FIRMAS INVITADAS: OPINIÓN

por Bárbara Alpuente.

Estoy en la salida de un estreno con amigos y a lo lejos observo a un guionista que me ve, sonríe y se me acerca con los ojos muy abiertos. Según avanza, se le va dibujando una sonrisa en la cara, que es donde se dibujan las sonrisas, no se van a dibujar en el culo. (Y de ser esto posible yo no lo he visto así que me permito el escepticismo en este caso) El guionista llega por fin a donde yo estoy y en mi cabeza su voz suena ralentizada mientras le escucho decir “te voooooy a pasaaaaaar mi guiooooón y me diiiiiceeees qué te pareceeeeee”. Mantengo un gesto de serenidad mientras pienso: ¡Socorro! No voy a leerme doscientos folios para “ver qué me parece”. Si lo hago será porque estés dispuesto a escuchar una opinión, opinión que te arrojaré tras haber leído al menos dos veces tu largometraje, lo que implica dedicarle unas cuantas horas de mi tiempo.

Hay un puesto destinado a leer y analizar guiones, ¿por qué? Porque leer y analizar un guión no es un trabajo que esté al alcance de cualquiera. ¿Por qué? Porque para realizar esta tarea con la profesionalidad que merece, el analista debe tener un extenso y profundo conocimiento del oficio y además poseer, si es que esto es posible, la capacidad de la objetividad para liberarse de prejuicios a la hora de valorar el trabajo de otros. Eso implica, por ejemplo, saber reconocer que el hecho de que no te guste lo que tienes delante, no significa que esté mal. “Si no me gusta está mal. Si no lo entiendo es caótico. Si no me entretiene es aburrido. Si no me hace gracia no es gracioso. Si no le molo es que es gay.“

Leer un largo y opinar es un trabajo difícil, y las víctimas de nuestros amigos guionistas lo hacemos como podemos, pero tengamos en cuenta que no es un favor que se pueda pedir así como así. Dad a leer si de verdad necesitáis otro punto de vista y si estáis dispuestos a tirar vuestro trabajo tras una crítica que encontréis coherente y constructiva. Aunque luego no lo hagáis, pero al menos que exista esa predisposición, porque si no uno se siente gilipollas.

-¿Leíste mis notas sobre tu guión?

-Sí, pero al final pensé que estaba bien como estaba.

-Ya (Pausa dramática) ¿Y eso no podías haberlo pensado antes de enviármelo?

-De todas formas muchas gracias.

-¡No quiero que me des las gracias, quiero que me pagues!

Esta recreación de diálogo entre guionistas se convierte en ficción a partir de la segunda intervención (A no ser que se trate del Pianista, que sería capaz de llegar incluso más lejos)

Por eso es importante saber reconocer cuándo te están pidiendo opinión verdadera o cuándo te están pidiendo una pasadita por el lomo. No tengo nada en contra de las pasaditas por el lomo, todos las necesitamos de vez en cuando. Un guionista seguro de sí mismo es un imbécil. No puedes estar seguro en un proceso de creación, puedes confiar en que tu trabajo es lo más honesto o profesional posible, pero una mala crítica desestabiliza a cualquiera porque todos sabemos que lo que hacemos puede estar muy bien o estar muy mal. Puede incluso encontrarse en ese árido y aséptico terreno del “No está mal”.

La opinión importa, no la tomemos a la ligera. No podemos decirle a alguien tras un pase, que su corto nos ha espantado. Aunque hay maneras de mentir sin ensañarse en la mentira cuando lo que acabas de ver no te gusta y el inconsciente del director o guionista te pregunta a la salida eso de “¿qué te ha parecido?”.

Destaco los siguientes ejemplos para no herir sensibilidades y conservar así amigos del gremio (en caso de que esto último sea necesario)

“Está bien” – trasfondo: para el nivel que tienes.

“No está mal” – trasfondo: una vez vi una peor… Por cierto, ¿no era tuya?

“No es mi estilo” – trasfondo: mi estilo tiende más a las cosas bien hechas y no a esa puta mierda que has hecho tú.

“Igual es que no la he entendido” – trasfondo: no he entendido que nadie te haya dicho en todo el proceso que lo que estabas haciendo era un truño.

“Para ser tu primera peli, está bien”: aprovecha porque probablemente será la última.

Y la peor de todas:

“Pues a mí sí que me ha gustado” – trasfondo: ¿crees que ser tu novia tiene algo que ver?

Y ahora, para mantener cierta coherencia con mis propuestas, les pido que se abstengan de escribir malas críticas en sus comentarios. Gracias.

20 comentarios en «FIRMAS INVITADAS: OPINIÓN»

  1. “Según avanza, se le va dibujando una sonrisa en la cara, que es donde se dibujan las sonrisas, no se van a dibujar en el culo”… madre mía…

  2. Pues sí, he leido tantas veces la frase “se le dibujó una sonrisa en la cara” que ya casi sale sola por redundante que sea.

  3. este post “esta bien” aunque he de reconocer que “no es mi estilo”…igual es que no lo he entendido.

  4. Las cosas se dibujan en papeles (o en paredes), en las caras… pues… eso… pasan otras cosas.

    Manda narices que nos dediquemos a comentar sólo esta tontería, pero es que ha tenido gracia.

    Por lo demás, estoy de acuerdo, a mí también me han solicitado e ignorado críticas. Será por eso que cada vez leo menos textos “que alguien me pasa”.

  5. Por cierto, yo perdí un amigo por darle opinión de un corto, cuando lo que me estaba pidiendo era una pasadita por el lomo. ¡No supe reconocer la diferencia!: Buah, no sería tan amigo…

  6. Jajaja, muy grande Henry Gale.
    Supongo que el guionista del que habla en el post no es amigo suyo, porque si lo es, en que poca estima lo tiene. ¿Cobra por todos los favores que le piden sus amigos?

  7. Yo prefiero que me digan la verdad. Siempre que me han dicho “bueno no esta mal” les digo: vale, no esta mal. Ahora dime de forma concreta todo lo que no te ha gustado. Y entonces ya empiezan a ser sinceros. La Verdad a veces duele, pero es necesaria, en cambio la mentira, aunque sea mentira piadosa, mata.

  8. Bueno… yo opino que quien pregunta tiene derecho a oir una respuesta… y a no tener que deducir un subtexto, pero claro eso también depende de la confianza en la relación, si sabe interpretar todo vale.

    ¡Muy bonito!. Versus: ¡qué te den por culo!

    Es mala. Versus: ¡maldito jodido cabrón, qué pedazo de película!

    Un saludo

  9. Parcialmente de acuerdo. También quién escribe un guión tiene derecho a decirle a la persona que le ha hecho el favor de leer su guión que sus comentarios sobre el guión son un sinsentido. También he visto casos.

  10. Yo no soy guionista, pero creo que el tema de este post es aplicable a casi cualquier faceta de… la vida misma. Cuando uno pide a otro su opinión sobre algo, debería estar dispuesto a oir una crítica negativa: como dice ‘Yo’, mejor la verdad aunque duela. Pero es que a veces (demasiadas veces) el que pregunta solo quiere luchar contra sus fantasmas o (lo que es peor) confirmar sus sospechas sobre su propia genialidad.

    Debería dar mucho miedo pedir una opinión sobre el trabajo hecho. Lo que no entiendo es cómo la gente no debate los comentarios: esto que criticas lo hice por esto y con esta intención, y de vuelta el otro puede explicar por qué cree que no funciona o mirarlo tal vez desde otro prisma y cambiar de idea, o lo que sea… Según lo veo, es la única forma real de que la ayuda que pides sea ayuda de verdad: estar dispuesto a reconocer los fallos y también a defender lo que crees que son aciertos. Para que el resultado final de la obra sea mejor, que es lo que se supone que todo el mundo pretende.

  11. guionistaseriaperodivertida

    es igual que cuando te cortas el pelo y preguntas qué tal…
    bueno, es peor porque el guión lo puedes tirar a la basura pero el pelo se queda donde está…
    ay, qué duro es ser creativo…

  12. El problema de la gente (ya sea si te preguntan por un guión que por si hicieron bien al coserle la boca a grapazos a un novio que roncaba mucho) es que no busca una opinión sino una confirmación, creyendo en su buena fe que mi respuesta va a ser inexorablemente: “Tienes razón”.

    Yo, que he llegado a una edad en la que los susceptibilidades/rebotes/cabreos de los demás me los paso por el almacén testicular, suelo contestar cuando el Otro pone cara de haber olido un calcetín podrido: “si lo que te digo no es lo que esperabas, ¿para qué coño me preguntas?”.

    Vamos, digo yo.

  13. Pingback: GUIONES VS GUIONISTAS: EL SÍNDROME O.T. « Bloguionistas

Los comentarios están cerrados.