CARTA A UN GUIONISTA JOVEN E IMAGINARIO

Posiblemente el mundo no necesite un guión tuyo. Asúmelo.

Desde luego, tampoco uno mío. Pero eso ya no tiene demasiado remedio: he escrito unos cuantos.

Seguramente este planeta sería un lugar mejor si tú y yo nos dedicáramos a la pediatría o a plantar árboles en lugar de a fomentar su tala con nuestro empeño en garabatear chorradas en folios o libretas.

Pero si, aún así, sigues prefiriendo escribir guiones a hacer algo productivo, me gustaría darte un consejo basado en mi experiencia. Se que no te servirá, ya que los consejos nunca sirven de nada, pero darlo me tranquilizará la conciencia.

Posiblemente estés en una habitación con pósters de películas y/o fotos de actores. Cerca habrá unos DVDs llenos de series de televisión, esperando a que encuentres un rato para acabar de verlas. Muy probablemente casi todos esos actores, esas películas, esas series, serán norteamericanos.

En tu mente desearías poder escribir para Meryl Streep o Edward Norton y te encantaría que esa conversación que acabas de crear la rodaran con tanta tensión como la secuencia inicial de “Inglourious Basterds”.

Y es normal que, cuando escribas, pienses en las ficciones que te seducen o te hacen soñar. Escribir un thriller con una gran sorpresa final (el tipo está muerto, el muerto es el otro, los dos están muertos, etc.) o una comedia romántica encantadora, con su inevitable y climática carrera al aeropuerto a bordo de un taxi llevado por chófer con peculiar sentido del humor (oh, y qué decir de la vergonzante declaración de amor en público, en metro, autobús, restaurante, cola de supermercado, a través de megáfono u ondas de radio o televisión).

Sin embargo, permíteme que te diga que, posiblemente, lo que menos necesita ahora el mundo es una versión ligeramente diferente de “Amor a quemarropa” o “Love Actually”. No creo que en Suecia suspiren por encontrar al Richard Curtis español.

Creo, en cambio, que siempre habrá un pequeño lugar, aunque sea pequeño, para alguien que cuente algo suyo, algo que tenga que ver con su vida, de una manera propia y hábil.

En nuestras vidas no suele haber pistolas ni aviones privados. Ni muertos que despiertan y atacan cámpings. Puede haber rayas de cocaína, pero no hay demasiados narcotraficantes rumanos con armas bañadas en oro que hablan como si hubieran visto toda la obra de Tarantino esa misma tarde. Mis amigos y yo tampoco solemos tener mucho contacto con mujeres obligadas a prostituirse ni con talleres chinos ilegales de confección textil.

Podemos escribir sobre cualquiera de estos asuntos, por supuesto. Y tal vez sea incluso una gran historia. Pero parece lógico pensar que uno puede escribir mejor si lo hace sobre algo que conoce, ¿no?

En nuestras vidas hay películas y cómics, claro, pero también suele haber hermanos, amor (o algo que parece ser amor), relaciones adictivas, dudas, celebraciones familiares, dilemas laborales, sueños inconfesables y traiciones íntimas. Suele haber miedos, recuerdos borrosos, angustias, reencuentros. Inversiones ruinosas, demandas penales, pequeñas revelaciones, manías que crecen y nos dominan. Hay comidas de trabajo, padres tiránicos y madres excesivamente complacientes. Hay herencias que enfrentan a las familias, hay abuelos que no hablan de la guerra en la que participaron, hay cajones con objetos olvidados, hay codicia y, de vez en cuando, hay alegría y tardes pasadas bañándonos en esa laguna que hay cerca del pueblo. Hay libros que nos aburren y canciones que nos hacen bailar, cuando estamos solos en casa.

Casi todo el mundo va a ver “Avatar”. Es un bicho raro quien no ha visto “Titanic”, “ET” o “Pulp Fiction”. En cualquier lugar del mundo conocen a sus protagonistas y recuerdan lo que les ocurría en la historia. Pero nadie sabe lo que tú sentías en verano, cuando ibas con esos amigos a los que no has vuelto a ver, a recoger bayas que luego introducías en una lata de aluminio y mezclabas con agua de la piscina para producir el mítico y definitivo Veneno Mortal. ¿Cómo pensabas utilizarlo? ¿De dónde sacaste la idea de echar un sapo muerto? ¿Cómo es que lo dejaste bajo la cama durante un año? ¿Qué hiciste cuando te diste cuenta de que aquél líquido pestilente había podrido la tarima y había goteado hasta el piso de abajo?

Personalmente, pienso que alguien que escribe debe arriesgarse a contar su vida o algo parecido a ella. Tal vez la cuente de un modo metafórico, indirecto o muy sutil, cada uno es libre de elegir la forma en la que lo hace, pero no pienso que sea éste un oficio para pudorosos. No imagino nada más profundo, inteligente o creativo que pueda hacer un escritor que dar testimonio de que estuvo vivo. De que vivió en esta parte de la tierra en el año 2009: esto es lo que pasaba a su alrededor, esto es lo que vio, eso es lo que pensó y aquello, lo que sintió.

(En este sentido, a partir de esta tarde voy a empezar un pequeño proyecto experimental. Estará en este blog que he montado para la ocasión. Espero que os guste).

26 comentarios en «CARTA A UN GUIONISTA JOVEN E IMAGINARIO»

  1. Me recuerdas la frase de un capítulo de ‘Doctor en Alaska’ (serie que nunca me ha gustado mucho) en la que, sin embargo, aplaudí: lo que hacen TODOS los creadores es, simplemente, decir que han estado vivos en un momento concreto.

    Por poner un ejemplo: en el capítulo 42 de las tetas, cuando Cris e Iván se despiden de su casa y sus sueños, para consolarse dicen un efectivo y demoledor “Tú y yo” que me pareció lo mejor escrito de la secuencia. Luego, descubrí que lo había inventado el director – Cotta – en homenaje a su tía, a la que se le había muerto hace nada el marido y sólo le quedaba su hijo en el mundo. “Vos y yo”… La gente que sabe trasladar esas cosas es la que está llamada a triunfar.

  2. Siento discrepar, pero en mi opinión para un guionista arriesgar es precisamente todo lo contrario a contar tu vida o dar testimonio de estar vivo en esta parte de la Tierra en el 2009.
    De hecho, para mí sería exactamente lo contrario.
    Saludos.

  3. Vale, SÍ PERO NO. Me niego a creer que jamás podré escribir sobre muertos que atacan un edificio de Barcelona o sobre un empleado de banca que se ve obligado a colaborar con unos mafiosos porque han secuestrado a su familia.

  4. Pues como consejo es tristísimo y conformista. Yo no dudo que un guionista puede escribir con mucha más emoción una experiencia o sentimiento que le resulte familiar que escribir pura ficción.
    Ahora bien, que a los espectadores nos tenga que interesar más como un niño fabrica veneno mortal en una piscina que la primera escena de Inglorious Basterdzs pues como que lo veo muy poco probable.

  5. posiblemente tengas razón en que nadie necesita más guiones nuevos ni nada, pero me temo que más que nihilismo esto parece victimismo. para mí es más sencillo, tengo claro que nadie necesita nada de lo que yo hago, pero yo necesito lo que hago, ya sea para comer o porque ‘la vida es deseo de expresión’ (que decía el viejo oscar wilde).

  6. Ok, el blog ya no está restringido. Pero no se publicará nada hasta esta tarde, impacientes. A partir de las 18h47 como pronto, por cierto.

  7. Me ha encantado tío, qué razón tienes, en todo xD. Así que sólo puedo decir: Amén.

    salu2

    PD: a las 18:47 estaré por ese nuevo experimento que guardaré durante un año debajo de mi cama xD

  8. Descubro ecos lametianos en tus palabras y un escalofrío me recorre la espina dorsal…por qué habría de interesarle mi vida a un panadero que vive en la otra punta del país, a un mecánico de Cincinatti o, hablando de suecos, a una diosa nórdica de pelo dorado y mejillas pálidas? Cuando dejemos de mirarnos el ombligo, a lo mejor escribimos algo que interesa a más de dos personas que no nos conozcan personalmente. Acaso Puzo y Coppola se sirvieron de algún artefacto cuya existencia desconozco para viajar atrás en el tiempo, unirse a la “familia” y pegar unos cuantos tiros para hablarnos de algo que conocían personalmente? Claro, y acto seguido Puzo viajó al planeta Kripton para asistir a su destrucción y así entender mejor la psique de Superman… Por supuesto que hay grandes verdades que proceden de experiencias personales incluidas en su obra, posiblemente las mejores escenas sean fruto de ellas, pero de ahí a escibir únicamente sobre la vida y obra de uno mismo…Si el fin último es dejar testimonio de haber pasado por aquí, por qué no intentar llegar al mayor número posible de personas/espectadores/lectores? Por qué tenemos que ser siempre tan cortos de mira?

    La última vez que fui al aseo de la estación encontré infinidad de testimonios de gente que está viva en sus paredes…

  9. ¿Lo de las 18:47 es porque es cuando empieza “oficialmente” el invierno? xD

    En cuanto a la entrada estoy en parte de acuerdo, pero no veo que hay de malo en crear una historia totalmente distinta a la vida que tuviste, tienes o puedas tener.

    P.D.: Como es mi primer comentario, aprovecho para daros mi enhorabuena por el blog. Seguid así.

  10. También se puede tomar ese bagaje personal, y ambientarlo en otro marco geográfico o época.
    Podemos tomar por ejemplo esa secuencia del niño fabricando veneno escondido bajo su cama, y situarlo en uno de los pisos cuyo edificio se encuentra tomado por muertos vivientes.
    No creo que sean conceptos contradictorios.

    Un abrazo Dani.

  11. Yo creo que es que es un poco inevitable. O sea, al principio siempre escribes de cosas que en realidad no son más que copias de otras cosas que has visto y que como tampoco las entiendes muy bien te quedas en lo superficial (La gente que dice tacos, las grandes parrafadas de diálogo, esas cosas) Pero a nada que avanzas (No que te haces más listo, sino que escribes durante más tiempo) esos recursos se te empiezan a agotar y necesitas tirar de otra cosa. Y ahí empiezas a tirar de lo que te suena más de verdad, que es lo que a uno lo pasa o lo que le cuentan que le pasa otro, etc.

    Yo creo que en el post hay un poco de confusión entre contar historias realistas y contar historias cercanas. A nada que uno sea un poco honesto todas las historias le tienen que ser cercanas, pero además tiene que conectar con los demás y ahí ya puede entrar el pasarse el realismo por dónde buenamente quiera, ¿no?

  12. Lo que dices se parece muchísimo a lo que yo me propongo como guionista. Planteándolo así se puede disfrutar tanto de escribir un culebrón como de una peli de ciencia ficción con presupuesto millonario… En ello estamos.

    Abrazo.
    Ayyy, otra vez que se me ha olvidado esa llamada, qué desastre, conyo.
    :)

  13. Tampoco estoy de acuerdo con el post. Por esa regla de tres deberíamos decir a Alex de La Iglesia, Jaume Balaguero, Alejandro Amenabar o Jorge Guerricaechevarría (por decir uno que no es también director) que dejen de escribir y hacer las películas que hacen. Todos ellos hablan de cosas que a veces ni siquiera existen, pero lo hacen de forma personal, poniendo mucho de ellos mismos en las historias, que intuyo que es lo que quieres decir. Pero de ahí a limitarse a hacer costumbrismo, pues no. Estoy con Chico Santomano.

    Para mi eso que predicas es una de las grandes lacras del cine español; no arriesgarse, no contar historias poco comunes. Espero que no te hagan mucho caso esos “jóvenes e imaginarios guionistas” ;).

  14. “Personalmente, pienso que alguien que escribe debe arriesgarse a contar su vida o algo parecido a ella. Tal vez la cuente de un modo metafórico, indirecto o muy sutil, cada uno es libre de elegir la forma en la que lo hace”

    ¡Me parece un artículo muy interesante,gracias!

  15. Ya he colgado el primer post en el blog experimental. Seguiré. Sí, Jesúsfh, me pillaste.

    A los demás os contestaré con calma una vez me haya comido esa pasta con pimiento rojo que me espera en la cocina.

  16. Interesante artículo, Joel. En esas pruebas que le pone a uno el camino de la vida y el exilio, me tocó impartir clases de Guionismo en la Universidad Intercontinental de la Ciudad de México, en la Maestría que se impartía en esa, para egresados de Comunicación, Periodismo y otras carreras afines, durante siete años de mi vida y cada vez que llegaba un grupo nuevo, en mi discurso del método, les daba la buena nueva de cuál era el verdadero papel del escritor en la cadena de producción del cine “Cuando la película es buena, el director y los actores son geniales, pero cuando es mala, siempre se dice que el guión era una mierda”… Mi intención no era reprimirlos desde el primer día, solo ubicarlos en que no había más remedio que hacer un trabajo de excelencia desde la cuartilla en blanco… Lo demás, es paisaje

  17. Creo que escribir de lo que uno sabe es un coñazo y le sigue sin interesar a nadie. Lo sé porque soy un periodista especializado y es lo que me pasa. En cambio, escribir sobre lo que uno no sabe te da la oportunidad de aprender algo, que te interesa a ti, y de tener una mirada original sobre esa cosa que no se sabe, que le interesa a los demás.

    Me lo dijo un músico uruguayo radicado en España hace muchos años, “nosotros hacemos rock de esa manera tan original porque eso es lo que creemos que es rock, dado que no tenemos nada que ver con un chico de Liverpool (aparte de que nos guste el fútbol, claro, aunque no es lo mismo ver a Peñarol que al Everton)”

  18. Je, je, ha próposito de tu consejo me acuerdo de otros bloguionistas que vienen a decir que cuando te venga alguién con “algo que le ha pasado” que puede ser utilizado en un guión se le mande a la mierda sin vacilar, porque será como para limpiarse el culo con ello.

  19. Pingback: GUIONISTAS, PROFESIÓN DE ‘FLIPAOS’ « Bloguionistas

  20. Tampoco estoy para nada de acuerdo. Yo como espectador, por mis gustos, precisamente estoy hastiado de la realidad y cuando veo una obra cinematográfica o una serie, quiero que me aporte algo, que tenga algo de originalidad. Para ver las cosas de la vida ya tengo la vida. Desde el ángulo del que escribe, del que cuenta una historia, creo que potencialmente menos interesante o meritorio, pues inventar o tratar de ser original siempre es más difícil. De todas formas, por mucho que se intente innovar, al final y en cierto modo, siempre se van a tratar mismas pasiones y sentimientos, con lo que no creo necesario ceñirse a la realidad para mostrarla, pues se puede hacer desde otros enfoques.

    1. La gente lo que tiene es que escribir que en materia de escritura cualquier cosa es válida. No hay que ceñirse a temas o intentar descubrir inútilmente qué es lo que le interesa a la gente, porque al lector-espectador le interesa Todo, el espectro del público es amplio en su diversidad. Lo que interesa es que aquello que narres, funcione.

Los comentarios están cerrados.