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ENTREVISTA A ESTÍBALIZ BURGALETA, COORDINADORA DE GUIÓN DE “SKAM”

Skam-EspanÞa

Estíbaliz Burgaleta es guionista (Skam España, Las Chicas del Cable, Tiempos de Guerra, Seis hermanas, Velvet), novelista (El ganador se lo lleva todo, Loser), directora de cortos (Bichos raros, Mañana, la Leonera), creadora de webseries (Cataclismo), y profesora de guión, (estudios Gona de Oviedo, Máster de guión de series de ficción en la Ecam).

Tan prolífica como versátil, en su carrera ha alternado el melodrama con la comedia, la ciencia ficción con las series juveniles, las series semanales con las diarias, y las páginas de guion con las de literatura; por si fuera poco, escribe su blog “Bichos raros”. Estudió Comunicación Audiovisual en Navarra y Guión en la ECAM.

Actualmente coordina la adaptación española de la serie noruega SKAM, que produce Zeppelin y emite Movistar. Hemos aprovechado para hablar de la adaptación de la serie y de paso, intentar averiguar cómo poder hacer tantas cosas y tan bien.

Estíbaliz, en tu trayectoria has hecho muchísimas cosas: guiones de televisión, cortos que has escrito y dirigido, la web serie Cataclismo, recientemente has publicado dos novelas, también das clase… ¿Es una forma de entender el trabajo?

Más bien es una forma de no aburrirse, de ir probando tareas nuevas, de llenar el tiempo cuando estás “entre proyectos” (vamos, en el paro), también de ir aprendiendo. Por ejemplo, al hacer cortos aprendes cuántas cosas se pueden torcer en el proceso de plasmar un guión en imágenes. Y escribir novelas me sirve para hacer lo que me viene en gana, sin tener que obedecer ni a las notas de cadena, ni a las de coordinación, ni a los problemas de agenda de los actores, ni a nada de nada.

En realidad cada trabajo es producto de un momento determinado porque ahora mismo no volvería a dirigir cortos ni loca. Aunque vete a saber, nunca digas nunca.

Ahora se ha estrenado la segunda temporada de Skam, cuya primera temporada también coordinaste. ¿Cuál fue el mayor reto que se te presentó de arranque, y cual en la segunda temporada?

Siempre que arrancas una serie hay una sensación de empezar de cero. En el caso de Skam, además, éramos un equipo que no nos conocíamos de antes y, al tratarse de una adaptación, había que decidir hasta qué punto íbamos a ser fieles al original de Noruega, qué aspectos ibamos a mantener y cuáles no.

Decidimos que no podíamos copiar el Skam noruego plano a plano, y menos cuando otras adaptaciones estaban siendo tan fieles, veíamos que no tenía sentido volver a ofrecer más de lo mismo. El reto en la primera temporada consistió en no decepcionar a los fans de Skam Noruega, ser fieles al tono de la original y tratar los mismos temas: el acoso, la pérdida de tus amigos de infancia, la soledad y las ganas de pertenecer a un grupo… pero aportando giros nuevos que sorprendieran a los seguidores de la serie original.

El rumbo de la segunda temporada de Skam España difiere de la original. ¿Qué os impulsó a tomar esta decisión?

Además de porque desde el principio teníamos claro que no tenía sentido ofrecer un calco del original, también vimos que había un deseo, por parte del público adolescente, de ver una historia de amor romántica, icónica, pero protagonizada por dos chicas.

En el audiovisual español hay muchas historias que reflejan el proceso de salida del armario de chicos, pero echábamos en falta algo similar con una adolescente, que sirviera como referente a todas las jóvenes que están en proceso de búsqueda de sí mismas y necesitan verse representadas en pantalla.

¿Qué diferencias notas entre una serie como esta, tan pegada a la actualidad, a su público y al consumo en Internet, respecto a otras apuestas más clásicas, como por ejemplo, “Tiempos de guerra”, en la que también participaste?

Skam es muy diferente a otras series, ya desde su concepto y su formato. Puede verse como una serie normal, por capítulos y semanalmente en Movistar, pero también puede seguirse en la web en tiempo real y con más información, como los chats de los personajes o las fotos que suben a sus redes. Eso implica una manera de trabajar diferente, hasta el propio formato de los guiones es distinto, porque incluimos las comunicaciones vía whatsapp o instagram de los personajes.

Dicho esto, creo que al final cada serie tiene sus reglas, por eso esa sensación que te comentaba antes de volver a empezar cada vez que entras en un proyecto nuevo. En el caso de Tiempos de guerra, nos sumergimos en la guerra de Marruecos e intentamos documentarnos no solo sobre la época en sí, también sobre medicina, estrategia militar…

¿Cómo haces para captar el tono de los diálogos de la chavalada? Y en general, para reflejar de modo fidedigno a los adolescentes?

Ése es otro de los puntos en los que Skam difiere de otras series en las que he trabajado. Nunca en la vida había ido a ensayos con los actores y en esta serie he podido y es divertidísimo. Eso nos ayuda en el proceso de reflejar su manera de hablar.

Además, los directores de la serie se esfuerzan para que los actores hagan suyo el guión e introduzcan las expresiones que les resulten más naturales durante la grabación. Al final es contagioso, y todo el equipo ha acabado diciendo cosas como “me renta mazo, tío”.

A mí, personalmente, me encanta la expresión “stalkear” y ya la uso todos los días (es cuando rastreas a alguien por internet para averiguar todo lo que puedas sobre esa persona, sin que se entere, claro). A todo esto hay que añadir que antes de escribir la serie se hizo un trabajo de campo con psicólogos, que entrevistaron a adolescentes de entre 15 y 20 años para conocer sus preocupaciones, sus gustos, manera de ver la vida. De nuevo, esto es algo que no había hecho nunca en ningún otro proyecto, y nos ayudó muchísimo.

¿Crees que les preocupan ahora las mismas cosas que nos preocupaban a nosotras en nuestra generación?

Rotundamente sí. Les preocupan las notas, las opiniones de los demás, qué van a hacer en el futuro, su aspecto físico, encajar. La palabra que más repetían en las entrevistas con los psicólogos era “agobio”. Son conscientes de que viven una época crucial en la que deben tomar grandes decisiones y la mayoría se sienten perdidos. Lo que más cambia en esta generación respecto a la nuestra es la tecnología. El teléfono móvil, las redes sociales e internet forman parte de su día a día y se nota.

Pero creo que mi generación, si hubiera contado con la teconología de ahora, se habría comportado igual que ellos en su obsesión por la imagen, por ejemplo, o con el control y el “stalkeo”. Luego hay otros detalles como la moda o la música que cambian y claramente a peor. Porque, vamos a ver, ¿era necesario que volviera la riñonera? El trap también es una cosa que se me escapa y me hace sentir una señora mayor. Con lo que molaba el grunge.

¿Qué opinas del momento actual de las series, del boom? ¿Crees que se trata de una burbuja o de una progresión que va a continuar?

Siento ser un poco ceniza, pero me da la sensación de que es una burbuja. Al final, el número de espectadores es el que es, y el presupuesto para producir no es infinito. Pero ojalá me equivoque y esto dure mucho, mucho tiempo. Por si las moscas, recomendaría a todos los guionistas que fueran ahorrando.

También has trabajado mucho en series diarias en tareas de coordinación y escritura, como SMS, Ciega a Citas o Seis Hermanas. ¿Qué es lo que más te ha aportado de ellas?

Se aprende muchísimo en una serie diaria, adquieres una capacidad de trabajo y unos reflejos brutales. El equipo de diálogo tiene que sacar cinco o seis guiones a la semana el de escaleta cinco o seis escaletas. Todo el equipo funciona como una cadena de montaje donde nunca, jamás, se puede parar, o no llegas a emisión. A mí, esa adrenalina me gusta.

Además, precisamente porque los tiempos están tan ajustados, ves tu trabajo en pantalla rápidamente y con menos cambios que cuando formas parte de una serie semanal donde los plazos se alargan, y hay tantas versiones de guión que al final lo que se ve en emisión tiene muy poco que ver con lo que has escrito.

Sin contar Skam, ¿cuál es la serie que más has disfrutado o aprendido escribiendo?

Me lo paso muy bien escribiendo Las chicas del cable, porque es una serie donde cabe de todo: intriga, romance, melodrama y hasta algo de humor. Disfruté muchísimo en Ciega a citas porque hicimos algunas tramas muy locas, el tono de la serie nos permitía hasta ponernos surrealistas y eso siempre es muy agradecido.

Con Seis hermanas y Tiempos de guerra me sumergí en los principios del siglo XX y, como me encanta la historia, me encantó poder documentarme.

Y por último, ¿qué opinas de la representación femenina en las series?

Creo que aún queda mucho camino que andar en lo que a representación femenina se trata. Echo en falta a más mujeres y, desde luego, a mujeres mayores y a mujeres gordas, rematadamente feas o del montón. Estoy un poco harta de tanta menor de 30 años enseñando cacho sin venir a cuento. Hasta en “Love, death and robots”, que es de animación, tienen su buena dosis chicas en tetas.

Creo que esto se debe tanto a que todavía hay muchos más hombres en los equipos de las series como a que la mirada que predomina sigue siendo masculina. En cuanto a la temática “femenina” es más una marca para ayudar a vender un producto que algo real. Yo me he encontrado trabajando en alguna serie de temática teóricamente femenina (melodrama romántico, con protagonistas femeninas) siendo la única guionista mujer.

No habrá cambios reales en el audiovisual hasta que haya más igualdad en los equipos y aún es muy normal leer los títulos de crédito de una serie o una película y encontrarte que son un auténtico campo de nabos.


por Ángela Armero.
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