy de acuerdo en que el discurso no es en absoluto memorable. Me dejó bastante frio, como la pelicula en general.

    1. guionistaenchamberi

      Muy de acuerdo contigo, donpimpón, la película que cuenta Juan me suena muy bien. Pero no es la que yo he visto. No veo ni dónde ni cuándo realiza Jorge ese sacrificio.

    2. Mmmm… tienes razón en ello. Yo lo vi con mucha claridad, a partir especialmente del triángulo que se forma entre la relación con el padre, el fracaso del hermano como rey, y las figuras de Isabel y Churchill. Pero no es explicito en ningún momento de la película. Y aunque creo que es uno de los ejes de la historia, no deja de ser una interpretación.

      De todas manera, esto me lleva a pensar: quizá estemos demasiado acostumbrados al cine americano, donde cada arco de la historia está perfectamente definido y explicitado en una serie de escenas clave.

    3. Tal vez tengas razón en que el cine americano nos ha idiotizado un poco y parece que necesitamos demasiada información, pero creo que elipsis en situaciones que se darían por lógica podemos perdonarlas, pero elipsis en cuanto a cambios en los sentimientos de personajes me parece más complicado de asumir sin escenas que nos lo muestren más o menos claramente…

  5. Creo que Colin Firth hace un trabajo impecable. A pesar de interpretar a un personaje apocado, antipático y arrogante al que cuesta identificar como héroe, consigue de alguna manera la complicidad del espectador. De hecho nunca fue en busca de su reinado, que es sobrevenido por el encoñamiento del primogénito heredero, cosa que el rey padre ya intuía por lo que avisa a Jorge. Y por si eso fuera poco, adopta como modelo de líder a Hitler. Estará mal decirlo ahora pero es el clásico guión escrito para el Oscar. Me gustó la forma de abordar la rigidez de la sociedad británica y la monarquía (la escena en que las hijas ya no pueden saludar al rey como a un padre, sino como súbditas, me resultó demoledora). El discurso alude a la superación de una limitación muy grave en un personaje de ese calibre, el liderazgo y el patriotismo. Quizás no fue brillante pero la reacción de la audiencia y la sinfonía de Beethoven de fondo hicieron que me encantara.

  6. El personaje si evoluciona, vence su principal miedo: ESTAR A LA ALTURA DE LO QUE LA SITUACIÓN LE EXIGE. Este miedo se ha cimentado por su discapacidad, que a su vez ha creado un entorno de que desconfía de él.
    Tenemos al típico héroe que debe tomar las riendas de la sitaución, a pesar de que es lo último que desea.

    Su discurso, no es lo más importante para la lucha contra el nazismo, pero es de indudable importancia. Frente a solidez y a la elocuencia de Hitler, era necesario un líder en el que su pueblo pudiera confiar y eso era imposible sin un discurso en que el rey mostrara su solvencia.

    La película cuenta la historia de este perosnaje y de lo que debía aportar a la situación, es indudable que había frentes abiertos más importante, pero su papel no es pecata minuta.

    Saludos

    1. Qué bien lo has dicho, por eso a pesar de todas sus limitaciones el filme funciona. Para el personaje superar su tartamudez es más importante que los otros conflictos paralelos (la relación de su hermano con Wallis y el estallido de la guerra). Dicho de otro modo, la historia del filme es consecuente con la motivación de su protagonista, dejando en un segundo plano lo que a todas luces es más importante (aunque no nos guste).
      La historia merecía otra dimensión, pero ya no sería la historia de un rey con un problema de tartamudez, sino la historia de una Abdicación en el prenuncio de una Guerra Mundial, o viceversa.

  7. Espero que permitas esta discrepancia de un aspirante a guionista.

    En mi opinión, la cuestión de la película es si Jorge superará su tartamudez, y esto queda resuelto al superar con éxito su coronación. Para mí ahí termina la película.

    A pesar de que el discurso ante la nación es un momento extraordinario, trascendental (y visualmente muy bien narrado) desde el punto de vista estrictamente estructural carece de interés: Jorge ya ha superado su prueba, y por lo tanto ha vencido a su antagonista: la tartamudez.

    El discurso a la Nación supone la confirmación de esta superación, pero no la superación en sí misma, ésta ya ha ocurrido.

    Yo situaría el segundo punto de giro en la conspiración del Abad de Westminster contra Lionel, y el descubrimiento de que Lionel carece de titulación para el oficio que desempeña.

    Para el espectador está claro que este logopeda es el único que puede salvar a Jorge. El mayor obstáculo para Jorge es dar la espalda a Lionel… algo que hace, aunque es convencido rápidamente por el propio Lionel para que cambie de opinión.

    Bueno, así es como yo percibí la película. He de añadir que, siendo vasco, vi la película en catalán y subtitulada al inglés, así que es posible que se me escaparan muchísimos detalles.

    Aprovecho la ocasión para agradecer tus “análisis de películas”, que son una gozada de leer y además son muy instructivos.

    Gracias y un abrazo,
    Juan

    1. guionistaenchamberi

      Muchas gracias a tí, Juan F.

      Agradezco que hayas entrado a comentar la estructura, con otra propuesta de análisis.

      Te digo las razones por las que he elegido ese punto de giro y no el que comentas: la encerrona del Abad y del propio Jorge a Lionel Logue (no es un doctor auténtico) me parece muy poco importante en la historia, de hecho, es un pequeño giro intrascendente en el centro de una secuencia, la de la Abadía: Jorge y Lionel llegan para preparar el discurso de coronación, el Abad se opone a las exigencias de Logue, el Rey se impone, despejan la Abadía. Ya a solas, el Rey comenta que sabe que Logue no es un auténtico doctor. Éste se defiende, es cierto, pero nunca dijo que lo fuera realmente. El Rey queda convencido. Se ponen a preparar el discurso, de nuevo tan amigos como cuando empezó la secuencia.

      Como ves, la secuencia no hace que nada gire. La trama sigue igual.

      En cambio, no se puede decir de la declaración de guerra. Desde el momento en el que se declara la guerra, Jorge deberá asumir el liderazgo de un país en guerra. Y eso incluye discursos emotivos, etc. Como le dice el primer ministro que dimite, Baldwin, su mayor reto todavía está por venir.

      Otro asunto: me parece que la escena de la Abadía está lamentablemente infrautilizada. Así como la discusión del parque me resulta un enfrentamiento inverosímil entre Logue y Jorge, que el Rey se entere de que su logopeda no es doctor me parece un argumento de enfrentamiento con mucho más peso… y, en lugar de ser algo que les separe durante tiempo, se resulve alegremente a lo largo de la misma secuencia.

      Siento haberme extendido pero el asunto que planteas me resulta muy interesante.

      Gracias a ti por leer estos análisis. Me los curro todo lo que puedo y me alegro de que a alguien le resulten interesantes. Más abrazos.

    2. guionistaenchamberi

      Por otra parte, en una curiosa y creo que acertada decisión de guión, Seidler no nos muestra el discurso de coronación, pese a que vemos todos sus preparativos. ¿Por qué lo hace? Porque, en ese caso, el discurso final sería rutinario. Quiere gastar toda la pólvora en el último y concentrar en él la intriga: ¿habrá superado realmente el Rey su tartamudez o no?

      Por esto tampoco estoy de acuerdo en lo que comentas sobre que el Rey haya superado ya su tartamudez y todos lo sepamos. Si fuera así, el antagonista (la tartamudez) estaría derrotado veinte minutos antes de acabar la película y precisamente el clímax suele ser eso, el momento en el que el protagonista y el antagonista se enfrentan directamente.

      Por cierto, acabo de ver, aquí, una interesante comparativa entre el discurso de la peli y el del auténtico rey Jorge: https://www.gizmodo.es/2011/03/01/comparativa-real-el-discurso-del-rey-pelicula-vs-el-discurso-del-rey-autentico.html

  8. Por fin he visto la peli y he podido leer el post sin que los spoilers afecten a mi mente virginal.
    Para mi gusto el problema de la peli es la dirección. Aquí siempre se puede hablar sobre el límite y competencias entre la dirección y el guión. Creo que el director la caga, y la caga haciendo una peli ampulosa y estéticamente cursi, provocando que la implicación con el protagonista sea más bien nula. Los planos con el aire al revés, los angulares de los primeros planos, afeando a todos los actores y por ende a sus personajes, hace que sea una peli fría y carente de empatía.

    Ná más

  9. felicito a esta pelicula es super nos deja una enseñanza que debemos balorar nuestros sentidos ya viendo que el personaje no puede, y otras personas que si no saben utilizar bien los sentidos ecelente pelicula la del rey…

  10. Una de las razones por la que me gusta ver pelis, es porque algunas dejan impregnado un aroma que se queda de por vida. En EL DISCURSO DEL REY no hay aroma que pueda quedar, salvo la sensación, de que lo verdaderamente épico del personaje, es conseguir hacer un discurso sin tartamudear. En ningún momento muestra ni un solo sentimiento de pena acerca de lo que está por llegar: LA GUERRA. Me decepcionó muchísimo y lejos de empatizar con el “héroe”, me provocó un rechazo que aún perdura.

  11. El discurso del rey o El discurso del Amo
    Cuando el amo no puede hacer uso de su discurso, cuando no le es posible ejercer su voz de mando, de liderar un pueblo para mantenerlo unido y esperanzado, sobre todo en época de guerra, el amo está en problemas.

    De esto se trata este film, un amo que no puede hacer uso de su poder, un amo que tartamudea. Y este rey perdió su (dis)-curso de Amo, y está en graves problemas porque como nos dice Lacan lo único que sabe el amo es mandar.

    Esta es la historia, o mejor dicho, una linda versión de la historia de un duque que escapa sentarse al trono, y cuando tiene que dirigir su palabra a los otros se topa con su tartamudez. En su entorno, en especial su esposa, no hace comentarios en tono de burla de su minusvalía. Incluso el pueblo se mira en silencio y nadie se ríe, ante el vacío que deja la ausencia de su voz. Frente a la muerte de su padre, los problemas se precipitan y debe tomar una decisión, pues su hermano no desea ocupar el lugar de rey, entretenido en asuntos de amores renuncia y el protagonista queda obligado asumir como tal. Entonces, su esposa se contacta con un profesional del habla.

    Aquí comienza el festín para el oído del psicoanalista, pues este señor al que se le suponía un saber acerca de las dificultades del habla se las ingenió para permanecer en su consultorio, en su lugar, un lugar que en cierto modo intentaba ubicar al rey fuera de su trono, y que debía respetar sus condiciones.

    Podríamos decir que el tratamiento comienza desde el momento en que la consulta la hace su esposa, queriendo ésta convertir al profesional del habla en “delivery” del palacio.

    En el primer encuentro parce no prosperar, pero el rey se lleva su voz que le viene desde afuera, grabada sin tartamudear. Es que cuando uno se puede escuchar, entonces, es posible estar de otro modo, se puede decir lo que no se podía o callar lo que no se podía dejar de decir.

    El rey comienza los encuentros en la morada del excéntrico profesional, de a poco baja sus ínfulas. Los diferentes acontecimientos que sacudieron al rey lo hicieron más permeable en los encuentros con el profesor, como por ejemplo el relato de sus traumas e iniciación de su tartamudez.

    Gran parte o casi todo el tratamiento, se basó en un asunto de mecánica, de ejercicios para facilitar, agilizar y mejorar el cuerpo a fines de la voz, se ridiculiza lo real, como el que tiene miedo a las víboras, donde. le recetan ejercicios con víboras de goma primero y reales después hasta lograr un “usted puede”, eliminando sugestivamente un objeto de temor, creyendo que se trataba de eso.

    La relación comienza a girar en torno a una posición especular, de cierta paridad, de igualdad. En los diferentes momentos del film se asiste a los “va y vienes” de los altibajos de los títulos, de los lugares de prestigio social, incluso en al final de la película se mencionan los títulos otorgados por el rey a su partenaire.

    La cuestión al igual que en el film, es como tratar a un hombre que exige resultados, amparado en sus insignias, que supo conseguir.
    Conocemos sujetos que no dejan de lado sus títulos, y se basan en el prestigio, la experiencia, y la trayectoria, y se ajustan el traje identificatorio cada vez que su inconsciente hace de las suyas, por ejemplo tartamudear. El doctor no se mosqueó cuando fue puesto al descubierto, de su falta de títulos y esto de alguna manera, le permitió al rey hacer la misma jugada y tomar como un semblante el lugar del trono. Volviendo al lugar del analista, puede ser incomodo sostener el discurso analítico, cuando se trasmite el psicoanálisis y el que expone, cree ocupar un lugar absoluto de su decir como un monarca del saber.

    ¿debería ver al profesional cada vez que tenga que hablar en público?,¿seguir la relación indefinidamente?o ¿tan solo la relación de amistad para siempre?

    La película gira en torno a este síntoma que lleva a dos hombres entrelazar una serie de síntomas tanto del lado del doctor como del rey, y estos dos actores por momentos logran quebrar la vidriera del protocolo y circular por una suerte de amistad.

    Y este hombre, que no puede dejar de tartamudear, hasta antes de la llegada del profesor chiflado, no deja de ser atendido como un rey, y ese actor maduro halla una diferencia, para con- mover algo.
    Para nuestra cultura no es tan accesible asimilar las aventuras y desventuras de un rey, lo máximo a lo que nos hemos aproximado, fue a los Reyes magos, pero acá el rey-es mago ya que termina haciendo polvo su tartamudez, bueno me corrijo tan solo lo controla, una neurosis controlada, dominada, manejada, equilibrada.

    El final es triste si uno escucha ese “míreme a mí”, por su-puesto un especialista en oratoria diría hay que mirar un punto, dirigir la mirada a un punto fijo, pero acá el punto es que, ese otro hace de soporte, sostiene el peso de un síntoma con la mirada, y “una mirada suya” si no bastara para sanarlo, bastará para sacarlo del apuro.

    Teniendo en cuenta este Rey con la voz entre-cortada podríamos decir, que su conquista es llegar a tener una voz propia, un estilo de vivir propio.
    Esta película propone una superación personal y si sigue esa propuesta la película no trastabillea. Y nos convoca sobre un decir.

  12. No va el espectador con el ánimo de mirar a hurtadillas a la familia del rey. Tampoco con el ánimo de conocer una anécdota de la historia real. El interés se centra en la batalla que debe afrontar el rey, acompañado de su mujer y su sui generis entrenador, hasta vencer al antagonista que en este film viene a ser la tartamudez del rey.
    Buena película, buen mensaje. Para ver en familia.

  13. No pude verla en cine, pero tuve oportunidad de verla gracias a los nuevos formatos de las peliculas onlines de hbo. Es una película con muchos matices y que nos deja un buen mensaje, la vería una y otra vez pues me parece una de las mejores peliculas de los últimos tiempos.

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