por Jorge Naranjo.
Mañana se cierra el plazo para que los miembros de la Academia de Cine elijan a la película española que competirá por el Oscar.
Las opciones son Alcarràs, Cinco Lobitos y As Bestas, y en este artículo intento explicar (y explicarme) por qué he decidido votar por Alcarràs.
“Decídete”, me insistían desde Bloguionistas después de ofrecerme escribir este artículo mientras me daban a elegir entre dos opciones: Alcarràs o As bestas. Cinco lobitos ya era de Ángela, así que el reparto quedaba entre Sergio y yo.
Como buen Libra que soy, no lo decidí yo. Decidió Sergio. Y acertó por los dos.
Ahora, tras dos días pensando cómo explicar por qué, de pronto y gracias a una decisión absolutamente ajena, no tengo dudas de que voy a votar Alcarràs para enviarla en representación de España a la Academia de Hollywood, también admito que mi argumento se resume una frase única y contundente: Alcarràs ha ganado el Oso de Oro de la Berlinale, y no hay película que compita con eso.
Admito que, como espectador, y después de disfrutar del visionado de las tres candidatas en la sala de la Academia de Cine (qué suerte de lugar) disfruté más con As bestas e, incluso, con Cinco lobitos (sobre todo, durante su primera hora) que con el segundo film de Carla Simón.
Entré rapidísimo en la película de Rodrigo Sorogoyen. Es, probablemente, el film más firme y sólido que he visto este año (podría haber sido también el más audaz, pero llegó Albert Serra y su Pacifiction). Y me fascinó la fuerza de la historia de Alauda Ruiz de Azúa, el naturalismo brillante de su ópera prima y la mirada inacabable de Susi Sánchez.
Pero creo una decisión así no depende solo del gusto personal. Y aparte de las evidentes virtudes cinematográficas de Alcarràs, estamos hablando de la que es, sin lugar a dudas, la película con mayor proyección internacional de este año.
EL OSO DE ORO
Es cierto que, en los últimos años, la Berlinale se ha centrado en premiar con su máximo galardón a films de elevado riesgo comercial (aunque, pensándolo bien, dónde no hay riesgo comercial tras el 2020), pero también lo es que es un premio que han obtenido películas de altísimo status como En el nombre del padre, Sentido y sensibilidad, El escándalo de Larry Flint, Magnolia, La delgada línea roja o El viaje de Chihiro, todas ellas participantes en los Oscar (alguna, ganadora).
Además, en los últimos años se llevaron el Oso de Oro películas más outsiders como La teta asustada (Claudia Llosa, 2009), que también obtendría la nominación a Mejor Película Extranjera. O Nader y Simin, una separación (Asghar Farhadi, 2011) que no solo llegó también a la terna final, sino que ganó.
Y es que el Oso de Oro no regala la nominación al Oscar, pero puede precipitarla.
Por otro lado, como académicos y académicas, no podemos obviar el excelente trabajo que están haciendo desde Elástica Films tanto María Zamora (productora y la otra gran artífice de Alcarràs, junto a su directora) y Enrique Costa, una de las personas con mejor (y más valiente) ojo cinematográfico de nuestra industria.
A todas y todos nos llegó un mail con la imagen de Carla Simón junto a M. Night Shyamalan, presidente del jurado en Berlín, una imagen que pudo sorprender, pero que es real y, evidentemente, una baza a jugar en la promoción americana.
En ese mismo correo se explicaba que la película había sido vendida ya a más de 50 países y que, tras Berlín, había tenido una acogida más que calurosa en el Festival de Cine de Sidney (en competencia oficial), el Athens Avant-Gard Film Festival (película inaugural), el Festival de Cine de Shangai, de Estambul, entre otros, y que iba a estrenarse en certámenes como Melbourne, Zurich, Oslo Pix o el BFI London Film Festival.
Además, este otoño se presentará en la sección principal Main State del New York Film Festival, iniciando así su distribución en Estados Unidos de la mano de MUBI, junto al mismo equipo de prensa especializado en cine internacional que acompañó a Drive my car al Oscar. O sea, Alcarràs va armada hasta las cejas y es así como se afronta esa batalla.
UNA MUJER ESPAÑOLA EN LA CARRERA (BUENO, DOS)
Por otra parte, de ser elegida Alcarràs, Carla Simón se convertiría en la primera directora española nominada al Oscar. Ya ha sido la primera que recibe el Oso de Oro (y la primera figura del cine patrio en ganarlo tras 39 años, que se dice pronto).
A su lado, y como dije más arriba, estaría María Zamora, otra mujer y productora intrépida, cinéfaga y cinéfila. Que también lo merece y no ceja en su empeño de hacer cine arriesgado, comprometido y auténtico. Y tan elástico como su marca.
Ya explicó Celia de Molina (no sin razón) que quería su derecho a hacer un truño como otros hombres. Carla Simón no solo no ha hecho un “truño”, sino que ha hecho una película enorme que ha ganado la Berlinale. Qué más tiene que hacer.
Y AHORA, HABLEMOS DE LA PELÍCULA
Y es que Alcarràs es eso (enorme) porque Carla Simón consigue algo que muy pocos films logran. Traspasar la pantalla. Desdibujar el lenguaje hasta el punto de que al acabar no tenemos muy claro si lo que hemos visto es una ficción o es otra cosa. Dudar de si esa familia es real (no lo es, pasaron 9.000 personas por un casting). Dudar de si están tirando definitivamente ese campo (lo tiraron, pero porque esos árboles tenían que derribarse sí o sí por razones biológicas). Dudar de si ese lugar existe o no existe (sí existe, existe en todas partes).
Y hasta dudar de si esa película que has visto te ha gustado realmente o no. E, incluso, no tener claro si deberías votarla como la película candidata por España a los Oscar o si realmente deberías votar otra que te emocionó más en la sala, cautivándote de una manera más exacta, quizás.
Y es que claro que hay historias con narrativas más convencionales que te agarran por el cuello y no te sueltan. Pero milagros como Alcarràs sólo suceden muy de vez en cuando. Y han tenido que llegar los de Bloguionistas para darme cuenta de que lo que vi ese día era una obra maestra.
Alcarràs puede verse en Filmin.
PD: Tras entregar el artículo, me confirmaron que hay tres películas dirigidas por mujeres españolas y presentadas a los Oscar por la Academia: También la lluvia, de Icíar Bollaín; 15 años y un día, de Gracia Querejeta. Y Estiu 1993, también de Carla Simón.
Ojalá este año se consiga.