Por Chico Santamano.
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Este post forma parte de una historia que se comenzó a escribir en 2008 y que se inició en esta entrada. Cada miércoles y domingo, repesco un capítulo. Que ustedes lo disfruten…
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El fin de semana pasado tuvo lugar en Madrid el Festival de Cine Porno. Cada vez que las teles y sus respectivos informativos utilizan este acontecimiento con el único interés de disparar sus audiencias recuerdo la anécdota que me contó un amigo.
Hace años (y creo que lo hacen cada dos por tres) cierta actriz porno quiso batir el record de polvos en un día. La señorita se había propuesto pasarse por la piedra a unos cuantos centenares de machotes con ganas de sexo fácil. Los copuladores, colocados en fila india a la espera de meterla, eran sometidos a cierto precalentamiento de otras actrices secundarias con el fin de que los caballeros llegaran, penetraran y todo fuera lo más rápido posible y el siguiente se introdujera cuanto antes.
De todos los maromos nos centramos en uno de ellos. Un joven, lo suficientemente atractivo como para no tener que hacer fila para meterla. La protagonista lleva ya unas cuantas horas abierta de piernas y es el turno del chaval, que sube decidido, sin pantalones, con calcetines y la herramienta preparada.
De pronto salta la sorpresa. El joven hace un movimiento inesperado. Se arrodilla y comienza a rebañar el “plato” que habían usado durante horas decenas de maromos.
En un principio la estupefacción se apoderó del rostro de los múltiples espectadores que se habían reunido durante horas para ver semejante espectáculo. Todos olvidaron durante unos instantes sus inseparables cámaras. El terror no tardó en reflejarse en sus ojos. Posiblemente fuera la escena más horripilante que habían presenciado en todos los días de su vida.
Pues esa misma experiencia sufrí yo y sin tener una cámara en la mano. Primero estupefacción. Después terror. Y todo cuando recibí al fin, tras meses de espera y en plena escritura de la segunda versión, el contrato de la productora.
Mi anterior película la había hecho también con ellos y todas las batallas por las que luché en el anterior contrato me iban a tocar lucharlas de nuevo porque no había ni rastro de esas pequeñas victorias pasadas que en cierta manera dignifican la profesión del guionista. En su momento conseguí reservarme un tanto por ciento de la posible venta del guión para remakes, series u otras adaptaciones… Me aseguré los derechos de comunicación pública y reproducción mecánica para cobrar mi parte correspondiente de los derechos de autor en la venta de los dvds…
Porque es curioso… la mayoría de los guionistas “cobran” más por el top-manta (canon de los cds/dvds vírgenes) que por la venta de sus obras en cualquier gran superficie. ¿Lamentable, no?
El caso es que no había ni rastro de todo esto y encima mi caché se había rebajado en ¡12.000 euros! Llamo deprisa y corriendo a Santiago y me dice que no tiene ni idea de qué ha podido pasar porque del contrato se ha encargado Enrique…
Enrique…
Continuará…
Se masca la tragedia. ¿Se adivina tras ello la mano vengativa de la guionista “mira lo que me ha dicho este, cari”?
Va, Chico, que todos sabemos que el “amigo” que fue al festival eres tú…
Yo en tu caso, y siguiendo con el gráfico simil que has empleado para ilustrar tu estupefacción, pegaría el culo contra la pared.
Buen sexo, el mejor remedio para controlar el estress
Millones de personas en todo el mundo viven estresadas, lo cual puede acarrearles a largo plazo alteraciones en su salud física, mental y emocional.
Hacer el amor no sólo ayuda a afrontar las situaciones que provocan tensión nerviosa, sino que además fomenta que el organismo segregue unas hormonas relajantes y revitalizadoras. El secreto para aprovechar al máximo los beneficios de esta placentera “psicoterapia natural” consiste en disfrutarla de manera consciente, completa y con todos los sentidos.
De acuerdo a algunas investigaciones recientes y la opinión de destacados expertos, no sólo es posible, sino que además puede resultar muy agradable, porque el sexo ¡no sólo da placer, sino además salud!
Ya sé que, como buen guionista, cuando escuchas una historia tan buena te arde el estómago hasta que consigues encajarla en algún sitio, pero… creo que la anécdota sexual te ha salido muy pillada por los pelos. Seguro que hubieras encontrado mejor sitio que este post.
Y aunque sé que me meto en camisa de once varas, y más teniendo en cuenta que no dejo de estar de acuerdo contigo, no puedo evitar cierto repelús por el tono suficiente de tu comentario …. imagino que cada uno se estrella como quiere y comete las equivocaciones, o no, que quiera.
Pues… siento lo del repelús, oye. No era mi intención dar lecciones a nadie.
Y también podría decirte que me parece hallar un tono suficiente en creer que sabes con qué tono digo las cosas… pero supongo que, de buen rollo, has creído ver ese tono… y yo, de buen rollo, te digo que no lo había.
Un saludo.
Bueno, supongo que para los que hemos estado en este agosto insoportable por el calor currando por currar (porque es increíble hasta que punto agosto es inhábil porque no hay ni dios al otro lado), la serie de Santamano era un regalo y salí en su defensa como un solo hombre.
También creo que en realidad os conocéis bastante entre vosotros y lo que desde fuera parecen pullas, no dejan de ser comentarios entre colegas.
Es lo malo de los blogs, te acostumbras a tenerlos en tu escritorio cada mañana, durante meses lees a unos y a otros hasta tal punto que te resultan tan familiares que no te cuesta nada abrir la ventana del comentario y opinar sobre lo divino y lo humano, supongo que a veces solo para que el otro sepa que estás ahí.
Saludos también, lamento el malentendido
Nada, Cris, tranquil@. Sólo contesté por aclarar mis intenciones. No, no conozco a Chico… o eso creo (supongo que a él le pasará lo mismo conmigo… es lo que tiene el mundo pseudónimo).
Un saludo.
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