CINCO LECCIONES DE GUIÓN EN UN VIAJE EN ASCENSOR

Se conocieron en la ECAM. Decidieron rodar un corto íntegramente en un ascensor. Y luego pensaron: “y ya puestos, ¿por qué no un largo?”. Y no sólo lo consiguieron, sino que lo han estrenado en Amazon Prime Video.

Pero no ha sido fácil. Por el camino, Jordi Farga (guionista) y Daniel Bernal (guionista y director) han aprendido mucho sobre guión y sobre industria audiovisual. Con motivo del estreno de su película EL ASCENSOR, nos reunimos con ellos en la sede de DAMA en Madrid y nos contaron un montón de cosas interesantes sobre la creación del guión y las dificultades para convertirlo en película.

1. Que tu proyecto parezca “barato” no te garantiza que sea “fácil de producir”.

Como muchos guionistas que empiezan, Farga y Bernal pensaron que dar el salto al largo sería más fácil con una historia que transcurre en una sola localización con sólo dos personajes.

Cuando un director artístico, compañero de la ECAM, presupuestó la construcción del decorado en unos exiguos 5.000 euros, lo vieron claro. Parecía una apuesta segura. Una producción fácil de poner en pie. Sin embargo, el proyecto ha durado diez señores años en ver la luz.

2. Recibir becas y participar en certámenes es enriquecedor… pero tampoco garantiza la luz verde para tu proyecto.

Esos diez años no fueron enteramente tortuosos. Desde el principio, el proyecto de “El ascensor” fue invitado a participar en diversas iniciativas de desarrollo que sonaban muy prometedoras. Y sin duda, recibir una mención en el Sitges Pitchbox o pasar por el curso de desarrollo de Ibermedia ayuda mucho.

Pero a la vez, resulta descorazonador terminar esos talleres sin que las perspectivas de producir tu guión mejoren de forma concreta.

3. Que tu guión entre en producción no te garantiza que la producción llegue a completarse.

El programa Cruzando Fronteras de SGAE llevó el guión de Farga y Bernal al festival internacional de cine de La Habana. Y allí por fin encontraron una productora interesada en el proyecto. Una empresa mexicana. Se hizo un casting. La actriz mexicana Marimar Vega se uniría a Gorka Otxoa. Rodarían en Ciudad de México. Por fin llegó el momento mágico de dar el claquetazo y gritar “acción”.

Y a los tres días, un terremoto histórico sacudió la ciudad. Y el rodaje quedó interrumpido.

Gorka Otxoa y Marimar Vega en la película El Ascensor

Gorka Otxoa y Marimar Vega.

4. Procrastinar no es necesariamente malo, sobre todo comiendo tortitas.

Los guionistas de El ascensor no sólo nos hablaron de las penurias de la producción. También nos detallaron el proceso de trabajo. Si quieres saber cómo funciona eso de escribir a cuatro manos, no te pierdas detalle de lo que nos cuentan en la entrevista.

Un detalle: suelen quedar en cierta cafetería de Madrid, porque a Jordi le encanta merendar sus tortitas. Y no son nada estajanovistas: antes de ponerse a currar, pasan un buen rato hablando de cualquier cosa y disfrutando de la merienda. Y es que a veces procrastinar es un precalentamiento muy útil para poner en funcionamiento el músculo creativo.

5. Las ideas evolucionan. Igual que evolucionan los autores.

Que una película tarde diez años en hacerse es duro. Eso no lo niega nadie. Pero por el camino, algunos proyectos pueden evolucionar hasta encontrar su forma ideal. Obviamente, eso requiere que sus autores tengan la capacidad de evolucionar también, y de renunciar a algunos elementos clave de su planteamiento original.

La idea inicial de Farga y Bernal era una historia puramente de ciencia ficción y viajes en el tiempo. Pero con el paso de los años, fueron encontrando más atractiva la parte de comedia romántica de la historia. Y se dieron cuenta de que no querían hacer una película sesuda de ciencia ficción tipo Primer, sino algo más ligero y divertido.

Como una merienda con tortitas.


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Texto: Sergio Barrejón. Entrevista: Miguel Álvarez Guerrero (Deloco Films), con la colaboración de DAMA.