UNA GRAN IDEA

Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí)

Recibí una llamada.

Un tipo quería que me leyera su guión de cortometraje. Le pedí que me lo mandara por mail. No, no podía ser. ¿Por correo normal? Tampoco. Quería enseñármelo en persona. Concretamente, quería enseñarme una de las dos xerocopias del guión.

(Sí, recuerdo que la llamó así. Xerocopia. No he vuelto a escuchar la palabra desde entonces. Lamentablemente).

No debería haberlo hecho, pero sí, acudí. Tal vez para contarlo en un blog, diez años más tarde.

Era poco después de comer. Espero al tipo. Llega. Delgado, joven. En la mano, una xerocopia, que viene a ser algo que yo no sería demasiado capaz de distinguir de una fotocopia. Encantado, encantado. ¿Nos metemos a esta cafetería medio sórdida que hace esquina entre estas dos concurridas avenidas? No. ¿No? Es que tengo algo de prisa. ¿Te lo puedes leer? Sí, pero… Quiero que te lo leas ya. Vale, ¿nos sentamos? No veo ningún banco por aquí. ¿Puedes empezar a leer, por favor? Creo que ya he dicho que tengo prisa.

Tomo la xerocopia y comienzo a leer, a menos de un metro del autor. Creo que el título estaba escrito a mano. Pero sé que éste era “Héxtasis”. Sí, así, con hache. Y no era una licencia de autor, como cuando Juan Ramón Jiménez escribía elejía, así, con j en lugar de g. En su caso, era una decisión. Juan Ramón Jiménez sabía escribir “bien”. Le dieron el Nobel. No creo que fuera exactamente el caso de ese chico que me observaba, con aire suspicaz, mientras yo trataba de leer y reprimir una risa nerviosa.

Os prometo que la sinopsis argumental de “Héxtasis” comenzaba con una persecución de un Ferrari a un Porsche a través de los “hescarpados hacantilados” y las “curvas sinuoxas” de una carretera de costa. Uno de los “vólidos” se despeñaba.

El texto estaba repleto de herratas (perdón, erratas, esta ha sido mía) como he intentado reproducir con los entrecomillados.

No recuerdo todos los detalles de la historia, pero creo que, tras el accidente del Ferrari, dos personas llegaban a una lujosa mansión y procedían a consumir drogas alucinógenas (con hache) y a tener alucinaciones (probablemente también con hache) en un yacuxi.

Creo que había algo de sexo en el yacuxi, pero no estoy muy seguro de que pasara nada demasiado relevante para la trama posteriormente.

Traté de salir como pude de aquella encerrona. Aseguré que el corto iba a tener un presupuesto algo más alto de la media: no muchos pueden permitirse un Ferrari y un Porsche. Lamenté no estar disponible para poder colaborar con él, ya que estaba muy ocupado.

Lo admitió sin demasiados problemas. Pero, eso sí, creo que me pidió que no contara a nadie la trama de su historia.

Por supuesto, cuando se dio la vuelta y se marchó, para desaparecer definitivamente de mi vida, llevaba en su mano, férreamente asida, su xerocopia.

¿Creía él realmente que esa sinopsis era tan original y valiosa, que cualquier persona que la leyera estaría inmediatamente tentada de robarle su idea y rodarla antes de que él pudiera levantar el proyecto “Héxtasis”?

Con el tiempo me he dado cuenta de que una de las obsesiones más repetidas entre los guionistas noveles, o entre los simples aficionados, es evitar que sus ideas sean robadas.

En cambio, sé de guionistas y directores de cine experimentados que llevan varios años sin tomarse ni siquiera la molestia de registrar sus argumentos en el Registro de la Propiedad Intelectual.

Creo que, con el tiempo, un guionista va dándose cuenta de que una idea es sólo un punto de partida (que, frecuentemente, es muy parecida a otras muchas) y de que suele ser el desarrollo de esa idea, es decir, la trama, los personajes, los diálogos, la ambientación, lo que puede convertirla en una obra maestra o un bodrio.

Yo, por ejemplo, os garantizo que puedo convertir la historia de un cazador de androides que se enamora de una de sus “víctimas” en una auténtica mierda. Dadme un rato y os hago un guión intragable. Y estoy seguro de que alguno de vosotros sería capaz de hacer un maravilloso corto basándose en la idea original de “Héxtasis”.

Casi cualquier idea puede dar lugar a una obra maestra. O a un bodrio. La diferencia es que, para conseguir la primera, hacen falta mucho talento y un duro, y a veces desesperante, trabajo de desarrollo.

No hay atajos.

Desgraciadamente, esto de escribir suele tener poco que ver con las películas de Hitchcock. Realmente, dedicamos bastante poco tiempo a infiltrarnos en productoras para robar memorias USB con ideas gloriosas para brillantes trilogías fílmicas, o a espiar con sofisticados prismáticos la ventana del piso de Ignacio del Moral tratando de atisbar lo que teclea en su ordenador. Sólo seis o siete veces he pinchado los teléfonos de guionistas de la competencia y, prometo que sólo he conseguido confirmar mis peores sospechas sobre sus lamentables hábitos sexuales y dietéticos.

Tal vez alguno de vosotros haya escuchado hablar de una reciente acusación de plagio. Al parecer, se ha levantado incluso cierta polémica sobre el asunto. Sin saber nada sobre el particular, y mostrando todo mi respeto para todas las partes implicadas, sólo puedo decir que, según mi experiencia, estas acusaciones suelen tener una base un tanto endeble y ser realmente difíciles de probar. Tomad esto como un prejuicio, tal vez corporativista, pero muy pocas veces he visto que en esta profesión se lleve a cabo un descarado plagio consciente de una idea ajena.

Ahora, lo siento pero… os tengo que dejar. Voy al rodaje de mi nuevo corto. Nos ha costado un montón, pero, por fin, hemos podido alquilar el Ferrari.

Pero, shhh, no se lo contéis a nadie.

9 comentarios en «UNA GRAN IDEA»

  1. Tienes toda la razón del mundo, pero cuesta trabajo darse cuenta de ello. Pero vamos, que esto se puede comprobar con un experimento muy simple: dale la misma sinopsis a 5 guionistas distintos. Dudo mucho de que los guiones o escaletas finales tengan mucho que ver.
    Plasmar dicho experimento valdría para todos aquellos “incautos” que se creen plagiados.
    De hecho, creo que tiene más “valor” (argumental, se entiende) el final, el cierre de la historia, que el planteamiento.

  2. Ja, ja. Me ha encantado lo de las curvas sinuoxas y el jacuxi. Aunque reconozco que a mí me hacen eso de citarme en la calle para leer un guión de pie y me entraría miedo. Es casi casi como The Ghost Writer…

  3. Bueno, el encuentro fue al mediodia y por lo que parece en un luguar céntrico. Pero no puedo dejar de imaginármelo de noche, en un descampado y con niebla, con una estética a lo “Tercer hombre”. Que miedo.

  4. Agatha Christie escribió en el prólogo a “Parker Pyne investiga” que cuando le preguntaban de donde sacaba las ideas ella sentía la tentación de contestarles de que iba a comprarlas a alguna famosa tienda londinense pero que en realidad sus novelas surgían a partir de situaciones comunes. En una ciudad (o en una localidad minera) a todos nos pasan las mismas cosas, lo que cambia es lo que hacemos después con ellas

    1. Basicamente un guionista tiene dos clases de ideas:

      1 – las que copia sabiendo exactamente de donde lo copia.
      2 – las que copia sin saber de donde lo copia.

      a estas últimas las llama “ideas originales”

  5. jajajajajjaja excelente!!! Debo decir, me confieso publicamente, que yo soy de esas noveles, y puedo desmenuzar el sentimiento, los porques, y los pormenores de la razón que nos lleva a actuar asi, como ese muchacho!!! jajajajajja Pero que gracia me da ver mi incoherencia retratada tan bien!!! jajajajajajaja

    Paso uno: tenemos una idea, al principio, oBBBBBvio, nos parece brillante (y es que estuvimos semanas para encontrar ALGO que diga ALGO) ;-)
    Entonces, con los conocimientos que tenemos (de mitad para abajo: esencialmente, algo del abecedario, algo de dividir en escenas, algo de tiempo presente, y algo más que no me acuerdo), nos mandamos a GUIONARRRRRRRRRR OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH el GRAN VERBO MISTERIOSO ;-) Y PRETENSIOSO.
    ¿Qué pasa después? En dos días, tenemos más o menos (repito MAS O MENOS) la cantidad de escenas, y alguna especie de sinopsis de éstas.
    Y……. YA ESTAAAAAAAAA, nos desesperamos por mostrarlo, porque…. nos costo un MUCHO, que ni pensabamos…cuando decidimos TENER UNA BRILLANTE IDEA QUE SALGA DE UNA MUSA ( que viene a ser como una especie de bola redonda y negra que de repente se ilumina y transmite la trama).
    Y… como inexpertos, igual sabemos que para dejarlo más o menos decente, hay que hacer muuuuuuucho trabajo, y no queremos hacerlo PORQUE SI, jajajaja. Entonces, lo mostramos: UYYYYYYYYYYY
    Lo que EL OTRO, puede llegar a entender de lo que PENSAMOS, y que esta TRADUCIDO en lo que ESCRIBIMOS, es, ciertamente nada. Y es porque la mitad de lo que pensamos no lo decimos en ninguna parteeeee ;-)
    Entonces o te llueven criticas destructivas, o te llueven halagos que no te crees. O… TE EMPIEZAN A HABLAR DEL PRESUPUESTO jijijiji.
    La voy haciendo corta, nos decimos y decimos que tenemso que confiar en nosotros, y pulimos esa historia lo más que podemos (que no es mucho más) yyyyyyy después, bien o mal, buena o mala, es NUESTRAAAAAAA, jajajajja, le tomamos cariño, no tenemos basicamente la más mínima idea de si sirve, no es que SABEMOS QUE ES GENIAL, es que SABEMOS TAN POCO COMO ES, QUE POR LAS DUDAS, LA OCULTAMOS!!!
    Bueno, y ya me dejo de hablar, escribir, que se supone que si quiero escribir guiones, debo ser breve OPPPPSSS CUAAAAAA ;-)

  6. Excelente artículo, bien argumentado y muy útil, para personas como yo, ajenas al mundo del guión. Se diría que las ideas, al igual que la energía, ni se crean, ni se destruyen, sólo se transforman. Se toman de aquí y de allá, porque nadie las tiene en propiedad. Se eligen, se mezclan y de su combinación surge una sinopsis, borrador ó biblia, que ya puede ser propiedad de alguién . El tema, en ocasiones, se presta a confusión y aceptamos, sin cuestionarnos que X es el autor de la idea original de una determinada obra. ¿Debe entenderse con ello que es el autor del origen y de la sinopsis de la obra?. En realidad, ¿Cuándo empieza el auténtico proceso de creación? ¿Comienza con la misma sinopsis ó a partir de ella?.
    Si comienza a partir de ella, tal como se expone correctamente en el artículo, es el desarrollo de esa idea (sinposis), con la trama, los personajes, los diálogos, la ambientación… lo que la convierte en una obra maestra ó en un bodrio y lo que le dá identidad propia. Aquí reside el mayor trabajo, el mayor talento y el mayor mérito, sin duda alguna. Aún así, el auténtico proceso de creación de la obra, no tendría razón de ser, de no existir un punto de partida, un sinopsis, sobre la que trabajar y una base, sobre la que sostenerse. Y es en este punto, donde no consigo clarificar, si el proceso creativo empieza con la misma sinopsis ó a partir de ella.

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