El próximo 11 de febrero se entregan los Premios Goya en Sevilla, y por segunda vez, uno de los fundadores de esta web está nominado a Mejor Guión Adaptado. El primero fue Natxo López en 2019, y esta vez es David Muñoz por No mires a los ojos, largometraje basado en la novela Desde la sombra de Juan José Millás.
Hace poco Sergio Granda y yo grabamos esta entrevista en profundidad con David Muñoz para hablar de cómo escribió el guión de la peli y de cómo vive el oficio de guionista. Media hora de conversación que dio para tocar muchos temas y aprender muchas lecciones sobre guión.
La entrevista completa puede verse en el canal de YouTube (en el momento de escribir estas líneas ya pasa de 1.500 suscriptores), y aquí dejo un brevísimo resumen de lo que puede aprenderse de guión escuchando a David.
1. Adaptar a un autor súper ventas no es imposible.
¿Te gusta mucho una novela de un autor reputado? No des por hecho que es imposible. Llama a su agencia. Pregunta por los derechos. No sería la primera vez que los planetas se alinean para hacer posible la adaptación.
David Muñoz estaba dispuesto a pagar de su bolsillo los derechos de Desde la sombra, la excelente novela de Juan José Millás en la que se basa No mires a los ojos. Cuando llamó a la agencia, resultó que los derechos ya estaban comprados, pero esa llamada no cayó en saco roto: los agentes comunicaron su interés al productor que había adquirido los derechos… y éste decidió llamar a David y acabó encargándole la adaptación.
2. Si quieres adaptar una novela, elige una con la que sientas una conexión profunda.
David Muñoz no elige adaptar la novela de Millás porque sea un autor de éxito, sino porque es su autor español favorito, ha leído todas sus novelas y se siente profundamente identificado con Damián, el protagonista de Desde la sombra.
Tanto es así, que cuando la pareja de David leyó el guión, pensaba que algunas frases que había incorporado literalmente de la novela eran en realidad invención de David. “Tú eres muy Damián”, le decía Félix Viscarret, el director de la película.
3. No te preocupes por “encontrar tu voz”. Tu voz te encontrará a ti.
David Muñoz se ha dado cuenta de que lleva toda su vida escribiendo historias sobre personajes que, convencidos de que están haciendo el bien, llevan a cabo acciones cuanto menos cuestionables, cuando no abiertamente inmorales. No mires a los ojos no es una excepción.
Lo curioso es que David afirma que, cuando está escribiendo, ni siquiera se da cuenta de que está haciéndolo de nuevo. Es cuando relee sus guiones cuando descubre que una vez más ha vuelto a ese tema que articula gran parte de su obra.
Y es que, si escribes con una mínima libertad, incluso en una adaptación de alguna manera acabarás volcando tus obsesiones artísticas. Acabarás haciendo sonar “tu voz”. Aunque no te des cuenta.
4. No escribas historias de gente absolutamente buena o absolutamente mala.
Como dice David, “nadie se levanta por la mañana pensando vaya hijo de puta estoy hecho. Todo el mundo se ve a sí mismo como alguien más o menos normal -y por esto entiendo más o menos correcto desde el punto de vista moral-, pero a veces la vida se tuerce, y te lleva a tomar decisiones y hacer cosas de las que no te sientes orgulloso”.
Para crear personajes más reales en ese sentido, David intenta “trabajar desde la empatía, pero sin decirle al espectador cómo se tiene que sentir respecto a las acciones de los personajes”. En definitiva, sus historias no son tanto lecciones de moral como reflexiones sobre la moralidad.
5. El guión no es la película.
A David le atormenta a veces pensar en lo frágiles que son los guiones. “A los guionistas nos gustaría pensar que si hemos escrito un buen guión probablemente acabaremos teniendo una buena película, pero eso no es así en absoluto”.
David explica que el trabajo del director y el de los actores, va a influir muchísimo en el resultado final. En el caso de No mires a los ojos, el guión contaba situaciones inverosímiles, que David define como “muy locas”, pero que se narran totalmente en serio. Era importante para David no caer en la farsa. “Y ahí si no tienes la complicidad de director y actores, estás muerto y la película puede convertirse en un horror… ¡con el mismo guión! Que es lo que más espeluzna. Con el mismo guión puedes tener una buena película… o una película horrorosa. Estas cosas a los guionistas no nos gusta pensarlas, pero es así”.
Sergio Barrejón.