CONSULTORIO: DERECHOS DE ADAPTACIÓN DE UNA NOVELA

por David Muñoz.

Buenas,

Soy Raúl Gay. Esta es la segunda vez que escribo a bloguionistas; la primera tuve una respuesta rápida y muy clarificadora.

Una vez terminado el máster de la UAB, me he lanzado a escribir. Tengo 2 cortos y un tratamiento de largometraje.

Ahora me apetece adaptar una novela de un autor español vivo (ya disculparéis que no ponga aquí su nombre). Y tengo muchas dudas.

¿He de pedir los derechos antes de sentarme a escribir? ¿A quién se los pido? ¿Cuánto tendré que pagar? Si los pago, en el caso de que pueda, y luego no me sale (al fin y al cabo estoy empezando) ¿qué sucede? ¿Necesito el apoyo de una productora? ¿Antes o después de escribir? ¿Antes o después de tener los derechos?

En fin, mil y una dudas que pueden resumirse en: ¿Qué diablos tengo que hacer para adaptar una novela, venderla a una productora, que haga una peli y sacar unos eurillos por el camino?

Muchas gracias, feliz aniversario con retraso y feliz 2011

Raúl Gay

Hola Raúl,

¡Pues claro que tienes que pedir los derechos antes de sentarte a escribir!

Si no lo haces, te puedes encontrar con que te pase una de estas cosas:

-Que cuando ya hayas escrito tu guión descubras que los derechos del libro ya han sido vendidos y hay otro proyecto de largometraje en marcha basado en el mismo material.

-Que aunque no sea así, el autor decida que no le interesa venderte los derechos de su obra.

El resultado, en ambos casos, es que después de meses y meses de duro trabajo (adaptar un libro no suele ser nada fácil), puedes encontrarte con que tienes 100 páginas que no valen para nada, ya que tú no tienes derecho a hacer nada con ellas salvo a guardarlas en una carpeta de tu ordenador.

Luego, además de un problema legal/práctico, hay otro de orden moral.

¿Qué te parecería a ti si escribieras una novela y descubrieras que hay un guionista adaptándola con la idea de venderle su guión a un productor sin haberse puesto en contacto contigo para pedirte los derechos?

Uno de los derechos más importantes que tenemos los autores es el derecho a hacer con nuestras obras lo que nos de la gana (y eso incluye renunciar a ese derecho a cambio de un dinero).

Entonces, ¿qué hacer?

Pues tratar de hacerte con los derechos del libro en cuestión, por supuesto.

Hace un par de años adapté este libro para Tornasol. El resultado fue un guión muy atípico que podría haber dado lugar a una película creo que bastante interesante. Pero ninguna television quiso comprar un proyecto tan "raro".

Las maneras más comunes de hacerlo son las siguientes:

1- Ponerte en contacto con un productor al que creas que pueda interesarle ese tipo de material. Pasarle una copia del libro, pedirle que lo lea, y si le interesa, convencerle para que compre los derechos para el cine y te encargue a ti el guión.

Esta suele ser la vía más habitual. Aunque lo normal es que sea primero el productor quien compre los derechos de un libro y luego contrate a un guionista para que lo adapte.

De modo que si trabajas con (o más bien, “para”) un productor, no tienes que preocuparte de ninguna gestión más que de convencerle de que el libro que te gusta puede ser la base de una película interesante  y de que tú eres el guionista adecuado para adaptarlo.

El riesgo que corres es que en cualquier momento el productor puede decidir encargarle el guión a otro, dejándote fuera del proyecto que tú mismo has puesto en marcha (y sí, legalmente puede hacerlo, ya que los derechos del libro serían suyos).

2- Conseguir tú los derechos del libro y adaptarlo por tu cuenta. Una vez tengas la primeras versión, entonces es cuando deberías conseguir un productor capaz de levantar una película basada en él. También puede despedirte cuando compre tu guión (y los derechos del libro), pero puedes negarte a firmar el contrato si intuyes que te van a largar (o intentar que en el contrato haya una cláusula que impida tu despido; cosa que no creo que pudieras conseguir).

Si es eso lo que quieres hacer, los pasos a seguir son los siguientes (afortunadamente, gracias a Internet, este tipo de gestiones son ahora relativamente rápidas y sencillas):

-La mayoría de los autores llevan a cabo este tipo de tratos a través de sus agentes.

Para descubrir quién es el agente del autor que ha escrito el libro que te interesa, lo más rápido es escribir a su editorial. Y casi todas las editoriales tienen páginas web. Incluso son muchos los autores que disponen de páginas web o blogs. Si les escribes, ya dependerá de ellos remitirte a su agente o negociar contigo personalmente.

-Cuando escribas al agente (o al autor) te recomiendo un mensaje no demasiado largo (a lo mejor de un folio, como mucho) explicando claramente quien eres y lo que quieres. Hay que ser educado, pero no es necesario hacer la pelota. Si quieres adquirir los derechos de un libro, se sobreentiende que te gusta.

Si al agente le parece interesante lo que le has contado (y todavía no ha vendido los derechos), entonces empieza la negociación.

-Lo más común no es comprar directamente los derechos del libro, sino pactar una opción por un precio mucho más reducido de lo que te costarían los derechos.

¿Y en qué consiste una opción?

Como dice su nombre, una “opción” te permite tener la opción de comprar los derechos del libro…

…o no.

Básicamente, una opción te permite escribir tu guión y moverlo durante un período de tiempo determinado. Lo más normal es pedir que ese tiempo sea entre uno y dos años. Después, o se concreta la opción -o sea, se compran los derechos abonando una cantidad muy superior a la pagada inicialmente-, o los derechos del guión vuelven a ser propiedad del autor de la novela.

Estas son las dos situaciones básicas.

Luego, hay todo tipo de permutaciones.

Hace muchos años, adapté al cine este libro. La película nunca se rodó, pero tiempo después, escribí una serie, "Quart", protagonizada por los mismos personajes de la novela.

Por Ej., yo he escrito dos cómics cuyos derechos he vendido para el cine. En un caso, yo soy el titular de todos los derechos y no tengo agente, con lo cual el productor se ha puesto directamente en contacto conmigo y he sido yo quien he llevado toda la negociación. En el segundo, cedí los derechos de la adaptación al cine al editor, de manera que el productor ha tratado directamente con él. Yo no he hecho nada (ni he decidido nada tampoco). El editor se ha limitado a ir informándome de cómo iban las cosas y ya está.

Puedo ponerte otro ejemplo práctico desde el punto de vista no de propietario de los derechos, sino de guionista que quiere adaptar una novela y consigue los derechos necesarios para hacerlo.

Hace unos meses leí una novela de un autor inglés que me interesó mucho. Casualmente, un director amigo mío la leyó también y mostró interés por ella.

Pensamos en adaptarla entre los dos y en hablar con un productor para que comprara los derechos, pero finalmente elegimos no hacerlo. No queríamos arriesgarnos a que el productor decidiera despedirnos a uno de los dos y pasarle el proyecto a vete a saber quién.

Así que acordamos tratar de comprar los derechos.

Gracias al editor español, conseguimos el e-mail del agente del novelista y le escribimos.

Lo que le propusimos fue lo siguiente: que nos cediera una opción durante un tiempo por un dinero razonable. Pasado ese tiempo, o comprábamos los derechos, o los derechos volverían al autor.

Y aceptó.

Una opción por un año, renovable a dos. Además, por una cantidad bastante modesta.

De manera que ya tenemos los derechos y podemos empezar a trabajar.

Nuestra intención es escribir la primera versión del guión lo antes posible, buscar un actor conocido que quiera interpretar el papel protagonista, y luego ofrecerle el “paquete” completo a un productor.

De hecho, nos estamos comportando como productores.

Puede que no nos salga bien. Quien sabe. Pero al menos nos daremos el gusto de adaptar el libro a nuestro aire y tendremos la tranquilidad de saber que hemos hecho todo lo posible para hacer realidad la película que imaginamos cuando leímos la novela.

Obviamente, el proceso siempre es mucho más fácil si, como hemos hecho nosotros, te fijas en una novela poco conocida de un autor no demasiado popular, que si lo que quieres es adaptar un libro de Arturo Pérez-Reverte o de Stephen King, a quienes probablemente deben llegarles jugosísimas ofertas para adaptar sus novelas todos los días.

Pero… nunca se sabe.

La última novela que he leído: "True Grit", en la que han basado su nueva película los hermanos Coen. No sé cómo será la película, pero el libro es cojonudo. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien leyendo.

Y Raúl, respondiendo otra de tus preguntas.

¿Qué pasa si no nos “sale”?

Pues que habremos perdido mucho tiempo y poco dinero.

Pero como reza el dicho: “quien quiera peces que se moje el culo”.

Nada te garantiza que vayas “a sacar unos eurillos por el camino” salvo que convenzas a un productor para que compre los derechos y te pague por adaptar el guión.

Claro que como te he comentado antes, al hacerlo corres ciertos riesgos que a lo mejor te interesa posponer todo lo posible. O no.

Tú eliges.

Ah, si te animas a intentar conseguir los derechos del libro, te recomiendo que hagas una cosa antes de empezar todo el proceso: escaletar la novela para ver si realmente hay ahí una película o no.  A veces lo parece cuando lo lees y al empezar a trabajar resulta que no es así. Y es mejor darse cuenta antes de firmar el contrato.

¡Suerte!

11 comentarios en «CONSULTORIO: DERECHOS DE ADAPTACIÓN DE UNA NOVELA»

  1. Y en el caso de que tu historia tenga coincidencias estructurales evidentes, pero no del todo concretas con partes de una novela y otras partes de otra/s, que sin duda han aflorado de manera involuntaria, aún después de haber sido leídas años atrás, debido a la honda huella que han dejado estas obras en tu subconsciente… ¿qué hacer?, ¿solicitar derechos de estas obras, aún siendo parecidas sólo tangencial o puntualmente, o tirar por la calle del medio, o cambiar todo lo posible que se pueda parecer al original..? ¿Os ha pasado esto alguna vez?

  2. Hombre… todas las historias se parecen a otras. Lo importante es que no se parezcan demasiado. Si se parece la estructura pero no la historia, no creo que haya un problema.

    1. La cosa, en mi caso, está en el límite de estructura y fragmentos de la historia, que si bien ocurren en tiempos y circunstancias diferentes, sí que remiten a un par de obras distintas, por si fuera poco complicado una sola. Aunque esto sólo ocurre en una parte del guión.
      Hace poco he escrito y dirigido un cortometraje, o más bien un largometraje breve, adaptando un capítulo de una novela de un autor conocido. En este caso el autor cedió amablemente los derechos, aunque después la editorial, se ha reservado el 10% de los posibles beneficios. Obviamente se trata de una obra de escaso recorrido comercial, pero en el caso de un largo, ¿crees que sería tan sencillo?
      Un saludo.

    2. Pues no, claro. Efectivamente, un largometraje puede generar beneficios, y el autor debe exigir un dinero razonable por permitirle a un productor tener la oportunidad de ganar dinero con su material.

  3. guionistaenchamberi

    Estupenda respuesta, David. Puro sentido común. Ojala haya suerte con ese proyecto en el que te estás comportando casi (o sin casi) como productor.

  4. Recordé ahora una misma premisa contada de tres maneras diferentes:
    – El asesinato de Roger Acroyd
    -Sunset Boulevard
    -American Beauty
    Tanto la novela de Ágatha C. como los filmes de Willy B y Sam M. parten de un asesinato y es el propio muerto a contar la historia…

    1. Una pregunta un poco fuera del tópico: ¿vosotros, en bloguionistas, pagáis o pedís permiso para colocar imágenes con derechos en el blog?

      Lo pregunto sin ánimo de incomodar a nadie. Lo hago más que nada porque mantengo un blog desde hace tiempo y últimamente me he preguntado, a nivel moral, por los derechos de las fotos y las portadas de libros y cómics que a veces exhibo en mi blog, siendo como soy un ardiente defensor de los derechos de autor.

      Siento no dejar aquí el link del mismo. Me encanta este blog, casi tanto como la idea de mantener el “anonimato editorial” de mis comentarios. Supongo que lo entenderéis, ¡a veces se calienta tanto este blog que termina abrasando a los que se acercan!

    2. Rodro, irme del tópico me encanta, es la única posibilidad real de decir algo sin incomodar a nadie o herir susceptibilidades. Mucho calor en Chile?

    3. Yo creo que este tipo de blogs se acogen a este artículo de la Ley de Propiedad Intelectual conocido como “Derecho de cita”:

      «Artículo 32. Cita e ilustración de la enseñanza.

      1. Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada. Las recopilaciones periódicas efectuadas en forma de reseñas o revista de prensa tendrán la consideración de citas. No obstante, cuando se realicen recopilaciones de artículos periodísticos que consistan básicamente en su mera reproducción y dicha actividad se realice con fines comerciales, el autor que no se haya opuesto expresamente tendrá derecho a percibir una remuneración equitativa. En caso de oposición expresa del autor, dicha actividad no se entenderá amparada por este límite. 2. No necesitará autorización del autor el profesorado de la educación reglada para realizar actos de reproducción, distribución y comunicación pública de pequeños fragmentos de obras o de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo, excluidos los libros de texto y los manuales universitarios, cuando tales actos se hagan únicamente para la ilustración de sus actividades educativas en las aulas, en la medida justificada por la finalidad no comercial perseguida, siempre que se trate de obras ya divulgadas y, salvo en los casos en que resulte imposible, se incluyan el nombre del autor y la fuente.
      No se entenderán comprendidas en el párrafo anterior la reproducción, distribución y comunicación pública de compilaciones o agrupaciones de fragmentos de obras o de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo.»

      Esto es algo que aprendí hace ya mucho tiempo, cuando hacía fanzines. ¡En la prehistoria casi!

Los comentarios están cerrados.