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A VECES OLVIDO…

 

…que escribir un cómic y un guión de cine o de televisión son cosas muy diferentes.

 

Parte 1

David Muñoz

Durante las últimas semanas he recibido varios mensajes pidiéndome que hablara sobre mi faceta de guionista de cómics como este, que publica en Francia la editorial Les Humanoïdes Associés y que de momento aún no ha sido editado en España.

Y, como sobre todo, Bloguionistas pretende dirigirse a guionistas de cine y televisión (o a aquellos interesados especialmente en ambos medios), he pensado que lo más interesante sería explicar cuáles son las principales diferencias que va a encontrarse al escribir un guión de cómic alguien acostumbrado a escribir cine o televisión.

Aclaro que por “cómic” entiendo álbumes o novelas gráficas. Hay guionistas que por Ej. se dedican a escribir series en la revista El jueves cuya experiencia supongo que es totalmente distinta a la mía. Y, si el mundo del cine y la tele es un sin dios y cada guionista te cuenta una película distinta cuando le preguntas sobre tal o cuál aspecto de su profesión, el del cómic es mucho más caótico todavía. No hay reglas comunes que regulen la profesión ni desde el punto de vista práctico ni el formal, o por lo menos a mí no me las han explicado.

Como en otras ocasiones, recordaré que no pretendo decir en ningún momento que el mundo del cómic sea en su totalidad como yo lo cuento, sino que lo que estoy haciendo es hablar de mi experiencia y de la de los compañeros que han compartido la suya conmigo en algún momento.

En mi caso comencé a escribir cómics mucho antes que cine o tele, pero como cuando realmente empecé a aprender el oficio y a sentirme un guionista “de verdad” fue después de escribirme no sé cuantos cientos de páginas de guiones de largometrajes, he acabado considerándome más un guionista de cine y televisión que de vez en cuando escribe cómics que lo contrario. Supongo que también tiene que ver que he escrito muchos más largometrajes -aunque la mayoría no se hayan rodado-, que tebeos. Lo que no quiere decir que no disfrute escribiendo tanto unos guiones como otro.

Y lo de “aprender el oficio” iba en serio. Hasta que empecé a escribir mis primeros guiones de cine iba un poco a lo loco, improvisando sobre la marcha y sin tener muy claro a dónde iba antes de empezar a escribir la primera página. Incluso, si la memoria no me falla, como era una nulidad con la máquina de escribir y no tenía ordenador, creo que escribí los guiones de la serie “Rayos y centellas”  (¡de 1996 nada menos!) a mano en un cuaderno que luego le pasaba al dibujante, Luis Bustos, para que los “picara” en su ordenador y pudiera rotular los diálogos sobre las páginas escaneadas.

Ahora mismo sería incapaz de escribir un guión de esa manera. Me hace falta tener muy claro qué quiero contar antes de arrancar, y desde luego… ¡necesito un ordenador! Me encantaría encontrar alguno de aquellos cuadernos, pero debí perderlos en alguna mudanza. Aunque reconozco que en cierta manera echo de menos el, por llamarlo de alguna manera, “alegre descerebramiento” con el que trabajaba por entonces. A muchos niveles “Rayos y centellas” es un desastre (por Ej. en tres números nos empeñamos en contar algo que habría dado para por los menos seis y muchas subtramas quedaron sin rematar), pero también está llena de momentos cojonudos de puro demenciales que a lo mejor no se nos habrían ocurrido de haber seguido un proceso un poco más ordenado.

 

 

Pero como dentro de un par de semanas (sí, el tema del cómic me va a dar para un buen rato) tengo intención de hablar del método de trabajo que utilizo cuando escribo cómics, tampoco voy a extenderme más por ahora respecto a estos temas.

Vamos al grano de una vez.

Estas son algunas de las cosas que descubre rápidamente un guionista de cine y televisión cuando decide escribir un cómic:

Para empezar, algunos aspectos prácticos.

-Sobre todo cuando empiezas, resulta mucho más laborioso escribir un guión de cómic que un guión de largo o de televisión.

En un guión de cómic, lo más habitual es que tengas que dividir la historia en páginas y cada página en viñetas, explicando qué tipo de plano debe utilizar el dibujante en cada una de ellas, aparte de dar indicaciones sobre los decorados, el atrezzo, etc.

Por explicarlo en términos cinematográficos, en cierta manera pasas de ser únicamente guionista a “codirector” del cómic y director de arte junto al dibujante que se va a encargar de ilustrar tu guión. Lo que requiere un trabajo extra de previsualización del material que nunca debe hacer un guionista de cine o televisión. Que no es que no lo hagamos, porque creo que en realidad la mayoría lo hacemos, creo que es inevitable, pero desde luego es raro que lo escribamos.

Más de una vez cuando estaba empezando a escribir un director me dejó claro que de la visualización de la historia se encargaba él y que no quería ver ni una sola sugerencia al respecto en el guión. Así que ahora ni lo intento. Solamente incluyo detalles de ese tipo cuando por Ej. es imprescindible incluir el punto de vista subjetivo de un personaje para que se comprenda una escena.

– A pesar de lo trabajoso que resulta, suele estar muy mal pagado escribir guiones de cómic.

Incluso cuando trabajas para una editorial francesa (donde, para los que no seáis aficionados al cómic, existe una industria potente que despacha cientos de miles de ejemplares de las series de más éxito), a no ser que tengas un gran éxito lo que cobras suele ser bastante menos de lo que te pagan por escribir un solo capítulo de una serie de televisión en prime time y muchísimo menos también que un guión de largo.

Sólo hay una razón para querer escribir cómics: que ames el medio y realmente te haga ilusión ver tu nombre en la portada de un cómic. A mí, que soy un dibujante de cómics frustrado y llevo soñando con hacer tebeos desde que era niño, me tiemblan las piernas cada vez que me llega un paquete con uno de mis cómics y noto el olor a papel y a cola al empezar a abrirlo con el cutter.

Así nos sentimos muchos aficionados al cómic cuando compramos un tebeo nuevo. La ilustración es de una historieta que ha dibujado Paco Roca para un panfleto publicitario de la FNAC.

Y, sin exagerar, cuando vi que mi serie para Francia iba a ser publicada en Estados Unidos gracias a un anuncio en el catálogo de cómics americanos que llevo comprando desde hace veinte años, un poco más y me da un patatús de la alegría. Esas sensaciones no se pagan con nada. Eso sí, hay que resignarse a no vivir de los guiones de cómics. Pero como yo tampoco querría renunciar nunca al cine ni la tele, de momento no me quejo.

La portada del nº 2 de la edicion americana de “La maison des murmures”.

Por si os estáis preguntando cuánto se suele cobrar como anticipo* por escribir un guión de cómic para una editorial española, en mi experiencia el precio está entre los 400 y los 1000 euros. Aunque sé que hay quien cobra bastante más, también puede cobrarse mucho menos. En muchos casos los guiones se están escribiendo gratis a cambio de un futuro porcentaje de los beneficios.

Lo cierto es que editar sigue siendo muy costoso y que con las ventas que suelen tener la mayor parte de los cómics de autores españoles (¿alrededor de 1000 ejemplares?), no suele dar ni para pipas. Hay excepciones, “best Sellers” del cómic, como Arrugas, de Paco Roca, pero esos superventas no pasan de ser cuatro o cinco títulos (como mucho) al año.

Así que nadie se sienta estafado si un editor español le ofrece una miseria por ese cómic en el que lleva trabajando con un dibujante desde hace dos años. Es lo que hay. No te están engañando. En realidad, si lo pensáis un poco, resulta más escandaloso que se paguen alrededor de 10.000 euros por un guión de un episodio de una serie de televisión que pueden a llegar a ver varios millones de personas.

-Tienes una libertad que nunca encuentras en la televisión y el cine.

Para mí ese es uno de los mayores atractivos que tiene el cómic. Como guionista estás acostumbrado al ninguneo sistemático y a que ante todo se te exija una capacidad casi camaleónica para adaptarte a lo que te piden tus jefes. La docilidad se valora más que el talento. Y de pronto… ¡eres un autor! Te sientes casi como… gulp… ¡un escritor! ¡Se te respeta! ¡Se te pide que tengas un punto de vista, un tono, que seas TÚ! ¡Cuando hay un desacuerdo con la empresa que va a publicarte tu opinión prevalece a veces sobre la de tu editor! No sé cómo será en todos los casos y supongo que todo depende del editor que te toque, pero cuando publiqué este cómic y este otro, nadie me dijo ni mu sobre los guiones.

Por otro lado, cuando escribí la serie para la editorial francesa, tras vender la idea trabajé desde el principio en el desarrollo del guión junto a mi editor, Philippe Hauri. Su labor consistió sobre todo en ayudarme a escribir el mejor guión posible, ayudándome a localizar agujeros y a no permitirme conformarme con la primera solución que se me ocurría. Fue una experiencia intensa pero muy agradable. Philippe me hizo trabajar mucho pero nunca me pareció que quisiera que escribiera algo con lo que yo no me sintiera a gusto.

Sospecho que en realidad la razón por la que se nos permite sentirnos autores cuando escribimos cómics es muy sencilla: producir tebeos cuesta relativamente muy poco dinero. A mayor riesgo económico, más miedo y más presión. Y sobre todo, más gente preocupada por perder hasta la camisa en el caso de que tomen decisiones equivocadas. Así casi nunca hay manera de trabajar a gusto o al menos de conseguir que te encarguen escribir otra cosa que subproductos clonados del éxito de antes de ayer.

Sea por la razón que sea… tampoco vamos a quejarnos, ¿no?

-No tienes que preocuparte del presupuesto. Vale, es una obviedad, lo sé. Pero los guionistas españoles estamos tan acostumbrados a escribir tiroteos que suceden en off y a utilizar el mismo decorado para quince escenas distintas en un capítulo que nos resulta difícil recordar que si el dibujante es capaz de dibujarlo, no hay ninguna razón para no incluir lo que nos de la gana en el guión.

Recuerdo que cuando Tirso Cons me mandó las primeras páginas del primer álbum de nuestra serie “La casa de los susurros”, lo que más me sorprendió fue que los decorados me parecieron enormes. Por Ej., en mi imaginación los techos de la mansión donde sucede la mayor parte de la historia tenían tres metros y no diez… y desde luego jamás se me habría pasado por la cabeza que unas simples alcantarillas pudieran ser tan espectaculares como las que dibujó Tirso. En una película española probablemente solo veríamos a la niña protagonista paseando por un lugar indeterminado muy, muy oscuro…

Y de momento, esto es todo. La semana que viene hablaré de los aspectos formales del asunto. Solo os anticipo que creo que esto es lo que no hay que hacer cuando vienes del mundo del cine y te pones a escribir un tebeo por primera vez:

Uno de los primeros cómics que escribió el guionista y director de cine Kevin Smith. Un poco más y el texto no deja ver el dibujo.

Mientras tanto, leed algún tebeo, hombre…

Si queréis poneros al día de lo que se cuece en el mundo del cómic, ahí van dos links de páginas que yo consulto habitualmente:

Es muy de cómic

La guía del cómic

Ya puestos, os hago una recomendación: “Día de mercado”, de James Sturm, editado  recientemente por Astiberri ediciones. El protagonista es un artesano que se dedica a tejer alfombras en la Europa del Este de principios del siglo XX. El álbum cuenta una de sus visitas al mercado donde vende su mercancía.

Y supongo que no estoy destripándoos nada si os adelanto que de lo que está hablando realmente Sturm es de lo complicado que resulta ganarse la vida haciendo algún tipo de trabajo creativo sin renunciar a las cosas que realmente te importan (y que precisamente fueron las que te decidieron a dedicarte a escribir, dibujar, o lo que sea), especialmente cuando te vas haciendo mayor y tienes una familia que depende de ti. A mí me ha puesto los pelos de punta.

Día de mercado

*Lo normal, como en el mundo del libro, es pactar con el editor un porcentaje de los beneficios de la venta del cómic. De este pago se descuenta el adelanto, que suele cobrarse en el momento en el que se entrega la obra a la editorial.

 




Ya a la venta el manual de David Muñoz sobre guión de cómic: “Escribir con viñetas, pensar en bocadillos“.

El manual de guión de cómic de David Muñoz




 

17 comentarios en «A VECES OLVIDO…»

  1. No parece que haya mucho interés por los tebeícos, no, vista la afluencia de comentarios.

    De lo último leído yo recomendaría, así a bote pronto y sin saber en muchos casos si están editados en España (y sobre todo cómo)…

    Fun Home, de Allison Bechdel
    Asterios Polyp, de David Mazzucchelli
    La guerra de Alan, de Emmanuel Guibert
    George Sprott, de Seth
    Superman All Star, de Morrison y Quitely
    The Umbrella Academy, de Gerard Way y Gabriel Bá
    Autobiografía no autorizada, de Nacho Casanova

    Y Planetary, que por fin ha salido el último tomo recopilatorio.

    ¿Lo suyo sigue saliendo por los USA?

    1. Estaré atento en mi librería, a ver si lo traen sin tener que dar mucho por culo.

      A mi útil útil, del tipo pagar-la-hipoteca útil, pues mucho mucho no, para qué nos vamos a engañar. Pero todo lo que sea hablar de tebeos, bienvenido sea.

    2. Pianista en un Burdel

      No te fíes sólo del número de comentarios, David. Hay otros datos, por ejemplo: ayer fue el día con más visitas de la semana.

  2. Muchas gracias por esto, David. A un feto de guionista de cómic como yo (¡un amigo está empezando a dibujar mi primer guión! Paciencia…) le viene muy bien leer cosas como ésta.

  3. Pertenezco al nutrido grupo de aquellos que no nos atrevimos a hacer de lo que mas nos gustaba nuestro medio de vida. En mi caso no me arrepiento, hay que ser conscientes de las propias limitaciones y creo que tomé la decisión oportuna, estudié una carrera que me permitiera pagarme mis tebeos y tuviera algo de creatividad, para matar el gusanillo. Excelente el articulo, y un tono muy acertado y equilibrado. Espero ansioso la continuación.

  4. Un articulo muy interesante como de costumbre. Si que parece que hay poco interés por los comics y la verdad es que leyéndote esas tarifas de guionista a uno se le quitan las ganas, pero como dices si tienes el veneno de los comics dentro entonces “we are not here for the money” y ¿en donde vas a poder escribir sin censura una superproducción equiparable a cualquier comic?.

  5. Hola.
    Sin tu permiso, sorry, le he dado el chivatazo de esta entrada a Álvaro Pons, que ha colgado un link. Quizás en su página, don sí hay interés por el cómic, se cree más debate.
    Por mi parte, muy interesantes tus apreciaciones. Espero con ansia próximas entregas.
    Un abrazo.

  6. David, ya sabes que me gustan mucho tus entradas, pero no comento porque no soy seguidora del género. Sé que en Portugal alguien abrió un pequeño museo con las primeras ediciones de grandes clásicos. Fue un notición.
    Te dejo una anécdota. Solo he leído comics de niña y aún recuerdo una viñeta que me hizo reir mucho. Conoces Elpidio Valdés? El guajiro Mambí que lucha contra la colonia española? (Su creador, Juan Padrón, ha hecho muchas series de animación con las historias del personaje y un par de largos de gran calidad, además de su famoso “Vampiros en La Habana” y los animados en colaboración con Quino, el de “Mafalda”). Pues bien, Elpidio Valdés planea una emboscada nocturna a las tropas del general Resoplez, etc, etc. Hay un cuadro de una largatija comiquísima, con sombrero mambí y todo, la mirada del bicho es muy sugerente y el globo dice: “No lejos de allí, una largatija insurrecta observa el camino”. Es una tontería pero me reí de lo lindo y hasta hoy lo recuerdo.

  7. Muchas gracias por el post y las recomendaciones. El único guión de cómic que he leído era uno de Kirkman de The walking dead y era tan prolijo que ocupaba más que uno de cine.

  8. Quedo a la espera de las próximas entregas. El tema me parece muy interesante y me es muy útil porque, entre muchas otras cosas, escribo cómics.

    David ha tocado varios puntos clave. Me quedo con esta idea de que uno tiene libertad de usar espacios y objetos solo limitados por la capacidad del dibujo. En mis cómics siempre termino rematando la trama con resoluciones cósmicas cada vez más absurdas.

    Creo que, sobre todo al comienzo, la relación que uno genera con el dibujante es muy particular porque se establecen canales y formas de comunicar ideas que pasan por una relación personal muy cercana. En los cómics se trabaja con amigos y eso puede ser una ventaja o una desventaja, pero es así.

    Un saludo desde Bogotá.

  9. ¡Interesante entrada! Y siguiendo con las recomendaciones, para quienes aún no lo han hecho, leed “Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo”, o cualquier otra novela gráfica de Chris Ware. Ese tipo es un genio, como ilustrador y como narrador.

  10. Pues mira que yo estoy suscrito por aquí para transferir cosas de los guiones de cine y TV al cómic… Aunque lo que yo estoy haciendo últimamente, es un poco diferente. Pero como amante del medio, se te agredece enormemente estos posts que inicias con este.

  11. Hola tengo varios comic como hago para que los lean por alguna web o venderlos?.

    Los personajes que uso en mi comics son de marvel pero son historias diferents que yo mismo creo.

    quien pueda ayudarme por favor responder ami correo naco-95@hotmail.com

  12. ¡jajajaja!¡Me siento identificada con tantas cosas de las que salen en estas entradas sobre los cómics…!¡Hasta con la historia de Día de Mercado! Creo que también soy una dibujante de cómics frustrada, pero al revés: con formación y experiencia, podría haber sido una ilustradora decente; mi problema está en los guiones. Se me ocurren pocas ideas; y cuando me viene una sugerente (bueno… por lo menos, sugerente para mi imaginación), no sé desarrollarla en forma de historia, o no la sé hacer interesante para los demás. Por lo demás, de acuerdo con la idea de que esa libertad creativa es lo que hace más atractivo el mundo de los “tebeos”.

Los comentarios están cerrados.

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