…que escribir bien el primer capítulo de una serie de televisión es una de las cosas más difíciles que hay en este oficio.
David Muñoz
Leyendo este artículo de Chico Santamano en el que habla de su experiencia escribiendo el primer capítulo de una serie, me apeteció escribir otro hablando sobre algunas de las conclusiones a las que hemos llegado los guionistas del equipo de la serie* en la que estoy trabajando ahora sobre lo que conviene tener en cuenta cuando escribes ese difícil episodio uno. Varias ya las sabía pero llevaba mucho tiempo sin ponerlas en práctica; otras, las he aprendido ahora :
-Antes de empezar a escribir no conviene redactar una “Biblia” demasiado exhaustiva. Si bien hay que tener clara la trama arco y saber qué pinta el protagonista en ella, tampoco es necesario saber todos los detalles de su desarrollo. Lo que si merece la pena es escaletar siete u ocho episodios, aunque sea de manera muy esquemática, antes de escribir el primero. En el proceso a menudo surgen muchas ideas que luego hay que “plantar” en el primer episodio. Por Ej., siempre descubres que hay personajes que a priori te parecían importantes que luego no pintan nada en el desarrollo de la serie y otros a los que no les habías dado ningún protagonismo a los que conviene potenciar porque son mucho más útiles de lo que pensabas. Básicamente, lo que hay que saber es hacía donde se va. Pero empeñarse en respetar escrupulosamente la biblia que escribiste para venderle la serie a la cadena suele ser imposible. Como siempre, al profundizar en el material es cuando se descubre la verdadera forma que debe adoptar.
-El primer capítulo de una serie de televisión española estructuralmente puede que se parezca más a un guión de largometraje que al de un capítulo de una de esas series de televisión americanas que tanto nos gustan. Al tener que escribir entre 70 y 80 páginas de guión los problemas con los que debes lidiar suelen ser similares a los que te encuentras en el guión de un largo. Por Ej., casi inevitablemente el segundo acto flojea en todas las primeras versiones. Y también es habitual que al llegar a la página 55/60 tengas la impresión de que el capítulo debería haber terminado y que en realidad ya has contado todo lo que querías contar. Por eso, la manera de evitarlo es aplicar estrategias que como digo son más propias de un guión de largo.
-Lo que nos importa en un primer capítulo es sobre todo lo que le ocurre al protagonista. Por encima de todo, la serie es él. Lo fundamental es responder bien las preguntas básicas: ¿quién es el protagonista?, ¿qué quiere?, ¿quién se lo impide? Lo demás es superfluo. Puedes incluirlas o no, pero empeñarse en meter catorce subtramas no va a conseguir que la gente se enamore de tu serie y que vuelva a verla la semana que viene. Da igual que tengas unos secundarios graciosísimos si tu “prota” cae mal o su conflicto (la tensión que existe entre su objetivo y las dificultades que encuentra para conseguirlo; o sea, lo que pone en marcha la serie dramáticamente) no importa. En las series, los secundarios vienen y van, y más de una vez ocurre que un personaje episódico acaba convirtiéndose en fijo cuando se ve lo bien que ha funcionado en el capítulo en el que ha aparecido, pero es muy raro, casi imposible, que puedas cambiar de protagonista. Y esto también vale cuando se trata de varios protagonistas, como en The Wire. En esos casos el objetivo a la hora de escribir es el mismo aunque la “fontanería” estructural sea mucho más compleja.
-Por eso, lo ideal sería entonces encontrar una historia en el primer capítulo que permita mostrar claramente quién es y cómo se comporta tu protagonista y qué tipo de serie estás ofreciendo. La mejor manera de mostrar cómo es alguien en la televisión o el cine es a través de acciones. Los personajes no son lo que dicen, sino lo que hacen. Y lo mismo pasa con las series de televisión. De nada vale decir que algo es divertido, tiene que parecerlo. En ambos sentidos, un ejemplo modélico de buen primer episodio es el de la primera temporada de la serie The Shield (y no voy a analizarlo porque lo que tenéis que hacer es verlo) . Sobre todo se trata de seducir al espectador para que vuelva la semana que viene. En la primera cita, conviene ser atractivo y gustar a priori… pero sobre todo conviene no ser un coñazo. En la vida real, aunque esa primera cita sea regulera lo mismo hay una segunda, sobre todo porque nadie suele tener tanta oferta como para atreverse a dar largas a alguien por las buenas a no ser que la salida haya sido un completo desastre, pero en la tele eso es casi imposible. Sobre todo porque sí que hay oferta: decenas de series a lo mejor más “guapas” que la tuya reclamando la atención de tu pretendido.
-Y, si eres capaz de encontrar una trama cuyo impulso no se desdibuje a los 60 minutos, mejor. Habría sido muchísimo más difícil para su guionista escribir el primer capítulo de The Shield si éste hubiera sido de 80 minutos. Probablemente no habría tenido otra que “parar” la trama para hacer que su personaje emprendiera una “misión/búsqueda/como lo queráis llamar” que aún estando al servicio de la trama principal permita retrasar el clímax (por poner un Ej. claro, la incursión de Luke y compañía en la Estrella de la Muerte de La guerra de las galaxias), pero eso no supondría que debiera olvidar que todo debe sumar de cara al demoledor final que remata el capítulo.
Si el espectador sigue ahí durante varios capítulos, llegará un momento en que lo único que le preocupará será lo que le ocurra a los personajes; pensará más en las tramas personales que en ninguna otra cosa (salvo cuando vea una serie tipo CSI, claro, pero eso sería tema para otra entrada). Es ese momento feliz en el que como guionista uno tiene la sensación de que la serie “va casi sola”. No quiero decir que no convenga que cada capítulo cuente una buena historia, pero por Ej. cuando yo veía Buffy si bien a veces tenía problemas para recordar contra qué monstruo se habían enfrentado los protagonistas la semana pasada, sí que tenía claro lo que había ocurrido por Ej. entre Xander y Willow. Pero para llegar a ese momento hay que ganárselo.
–El protagonista debe presentar el mundo donde transcurre la historia. Pero hay que tener cuidado con el “síndrome del guía turístico” al dialogar. El personaje vive en ese mundo, lo da por hecho, es absurdo que cada dos por tres tenga la necesidad de comentar lo qué está ocurriendo con un secundario. Si necesitas que sea así porque no has sabido crear una trama que permita que las acciones del protagonista también describan su mundo, incluye un personaje que te permita hacerlo de forma natural (un periodista, un recién llegado o similar). Pero me da que eso casi nunca hace falta. No tenemos que comprender todas las reglas que gobiernan el mundo en cuestión para entender la historia, solo aquellas que tengan que ver de forma directa con la trama del capítulo. En muchas series, parte de la gracia consiste en ir descubriendo ese mundo y sus reglas al mismo tiempo que los protagonistas. Y si quedan flecos sueltos… pues esa es una de las ventajas de estar escribiendo una serie y no una película. Ya los atarás en el futuro. En realidad, parte del trabajo en este capítulo 1 consiste en abrir subtramas que puede que no cierres hasta el final de la temporada.
-Dejar más de dos subtramas de peso abiertas en el primer capítulo es una locura. Incluso a lo mejor dos son demasiadas. El espectador puede agobiarse si tiene la impresión de que para ver tu serie necesita tener un cuaderno de notas al lado para poder recordar todo lo que está pasando ahora cuando se ponga a ver el segundo. A mí me ocurrió con el capítulo 1 de The Wire. Si no llega a ser porque el amigo que me prestó la primera temporada me insistió en que tenía que ser paciente porque era una obra maestra (y lo es), habría dejado de verla. Una serie solo puede sobreponerse a un principio así de farragoso si es emitida por un canal de pago como HBO. En la televisión generalista no suele haber segundas oportunidades.
–No hace falta que presentes en el primer capítulo a todos los personajes que van a tener un papel importante en el desarrollo de la trama. En una de las últimas series que he visto, la primera temporada de Glee, varios de los miembros del coro que protagoniza la serie no tienen una sola línea de diálogo hasta que pasan cuatro o cinco episodios. Y no pasa nada. Porque, como decía antes, lo que importa son los verdaderos protagonistas. O sea, aquellos que “llevan” las tramas que impulsan dramáticamente la serie. De nuevo, es cierto que nuestros capítulos de 80 minutos tienen otras exigencias, pero a lo mejor su traducción a “guión español” es que puedes permitirte terminar de presentar a todos los personajes de peso en el capítulo dos.
-No tengas miedo a disparar todas tus balas. Eres guionista, en teoría no debes temer quedarte sin munición. Yo he estado en un par de ocasiones trabajando en series donde los productores estaban muy contentos porque “aunque el principio” de la serie era flojo, los capítulos tres o cuatro eran mucho mejores. Pero claro, si cuando se emiten ya no hay nadie al otro lado para verlos… ¿a quién le importa? Si tienes una buena idea, úsala, y úsala cuanto antes. Ya tendrás otras. Es mejor acabar todo lo “alto” que puedas aún a riesgo de que el segundo capítulo resulte mucho menos intenso (como de hecho, pasa en The Shield). Ese primer capítulo es una promesa (“te voy a entretener”, “merece la pena que pases conmigo dos horas a la semana”). Y tiene que ser convincente.
Y algunos os preguntaréis…
…¿hemos podido respetar todas y cada una de estas “reglas” al escribir el piloto de la serie de la que he hablado al principio de este texto?
Pues no, porque una cosa es lo que pensamos los guionistas y (a veces) otra muy distinta la que creen los productores ejecutivos, los responsables de ficción de las cadenas, etc. Y ya sabéis, quién paga, manda (o reescribe). Además, tampoco es lo mismo la teoría que la práctica, y siempre es más fácil hablar de lo que harías que hacerlo. Quien sabe, a lo mejor son ellos quienes tienen razón y no nosotros.
Y hasta que la serie no se estrene no tendremos manera de saberlo.
*Aclaro que se trata de una serie dramática de unos 70/80 minutos. Si fuera otro tipo de serie a lo mejor habría escrito una entrada muy diferente.
Lo que dices es casi un decálogo y estoy de acuerdo practicamente en todo. Sólo hay una cosa a la que no logro captar el motivo ¿Por qué dices que resulta importante escaletar siete u ocho capítulos antes de realizar el guión del primero?
Entiendo que es básico saber hacia dónde vas, también estoy de acuerdo en no ser escrupulosos con la Biblia (por mi breve experiencia, no sólo me parece una alternativa, sino casi una imposibilidad), quizá también en tener sinopsis de los capítulos, pero no capto la importancia de tener la escaleta de éstos antes de escribir el primero.
Saludos
Bueno, escaleta, argumento detallado o tratamiento. Cualquier cosa que te permita ver cómo es realmente la serie una vez la pones en marcha (o sea, cuando acaban las presentaciones). Inevitablemente, vas descubriendo cosas que te obligan a modificar lo anterior que no surgen si lo que haces es escribir una sinopsis de medio folio, por Ej.
David tiene razón, la escaleta de los primeros episodios es lo ideal – te ayuda a decidir el rumbo de la historia, “recordar” las subtramas, la inter- relación de los personajes, antever posibles puntos de giro, etc… No tiene que ser una escaleta muy ilustrativa, bastan las líneas generales de cada episodio.
También recomiendo escribir pequeñas biografías de los personajes. Cuando te encuentras sin ideas, la biografía te revela nuevas posibilidades. Lo curioso es que por ser justamente algo que “no será utilizado en el guión”, los guionistas la desarrollan con mucha más libertad creativa que la propia trama de la historia.
“…pero es muy raro, casi imposible, que puedas cambiar de protagonista”
Admiro a los “roteiristas” brasileros, porque ellos han subvertido esta tendencia. Si pasado algunos capitulos el protagonista no funciona, pues este se va de viaje, muere o cae en coma profundo. Tienen una argucia extraordinaria para dar una vuelta a la historia y hacerla siempre creíble.
En “Roque Santeiro” (TV Globo, 1985-86) por ejemplo, el actor que encarnaba el “señorito Malta”
(Lima Duarte) ”, su desempeño brillante generó tanta admiración en los espectadores, que pasó de co-protagonista a protagonista principal. Lo mismo si el título de la novela correspondía al personaje que hacía girar toda la trama, teniendo igualmente un lucidísimo actor (João Wilker).
Aquí está una entrada con algunas curiosidades de las peripecias de su exhibición y la breve sinopsis de la historia: http://pt.wikipedia.org/wiki/Roque_Santeiro
En la dramaturgia de los culebrones o series brasileras, la “repetición” es obligatoria(espectador que no ha podido ver el episodio vs espectador que necesita más tiempo en “atrapar” las subtramas )pero esta “repetición”, nunca es hecha de la misma manera, ni dicha por el mismo personaje, ni en el mismo décor, y fluye tan naturalmente que ni das por ello. Claro que no se hace continuamente, pero se hace. Es tan ingenioso, que no basta explicarlo, es necesario ver algún episodio piloto de una buena serie brasilera.
Hortensia, que interesante lo que comentas de Roque Santeiro. No la conocía.
“Roque Santeiro” (que aquí emitió Antena 3 en late night) era una serie más que digna, con mucho sentido del humor. Probablemente la mejor novela latinoamericana que he visto.
Hay muchísimas más… “Vale tudo”, “Carga pesada”, “Malu Mujer”, “Gabriela cravo e canela”, “Pantanal”, “O rei do gado”, “La casa de las siete mujeres”,”Sai de baixo”… ups! ( algunas en youtube). Pero la lista es interminable y hablo de calidad en la producción, desempeño actoral, excelente banda sonora, ciudades escenográficas al pormenor y los guiones… ni hablar! Se imaginan tener que cambiar todo el curso de la historia si a los espectadores no les agrada? Existe un sistema de encuesta/opinión para medir el nivel y gusto de las audiencias.
Los guionistas reciben en primera mano todos los parámetros de esta, por así llamarlo, retroalimentación.
Claro, hablamos de una nación donde el nivel cultural y el analfabetismo… , pero es que series y telenovelas, detienen prácticamente el país: letrados y no letrados! Es un público exigente, un fenómeno digno de estudiar.
Vale la pena destacar que los guionistas en Brasil hasta tienen estatuto de estrellas! Merecidísimo, por cierto!
Pues nada, habrá que ir pensando en mudarse a Brasil…
jajajaj de eso nada! también no hay que exagerar! Por cada buena serie brasilera, han existido otras buenas tantas en vuestra pantalla!
Tampoco creo que sea muy trasladable el ejemplo de Brasil. Adoro ese país, pero en cuanto a televisión, la gente se traga cualquier cosa que programe la Globo a las ocho y que distribuya por capítulos. Es verdad que las novelas están echas con muchos medios, pero el nivel actoral y de guión no da para mucho. Es como un Bollywood televisivo donde, eso sí, hay carne por todas partes pero poco más.
Un saludo
Chin… es cierto que el país se traga todo lo que pone la Globo, pero la novela de las 8, es un espacio estelar. Allí solo se exhibe lo mejor. Pero discrepo contigo en una cosa, el nivel actoral es altísimo, al igual que los guiones (por lo menos en los ejemplos que he citado). Puedes referir algún ejemplo de ese “Bollywood” que mencionas? A lo mejor has visto algo pésimo que yo no conozco.
He escrito lo de Bollywood porque el caso es muy similar: muchos medios y un público que adora el producto pero que no puede aguantar la competición con los verdaderamente grandes. Sí es verdad que algo como “Malú” está por encima de sus oponentes venezolanas o colombianas, pero se queda tiritando al lado de las series inglesas o americanas de cierto prestigio. Incluso al lado de las españolas de la época en que se hacian cosas de auténtica calidad como “Los gozos y las sombras”.
Y, lo siento, pero los actores brasileños son poca cosa en general.
Pero quién puede soportar la competitividad de los grandes…? Ni los franceses, ni los españoles, ni los italianos, que también tienen buenas producciones: No todo es malo!. Los grandes tienen calidad y tradición, pero además dominan la distribución. Pero los grandes también producen mucha porquería: No todo es bueno!
No obstante, no estoy haciendo comparaciones, estoy simplemente citando OTROS ejemplos.
Aún no me has dado argumentos sólidos para tu afirmación. De cualquier manera, es una pena que pienses así, conozco muy bien la filmografía y la TV de Brasil y compararlo con lo que se hace en Bollywood, es un contrasentido; son cosas diferentes y de muy diferente nivel. Y te aclaro, el cine brasilero no tiene medios, sus logros han sido a sangre y fuego. Es un cine hecho con mucha imaginación, mucho talento y mucho amor. La Globo, claro, es otra cosa.
La visión que se tiene de Latinoamérica o el Tercer Mundo en cuanto a sus respectivos audiovisuales, es generalmente simplista, pródiga en apreciaciones generales y sin bases de conocimiento verdadero. Cualquier comparación es siempre “eurocentrista” y/o anglosajona, lo que resulta bastante reductor.
La dramaturgia brasilera es una de las más fuertes del continente latinoamericano junto a la argentina y la cubana, justamente por esto, la escuela actoral no es descuidada, no te olvides que la base de cualquier dramaturgia – también la de las imágenes – proviene de la esencia teatral. El mundo iberoamericano conoce pocos dramaturgos de la talla de un Nelson Rodríguez, por ejemplo.
Es posible que te hayas topado con algo de baja calidad, por cierto que existe, pero no es la media.
Pero… además de Malú Mujer?, que fue una gran serie, que otra cosa has visto?
Atención que hablo de la novela de las 8 y del cine, no de los bodrios de entretenimiento que se producen por todo el mundo, y claro, también en Brasil. Hablo de actores con un fuerte background teatral, cinematográfico, radial, televisivo, etc. Los buenos actores en Brasil incursionan todos los medios, no tienen prejuicios con el soporte (esto ya lo escribí en otro comentario). No hablo del “bonitinho” o la modelo sin capacidad, que por obra y gracia de su cara, “obtienen un personaje”. Hablo de gente con formación y gente con verdadero talento.
No pretendo convencerte, pero actores de la talla de Betty Faria, Fernanda Montenegro, Tony Ramos, Regina Duarte, João Wilker, Sonia Braga, Gloria Pires, Jó Soares, Miguel Falabella, Rodrigo Santoro… la lista, colega, es interminable.
Es costumbre aquí citar lo que se hace en el mundo anglosajón, y siguiendo ese ejemplo te puedo escribir una pequeña lista de filmes brasileros no solo de proyección internacional. Son filmes que cambiaron completamente la historia del cine en el continente y en el mundo. Hay un antes y un después del Cinema Nouvo; herederos todos del cinema veritá, pero con un nuevo lenguaje visual y dramático. Que más te puedo decir… está todo escrito por estudiosos del tema, no estoy inventando nada.
No te voy a hablar de series o novelas porque referí en mi anterior comentario, varios ejemplos.
Pero tienes obras maestras en el cine, con actores igualmente magistrales, busca si puedes:
Terra em Transe, de Glauber Rocha.
Deus e O Diabo na Terra do Sol, de Glauber Rocha.
A Hora e A Vez de Augusto Matraga, de Roberto Santos.
Rio 40 Graus, de Nelson Pereira dos Santos
Vidas Secas, de Nelson Pereira dos Santos. También de él Memorias do Cárcel, es un gran filme.
Macunaíma, de Joaquim Pedro de Andrade
Bar Esperança, de Hugo Carvana
A Ostra e O Vento, de Walter Lima Jr.
Bye Bye Brasil de Cacá Dieguez
Dona Flor e Seus Dois Maridos, de Bruno Barreto
Tudo Bem, de Arnaldo Jabor, entre outros.
Y tanto que les gusta hablar de lo que se produce en el mundo de los grandes, recuerdo por ejemplo…
Cidade de Deus: De Fernando Meirelles, recibió cuatro nominaciones al Oscar de 2004, además de la nominación al mejor filme extranjero. Edición, Mejor Fotografia, Mejor Guión Adaptado e Mejor Dirección.
O Quatrilho: Nominación al Oscar para el mejor filme extranjero, no recuerdo el año. La protagonista del filme, Gloria Pires, es también una valiosísima actriz en muchos protagónicos de telenovelas.
O Pagador de Promesas: Vencedor de la Palma de Oro en Cannes, en los ya lejanos años 60, toda una revelación!
Central do Brasil. Nominación al Oscar para la mejor actriz, la gran señora del teatro, la televisión y el cine brasilero, Fernanda Montenegro.
Colega, la lista es realmente interminable.
Dá un chance a esta gente, en tu consideración, porque se lo merecen.
El piloto de The Shield, V.O.S.
Buenas.
Enhorabuena por el post y por el blog, es muy interesante.
Aunque yo creo que sí es importante presentar todos (o casi todos) los personajes en el piloto. De hecho en casi todos los pilotos se hace una presentación de personajes. Especialmente en sit com…
Uno de los trucos viejos para presentar personajes es meter a un novato en el mundillo que se vaya enterando de todo a la vez que el espectador (y que haga preguntas ¿y ese quien es? ¿y esto para que sirve?)
Una de las virtudes del piloto de “The Shield” es que utiliza este recurso de forma bastante original. Te presenta a un personaje, un nuevo policia que se va a incorporar al equipo de Vic (¿Que tal chaval, todo bien?) Y luego patapun!
Te quedas con la boca abierta esperando el próximo episodio.
Por cierto, hemos pasado de Buffy Cazavampiros a Sookie Follavampiros. Toda una mejora.
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Del genial Allan Ball, “Six Feet Under” Una de mis series favoritas de todos los tiempos. Y el pilot es un pilotazo!
http://www.hbo.com/six-feet-under
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