…adaptar una novela nunca justifica cobrar menos por escribir el guión sino todo lo contrario.
(Parte 2)
David Muñoz
Y ésta es la segunda parte de la entrada sobre adaptaciones literarias. Como dije la semana pasada, voy a explicar el porqué de las decisiones que tomé para transformar en un guión de cine cuatro páginas del libro Invisible de Paul Auster.
INT. WEST END BAR – DÍA
ADAM entra en el West End Bar. Se trata de un tugurio oscuro y cavernoso con más de una docena de mesas y reservados, una inmensa barra ovalada en medio de la estancia principal, y una zona de autoservicio para comer y cenar cerca de la entrada. Sentados a la barra vemos bebiendo a VARIOS GRUPOS DE UNIVERSITARIOS. Algunos de ellos ya están borrachos. En la zona de autoservicio, VARIOS CLIENTES HABITUALES comen.
ADAM se acerca a la barra mirando alrededor y saluda con un gesto al CAMARERO, un tipo poco expresivo que le devuelve el saludo con un ligero movimiento de cabeza mientras lava unas copas.
ADAM
¿Dónde se ha metido todo el mundo?
CAMARERO
(Se encoge de hombros)
Estarán tomando el sol en el parque.
*El personaje del camarero no existe en el libro. Pero resulta útil para comunicar de forma más orgánica toda esta información (no hay ningún conocido de Adam en el bar, la gente está por ahí tomando el sol) que si bien no es imprescindible para comprender la escena, añade detalles que nos ayudan a “vender” el mundo donde transcurre la historia. Otro recurso posible sería incluir esa información con una voz en off, pero usarla o no es una decisión que suele tomarse en la primera parte del proceso de escritura del que hablé la semana pasada. Y en este caso, pese a que suele ser un atajo bastante útil para dar mucha información de forma muy rápida, he decidido no hacerlo. El ejemplo más extremo de voz en off que se me ocurre ahora mismo es “Vicky Cristina Barcelona”, de Woody Allen, donde permite que prácticamente no haya secuencias de transición ni de “calentamiento” , además de que ayuda a “meter” mucha más historia de la que de otra manera permitiría su metraje (la película, por cierto, me parece horrenda, pero se aprende mucho viéndola, aunque sea solo lo que no hay que hacer).
Luego, las novelas, tal como están narradas, permiten ser menos naturalistas que una película. En un libro, el narrador dirige nuestra “mirada” (mental) hacia donde le interesa, obviando todo lo demás. Y no nos importa. Asumimos inconscientemente que en el bar debe de haber un camarero, pero no echamos de menos que no se le mencione. Mientras que en una escena rodada sería extrañísimo mostrar a Adam entrando en un bar que visita a menudo sin hacer referencia al camarero que probablemente estaría tras la barra. La visualización literal de las páginas de un libro daría lugar a una escena rodada a trompicones, con el personaje saltando instantáneamente de un lado para otro y rodeado de personajes que aparecerían y desaparecerían cada dos por tres.
Otra cosa es que se decidiera no darle ningún diálogo ni a Adam ni al camarero.
Porque está escena también podría haberse escrito así:
INT. WEST END BAR – DÍA
ADAM entra en el West End Bar. Se trata de un tugurio oscuro y cavernoso con más de una docena de mesas y reservados, una inmensa barra ovalada en medio de la estancia principal, y una zona de autoservicio para comer y cenar cerca de la entrada. Sentados a la barra vemos bebiendo a VARIOS GRUPOS DE UNIVERSITARIOS. Algunos de ellos ya están borrachos. En la zona de autoservicio, VARIOS CLIENTES HABITUALES comen.
ADAM se acerca a la barra mirando alrededor y saluda con un gesto al CAMARERO, un tipo poco expresivo que le devuelve el saludo con un ligero movimiento de cabeza mientras lava unas copas.
Y también podría haber funcionado. No se trata de que una opción sea per se mejor que otra. Lo será dependiendo de la particular sensibilidad de cada guionista.
ADAM ve a BORN en un reservado de la parte del fondo. Está solo, leyendo un ejemplar de la revista alemana Der Spiegel y fumando un puro cubano sin tocar el vaso de cerveza a medio consumir que tiene sobre la mesa. Como en la fiesta, lleva un traje blanco, pero ahora en vez de camisa blanca viste una de color rojo oscuro.
ADAM se para y mira hacia la puerta, dudando si marcharse o no.
*Una acción física (pararse, mirar) marca lo que Adam piensa al ver a Born.
El CAMARERO termina con las copas.
CAMARERO
(Se seca las manos)
¿Lo de siempre?
ADAM
Eh…
(duda)
…no. Creo que yo también me voy a tomar el sol.
*La duda se explica de forma mucho más rotunda con el diálogo con el camarero. Además, deja aún más claro que éste es un bar que Adam visita a menudo.
En el libro, aquí Adam recuerda las circunstancias de su primer encuentro con Born y, en un momento de “tiempo congelado” que pasa inadvertido para el lector, reflexiona sobre sus sentimientos encontrados respecto a él. Esto es algo a lo que habría que renunciar incluso usando una voz en off. Ni siquiera parando la imagen a lo Scorsese colaría una digresión tan larga. En teoría, además todo esto debería haber quedado claro en la escena de la fiesta a la que se hace alusión. Si se ha contado bien ese momento, no haría falta reiterarlo.
El CAMARERO asiente y ADAM se dirige hacia la puerta. Pero entonces, se para, se gira y se acerca a BORN.
BORN alza los ojos de la revista y le ve.
BORN
Señor Walker…
(Le hace un gesto invitándole a que se siente a su mesa)
…justo la persona que estaba buscando.
Todavía dudando si está haciendo lo correcto, ADAM se sienta con BORN, que lanza una densa bocanada de humo y sonríe.
*Al escribir los diálogos, para que la secuencia no se fuera a los 15 folios, he tenido que limitarme a conservar aquellos que avanzan de alguna manera la trama principal. Y lo que nos importa ahora es que Born explique que Margot está preocupada por Adam, pues es la excusa que va a utilizar para hacerle luego su “oferta” a Adam.O sea, sólo nos quedamos con lo que nos resulta útil para contar la trama principal.
BORN
La otra noche le causó usted una impresión muy favorable a Margot.
ADAM
Ella también a mí.
BORN
No sé porqué, pero le ha tomado verdadera simpatía. Aunque también debe saber que la tiene sumamente preocupada.
ADAM
¿Por qué? Ni siquiera me conoce.
BORN
Puede que no, pero se le ha metido en la cabeza que su futuro corre peligro.
BORN le ofrece uno de sus puros a ADAM. Este asiente y lo coge.
*Una acción como ofrecer un cigarro y aceptarlo ayuda a que los actores tengan que hacer algo más en la escena que decir su texto (en este caso además es una buena metáfora de la relación entre uno y otro personaje). Pero también, ayuda a que puedan usar los cigarros o el objeto que decida emplearse (muchas veces son decisiones que si no están ya previstas en el guión, son tomadas en rodaje por los actores o el director), para mostrar sus emociones de forma indirecta. Los buenos actores suelen intentar ser sutiles y tratan de “tapar” su objetivo en las escenas (lo que algunos profesores de interpretación llaman su “accion”) pero también usan los momentos “privados”(esas ocasiones en las que creen que nadie les está mirando por Ej.) o su relación con los objetos que participan en la escena para añadir claves que permitan intuir lo que les está ocurriendo “por dentro”. Y por cierto, esta escena se parece a la de la película de Tarantino que comenté aquí hace unas semanas. Tiene varios niveles de lectura. En realidad está pasando otra cosa muy distinta a la que parece que está ocurriendo. Como ya dije, Adam es Fausto y Born el Diablo… o Adam el campesino francés y Born el implacable Hans Landa… ¡o Adam el ratón y Born el gato!
Y el Diablo ofrece algo, aunque sea solo un puro, y Fausto lo acepta.
¡Y ahora, después de haberme leído el libro entero, es la primera vez que caigo en lo obvias que son las lecturas simbólicas de los nombres de Rudolf Born y Adam Walker!
ADAM
(Mientras enciende el puro)
¿Por Vietnam? A menos que me echen de la universidad no pueden llamarme a filas antes de que acabe la carrera. Y es posible que por entonces la guerra ya haya acabado.
BORN
Margot no se refería a Vietnam. Tiene el convencimiento de que usted es demasiado buena persona, y que por eso el mundo acabará aplastándolo.
ADAM
(Fumando)
No sé por qué piensa eso.
BORN
En cuanto Margot conoce a un chico que afirma ser poeta, la primera palabra que le viene a la cabeza es hambre.
ADAM
Eso es absurdo.
BORN
¿Cuánto ganan los poetas, señor Walker?
*Como veis, el personaje que “manda” en la escena es claramente Born. Es quién dirige la conversación. Sin embargo, nuestro punto de vista, en la escena y en la película, es Adam Walker. Debemos estar siempre con él. Su sensación de indefensión y de desconcierto es la nuestra. Y conviene que no se olvide nunca. Por eso le he quitado más diálogos a él que a Born, para que quede claro quién “domina” en este momento en la relación. No siempre funciona así (por Ej. en una escena de interrogatorio con el interrogado desesperado), pero insconcientemente solemos entender que el personaje que más habla es quien lleva la voz cantante.
Hasta ahí llegué. Como veis, son muchas las decisiones que hay que tomar para transformar las páginas de un libro en las de un guión de cine. Algunas son lógicas y casi, casi inevitables, pero muchas otras serían ejecutadas de manera muy diferente dependiendo de quién fuera el guionista que se encargara de la adaptación. En ningún caso* adaptar consiste en “volcar” el material a un programa de guión y adaptar el formato. Se trata normalmente de un proceso muy, muy lento, en el que no paras de reescribir cada escena una y otra vez, intentando destilar la esencia del libro sin llegar a traicionarlo. Es pura fontanería guionística. Un tipo de escritura muy controlada donde manda el oficio sobre la imaginación. Encima la mayor parte de las veces acabas quedándote con un mal sabor de boca porque el libro siempre te parece de una riqueza que tú no has llegado a alcanzar (un error, desde luego, porque al contrario de una novela el guión no es un fin en si mismo, es sólo la una base de una película que a través de la interpretación, la fotografía, la música, el sonido, etc. en teoría aportara todo eso que hace especial al libro: los adjetivos, la poesía, las digresiones…).
Y sobre todo, adaptar requiere un esfuerzo mental (y como apunté antes, una habilidad técnica como guionista) que normalmente no necesitas emplear para escribir tus propios guiones. Es un trabajo que desgasta. Y mucho.
Así que amigos productores (¿qué? ¿creíais que me había olvidado de vosotros?), eso hay que pagarlo.
Que no se os olvide.
*O casi ninguno, hace poco he leído esta entrevista con Cormac McCarthy donde cuenta que escribió “No es país para viejos” como guión de cine y al ver que no despertaba interés entre los productores lo transformó en una novela que cuando fue llevada al cine por los Coen pudo ser adaptada de forma muy fiel porque en el fondo ya estaba concebida de esa manera (y aún así, los Coen cambiaron muchos detalles del libro, especialmente de la parte final). El link lo he visto en el blog Cultura Impopular, donde además hay una traducción parcial de la entrevista.
Buenas, muy interesante el post, apunto un par de historias del tipo “yo haría”.
Lo de ofrecer el cigarro y aceptarlo… pues me parece demasiado evidente, según las paginillas Adam le tiene bastante resquemor al tal Born. La secuencia de actuación de Adam es distancia (está este petardo me largo), interes (bueno ya que estoy aquí me siento), si volvemos a interes para mi es una interrupción poco lógica (que no sigue la secuencia), para mi iria más propuesta y negación (no, no quiero, yo voy a lo mio) y por último aceptación más o menos inconsciente: según va hablando Born pilla su tabaco y fuma con él.
Sobre el camarero, pues de alguna forma hay que comenzar la escena… pero lo que me si me parece bastante interesante son las frases alrededor de “Bueno, las palabras no lo son todo” ¿por qué no meter algo de esto?.
Un saludo
Bueno… posibilidades hay muchas, y no son necesariamente mejores unas que otras. Estas son únicamente las que a mí me funcionan mejor. Por Ej., en el caso de que tuviera que escribir realmente el guión, lo que me interesaría contar aquí es que pese los recelos de Adam, Born es la personalidad dominante de la relación, y lo establecería mediante detalles como el del cigarro. Ofrecerlo es una estrategia suya para seguir manteniendo esa posición.
Sinceramente, y sin ánimo de ofender, las adaptaciones de una novela a cine siempre me han parecido como un expresso comparado con un descafeinado.
Debe ser muy difícil plasmar las sensaciones que transmite un buen libro, y pocas veces se consigue.
Eso sí, cuando se consigue, se consigue también una película inigualable.
Un saludo
Magnífica entrada una vez más, David.
El juego de dominar y el ofrecimiento del puro, me ha traído a la memoria la 5ª temporada de “The shield” y el juego que se trae el personaje de Forest Whitaker con su ofrecimiento del chicle. Quizá en esta opción del personaje de Forest Whitaker no me gustó que el propio personaje fuese el que afirmara por qué ofrecía los chicles. Creo que hubiese quedado mejor un subtexto para esa acción (bien integrado y reiterado para que se entendiese) que hubiese dejado en la mente del espectador la explicación. Quizá en este ejemplo que pones y puesto que se intuye hacía donde van a ir las cosas, no habría estado mal aplicar algo parecido; un primer rechazo al ofrecimiento del puro por parte de Adam, seguido de una insistencia irrechazable por parte de Born. Precisamente como elemento predecesor en algo sin importancia, de lo que ocurrirá después en lo realmente importante.
Saludos.
Panov: Es que en realidad Adam todavía no tiene razones de peso para rechazar a Born, solo prejuicios.
Por eso, me pareció que si le rechazaba ahora, la escena se parecería demasiado a una que llega más tarde en el libro, una vez ocurre entre ellos algo verdaderamente grave.
De todas maneras, lo más probable es que si tuviera que escribir el guión de esa película, acabaría reduciendo el número de encuentros entre Born y Adam previos al arranque propiamente dicho de la historia.
Es una de las cosas que convendría sintetizar.
Era abrir una posibilidad desde el desconocimiento, ya que no he leído el libro (aunque precisamente ahora estoy con “El libro de las ilusiones” también de Paul Auster). En cualquier caso el ejemplo en general refleja perfectamente la intención que pretendes matizar.
Saludos
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