LOS ERRORES DEL ÉXITO

Por Guionista Hastiado

Muchos de los post de esta bitácora tienen como objetivo aportar información de interés para aquella gente que se está acercando al mundo de la escritura de guiones, bien porque no tienen relación directa con este oficio, bien porque están empezando en él. Como es lógico, además, son los que más interés demuestran por aprender y preguntar.

Sin embargo, muchas de las convicciones más erróneas sobre lo que significa este trabajo provienen, paradójicamente, de gente que ha obtenido éxitos fulgurantes, tanto de guionistas, como directores o productores (que tienen, también, capacidad de decisión sobre el guión, para bien o para mal).

La parte mala de los fracasos todos la conocemos (algunos más que otros, vale). Pero los aspectos negativos del éxito suelen pasar más desapercibidos. Uno de ellos tiene que ver con la percepción del propio trabajo. El éxito de un largometraje o de una serie de televisión puede deberse a muchos factores (la oportunidad, la suerte, las plataformas de distribución, la no contraprogramación, la fortuna con los colaboradores, la conjunción de los astros…). Pero la mayoría de la gente que “triunfa” (habría que dedicar unos cuantos post para hablar de qué es eso del “éxito”) tiende a considerar, como es lógico y humano, que el secreto de su éxito tiene que ver exclusivamente… con su talento.

Esto, por supuesto, puede ser muy cierto en gran cantidad de casos. Pero se corre siempre el riesgo de considerar que los buenos resultados han sobrevenido GRACIAS a la manera de trabajar de uno, en lugar de plantearse que esos buenos resultados pueden haberse conseguido A PESAR de la manera de trabajar de uno.

Esta industria está plagada de gurús que saben “cómo hay que hacer las cosas”, porque una vez les fue bien, y consideran que repetir exactamente los mismos esquemas es la única forma de volver a conseguir los mismos resultados. Y así es como se forjan las grandes teorías absolutas fallidas.

Mi opinión personal, y posiblemente prescindible, es que cada producción, y cada guionista, es diferente y debe encontrar sus propias reglas. “El séptimo sello” es una obra maestra, como también lo es, a su manera, “Blade Runner“, siendo, como son, dos cosas muy distintas y que probablemente se escribieron de forma diferente. No hay normas absolutas narrativas, aparte de la fidelidad a los personajes, creer en el conflicto, y apoyarse en el trabajo y la reescritura. Lo demás son opciones, nunca mandamientos.

Para que entiendan ustedes lo que quiero decir, que creo que me estoy explicando fatal, les enumero a continuación algunos ejemplos de teorías extraídas de personas de carne y hueso, máximas que, si bien pueden albergar cierta dosis de acierto en determinadas ocasiones, se convierten en un cáncer cuando se las considera sentencias ineludibles que deben ser cumplidas a rajatabla a la hora de plantear el trabajo, y a las que hay que supeditar todo lo demás…

– El mapa de tramas encorseta a una serie. Los capítulos deben fluir de manera natural e improvisada a medida que la temporada avanza.

– Los personajes protagonistas deben ser siempre buenos, llenos de sentimientos puros, aunque a veces cometan pequeños errores.

– Los antagonistas no deben mostrar buenos sentimientos.

– En comedia no se debe hablar de la muerte, la enfermedad o la política.

– Los personajes femeninos no funcionan igual de bien en comedia.

– Los diálogos encorsetan a los actores. Hay que dejarles que improvisen sobre escaleta.

– Un equipo de guión funciona mejor si vive puteado bajo presión constante.

– En la ficción de un capítulo no deben pasar más de tres días seguidos.

– Es fundamental asistir a los desayunos, comidas y cenas de los personajes.

– Para que una serie/película funcione los actores tienen que ser famosos.

– Para que una serie/película funcione los actores tienen que ser guapos.

– Los diálogos son lo más importante y hay que dedicarles mucho más tiempo que a la escaleta.

– En series profesionales, lo fundamental es explicarle al público cómo funciona ese mundo laboral.

– Nuestro público no entiende los sueños, los flashbacks o las imaginaciones.

– Si se hacen sueños, flashbacks o imaginaciones siempre hay que poner un efecto difuminado, y una cortinilla borrosa antes.

– La gente quiere ver historias de buen rollo, hay que evitar el sufrimiento en los personajes.

– Nunca se deben dejar finales abiertos en un capítulo.

– Siempre se deben dejar finales abiertos en un capítulo.

– Los gays son divertidos, pero las lesbianas provocan rechazo.

– A no ser que sean muy guapas.

– La gente no quiere ver explicaciones de cosas, son aburridas. Nunca hay que meter explicaciones.

– Los telespectadores no miran la tele, sólo la escuchan.

– La gente joven ya no ve la televisión, hay que escribir para los viejos.

– Lo importante es el efecto inmediato aunque pasen cosas increíbles, no hace falta que todo sea explicado después, nadie se va a acordar de que quedan cabos sueltos.

– El ideal en una serie es que la misma persona escriba todos los capítulos.

– No se debe escribir una película o una serie sin saber qué actores van a interpretarla.

– No hay mejor idea que una ya ha funcionado antes. Lo nuevo es peligroso.

– Nadie quiere ver películas con gente mayor.

– No se puede aprender nada de los americanos, estamos haciendo ficción nacional.

– No se puede aprender nada de la ficción nacional, hay que fijarse en los americanos.

– Siempre hay que pensar “¿cómo lo haría la HBO?”…

– …para no hacerlo.

– El guión debe entenderlo desde un niño de 5 años hasta una señora de 70.

– Lo más importante es que se vea lujo, coches caros, casas bonitas, fiestas cool, gente guapa bien vestida…

– No merece la pena escribir una película si no tratas de mejorar el mundo con ella.

– No merece la pena escribir una película si no sabes de antemano que te van a dar una subvención.

11 comentarios en «LOS ERRORES DEL ÉXITO»

  1. Amén.

    Completamente de acuerdo en todo. En esto me gusta mucho lo que decía Dorothy Parker sobre los escritores (con los guionistas se podría aplicar lo mismo), que “al final deben quedarse con la sensación de que lo han hecho lo mejor posible… lo cuál es un consuelo de mierda”. Un exceso de complacencia, más si viene acompañado del éxito (tan azaroso y volátil), es el beso de la muerte…

  2. Entiendo su hastío.
    La que más me tocó fue ésta: “Es fundamental asistir a los desayunos, comidas y cenas de los personajes”
    Justamente en su derivación contraria. La dirección del canal donde trabajé por casi una década, prohibió al departamento de dramatizados filmar escenas con “comida” porque no había presupuesto para comidas, o sea, todo pasó a ser antes de, o después de, las comidas… igualmente extraño!

  3. Si se aplican esas máximas a cualquier serie de éxito, ¿hay alguna que tenga sentido?, me refiero a las máximas que de trasnochadas resultan casi enternecedoras.

  4. Curiosamente, muchas de estas reglas las aplican mis jefes a la hora de diseñar el informativo.

    Odio con especial pasión la de escribir “para que lo entienda mi abuela”

  5. Yo por principio desconfío de los gurues, si yo tuviera una fórmula para el éxito me la guardaría para mi

  6. El horno, el horno…
    (todos aquellos que hayan pasado por Globomedia saben de lo que hablo).

  7. Venga cansadoyconfuso, explica qué significa eso de “el horno…”, tiene pintaza de ser todo un despropósito. Venga, anímate a desvelar el ‘modus operandi’ de los genios de Globomedia. ;) Gracias
    PS: Exelente post por otro lado que nos ofrece una nueva mirada (y van…) al mundo surrealista y demente de la ficción nacional.

  8. Básicamente, muchas de las cosas apuntadas por Hastiado: todo transcurre en tres días, hay un desayuno al principio de cada día que permite retomar y relanzar las tramas, además de ser un contenedor ideal para product placement… La “verdad” (al menos, el concepto de verdad que tienen los jefes y, más peligrosamente, sus seguidores en la casa) por encima de todo… Mucha luz, muy subida… nunca diálogos de más de 4 líneas, nunca secuencias de más de 3 páginas (y eso, excepcionalmente: mejor no pasar de 2)… Tres tramas, por lo general, divididas por grupos de personajes…
    Dicho lo cual, no son consejos deleznables; muchas veces mejoran lo que la gente suele entregar (que no somos todos Charlie Kaufman…). Lo peor es cuando se siguen siempre a rajatabla. Pero de eso, la culpa no la tiene siempre el ser superior (y no hablo de Florentino Pérez), sino la mayor parte de la gente que trabaja en esa casa, y que no conoce otra realidad que ésa.
    A veces, es fácil echar la culpa siempre al árbitro…

  9. Básicamente estoy de acuerdo con su post, Hastiado. El éxito ó el fracaso de un largometraje ó de una serie de televisión puede deberse a muchos factores (oportunidad, suerte, plataformas de distribución, contraprogramación ó no, la calidad del guión, la interpretación que hagan de él los actores y el director, la conjunción de ciertos factores…) Por lo general, ninguno de ellos se debe a una sola causa. Exito y fracaso deberían entenderse cómo algo comunal. Y no me parece mal que los implicados disfruten de ese éxito, pensando que han podido contribuir a él con su talento y su forma de trabajar. Pero, tal como apunta, es un error analizar el éxito y sacar conclusiones. Las fórmulas que te funcionan hoy, no sirven para mañana. Algo similar ocurre con las técnicas de venta y de marketing pueden contribuir a una mayor profesionalidad, pero necesitan revisarse continuamente y por supuesto no garantizan el éxito en la venta de productos. La misma forma de hacer, que te ha servido para vender con éxito tus productos al público, un día deja de funcionar y no entiendes porqué. Por ello, tiene más sentido analizar los fracasos, de los que se puede aprender mucho más y no recrearse demasiado con el éxito. De lo errores que señala, hay dos que me llaman la atención:

    1-“Para que una serie funcione los actores tiene que ser famosos” (pero no famosos de tres al cuarto)
    Que los actores sean de reconocido prestigio, cómo Concha Velasco, en la serie “Herederos” ó Gutierrez Caba y Angela Molina, en “Gran Reserva” puede ser un buen reclamo para cierto público y contribuir al éxito, al menos para despertar el interés de la serie. Su categoría profesional puede llevar implícito que la producción en la que participan sea de calidad. Y de hecho, las dos series se han visto respaldadas por la audiencia. Cómo espectadora, las dos me parecen muy dignas, técnicamente bien hechas y ninguna me ha defraudado. En Herederos, ni siquiera el final. Brillante, espectacular y a la altura de la serie. Sobre Gran Reserva, aunque los primeros capítulos, me resultaban un tanto estresantes (demasiados personajes a la vez, demasiada acción y demasiados cuernos) después, cogiendo el ritmo adecuado, la trama y los personajes han ido despertando interés y calando poco a poco. No toda la ficción nacional es “surrealista y demente”.

    2-“Los telespectadores no miran la tele, sólo la escuchan”.
    ¿Seguro que el que dijo ésto, no tuvo éxito en un programa de radio?

  10. Quiero comentar un punto:

    “En la ficción de un capítulo no deben pasar más de tres días seguidos”.

    Esta es una norma “no escrita” de la ficción internacional. Siguen esta norma la BBC, la NBC, SHOWTIME, ¡la mismísima HBO! (sí-sí en la alabadísima por estos lares THE WIRE o LOS SOPRANO).

    ¿Por qué?

    En los guiones de series de televisión sólo se incluye los hechos imprescindible. ¿Necesitamos ver a los chicos de CSI resolver un crimen en treinta días y treinta noches? ¿Cómo meter tantos días y noches en 45 minutos?

    Por otro lado, en las series “noveladas” (THE SHIELD o LOST) se resuelven las tramas que se plantean al inicio de cada capítulo. ¿Necesitamos ver a Tony Soprano treinta días persiguiendo a un tipo que le debe dinero o preparando una timba de póker?

    Sólo recuerdo tres excepciones: IN TREATMENT (un capítulo equivalente a una sesión psiquiátrica de 30 minutos), los tres episodios de la apertura de la escotilla en LOST (que muestra los distintos puntos de vista) y “24”. En estos casos, la elección del marco temporal se ajusta al concepto de la ficción. Esto es acertadísimo.

    Los tres días con sus noches son una estilización narrativa que funciona y eso ayuda al entretenimiento (que de eso se trata).

    (Espero haberme explicado).

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