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POR QUÉ HA FUNCIONADO “HISPANIA”

Hispania, La Leyenda

Por Guionista Hastiado

Finalizada la emisión de la primera temporada de “Hispania”, y con un share medio de temporada de alrededor del 23%,  podríamos aventurarnos a afirmar que el estreno de esta serie de ficción de Antena 3 ha sido un razonable éxito, al menos poniéndolo en relación con los baremos habituales para evaluar los eventos televisivos, y más teniendo en cuenta que la media de la cadena ronda el 12% de share.

Partiendo de esta valoración en la que creo que podríamos estar todos más o menos de acuerdo, mi opinión siempre ha sido que, de la misma forma que uno debe hacer acto de contrición cuando trabaja en un proyecto que, por las razones que sea, fracasa (ejercicio que yo ya he tenido que realizar unas cuantas veces), cuando nos encontramos en nuestra trayectoria profesional con algo parecido a un éxito, lo más sensato es hacer un esfuerzo por reflexionar y aprender sobre los aciertos logrados, los errores que por fortuna no fueron determinantes, y poner en su justo lugar las cosas. Son muchas las personas en esta industria obsesionadas por encontrar las claves que separan el éxito del fracaso, y no está de más intentar aprender algo de cada proyecto, funcione éste o no.

No se abrumen, este post es más una pregunta abierta a sugerencias e interpretaciones suyas, amigos lectores, antes que un fatuo ejercicio de autobombo, aunque, como es lógico, intentaré hacer una aproximación personal a algunas de las estrategias que desde el equipo de guión hemos seguido para intentar que el resultado fuera el mejor posible. Aunque, como digo, todo lo que van a leer aquí son valoraciones personales y posiblemente poco acertadas, absolutamente a título personal, por lo que ni ustedes ni mis estupendas compañeras guionistas de la serie, tienen por qué estar de acuerdo con lo que digo. Así que les animo a todos a discrepar alegremente y, si entra dentro de lo posible, con educación.

Supongo que algunos de ustedes habrán pensado, nada más leer el título del post, algo así como que en este país el público es imbécil, y que por eso una serie tan mala ha funcionado. No les culpo. A fin de cuentas, en este tipo de asuntos siempre hay un componente subjetivo, y reconozco que yo mismo he llegado a hacer valoraciones parecidas con algunos pretéritos estrenos televisivos. Aunque, en este caso concreto, yo no estaría de acuerdo con esa impresión, posiblemente influenciado por mi intensa participación en el proyecto, que no me permite de ninguna manera ser objetivo.

Entrando en tema, y hablando de la producción de Hispania en general, yo destacaría algunos de los que yo considero aciertos de la serie, y que fundamentalmente se deben a una buena labor de la producción ejecutiva:

– Una idea llamativa, que generaba cierta curiosidad y que partía de un referente –la figura de Viriato- más o menos conocido por todos.
– Un equipo formado por buenos profesionales, en todos y cada uno de los departamentos.
– Un cásting bastante acertado.
– Una apuesta por los valores visuales de la serie, bien encauzada gracias a un magnífico trabajo de los directores y sus equipos.
– Una acertada gestión de los –para mí algo escasos- recursos con los que contaba la producción.

No obstante, me centraré en comentar aquellos aspectos de los que soy más directamente culpable y de los que puedo hablar con mayor conocimiento, que son todos aquellos que atañen a los guiones de la serie.

En primer lugar debo decir que, en general, y a pesar de muchas errores, yo defiendo el trabajo de guión que se ha hecho en Hispania. Se ha abordado con poco tiempo, con muchos palos en las ruedas y con gran esfuerzo. Pero nos lo hemos tomado en serio. Puede que pudiéramos haberlo hecho mejor  (bueno, “puede” no, es seguro), pero no hemos tratado de engañar a nadie, hemos procurado escribir lo mejor que podíamos con el material, el tiempo y los recursos que teníamos, y mi cometido, personalmente, ha sido encargarme de intentar que todo estuviera lo mejor escrito posible.

En segundo lugar, quiero mostrar mi sincero asombro y agradecimiento a la cadena, Antena 3, con la que hemos tenido una relación fácil y muy provechosa. Aquellos guionistas que habéis trabajado en proyectos televisivos sabéis lo difícil que puede llegar a ser decir algo así. Es habitual que las cadenas mareen mucho con cambios y exigencias sobre los guiones, lo cual no quiere decir que no tengan razón en muchas ocasiones, pero es un handicap que lastra en profundidad el sistema de trabajo, ya que impide tomar una dirección narrativa clara y obliga a reescribir y reaccionar siempre con prisas y poca reflexión.

En el caso de Hispania, sin embargo, los responsables de contenidos de Antena 3 nos han dejado trabajar, guiándonos o llamando la atención sobre determinados aspectos de los guiones que, desde fuera, encontraban más endebles, pero haciendo siempre propuestas constructivas y confiando en la profesionalidad y el tino de los guionistas que estábamos al frente del proyecto. Es decir, que han colaborado con nosotros, no nos han impuesto nada. En todos mis años de experiencia como coordinador de guión, puedo asegurar que nunca había colaborado tan a gusto con una cadena de televisión. Ustedes podrían pensar que esto es puro peloteo, pero les aseguro que es absolutamente cierto, y que considero que es uno de los factores que han propiciado el buen discurrir de la producción.

Por contextualizar un poco, contaré que hace cosa de un año me llamaron de Bambú, productora con la que ya había colaborado escribiendo algunos capítulos de Gran Reserva. Me dijeron que tenían “una noticia buena y una mala”. La buena era que Antena 3 había comprado el proyecto de Hispania, una serie de la que ya me habían contado algo. “La mala”, dijeron, “es que ahora tenemos que hacerla”.

Bromas aparte, había un duro trabajo por delante para el que era necesario crear un equipo de guión, y me propusieron ser coordinador del proyecto. Yo, sin dudarlo demasiado, allí me planté, desestimando algunas otras ofertas interesantes, pero ciertamente no tan atractivas. En efecto, Hispania era un proyecto apasionante aunque también complejo, que planteaba numerosas incógnitas, algunas de las cuales ya comenté, con mayor o menor seriedad, en este texto que descansa en el cementerio de los posts olvidados.

Cuando empecé mi andadura en Hispania, teníamos los cimientos sólidos de unas líneas generales en las que se explicaba grosso modo quiénes eran los protagonistas y qué les sucedería en la primera temporada. Pero aún quedaban por responder algunas preguntas fundamentales, relacionadas sobre todo con el tono de la serie, los recursos narrativos, las limitaciones de producción, y los principales conflictos personales entre los protagonistas. Y, además, no contábamos con ningún referente claro al que agarrarnos para empezar a construir. Nos la teníamos que apañar por nuestra cuenta, vamos.

El propósito era escribir una serie de 9 capítulos (inicialmente fueron 8 que luego se ampliaron) ubicada en la Península Ibérica del siglo II A.C, y hacerlo de manera que cada episodio de 70-80 minutos resultara todo lo trepidante y entretenido que pudiéramos, que los capítulos te mantuvieran pegado a la pantalla a pesar de la larga duración, los cortes publicitarios y la previsible feroz competencia en otros canales. Evidentemente, para lograr esto sólo había dos opciones:

1- Plantear en cada capítulo decenas de emocionantes batallas y escenas de acción que mantuvieran la tensión al límite.

2- Apostar porque fueran los valores narrativos los que mantuvieran el interés de la historia.

Ustedes ya imaginan cuál era la única opción realista de la dos. Para conseguir los resultados que queríamos, hay una serie de recursos guionísticos que son relativamente sencillos de emplear y que hemos intentado aprovechar en Hispania:

–   Apostar por un número mayor de escenas más breves, que aporten rapidez y dinamismo a la narración.
–   Acelerar el ritmo de acontecimientos en cada capítulo. “Que pasen muchas cosas”.
–   Cuidar la continuidad narrativa, e intentar siempre “dejar en alto” las escenas.
–   Aprovechar el diálogo para reforzar la importancia y gravedad de los acontecimientos.
–   Y, sobre todo, tener un rico plantel de personajes que favorezca la continua presencia de conflictos potentes.

Esto último es, quizá, lo más importante a la hora de desarrollar un proyecto, así que el primer cometido que afrontamos consistió en intentar enriquecer, fortalecer, desarrollar la personalidad de los protagonistas, de tal forma que nos ofrecieran una cantidad suficiente de conflictos con recorrido y riqueza narrativa. Quizá no tuvimos todo el tiempo necesario para hacerlo, y quizá los resultados no fueron todo lo buenos que podrían haber sido, pero más abajo explico cómo, poco a poco, ciertas debilidades al respecto se fueron solventando a medida que la temporada avanzaba.

En los cursos que imparto o en mis aburridas disquisiciones blogueras, yo siempre son muy pesado con esta premisa básica: las series funcionan si funcionan sus personajes. Puede que esté equivocado, pero es una máxima que yo defiendo a rajatabla. Pregunten a alguien cuál es su serie favorita y por qué. Nadie responderá “me gusta House porque tiene unas tramas muy entretenidas”, o “me encanta Dexter porque tiene unos giros de guión muy buenos”. Seguramente dirán cosas más del estilo “es que me parto con Ross”, “me encantaba lo zorra que era Ángela Channing” o “quiero saber qué le va a pasar a Jack la siguiente temporada”.  Los personajes son los que conducen la acción, los que nos dirigen en su viaje, los que permiten que haya tramas, giros, situaciones, conflictos… Éstos, aunque sea fundamental que funcionen, van cambiando. Los personajes, permanecen.

Desde este punto de vista, la mayor dificultad que representaba el desarrollo de “Hispania” tenía que ver con una de las debilidades habituales en los proyectos de ficción de este estilo: el maniqueismo. Se trataba de una serie, en esencia, de buenos contra malos, y eso nos hacía correr el peligro de convertir a sus personajes en arquetipos demasiado elementales. El problema con el maniqueísmo no es sólo una cuestión moral o de verosimilitud, sino que tiene también un componente meramente práctico. Si unos son buenos y otros malos, es más difícil encontrar conflictos personales, no habrá conflictos morales, ni dudas en los personajes, ni lucha dentro de cada uno de los bandos, no habrá más que peleas del bien contra el mal, de la luz contra la oscuridad… y eso puede mantener la atención durante los 90 minutos de un filme (si tiene grandes dosis de acción), pero difícilmente, en nuestro caso, nos daría riqueza dramática suficiente para escribir los 700 minutos de la primera temporada de “Hispania”.

Es habitual encontrarse este tipo esquemas en proyectos de ficción, algo debido en gran medida al hecho de que las series se plantean, en primera instancia, para ser vendidas, y no para ser escritas, ya que por lo general las televisiones demandan lo que ellos consideran productos de “fácil digestión” para el público. El problema es que, una vez que te pones frente al teclado, o la pizarra del mapa de tramas, las cosas son muy distintas.

Así pues, antes de empezar a escribir o decidir los arcos horizontales de la temporada, decidimos hacer un esfuerzo por redefinir y complicar a los personajes protagonistas y los ambientes en los que se movían. En aquella primera fase, por ejemplo, surgieron los personajes de Héctor y Sabina, que añadían matices y gamas de grises tanto al mundo hispano como romano, representando patrones morales diferenciados de sus principales partenaires.

Reforzamos, entre muchas otras cosas, el carácter rebelde de Darío frente a su padre, el componente emocional de Viriato y su evolución de hombre común a líder, las habilidades conspirativas de Claudia, el carácter irascible y, en cierto modo, inseguro, de Galba, la relación de amor y cotidianeidad de Sandro con su familia (Bárbara y Tirso) y su especial amistad con Viriato, el carácter impulsivo de Paulo, la evolución en la relación entre Nerea y Sabina, la esclava rebelde y la que tenía asumida su posición…

Lo fundamental a la hora de definir a los personajes pasa por tener claro cuál es la función de cada uno en el esquema de la serie, qué papel va a cumplir, cuáles van a ser sus atribuciones dramáticas, sus tramas, sus conflictos, y para eso tan importante es que los caracteres de los personajes sean complejos, tridimensionales, como que lo sean las relaciones que sustentan.

Aun así, cuando empezamos a dialogar los primeros capítulos de “Hispania”, aún manteníamos muchas de las dudas del principio. ¿Qué papel jugaría exactamente éste o aquel personaje? ¿Cómo hablarían? ¿Cómo alargaríamos en el tiempo esquemas dramáticos en apariencia tan sencillos?

Lo más apasionante de escribir una serie es ir encontrando respuestas a esas preguntas. Es normal, e incluso aconsejable, que el esquema básico de una producción seriada parta de una premisa elemental fácilmente asimilable por el espectador. En este caso, se trataba de contar la venganza de un hombre sencillo contra un imperio, venganza que acababa derivando en una guerra liderada por un héroe.  Pero, a partir de ahí, a medida que los personajes se van enfrentando a diferentes conflictos, pueden crecer, evolucionar y encontrar su voz propia. Los arquetipos empiezan a transformarse en personajes complejos, lo que fundamentalmente significa, casi siempre, encontrar sus defectos, sus debilidades y sus contradicciones, que son lo que más nos define (por eso los personajes “malvados” casi siempre suelen ser más interesantes, y dan más juego, que los “buenos”).

En esencia, la historia de Hispania era la historia de una guerra, y, como tal, debíamos aprovechar los conflictos fundamentales que surgen en una confrontación bélica, que, aparte del propio enfrentamiento violento, físico, que implica la pregunta de “¿quién vencerá?”, casi siempre consisten en conflictos morales. ¿Hasta dónde se puede llegar para vencer a los enemigos? ¿El fin justifica los medios? ¿Puede un hombre bueno matar sin que ese acto violento, por muy justificado que esté, transforme fundamentalmente su propia esencia?

Desde los primeros capítulos procuramos que las escaramuzas, las peripecias y las aventuras de los protagonistas estuvieran impregnadas de este tipo de conflictos más profundos. Ya en el segundo capítulo Viriato se planteaba qué hacer con un prisionero romano al que debía matar a sangre fría, puesto que si lo dejaba libre revelaría a sus correligionarios la ubicación del escondite rebelde. No fue, quizá, la mejor trama que hemos escrito, aún estábamos encontrando la serie y se cortaron en montaje algunas de sus secuencias, pero ese tipo de conflictos morales siempre tienen fuerza, ayudan a mantener la tensión de la historia sin tener que gastarse los cuartos en complicadas batallas, y al mismo tiempo ayudan a ir definiendo las aristas menos conocidas de los protagonistas.

Una pelea puede resultar entretenida si está muy bien rodada, pero estamos acostumbrados ya a ver grandes superproducciones con mucho más presupuesto y fuerza visual que aquella a la que puede aspirar una serie de televisión española. No eran esas nuestras armas. Por lo tanto, debíamos asumir que al espectador no le concerniría realmente una pelea si no hay algo importante en juego. La confrontación física siempre tendrá mucho más valor si va acompañada de la confrontación entre los personajes, o de los personajes consigo mismos. Y es en el personaje de Viriato, fundamentalmente, donde intentamos trasladar esta manera de enfocar los guiones partiendo del conflicto.

A veces son las propias necesidades narrativas las que te empujan a desarrollar tus personajes. Héctor, por ejemplo, surgió de la necesidad de introducir una manzana podrida en el núcleo de los hispanos rebeldes, alguien que supusiera un peligro dentro del grupo, sin tener que recurrir constantemente a la amenaza romana, más lejana e inaccesible. Pero Héctor resultaba de partida demasiado “malvado”, lo que le podía convertir en un personaje plano. Sin embargo, a partir del tercer capítulo nos surgió una duda importante: los hispanos se ocultaban en una cueva, así que, si Héctor estaba dispuesto a traicionarles por dinero, ¿por qué no guiaba, sencillamente, a los romanos hasta ese escondite? Nuestra respuesta era, evidentemente, “porque no nos interesa que lo haga todavía”. Pero había que buscar una justificación plausible para el personaje… Así que decidí escribir esta escena de arranque para el capítulo, que nos solucionó el problema:

Los sueños o imaginaciones son útiles para expresar los deseos, miedos o intenciones de personajes que, por las razones que sea, no tienen un interlocutor con el que “confesarse”. Esta pesadilla explicaba rápidamente el motivo por el que Héctor no lleva a los romanos hasta la cueva: porque no quiere que maten a su hermano. Y, al mismo tiempo, lo convierte en un personaje más interesante al conferirle un nuevo matiz. Ya no era totalmente malo. Héctor está dispuesto a venderse por dinero, sí… pero tiene un límite claro: su familia. Y ese matiz aparentemente tan sencillo nos ha permitido a lo largo de la primera temporada llevarle de un lado a otro del espectro moral y nos ha brindado gran cantidad de tramas y conflictos. La inestimable aportación de Pau Derqui, un actor como la copa de un pino, ayudó también a darle credibilidad y volumen al personaje.

En otras ocasiones, ha sido el propio proceso de diálogo el que ha ayudado a ir encontrando al personaje. Como coordinador de guión, me he visto en la necesidad de escribir, o reescribir, al menos el 80% de los diálogos de la serie, para bien o para mal. Y a través de los diálogos hemos podido permitirnos el lujo de ir encontrando y definiendo a muchos de los protagonistas. Eso ha sido especialmente notable en Servio Sulpicio Galba, el personaje al que más he disfrutado escribiendo en toda mi trayectoria profesional. Galba, así como Marco, era en principio un malo malísimo. Casi un malo de opereta. Sin embargo, a medida que escribíamos a su personaje, y sobre todo conforme observábamos el magnífico trabajo de Lluis Homar, nos dábamos cuenta de la cantidad de matices con los que podíamos jugar.

Galba era astuto, Galba era inteligente, y eso le dotaba de una gran capacidad para la ironía, la burla, y la comedia. Galba era divertido, sí, incluso hacía chistes y ridiculizaba a sus interlocutores. Galba era cruel (aunque seguramente mucho menos que el verdadero personaje histórico). Galba era también temperamental, pero sabía utilizar mejor su rabia conteniéndola que dejándola explotar. Así, la dosificación de sus ataques de ira hacía que éstos resultaran mucho más inesperados y eficaces.

Los diálogos de Galba condensan recursos narrativos que rara vez se te permiten utilizar en televisión (donde todo suele ser tan verbalizado y tosco): dobles sentidos, soliloquios, discursos, medias verdades, pullas veladas, y mucho, mucho subtexto, como se puede comprobar en la siguiente escena, en la que Galba recibe a su general Marco sabiendo que éste pretende matarle, a la par que Marco sabe que él lo sabe…

Prácticamente todo en esta escena es subtexto. Ninguno dice exactamente lo que piensa, nadie habla de venenos, ni de traiciones y, sin embargo, creo que queda bastante claro todo lo que sucede, e incluso se insinúan aspectos de la relación entre los dos personajes que van mucho más allá de lo que nunca hemos verbalizado. Esta escena fue escrita con el convencimiento de que los espectadores no son estúpidos, y en mi opinión el resultado no fue tan terrible (por supuesto ustedes, si están en desacuerdo, son libres de patearme el culo, aunque sea metafóricamente).

Por otra parte, la escritura de un capítulo 6 algo improvisado que en principio no iba a existir, nos brindó una trama (idea de mis grandes compañeros MJ y Fran) en la que el pretor Galba enfermaba, y que nos permitió aportar al personaje, por medio de su sufrimiento, algún rasgo de humanidad (y, por lo tanto, hacerlo menos básico), al hablarnos de su hijo Fabio (al que algún día puede que lleguemos a conocer), y al poder expresar algunos secretos de su subconsciente, nuevamente en un sueño…

La figura uniformada que representa él mismo seguramente sea un aviso subconsciente del peligro que supone para él su lugarteniente Marco (que le acabará traicionando). Pero también podemos vislumbrar en la escena algo del afecto paterno que siente por su vástago Fabio, e incluso los retazos olvidados de un antiguo y verdadero amor por su mujer Claudia…

Quizá la fuerza del personaje de Galba, para mí, sólo pueda compararse, al menos sobre el papel, a la complejidad del de su  mujer, una patricia egoísta, caprichosa, malediciente, pero que termina por caernos bien, porque antes que nada es una mujer que sufre. Sufre mucho, y lo único que intenta una y otra vez es sobrevivir, incluso aunque para ello deba aliarse con sus enemigos naturales. Es un personaje complicado, y a veces no queda claro qué pasa por su cabeza: ¿ama realmente a Marco o sólo le utiliza? ¿Y a Viriato? ¿Cuáles son sus verdaderos objetivos? ¿El poder? ¿El dinero? ¿La venganza? ¿la supervivencia? ¿Todos a la vez? Los guionistas, evidentemente, tenemos respuesta a estas preguntas, pero preferimos dejar algunas cosas abiertas a la interpretación del espectador. No siempre es necesario explicitarlo todo.

Hacer sufrir a un personaje es una de las maneras más efectivas de lograr que caiga bien (apúnteselo, éste es uno de los pocos grandes “trucos” de guionista que conozco y utilizo). Si ese personaje es fundamentalmente bueno, ese efecto es todavía más palpable. Así lo planteamos con Sandro -magnífico Hovik,  el mayor descubrimiento de cásting de mi vida-, un bonachón que sufría en directo la muerte de su mujer…

Esta muerte se convirtió en un punto de inflexión de la serie. A partir del capítulo 4 los guiones se volvieron algo más oscuros, y quizá algo más complejos. La herida ponzoñosa que esta muerte dejó tanto en Sandro como en Viriato les volvió menos blandos, más adultos y sombríos, y posiblemente haya sido el giro más útil que hemos tenido en toda la temporada, al menos en lo que respecta a la composición de personajes.

Marco también empezó siendo un personaje arquetípico. Era un mero brazo ejecutor de Galba, un malvado asesino sin corazón, un hijoputa sanguinario… Pero sabíamos que, poco a poco, íbamos a encontrarle su punto débil: Claudia.

Marco es notablemente menos inteligente que Galba, más bruto, menos sutil, y disfrutamos mucho construyendo a lo largo de la temporada ese proceso en el que le vemos caer como un ceporro en los enredos y tejemanejes de la mujer a la que no puede evitar amar.

La necesidad de que se reconciliara con el pretor al final de una temporada que, desde el principio, estaba planteada para que Galba muriera (decisión que, acertadamente, se cambió en el último momento), nos volvió locos durante un tiempo. Pero de pronto nos dimos cuenta de que teníamos la solución delante de nuestros ojos: Galba siempre se había mostrado indolente y bárbaro con sus legionarios, mientras que Marco les trataba con el respeto militar de un general al que le conciernen sus subalternos. Así, cuando Galba decide acabar con la vida de su General traidor, las tropas se amotinan y se ponen del lado de Marco. Pero éste, consciente de que ya ha se ha deshonrado suficientemente con su fallida traición, decide reponer al pretor en su lugar, consiguiendo, así, que todo vuelva a ser lo que era, y limpiando en cierto modo su falta… Es una decisión fundamentada en un sentido del honor algo palurdo, pero perfectamente creíble en el tosco personaje que habíamos planteado, y que en cierta forma lo completaba.

Y es así, a lo largo del proceso, como poco a poco los personajes de una serie, y sus conflictos, se van perfilando. Estos son sólo algunos ejemplos pequeñitos de cómo enfocamos el curro diario, pero yo creo, humildemente, que todo este trabajo de “descubrimiento” ha sido uno de los motivos, no quizá de que la gente empezara a ver la serie, pero sí al menos de que la continuaran viendo. La fertilidad narrativa surge siempre del entramado de relaciones entre los personajes, y ese entramado se va tejiendo a lo largo de los capítulos, con paciencia, objetivos claros y un poco de sentido común. Por eso es tan importante que las cadenas sean pacientes con sus productos y dejen que las series hagan su recorrido.

¿Que hemos cometido muchos errores? Por supuesto. Si los pusiera todos juntos necesitaría diez posts como éste para explicarlos. Yo reescribiría todos y cada uno de los guiones de la primera temporada, hasta la extenuación. Por suerte para mis nervios, en televisión uno tiene plazos que no se puede saltar,y lo que está hecho, está hecho. Podría explayarme al respecto, pero creo que muchos de ustedes ya han demostrado su capacidad para detectar nuestras mayores cagadas y para ponerlas sobre la palestra con mayor ecuanimidad que un servidor. Y les animo, además, a hacerlo. Entiendan que no sería muy elegante por mi parte ponerme aquí a criticar a destajo un trabajo en el que tantos compañeros han colaborado.

La segunda temporada de “Hispania” será más compleja, oscura y trepidante que la primera, en mi opinión, aunque evidentemente condicionada por los límites de producción y por ciertas prisas en su elaboración. Habrá nuevos personajes, habrá muertes, amor, traiciones y héroes, un poco de todo. Espero que no les decepcione. A estas alturas del camino, una vez recorrido el primer trecho, me doy cuenta ahora de que la base dramática de “Hispania” era mucho más rica en nutrientes dramáticos de lo que me había parecido en un principio, y lo único que hace falta ahora para aprovecharla es seguir trabajando muy duro picando la piedra.

Porque eso sí, ustedes ya saben que los éxitos no son nunca para los guionistas, amigos. Son para los actores, las cadenas, los productores o los publicistas. Los guionistas, o los coordinadores de guión, aparte de la satisfacción personal por algunos -pocos- momentos de los que nos sentimos verdaderamente satisfechos, sabemos que cuando hacemos un trabajo afortunado seguiremos teniendo, sencillamente, un empleo y un sueldo por un tiempo más, hasta que la serie se agote, o nos agote a nosotros.

Antena 3 ha pedido más Hispania, como es lógico. Y para muy pronto, como es comprensible. De momento  he pasado las navidades escribiendo sin parar, y ya estamos inmersos en la segunda temporada, con la misma ilusión y empeño que en los primeros capítulos y con una idea algo más clara de la serie que hacemos, aunque quizá con algunas fuerzas menos. Todo sea porque continúe el espectáculo.

Y ustedes, por favor, me perdonen el tochazo.
(Y el egocentrismo)

49 comentarios en «POR QUÉ HA FUNCIONADO “HISPANIA”»

  1. Pues yo, por mi parte, he disfrutado de la serie y de esta magnífica entrada, y estaré encantado de ver las segunda temporada. Teniendo en cuenta que en televisión no veo nada más (creo que intentaré “El barco”), dice bastante de lo que opino, ¿no?

    Enhorabuena.

  2. Otra impagable lección de cómo se piensa una serie. Al menos para mí.

    Respecto al personaje de Héctor me atrevo a decir que anticipa, no sé si intencionadamente, el final de Viriato (no creo que sea un spoiler decir que Viriato muere traicionado por tres de sus hombres; es de lo poco se que sabe de él) Quizás pueda ser un elemento a mantener a lo largo de las temporadas, esa amenaza constante de la traición, la idea franquicia. De hecho, según escribo esto me doy cuenta de que Hispania trata, en realidad, de la traición: una traición es el detonante, la traición está presente en todas las relaciones entre los personajes romanos e hispanos y la traición será el final (quiero suponer).

    1. Me alegra que hayas pensado esto, amigo Kohonera. La verdad es que esto es algo que sí estaba en mi cabeza, aunque no sé si en la de mis compañeros.

      Sabemos muy poco de la personalidad de Viriato, prácticamente nada. Una de las pocas cosas que sabemos de él es que fue traicionado por gente muy cercana, por lo que podríamos deducir que era un hombre cuyo punto débil podría ser el exceso de confianza con la gente próxima a él. Por eso surgió el personaje de Héctor, y por eso yo creo que está justificado que Viriato no sea capaz de ver el peligro que el hermano de Sandro supone para ellos, y por eso, a la postre, el líder hispano acabará siendo traicionado tal y como pasó en la realidad (eso espero, al menos).

      Abrazos y gracias a todos por comentar.

      1. Ala noooooo Héctor no puede matar a Viriato! Se supone que se conocen desde pequeños y parece ser ,según dejó entrever Sandro, Héctor hizo algo en el pasado que si Viriato se entera lo mata. Vamos está claro o eso pienso que Héctor está detrás dela muerte de la mujer de Viriato…
        El asesino de Viriato debe ser alguien igual a Viriato. Es decir un líder de otra tribu hispana (de la bética preferiblemente por aquello de las uniones…) que vea que la situación de enfrentamiento a Roma es Insostenible ya que la Península va cayendo poco a poco y que llegados a un punto lo mejor para Sobrevivir es Pactar con Roma…

        1. Todo un acierto la escena del sueño de Héctor. Héctor se convierte es un personaje interesante porque tiene un conflicto interno: una contradicción. Eso que llamamos “dimensiones” del personaje son al fin y al cabo “contradicciones” del personaje. Un ejemplo claro es Macbeth, cuyo rasgo principal es la ambición. Sin embargo, lo que hace a Macbeth interesante es el sentimiento de culpa que le carcome.

      2. Yo ya no os lo digo más veces, Natxo; estáis perdiendo pasta. Se aprende bastante, y gratis, con muchas de vuestras entradas (y encima pide perdón el tío).

        Suerte con la segunda.

          1. Vivimos en una sociedad consumista. Esta entrada debería costar pasta (al menos una colecta para una caja de aspirinas)

            1. Genial el artículo! Cuánto se aprende!!!

              Yo me he visto toda la temporada de Hispania y me ha Encantado!!! Qué bien me lo he pasado vaya actorazos tenéis. Homar, Enríquez, Olmedo, Paza y Vellés pa empezar y luego algunos descubrimientos como El Grandullón, Sabina o (que ya la había visto en Gran Reserva pero duró poco. Cosas del guión jejeje!) O los muy asesinables Alejo y Traidoror. Vaya dos ratas, tres junto a Héctor. A ver si matáis ya a Alejo y que sea su Ex Suegro o Helena que se lo merece por Rata qué rábia la última escena de Helena en el 9!

              Por cierto la última escena de Galba me parece la caña y encima me estuve acordando de que en la Sexta daban la serie de los Zombies con lo cual un descojone porque mi subconsciente pensaba. Anda que si coinciden en emisión esta y la de los zombies por los suelos telita. Anda que si los de SLQH se marcan un Skech con las dos secuencias la caña!

              Sobre la segunda temporada Genial que vaya a ser Más OSCURA! Veremos Roma? Ojalá!!!

            2. Yo creo que si bien “Hispania” no es mi serie preferida. Es un intento de hacer algo. Me gustaría que otras tantas series o el mismo cine español se pusiesen las pilas y creasen buenas películas aunque sean pocas. Es mejor poco y bueno que mucho y mediocre y el cine español es más lo segundo que lo primero.

              Es más creo sinceramente que se hacen mejores series que películas, en España.

              Sobre los actores. Jesus Olmedo, lo vi en “Hospital Central”, siempre me gustó. Me parece un buen actor. Lluís Homar se mete tanto en su papel que no se sabe si es actor o en verdad es Galba, sensacional. Roberto Enríquez, lo tengo visto en alguna película española, pero sinceramente en esta serie lo borda. Ana Celia de Armas, gran belleza y gran actriz, esperemos pronto ver a Nerea de nuevo. Manuela Vellés, tan buena actriz como guapa, todo hay que decirlo. Ángela Cremonte, de lo mejor de la última temporada de “Los Hombres de Paco” a mi me parece buena actriz y tiene unos ojazos increíbles. Y no me olvido del que para mi es un actor revelación Hovik Keuchkerian (“Sandro”)ex-campeón de los pesos pesados y como actor bastante más que aceptable. Eso entre otros claro.

              Ni que decir tiene, que veré la 2ª temporada de “Hispania”

              Salu2

            3. Tengo que decir que he disfrutado muchísimo la serie, Hastiado. El interés y la expectación han sido crecientes, hasta el tan esperado y último capítulo, dejándote con muchas ganas de ver la segunda temporada. Como bien comenta en el post, las series funcionan, si funcionan los personajes. No me sorprende que haya disfrutado escribiendo el presonaje de Galba, porque realmente a protagonizado las situaciones y los diálogos con más brillo dialectico. Y para ayudar un poco más, Homar, realmente ha bordado el papel, en una fantástica interpretación. Claúdia, a la altura de Galba, lógicamente. Tal para cual. Los desplantes, picardías y maledicencias de Claúdia me han hecho reir muchísimo. Y bueno, todo apunta a que los amores reñidos son los más queridos, porque no la veo yo enamorada de Marco. Creo que le satisface mucho más el hecho de engañar y traicionar a Galba.

              Creo que en esta primera temporada Galba ha sido el motor principal de la acción, el centro activador de toda la trama y de la acción de los personajes. Supongo que en la segunda temporada habrá un desplazamiento hacia la figura de Viriato como auténtico protagonista. Los personajes hispanos en general han resultado cercanos y entrañables. No ha resultado dificil sintonizar con la vulnerabilidad de cada uno de ellos. Por otro lado, me parece muy interesante la evolución de Marco. Ha sido el personaje que más ha sorprendido a lo largo de los capítulos. A mí no me ha parecido tan cabeza cuadrada. Precisamente, el hecho de tener la vida de Galba en sus manos en diferentes ocasiones y rechazar estas oportunidades de acabar con su vida, (para sorpresa de Claúdia y cuando es capaz de matar a su propio hermano) le da fuerza, poder, al tiempo que le hace atractivo, interesante y extraño. Al menos a mí, me ha trasmitido eso. Seguro que dará mucho juego.

              Lo que menos me ha gustado, la excesiva facilidad para entrar y salir del campamento, subestimando a los romanos y la suerte de la esclava Nerea! Qué virgen más auténtica!
              Bueno, que se agradecen estos posts edificantes, para que guionistas y espectadores podamos intercambiar impresiones.
              Un saludo.

            4. ¡Muy buenas! Enhorabuena por el artículo, da gusto que un guionista (coordinador de guiones) nos cuente estas “batallitas” (y nunca mejor dicho) del interior del rodaje :) La primera temporada de “Hispania” ha sido genial, se nota que es una serie de calidad muy distinta a lo que se hace en televisión, os merecéis esa audiencia, ¡y más! Enhorabuena de verdad.

              Por cierto, quería ver si me podrías contestar a un par de preguntitas: ¿Antena 3 tiene pensado emitir la segunda antes de verano? ¿En mayo quizás? Espero que no nos toque esperar hasta el curso 2011-2012 :S Y la otra pregunta, que ya ha hecho Abril antes: ¿Veremos Roma en la 2ª temporada?

              Un saludo.

              1. Pues sí, estimado Kiny, todo apunta a que habrá más “Hispania” antes del verano.

                Respecto a la segunda pregunta, espero que comprenda usted que no me ponga aquí a soltar spoilers cuando todavía ni están escritos los guiones…

                Un saludo.

              2. Pingback: Hispania » ¿Por qué ha funcionado ‘Hispania’?

              3. He disfrutado con el post, que no con la serie, no por nada sino porque no la vi… bastaron la apocalíptica publicidad previa que hizo la cadena y un par de zappings que coincidieron siempre con escenas de asaltos armados (que no debe ser lo más afortunado de la serie) para hacerme desistir.

                Pero después de leer el recorrido que describes te aseguro que haré lo posible por ver la segunda temporada. No es como ‘financiar’ el blog pero si una una ‘materialización’ de que lo que escribís por aquí no cae en saco roto (el largo plazo está minusvalorado).

              4. Hispania es una serie que me ha enganchado totalmente y habéis hecho que me interese por la historia de Viriato y Galba. Espero con impaciencia la siguiente temporada :D

                Con respecto a la GRAN Claudia, es el mejor personaje de todos y es imposible que no caiga bien. A mí me encantan los personajes tan complejos y ambiguos porque desconoces cuál va a ser su próximo paso. Pienso que sí que ama realmente a Marco, antes le utilizaba pero estoy segura de que está enamorada. Eso se ve claramente en su última escena cuando ella lo ve, lo coge de la cara para que le mire. La carita de Claudia lo dice todo, lo importante es que están vivos y juntos. Y además Claudia le dice mi amor con una voz muy baja, si fuera mentira lo habría dicho con una voz más fuerte. Es mi opinión jajajja

                Eso sí, por favor no hagais que se enamore de Viriato.

              5. Jodo casi se me quedan los ojos leyendo todo pero he terminado jaja. Muy buen post y sobretodo muy buen analisis. Y sin peloteos, hoy por hoy tengo que decir que al menos Española, es la mejor serie que se emite. Ademas he descubierto unos actores y actrices que jamas habia oido hablar de ellos que son una pasada. Como los grandes Lluis Homar y Nathalie Poza, los dos mejores personajes en mi opinion de toda la serie. Y ojito, que por el camino que va Galba puede convertirse en uno de los mejores malos malisimos de la historia de la ficcion nacional. La 2º temporada imagino sera mejor aun, mejorando algunos fallos de la primera temporada, con los personajes ya “hechos”, y sobretodo con mas presupuesto. Que me imagino yo que habra subido al convertirse en el exitazo que se ha convertido. Y paro, que parece que quiero hacerte la competencia jaja! Grande Hispania.

              6. Por cierto, espero que en la próxima temporada Galba sea igual de malvado pero tenga algún defecto grave al andar… que eso de que te apuñalen en una época anterior al gelocatil no debía ser muy sano que digamos.

              7. Pingback: Ana de Armas Web » Más “Hispania” antes de verano

              8. Ante todo admiro el atrevimiento de hacer una serie como ésta en España. Como ya he dicho en otras coasiones hay cosas que me han gustado de la serie y otras que no tanto.

                En primer lugar, la duración. Sí ya sé que es algo que no deciden los guionistas, pero ojalá alguna vez que los directivos de la cadena o quien quiera que sea opten por episodios de 40 minutos.
                Supongo que por eso me daba la sensación que mareaban demasiado la perdiz con las relaciones ahora me encapricho de éste, ahora traiciono al otro, pero luego lo perdono…

                Los personajes: sinceramente creo que sigen siendo demasiado maniqueos, sobre todo Galba. Siento decir esto de un trabajo del que te muestras satisfecho, pero es que realmente me pareció en ocasiones un villano de opereta, es lo que me parece en ocasiones: Homar es un gran actor y hace un buen villano, pero hay cosas que hacen que me remueva en el sillón. Me da la sensación de que es malvado porque le gusta serlo. Además, esa manía de matar a sus propios hombres cada dos por tres, como un malo de James Bond, y muchas veces sin ningún motivo. En el primer capítulo, ordena que le saquen los ojos a los soldados que hayan visto desnuda a su mujer (que habrá sido medio campamento) en el último asesina a sangre fría a uno de sus oficiales tras dar un consejo que además luego sigue y entre medio también ha dispuesto alegremente de la vida de los suyos… sinceramente no entiendo como es que los soldados esperan tanto para sublevarse.
                Para que no sea todo negativo, hay situaciones en que sí resulta creíble esa falta de ecrúpulo incluso con los suyos; por ejemplo, cuando sacrifica a sus legionarios para que el personaje de William kemp pueda introducirse entre los rebeldes.
                Y desde luego era mejor ver a estos dos actores juntos en “Hispania” que en “Rottweiler”.

                Me parecería más creíble que reservara esa crueldad para los hispanos, al estilo de los oficiales coloniales europeos del XIX o los nazis que despreciaba a los que no son de los suyos por verlos inferiores pero que trata con respeto a los que considera sus iguales.

                Viriato y los suyos también me parecían un poco arquetípicos: el héroe, el fortachón tipo Goliath, el joven impulsivo…

                Héctor: al principio también me pareció muy plano. Otro malo con risa desquiciada que solo falta que tenga un cartel que ponga “traidor” (y que tontos son todos que nadie se da cuenta) pero reconozco que en los siguientes capítulos ha ganado en profundidad. Me molestó que fuera el único de los crucificados que sobrevive; de todos los anónimos hispanos ajusticiados justo el traidor es el que se salva.

                También soy de los que creo que los hispanos entran en el campamento romano demasiadas veces y con demasiada facilidad. Me pareció absurdo que Viriato y los suyos pudieran entrar disfrazados de romanos y que nadie se diera cuenta. Por lo menos podrían haberse afeitado.

                En todo caso, veré la segunda temporada; espero que la serie vaya mejorando y que tengan algo más de presupuesto.
                Me alegra que seas autocrítico con tu trabajo; es la única manera de mejorar.
                Perdón por el tocho

              9. Pues a mi el general Marco me parecía MUCHO más itneresante cuando era un androide destructor. Eso de que tenga su “corazoncito” me parece, con todo respeto, una putísima mierda. El personaje estaba planteado desde el episodio 1 como un robot sin sentimientos, que obedece y asesina sin piedad. En el momento en el cual es seducido por Claudia, pierde toda la “magia”, al menos para mí.

                1. Muy bueno lo de que Marco estaba planteado como un androide destructor pero ya en el 1×1 hay una secuencia que deja entrever que Marco se siente atraído por Claudia. Ésta se quiere ir a Roma y se despide de Galba y de Marco (de él con cierta mirada picarona…) Ella se monta en su sillón de la reina tirado por escolta romana y Marco dice Se notará su falta señor. A lo que Galba le contesta Si todos viviremos mejor sin ella. Y Marco le lanza una miradica a Galba que denota cierto interés por ella. Lo de robot sin sentimientos si es militar y atiene a órdenes que no cuestiona como militar. No se le permite pensar ni padecer ni sentir sólo actuar. Pero que le mola Claudia ya se ve en el capitulo 1×1.

              10. Eso sí, un aplauso por haber conseguido algo que Águila Roja no ha conseguido en catorce mil capítulos: hacer una serie de aventuras CON aventuras y un producto de entretenimiento VERDADERAMENTE entretenido.

              11. Pues como profesional del medio (guionista) y como espectadora, he de confesar que Hispania me ha decepcionado bastante. Cuando escuché que Antena había comprando el proyecto me pareció que había acertado muchísimo (y no hay duda de que lo ha hecho), una buena base histórica siempre viene bien para empezar con una historia de ficción.
                Pero semana tras semana la serie creo que ha ido perdiendo fuelle. Creo que, a pesar de lo que dices, no tiene tan buen casting. Evidentemente Lluís Homar es la excepción, pero ¿de verdad piensas que el resto de actores está a la altura? Las escenas de Nathalie Poza a veces parecían de comedia, no sé, me hacía reír. No se puede estar más histriónica. ¿Y de verdad piensas que Ballesta es un buen actor?
                Con respecto a los guiones, me parece que habéis escrito un buen mapa de tramas y recuerdo en ciertos capítulos haberme sorprendido gratamente con algunos de los mecanismos de la escaleta, pero los diálogos siempre me parecieron menos elaborados que las tramas y a los hispanos me sigue costando creérmelos. Igual es por los actores, ya te digo que casi ninguno me parece acertado. Igual que no me creo tampoco que Galva no haya violado a ninguna de sus esclavas desde que las secuestra. A veces creo que no es que a la serie le falte verdad, sino creo que le falta verosimilitud. Los Romanos fueron uno de los pueblos más salvajes de la historia, más aún que los bárbaros. Y en Hispania son corderos. Igual es cosa de la cadena, quién sabe. Insisto, creo que a la serie le falta emoción, pero no emoción en la dirección, sino emocionar al espectador, hacerlo partícipe, que sufra como los personajes, que haya más tramas personales, que las tramas personales conduzcan los comportamientos heróicos de los personajes, sin traicionar la franquicia y lo que en definitva queremos contar.
                Pero no todo es malo, creo que la dirección apunta maneras y a veces salva situaciones que en guión no estaban claras.
                En resumen, habéis hecho un producto de éxito, de eso no cabe duda, pero eso no quiere decir que esté bien hecho. El éxito en la tele ya sabes que depende de muchas cosas. Aún así, espero con ánsia una mejor segunda temporada, que veré sin duda, o no…
                Y un sonsejo, los post tan largos son… buf, pues eso, demasiado largos. La brevedad es una virtud.
                Un saludo.

                  1. Yo lo que no sé es como se reconoce por Televisión “los mecanismos de la escaleta”. Dicho no sólo sin acritud, sino con inquietante curiosidad.

                    1. Seguramente los haya identificado de la misma manera que ha identificado a los romanos como corderos y a la actriz Natalhie Poza como si estuviera contando chistes en el del Club de la Comedia. Todo cuadra.

                    2. Por supuesto, entiendo perfectamente que no le haya gustado la serie, estimada María. De hecho, coincido en muchas de las críticas que usted y el resto de lectores señalan, creo que acertadamente.

                      Ya he dicho que yo habría cambiado muchas cosas. Y desde luego sé que la serie no ha funcionado sólo por las posibles virtudes del guión, sólo trataba de hacer un acercamiento a algunas de las intenciones narrativas a las que hemos procurado agarrarnos, teniendo en cuenta que muchas se han quedado en eso, en intenciones, con resultados a veces bastante imperfectos. También espero que usted tenga en cuenta que no siempre se pueden escribir las cosas exactamente como a uno le gustaría, en estos oficios siempre mucha gente que manda más que uno, sobre todo si es guionista.

                      En cuanto a la extensión del post, ya les pedía perdón al final del mismo, pero lo vuelvo a hacer de nuevo si hace falta. Mis más sinceras disculpas si le he hecho leer más de lo que era necesario.

                      Gracias a todos.

                    3. Pelín largo el comentario, ¿no le parece, Hastiado? Aún así mucha suerte en la segunda temporada y que le sigan las audiencias, y por supuesto, salud por encima de todo.

                      1. No sé qué problemas tienen algunos con la extensión del post… ¿Les cansa leer? ¿Son impacientes? Y lo más curioso es que viene de gente que escribe… En fin, no sé, supongo que con dejar de leer cuando te empiecen a bailar las letras, arreglado.

                    4. Guionista Hastiado, yo creo que habeis vuelto a tropezar con esta serie. Yo la deje de ver en el capitulo 5 creo recordar.

                      Hasta ese capitulo la serie me parecía que repetía una el mismo esquema aburrido. La entrada y salida de unos ( romanos) y otros ( hispanos) de las tierras/guaridas del rival.

                      Además algunas decisiones de los personajes carecían de verosimilitud. Me remito a ese capitulo 5 donde Galba no solo nunca violaba al personaje de Nerea sino que además perdonaba la vida a Darío por intentar matarlo entregándole a la “justicia” hispana ( antes había sido un sádico mandando quitar los ojos de los soldados que vieron a su esposa desnuda lo cual es una contradicción) o donde la susodicha Nerea tenía oportunidad de escapar con su amado y no lo hacía. Si yo fuera el guionista( y la cadena o el productor no me lo impidieran), yo habría hecho de Galba un violador, de Nerea una mujer destruida por los latigazos y las violaciones y a Darío me lo hubiera cargado .

                      Hispania debería haber sido menos light y más adulta. La serie nunca me sorprendió,ni me cautivó, ni me pareció que pasaran muchas cosas durante los más de 60 minutos que duraba el capitulo. Obviando el presupuesto Roma me pareció mejor porque usaba una serie de golpes de efecto ( muertes varias de personajes importantes, traiciones viles y crueles, incestos, casquería y violencia a cascoporro) que hacían que yo como espectador estuviese enganchado. Como en Hispania todo es muy blandito y nunca sorprende no pude pasar del quinto capitulo.

                    5. Al margen de las apreciaciones subjetivas de cada cual, quería comentar que el hecho de que Galba nunca violase a Nerea no fue gratuítamente, sin ton ni son. Quizás se pecó de presentar demasiadas oportunidades para ello, pero en la serie estaba justificado por dos razones:

                      1- Nerea paso a ser protegida y esclava de Claúdia (ésta sentía cierta debilidad e incluso atracción por la esclava). Y siendo el personaje con más cuota de poder, a la altura del Pretor en inteligencia, manipulación y engaño, (también consiguió dársela con queso al Pretor en distintas ocasiones)se preocupó de que Galba no le pusiera a la esclava la mano encima. De hecho, la otra esclava no corrió la misma suerte, ni tampoco le importó sacrificarse en favor de su amiga, con la que llegó a simpatizar y conectar. Seguramente sería por la ingenuidad y la inocencia, que ella había perdido hacía tiempo.

                      Por otro lado, no es incoherente ni extraño, que Nerea que representaba esa pureza, correspondiera de igual forma a su amiga y renunciara a escapar con su amado, sabiendo que la vida de la esclava que le salvo el culo en varios ocasiones estaba en juego.

                      2-Supongo que la intención era preservar un poco la inocencia de Nerea, como un elemento esencial que alimentaba la incertidumbre, la esperanza y el idealismo en favor de una de las histórias de amor que se han dado entre los hispanos y seguro que muchos espectadores se habrán sentido agradecidos y aliviados, por el hecho de que no la violará. Algún aliento de esperanza tenían que dar también a los Hispanos. Ya torturaron y se cargaron a la mujer de Sandro. No todo iba a ser muertes, violaciones, torturas crueles, casquería y violencia a casporro, que por cierto también se dieron y en ellas, los romanos no destacaron precisamente por ser corderos. A mi juicio, se dieron en las dosis oportunas, destacándose también un manejo muy oportuno y adecuado de los recursos narrativos, que muchos espectadores hemos sabido apreciar y disfrutar.

                      Y por supuesto, no voy a pedir disculpas por la extensión de mi comentario, ni tienen que estar de acuerdo con mis observaciones.

                      1. Yo no creo que Sabina y Nerea hayan simpatizado nunca. Creo que sólo se soportan y se sirven la una de la otra. Nerea cree que por el hecho de ser esclavas e “hispanas” (aunque, de la boca de Sabina nunca ha salido que sea hispana, no? No sé, a lo peor me equivoco.) ya se tienen que ayudar la una a la otra por encima de todo, es así de inocente. Sabina sabe, mejor, nadar y guardar la ropa, y su punto de mira es su domina. Está enamorada de ella. Creo, ja, ja.

                        1. Pues, para no simpatizar, las dos han soportado estupendamente sacrificarse la una por la otra. Como dije en mi comentario, Sabina le salvó el culo a Nerea en distintas ocasiones y no sería por lo mucho que le ponía el Pretor y el hermano de Marco.
                          Y lo mismo digo de Nerea, si no se escapó con su chico cuando tuvo oportunidad, no fue por falta de ganas.
                          Si llegan a simpatizar, se hacen pareja y hacen un trío con la Dómina.

                      2. ………….Escrito por …………………………Ya sabemos que todas nuestras chicas favoritas estaran de vuelta para la sexta temporada de L Word. Todo el cast inicial mas Tasha estaran de regreso para el final de nuestra serie favorita pero que hay de las actrices invitadas?…Esto de ser lesbicanaria tiene sus ventajas y ya hay unos cuantos nombres que puedo asegurarles estaran de vuelta en la sexta temporada agarrense las faldas chicas porque esta es la lista ..

                      3. Yo quisiera felicitar a los guionistas de la serie por cómo manteneis la estructura narrativa y el hilo y no sabía el detalle de la enfermedad de galva y os ánimo a que sigáis trabajando con la misma ilusión. Espero con impaciencia la 2ª temporada.

                      4. José Miguel Romaña

                        Lo que nadie comenta es algo que sencillamente me ha dejado atónito, unos romanos tratando de ¡USTED! a sus superiores cuando no existía más que el tuteo y nadie lo hacía con el tratamiento de vos. Uno siente vergüenza ajena con estos romanos de pacotilla. Debemos aprender mucho de la serie ‘Roma’, porque los combates ¿Batallas? son tan elementales que dan risa. ¿No se sabe hacer o es que el presupuesto no da más de sí? Y otro error histórico increíble, que los propios habitantes de la Península Ibérica se llamen a sí mismo ‘hispanos’. ¡Por favor!

                        1. José Miguel: los romanos hablaban en latín, a ver si lo entendemos; no usaban el usted porque no existía en ese idioma. En español sí tenemos esa diferencia.

                          Las batallas: creo que es más que evidente que Hispania tiene un presupuesto ligeramente inferior a la serie Roma…

                          “Hispanos”: creo que es más que evidente que no es ningún error si no que se trata de una licencia para hacer más comprensible la historia al público. Nadie se rasga las vestiduras porque se hable de galos.

                          Y ya que hablas de Roma ¿qué pueblo es ese de los “íberos azules”?

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