LA IMAGINACIÓN COMO MÚSCULO

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Por Guillermo Zapata

Cualquiera que haya escrito guiones para una serie (en España) sabe que si la serie lleva una temporada en la que los capítulos son de una manera y uno prentede contarla de otra, es muy probable que… no le dejen hacerlo.

“Podríamos contar esto con un flashback.”

No.

“Aquí podría verse un sueño”.

No.

“¿Y si contamos esta historia desde tres puntos de vista diferentes?”

No.

“¿Una voz en off?”

No.

“Empezamos el capítulo en exteriores.”

No.

Esto último fue así durante aproximadamente 15 temporadas de Hospital Central. Al parecer, si uno veía a Vilches en el campo en vez de en un quirófano, creía que ese día a esa hora no estaban poniendo Hospital Central, sino otra cosa.

Las posibilidades de vender un proyecto de serie que se base en una narrativa algo más compleja es muy limitada. Sin poderlo comprobar, estoy casi seguro de que es más sencillo vender una serie sobre piratas espaciales que un policiaco normal y corriente que cuenta cada semana una historia desde cuatro puntos de vista.

La mente del personal de producción y los responsables de las cadenas es conservadora casi por definición. Cuando la serie está en marcha los argumentos son:

  • “Si algo funciona, no debes tocarlo”
  • “Si algo no funciona cambiarlo mucho confundirá al espectador”

Y en el caso de vender la serie, el argumento es “Es interesante, pero me preocupa que la gente se vaya a perder”.

Cualquier guionista que se precie mira esas reacciones con desprecio y por encima del hombro. Es normal que un guionista, o cualquiera, al que le guste su trabajo y le tenga un mínimo de respeto quiera sacar adelante proyectos con niveles de complejidad mayores, porque los percibe más interesantes (igual que pretende tener personajes complejos y no planos). Pero además, el guionista no termina de comprender esta idea de “el público no lo va a entender”. Incluso los guionistas que creen que el público es imbécil (que los hay) tienen la sensación de que el público no puede ser TAN imbécil como para no entender un flashback.

Pues resulta que sí.

A ver, me explico: No, por supuesto que no, el público no es imbécil, a veces es más listo que los guionistas de una serie o, al menos, se preocupan más por ella. Pero a pesar de eso pueden no entender un flashback. Y me vuelvo a explicar, claro que “entienden” el flashback, pero se pierden en lo que el capítulo quiere contar, no siguen bien la historia.

¿Cómo? ¿Por una mierda de flashback? Sí. A lo largo de mi vida profesional he tenido la suerte de escribir o participar en capítulos de series en los que había sueños, flashbacks y, hace bien poco, en uno que contaba un accidente de coche desde cuatro puntos de vista. (Se llamaba, oh creatividad… “Cuestión de puntos de vista”.)

Siempre que yo u otros compañeros hemos arrancado la posibilidad de escribir un capítulo así he tenido un feedback que decía, “vale, muy simpático, pero me he perdido”. A veces era comentarios en foros, o en mi página o mi familia que me lo comentaba en directo.

Entonces, ¿qué sucede? Una opción lógica y evidente es que los capítulos no eran buenos, no estaban bien escritos y no se entendían. Si ése es el caso, perfecto. Otra opción es que, quizás, los guionistas pasamos mucho más tiempo viendo series y entendiendo su narrativa que el resto de la gente. Si la comprensión de una determinada forma narrativa no es una cuestión de talento o de inteligencia, sino de entrenamiento y costumbre, es posible que eso y sólo eso sea lo que le pase al público. A fuerza de no innovar en las formas narrativas, los públicos se acostumbran a esas formas y no adquieren las capacidades mínimas para recoger de una determinada manera una información. Saben lo que es un flashback, saben lo que es un punto de vista, pero, simplemente, sus mecanismos de comprensión y su imaginación no están entrenados.

El otro motivo por el que un guionista podría querer innovar en las formas narrativas es que si uno dedica mucho tiempo a sacar agua de un pantano, al final el pantano se seca. Por no hablar de que beber agua de pantano da un asco tremendo. Y quizás el público tenga problemas al principio para seguir un flashback, pero si no hay flashback (o elipsis elaboradas, o puntos de vista o lo que sea que haga más compleja e interesante la transmisión de la información y la emoción) en seguida nota que el agua sabe a mierda. Especialmente si puede comparar.

El nacimiento de las televisiones privadas en España y de la ficción en la modalidad que hemos vivido hasta hace cinco años se basaba en que las formas narrativas (sean más o menos innovadoras) estaban totalmente capturadas por las cadenas de emisión nacionales. La innovación se producía, en general, porque los responsables de esas cadenas iban a los mercados internacionales (EEUU, principalmente) y veían lo que se estaba haciendo allí, cogían una parte de esos conceptos y los traducían a nuestro territorio formando a varias generaciones completas de espectadores.

Pero un día llegó Internet y las magníficas barreras cognitivas impuestas por cadenas y productoras se fueron al traste y las nuevas generaciones de público no se están socializando como los espectadores de hace cinco o diez años, sino con un rango mucho mayor de formas narrativas, tipos de tramas, estructuras, etc. Internet no distingue entre Telecinco, Neox, ABC o HBO. No hay jerarquía. Cuando alguien dice “No te fíes de Los Soprano porque es cable” olvida que Los Soprano no es cable, se descarga del mismo sitio que Perdidos. Un chaval de 17 años que entra en seriesyonkis.com o en Piratebay no sabe (o no le importa) lo que es el cable.

Así que si los intentos por innovar las formas de contar historias tenían su origen en una cuestión de ego profesional, o incluso de ética e intento por explorar y complejizar el trabajo, ahora es una mera cuestión de supervivencia.

Eso, o perder a cualquier nuevo espectador potencial.

33 comentarios en «LA IMAGINACIÓN COMO MÚSCULO»

  1. ¿Podría ser que la gente se pierde con los flashbacks porque no está prestando demasiado atención, y no está prestando atención porque está acostumbrado a poder entender dicha serie mientras cena, hace calceta o completa el sudoku del periódico?

    A lo mejor el doctor Nacho Martín y sus sucesores han creado una generación de telespectadores vagos, que desconectan las neuronas por sistema (y que a lo mejor sí están más atentos a la hora de ver una película, o incluso una serie yanki).

  2. Tienes razón en lo que dices, pero también es cierto que hay series (españolas, se entiende) que podemos considerar excepciones, o que están ayudando a que eso cambie, dado el éxito que tiene. Me refiero a El internado (por favor, antes de tacharla de “tontería adolescente” déjenme explicarme).

    Durante esta serie han acostumbrado a su audiencia a contínuos flashbacks, giros y demás técnicas cinematográficas, y concretamente esta última temporada tiene un hilo argumental y un ritmo que me está gustando mucho (algo que le falla a Los protegidos, por ejemplo, aunque valore que apuesten por ideas frescas, pero hay que contarlas bien).

    Creo que es un ejemplo de cómo quitarse los complejos en España y hacer una serie entretenida con una historia más “arriesgada” que tantos hospitales, periodistas, policías, etcétera, y desgraciadamente estará pasando desapercibida para todo aquél que huye de protagonistas adolescentes y subtramas más infantiles.

    Os lo dice el típico devorador de series que busca los subtítulos al día siguiente de emitirse en EEUU. No soy la quinceañera enamorada del guapito de la serie ;)

  3. Espero no decir una tontería, pero se me ocurre otra posible explicación. Guillermo Zapata dice “las magníficas barreras cognitivas impuestas por cadenas y productoras se fueron al traste y las nuevas generaciones de público no se están socializando como los espectadores de hace cinco o diez años, sino con un rango mucho mayor de formas narrativas, tipos de tramas, estructuras, etc.”

    Cierto, pero es posible que todavía haya una asociación de pertenencia narrativa entre el público: un pensamiento al estilo “los flashbacks son de cine o de series que parecen de cine”, del mismo modo que también entre series se siguen paradigmas de pertenencia estética.

    Como apunta Carlos con El Internado, todas esas percepciones están cambiando muy rápido, pero me imagino que algo de eso hay.

  4. Lo seguro es que “el público” es un ente mucho más complejo a estas alturas, y que los ejecutivos de las cadenas nacionales deberían tenerlo en cuenta. Una serie tan “inofensiva” como “Bones” metió en un capítulo alucionaciones del protagonista con nada menos que Stewart Griffin, y otro, en que hablaba con un fantasma.

    Eso, por no mencionar que Buffy, hace ya años, hizo un capítulo… ¡como un musical! Puede que nuestros padres no se metan “bien” en el tema de los flash-backs, pero todo es cuestión de tiempo y de costumbre. Aparte, no creo que Lost sólo lo hayan visto los más jóvenes.

    Pronto, en televisión, en la producción propia, deberíamos empezar a ver propuestas narrativas más innovadoras. Y no, por favor, copiar por copiar. ¿Pues no dicen que Antena 3 prepara una tv movie sobre vampiros al estilo de Crepúsculo?

    1. Muchas series de USA, como el ejemplo que cuentas de Buffy, hacen que su capítulo 100 sea un musical. Una de esas tradiciones que no se muy bien de donde vienen. Así reciente recuerdo que How I met your mother también lo hizo.

      Indudablemente como comenta Guillermo ha habido un cambio importante. Ninguna cadena española en abierto se ha planteado emitir The Wire. Luego se sorprenderá de que la gente se baje series. A mi lo que me sorprendería es encontrar Médico de familia en seriesyonkis

    2. Pues viene, precisamente… de Buffy.

      Aunque hubo un precedente con Hércules que tuvo un episodio musical. En Buffy había un capítulo por temporada que se distinguía formalmente: un spin off en medio de la Tercera Temporada (Zeppo, que tuvo réplica en la cuarta con otro personaje), un episodio mudo en la Cuarta, un episodio construido prácticamente con flahsbacks en la Quinta, que hacía crossover con Ángel, este en la Sexta, y luego la Séptima Temporada que no tiene episodio especial, en mi opinión, porque lo echan todo en cerrar la trama.

  5. ¿Pero Lost no estaba repleta de flashbacks? yo le daría una oportunidad al espectador, que como apuntas, a veces es incluso tan listo como el guionista.

  6. La atención del espectador delante del televisor es distinta a la que tiene en el cine. 3 minutos es el tiempo límite que se da el espectador antes de decidir si ve o no ese programa.
    En el cine la concentración, el interés la poca posibilidad de alternativas hacen que el interés se mantenga, si no me equivoco, unos 25 minutos.
    Creo que el tema está en cómo decide ver el espectador esa serie. Si decide descargarla y verla en el ordenador o la tele (da igual) no creo que esté condicionado del mismo modo que si enciende el televisor y se la encuentra al pulsar un botón en el mando.
    Estamos viviendo un cambio muy importante, los cambios siempre alientan a unos pero asustan a otros, muchos.
    La Globalización afecta no sólo a los productos que se consumen sino a cómo se consumen y por ello se trata de encontrar nuevos canales y aceptar que el público quiere otra cosa.
    Vamos, es mi humilde opinión como espectadora, creo que en breve habrá mercados distintos al cine o a la televisión. Y sus publicos serán diferentes y querran productos específicos. Todo suma.

  7. El espectador no es que no pueda, es que no quiere.

    Mi madre no quiere rarezas, le gusta C.S.I. porque sabe a qué atenerse: alguien muere, alguien lo investiga, y a los cuarenta y cinco minutos los buenos ganan. Ah, y los flashbacks entran con un flashazo blanco y con vocoder en las voces.

    No todos somos como mi madre, está claro; pero la mayoría sí, y ésos son los espectadores que quieren las cadenas españolas, la masa acrítica.

    1. Jota78, por eso mismo no me gustan las series tipo CSI o House (ohh no le gusta House, sacrilegio! jeje).

      Les veo una estructura demasiado previsible. Ejemplo con House (quizás simplifico demasiado): llega un enfermo; nadie logra saber qué le pasa; House tiene una idea “loca” que sorprende a todos los demás médicos; House acaba teniendo razón…

      Lo siento, me cansa ver lo mismo una vez a la semana.

    2. JL, no sé, pero no me lo creo. Seguro que tu madre puede recordar más de una película de hace 20 años que le encantase, y mira que abusaban de ese recurso. Lo que si me resulta incomprensible es como todavía nadie ha metido mano al tema de la medición de audiencias, un terreno absolutamente escabroso basado en un sistema simplista y bastante chapuecero, en torno al cual se mueven millones de euros mientras miles de personas como vosotros se devanan la cabeza pensando que es lo que quiere la masa acrítica como la llamas. Hace un tiempo preparé las notas para un guión de un documental sobre esto y tuve que detenerlo por inconveniente. En realidad vuestro problema no son las productoras ni las cadenas, es Sofres.

    3. Diego Germán Gonzalez

      Si alguien investigara a fondo el mecanismo de medición de audiencia varios ejecutivos de agencias de publicidad tendrían que dar explicaciones por hacer invertir mal millones de euros a sus clientes en programas que no son su público objetivo

    4. Exacto Diego. Ese es precisamente el aspecto más surrealita del negocio. Y te aseguro que no hace falta investigar mucho, con un paseo de una hora por internet verás que aunque existen varias empresa de medición de audiencias en Europa convergen en una sola, impertubable y sin nadie que le tosa. Y si le dedicas un poco más de tiempo comprobarás que el sistema de medición deja fuera a importantes segmentos de la población. Y, sin embargo, los datos que emiten mueven miles de millones en el core business de las cadenas, la publicidad. No quiero decir con esto que exista ningún tipo de conspiración (aunque si un negocio importante, mucho), sino que hay una tierra de nadie donde no se cuestionan ni los procesos ni los resultados.

  8. Estoy de acuerdo con lo que dices de House, Carlos. Exceptuando pequeños cambios en la trama de fondo que suele dar unidad a las temporadas, en House sólo se mojan en los dos o tres últimos capítulos de cada temporada. Eso sí, suelen ser estupendos.

    Un abrazo

  9. No estoy seguro de si la gente es imbécil o le ponen pocas ganas. Quizás es el medio en el que se consumen los productos.

    Si es emisión de television la mayoría pone piloto automático por lo que narrativas más arriesgadas suelen ser incomprendidas.
    En cine no es así porque la gente va con los 5 sentidos.
    Cuando alguien se baja una serie tb le pone todas las ganas al ver los capitulos.

    Así que supongo que depende del medio en el q se consuman.

    http://www.avispaos.tumblr.com

    1. Completamente de acuerdo contigo. Creo que si viera en televisión alguna de las series que me descargo, muchas veces no pasaría del segundo corte de publicidad. No tendría paciencia.
      Tampoco es que todo lo que se descargue una sea la octava maravilla, pero no te tienes que tragar un corte de publicidad de quince minutos a falta de tres para el final del capítulo.

  10. Cojonudo Guillermo. O se empiezan a dar pasos en las cadenas, o el público en unos años se va a ir desconectando. Es curioso que canales como Fox ya tienen una parte del pastel más grande que muchas autonómicas.

    Y de acuerdo con Carlos. No soy una quinceañera y creo que ‘El internado’, por ejemplo, está dando pasos.

  11. david peñasco maldonado

    Llamemos a las cosas por su nombre, el nivel cultural del espectador medio de las cadenas generalistas en España es bajo, por no decir subterráneo: abueletes fans de las pelis de Martínez-Soria, marujas que tienen a María Teresa Campos en un altar y poligoneras que creen que Belén Esteban es un icono de estilo. Éste es el público que tenemos, nuestros clientes, y no hay que pedirle peras al olmo. Tratar de que esta gente no se líe con un flashback o contarles una historia narrada desde varios punto de vista es poco menos que imposible, (y no digamos ya si les sentamos ante un capítulo cualquiera de Lost, creo que ahí sus limitados cerebros entran directamente en implosión).

    Los jóvenes hace tiempo que desertaron de la televisión seducidos por Internet y los que pueden se han pasado a la tele de pago, donde no emiten dieciocho horas diarias de Jorge Javier Vázquez. El resto, bueno el resto, desgraciadamente, es la audiencia que dicta lo que vemos en España… Así que dejémonos de flashbacks, flashforwards y demás zarandajas, que la gente lo quiere todo mascadito no sea que pierda, (al menos ese es el mantra que repiten todos los productores)…

    1. A ver David si lo entiendo ¿quieres decir que hay que tener un mínimo bagaje cultural para entender o disfrutar una película o una serie? ¿que los potenciales espectadores han debido antes pasar por sesiones maratonianas en los Verdi o en los Alphaville?… porque si es que si apaga y vámonos. Estoy segura que sabes que el flashback no se inventó con Lost.

      Si a estas alturas todavía piensas que la TV hace lo que la gente quiere ver y no que la gente ve lo que quiere la TV, pues eso, cuanto trabajo perdido de gente de la generación de vuestras madres que tenía las cosas más claras.

  12. La mayoria de las series (al menos las más populares, no las de culto que sólo ven los guionistas)se emiten en la sobremesa o a la hora de cenar. El/la espectador/a simultanea ver la tele con poner la mesa, freir un huevo, preguntarle a los niños si se han lavado las manos antes de sentarse a la mesa, atender al inoportuno que llama por telefono… En Internet, como en el cine, te sientas a hacer lo que quieres hacer (ver la peli/serie) y nada más. Tu atención no tiene más competencia.
    Por otra parte creo que las series deben ser fieles a sus codigos narrativos. Que una serie utilice los flash-back me parece bien. Que utilice uno en el capitulo 500 sin haberlos utilizado en los 499 precedentes es correr un riego muy serio. Si vuelves de mear en ese momento y no has visto el encadenado con olitas vas perdido.

  13. No me parece de recibo hablar del “nivel cultural” de un señor al que llamamos “espectador”. Espectadores somos todos, y más cualquiera de nosotros… aunque bueno, sí, yo también conozco actores, trabajadores de televisión y directores de cine que aseguran no ver nada (pero no me lo creo del todo).

    Por otra parte, como dice Cris, no creo que haya que tener un Doctorado en Cuántica para saber lo que es un flashback, entre otras cosas porque “la señora del pueblo” que tanto repiten los jefes que tiene que entender la serie es una señora que lleva viendo películas desde que tenía doce años en la feria del pueblo ese, películas que utilizaban los recursos clásicos, entre ellos, el encadenado con olitas.

    1. Claro que la señora del pueblo entiende los recursos clasicos y sabe perfectamente que significa un encadenado “con olitas” a condición de que esté sentada frente a la tele. Si a la vez está cambiando un pañal o batiendo un huevo ya es mucho más dificil. Aqui la dificultad a superar no tiene nada que ver con el nivel cultural, sino con el contexto “en familia”. Si alguien quiere ver a gusto una pelicula o serie lo mejor es que siga soltero o evite tener hijos. Si áun así los tiene, que los deje con los abuelos y se vaya al cine. Entonces ya innovaremos lo que haga falta. Mientras tanto es mejor darselo bien masticadito, de la misma manera que él o ella le está cortando el filete al niño mientras intenta enterarse de algo. Los problemas estéticos son una cosa y los domésticos otra. Cuando se juntan es fácil desbordarse.
      Se puede innovar en series que van a ver los solteros o sin hijos, ya despues de las 12 de la noche. En series “familiares”, a la hora de la cena, creo que mejor no.

    2. La verdad es que resulta dificil contestar a una imagen tan esterotipada de lo que es una mujer y de lo que hace. Si las producciones para TV que han dejado huella, desde Los Simpson a los Frasier pasando por Los Soprano, que utilizan los recursos narrativos que les viene en gana, y todas ellas caracterizadas por guiones con referencias culturales, pues imagino que será porque los espectadores las han preferido, lo que supone por lógica que no necesitan que se les dé todo masticado.

      Y, sin la más mínima intención de ofender, al igual sería interesante también revisar el nivel cultural de los que intervienen en ellas, guionistas,productores o responsables de cadena; los muchos masters y ADEs que se tengan no lo garantizan. Escudarse en que eso es lo que quiere la “masa acrítica”, mientras se encumbra a la HBO, para no arriesgarse y seguir en una cómoda inercia es simplmente eso, instalarse en la medianía. Y no querría generalizar. Estoy segura que existe un efecto embudo importante en este mundo que termina en la mesa de los responsables de marketing de las cadenas, y que la sensación de castración debe ser importante para los/las guionistas. También a mi me han tirado para atrás unos cuantos proyectos por parecerles excesivamente “minoritarios”, pero hombre, eso no significa el hacer propias las actitudes y teorias del segmento con menos imaginación de la cadena.

  14. david peñasco maldonado

    Oído a una pareja a la salida de un cine después de ver “Matrix Revolutions”:

    “No lo pillo, cari… Al final eran todos robots, ¿no?”

    Leído en un blog sobre series tras el capítulo final de Lost:

    “…pues al final va y resulta que los protagonistas murieron cuando el avión se estrelló [sic]”

    La defensa concluye su alegato, señoría.

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  17. Partiendo de la base de que el público es un ente heterogeneo, no una masa acrítica, resulta complicado dar con la fórmula narrativa que se adapte y satisfaga a todos. Pero aun así, se debería apostar por fórmulas narrativas más innovadoras. Cómo dice Guillermo es una cuestión de entrenamiento y de costumbre. Si no se introducen esos nuevos elementos, los guionistas se fustran y el público no evoluciona, se estanca y termina por aburrirse. Siempre habrá un porcentaje espectadores que se pierdan en las tramas (no necesariamente por irse a hacer pipí) y desde luego, no hace falta irse al extremo, con una ficción como Matrix. (Que por cierto David, digo yo que la susodicha disfrutría al menos con las escenas de acción, porque de otro modo, se le debió hacer la peli eterna…jajaja)

    Sería absurdo e injusto, que en curso académico, el profesor decidiera no avanzar en el materia e interrumpiera el ritmo normal de la clase, por complacer a los que se quedan rezagados.

  18. A veces se confunde la creación de nuevos productos con la supresión necesaria de los existentes.

    De acuerdo con que hay que variar en el formato de las series. No estoy de acuerdo con que eso haya que hacerlo en TODAS las series.

    Los formatos actuales, previsibles, autoconclusivos y verbalizados sirven a un propósito y a un público: una persona que se ha pasado el día fuera de casa y que quiere que le cuenten una historia que dure una hora, en la que se resuelvan los problemas que se plantean (cosa que a esa persona no le pasa en su vida diaria) y que no le exija estar permanentemente atento a la pantalla porque, además, tiene que atender a los demás habitantes del hogar, a los que no ve desde la mañana. Y esas series, además, deben tener para todos los públicos, esos que se están sentados a la misma mesa cenando. Este tipo de público no busca, sino que encuentra. En ese sentido, es un público pasivo.

    Hay otros públicos, cada vez más segmentados, a los que hay que dar nuevos productos porque los anteriores no les gustan. Hay que hacer productos para aquellos que buscan y eligen lo que quieren ver. Este público activo está más dispuesto a soportar tramas y formatos complicados. De hecho, ese es un factor de atracción. Aquí es donde entran producciones tipo HBO y, por extensión, las descargas de Internet.

    Pero un producto no puede ni debe sustituir al otro. Hay que aumentar la oferta, cosa que no ocurre si me limito a reemplazar una cosa por otra. Hay que poner las dos en las estanterías.

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