Por Àlvar López y Carlos Muñoz Gadea
El pasado 21 y 22 de abril se realizó en Barcelona una nueva edición del Serielizados Fest, donde acudimos aprovechando nuestra estancia en la ciudad para cubrir la Masterclass de Tony Grisoni organizada por GAC. A lo largo del festival se presentaron series como Muerte en León (Justin Webster, Enric Bach) o novedades como el tráiler de la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, pero también hubo espacio para la realización de distintas charlas con profesionales. Una de ellas llevaba el mismo título que este post y que el artículo que Núria Juanico publicó anteriormente en el diari Ara.
Para encontrar respuestas a esta compleja pregunta nos reunimos antes de la ponencia con tres de sus protagonistas: Laia Aguilar (Infidels, El Cor de la Ciutat, Laberint d’Ombres), Mercè Sarrias (Plats Bruts, Porca Misèria, Ermessenda) y Carmen Fernández Villalba (Bandolera, Servir Y Proteger, La Princesa del Polígono). Las tres tienen una amplia experiencia dentro del sector audiovisual, y se han enfrentado a varias situaciones que demuestran que, a día de hoy, el mercado sigue sin ser igualitario.

De izquierda a derecha, Carmen, Laia y Mercè.
¿Cómo veis el papel de la mujer guionista dentro de la industria audiovisual?
Laia: Bueno, mujeres guionistas hay muchas a día de hoy. Otra cosa es que hablemos de mujeres guionistas que ostenten cargos de coordinación y creación de proyectos. Como apunta Núria Juanico, hay muy poca mujer que esté en el terreno de la coordinación. Esta es la realidad.
Mercè: Quizá el problema no viene tanto desde la coordinación, donde sí que puede haber más mujeres, sino más bien desde la creación. En Cataluña, por ejemplo, como coordinadoras tenemos a María Jaén, Carmen Abarca, Núria Furió, Eulalia Carrillo o Eva Baeza desde hace años.
Carmen: En el ámbito español, he trabajado con coordinadoras como Verónica Fernández, en Seis Hermanas. Y hay otras: actualmente hay dos series diarias que están coordinadas por la misma mujer, algo que me parece heroico: Aurora Guerra.
Ya se ha demostrado que tenemos capacidad para coordinar. Ése no debería ser el tema. El problema viene cuando, por un conjunto de circunstancias, en la mayoría de series de Prime Time, es más difícil encontrar mujeres al frente de un equipo o como creadoras de la serie, pero las hay, por ejemplo Gema R. Neira, Anaïs Schaaff, Olga Salvador, Virginia Yagüe o la misma Laia, con las que he trabajado.
Mercè: Es como si siempre costara más que una mujer presente series, porque en el mundo audiovisual parece que un hombre da más confianza que una mujer a la hora de demostrar que está más capacitado para arrancar la super máquina que supone levantar una serie desde la nada.
A mi parecer, es un problema que radica en el hecho de que los que contratan, los productores, suelen ser hombres, y quizá por eso buscan a alguien que les dé más confianza, algo que suele recaer en ellos.
Laia: En este sentido creo que las televisiones suelen ser bastante reacias al cambio, les cuesta y van poco a poco, y realmente la inercia de estos últimos años ha sido siempre la coordinación y creación por parte de hombres. Es un poco por la estructura de “patriarcado”, así entre comillas, que tenemos desde hace muchos años. Posiblemente, hasta que no cambien las cosas no se revierta la situación.

Cartel de La Princesa del Polígono, TV Movie escrita por Carmen Fernández Villalba
Carmen: No quiero hacer de abogada del diablo… que conste que soy una completa abanderada de este tema, pero también debemos hacer cierta autocrítica. Por ejemplo, tal vez movemos menos nuestros proyectos, por lo que no llegan a las cadenas.
Mercè: ¿Eso es verdad? Porque no lo creo.
Carmen: He estado en comisiones de ayudas públicas a desarrollo de guión e hice recuento para analizar la proporción. Era de, aproximadamente, un 80% de proyectos de hombres frente a un 20% de mujeres. Me quedé bastante alucinada. No se debe generalizar, pero tal vez debamos luchar más por tirar adelante nuestros proyectos.
Mercè: Sin ir más lejos, nosotras tres hemos presentado, ¿no? Que somos de las veteranas. Sí que es posible que de la gente que empiece ahora haya más hombres que mujeres, pero la gente que lleva años… todas las mujeres guionistas que conozco que llevan más de quince años haciendo guiones en Cataluña sé que han presentado al menos un proyecto de serie a TV3.
Carmen: Sí, nosotras hemos presentado bastante. Pero, en general, deberíamos ser más tenaces a la hora de “vender” nuestras historias y de “vendernos” a nosotras, aunque suene mal. Porque tenemos en contra muchos factores de nuestra realidad. Si quien recibe el proyecto no está 100 % receptivo, eso nos frena. Y no deberíamos desmotivarnos. Y lo digo porque a mí me ha ocurrido algo bastante curioso: si vas con un guionista hombre a presentar un proyecto tú, como mujer, pasas a segundo plano o incluso te conviertes en invisible.
Laia: A mí me ha pasado que directamente te salten con la mirada y se dirijan al hombre. Y esto ocurre incluso cuando estás exactamente en la misma posición que el compañero con el que estás presentando el proyecto. Siempre se dirigen al hombre. Hay un punto de machismo implícito que todavía no hemos superado.
Carmen: Sin duda, son micro-machismos que poco a poco te van minando la autoestima. No son pocas las veces que salgo de una reunión y me pregunto a mí misma: ¿por qué he venido? ¿Para ser la asistente de mi colega? Incluso en las ocasiones en las que soy yo la que ha buscado la reunión, se dirigen a mi compañero, cuando estamos en el mismo nivel profesional.
Mercè: Claro, es que tenemos que pensar de dónde vienen los productores de este país, analizar quiénes son. Evidentemente no son todos, no se puede generalizar. Del mismo modo hay que decir que hay productoras mujeres que me han buscado a mí precisamente por ser mujer.

Entre otros proyectos, Laia Aguilar ha trabajado en Infidels, serie donde también fue coordinadora por un tiempo.
Laia: Igual que hay productores que te buscan sin importar tu sexo, o por el hecho de ser mujer. No podemos poner a todo el mundo en el mismo lugar.
Carmen: Y en ocasiones ocurre que la directiva o productora es una mujer y también prefiere dirigirse al hombre. ¿¡Cómo!? Es quizá algo que tenemos incrustado en el subconsciente. Nos formatearon así. Es como si existiera un valor extra añadido al hecho de que la “venta” la haga un hombre. No hablo de la creación o de la coordinación de la serie. Digo que la venta la hace mejor el hombre. Ahora bien, ¿por qué? Porque saben “venderse” mejor, tienen más seguridad en sí mismos. Algunos hombres suelen sacar el pavo que tienen dentro y muestran sus plumas. Y si una mujer lo hace se desconfía de ella.
Mercè: Como mujer siempre te tienes que estar reivindicando, de manera constante.
Carmen: Hace poco hablé con Aurora Guerra (creadora y coordinadora de Puente Viejo y Acacias) y me decía cómo ella trabaja todas las horas del día coordinando, pero luego no está tan pendiente de ser visible en determinadas esferas.
Laia: Sí, es que este es otro tema muy interesante, y sería debatir hasta qué punto a las mujeres nos importa tanto aparentar, salir en la fotografía, y creo que es completamente lícito decir que esa parte no interesa. El éxito puede estar situado en otra parte.
Mercè: Pero el reconocimiento es necesario para todos.
Laia: Sí, claro, por descontado debemos tener las mismas posibilidades y derechos que un hombre, pero sí que creo que es posible que a muchas mujeres no nos interese tanto como a los hombres (más competitivos, más deseosos del triunfo social) el reconocimiento social.
Carmen: Del mismo modo, hay momentos en los que como mujer debes decidir si priorizas tu trabajo o tu familia, y quizá hay ciertas cosas que no te interesan. Es posible que un hombre priorice el trabajo y nosotras, y hablo por mí, hemos podido renunciar a determinados trabajos que implicaban viajar y pasar días fuera de casa por la familia.
Mercè: Y eso es precisamente lo que tenemos que cambiar. Nuestra aportación tiene que ser la misma que la de un hombre, y todos deberíamos tener el derecho a decidir si queremos o no cambiarnos de ciudad. ¿Por qué debería ser solo algo de una mujer, el hecho de valorar a tu familia por encima del trabajo? Y lo que es más, ¿qué resulta más interesante, desarrollar una serie, o criar a tus hijos? Pues las dos cosas, hostia. Las dos cosas, y esto debería ser igual para todos.
Laia: Respecto a esto, tengo una anécdota totalmente grabada de la época en la que me tocó coordinar parte de la tercera temporada de Infidels. Recuerdo un día que estaba en una fiesta infantil, un viernes, rodeada de niños por todos lados, y en ese momento me llama el Jefe de Producción diciéndome que había un problema con un guión y que tenía que rehacerse. En ese momento vi claramente la división entre esos dos mundos, y te das cuenta que hay un momento que eso no puede casar. El peso de coger una serie, y asumir la responsabilidad de ponerse al frente, con el hecho de la maternidad.
El tema, por tanto, es muy amplio, y me atrevería a lanzar una pregunta: ¿pueden las mujeres crear series en las mismas condiciones que los hombres? ¿Qué pasa con la conciliación laboral? Porque dudo que haya el mismo número de hombres que a las siete de la tarde de un viernes estén en un parque solventando temas de maternidad y de coordinación de series.
Y ojo, esto es un problema totalmente social.
Carmen: Es un problema social, sí, pero también es verdad que como es un trabajo que se te come las horas de tu vida privada, incluso las noches, es decir, que no es un oficio en el que fichas ciertas horas, por decirlo de alguna manera, tu privacidad siempre va a estar mezclada con tu trabajo.
Mercè: De hecho, recuerdo que en un momento me compré una agenda para intentar poner orden a esto que hablamos, y lo que sucedió es que en un día podía tener cosas como “llevar chupete” al lado de “reformular segunda secuencia” (ríe). Hice una mezcla que define bien lo que es la vida de un guionista. Pero bueno, al final acabé haciendo una obra de teatro con todas estas experiencias.
Carmen: Una vez me pasó que, preparando la cena, no paraba de pensar en la serie que estaba escribiendo, y llamé a mi hijo como a un personaje. “Cómete el pollo, Ricardo”. “Lucas, me llamo Lucas, mamá”, me dijo (ríe). No desconectas y es normal que acabes mezclando la ficción con tu vida.
Mercè: Es que al final es tan sencillo como que si quieres dedicarte solo a tu trabajo, que está de puta madre, no tengas hijos. Pero si tienes hijos tienes que conseguir que tu felicidad sea todo, porque si no tendrás un problema.
Laia: En definitiva, sí, es un problema social (ríe).
Carmen: Sin olvidar el gran problema de ser guionista: la invisibilidad. Somos los grandes olvidados de esta industria. Ya lo sabemos. A la invisibilidad de ser guionista le añades otra capa de invisibilidad.
Laia: Tienes que pelear el doble para hacerte visible, así es.
Carmen: Sí, y quizá por la manera en la que nos han educado tampoco tendemos a pavonearnos tanto delante de los productores. Tendremos que aprender a hacerlo.
Laia: Lo que estaría bien de verdad es que pudiésemos combinar la vida social del guionista (reuniones, viajes) sin tener que renunciar al hecho de ser mujer, de combinar nuestra faceta de madre y sin tener, por tanto, que equipararnos al prototipo de guionista basado en el modelo masculino del oficio. Es decir, no puede ser que el éxito de la mujer tenga que pasar por acoplarse al modelo masculino. Para mí ese es el verdadero qué.

Cartel promocional de Meublé, Tv Movie escrita por Mercè Sarrias junto a Silvia Munt.
Mercè: Y bueno, también estará perfecto que en la profesión de guionista no viniera implícito el hecho de tener que hacerte visible, porque esto es algo muy contrario al hecho de escribir, toda esta parte de vida social.
Carmen: Colocar un proyecto es dificilísimo, pero si lo consigues, tienes que moverte en un mundo de egos tan desmesurado… ¿No podríamos encontrar un punto medio en el que te pudieran reconocer tu trabajo sin necesidad de tener que luchar para ello? Debería haber un cambio de chip en este sentido.
La mayoría de los showrunners siguen siendo hombres, por lo que algunos personajes femeninos que surgen en las series están construidos a partir de lo que un hombre cree que tiene que ser una mujer. ¿Qué opinais al respecto?
Mercè: Está clarísimo que nuestra visión del mundo tiene una serie de connotaciones que no tendría el hombre. De hecho, nosotras defenderíamos una mujer que probablemente sería más independiente de la que haría un hombre. Aunque no podemos generalizar en estos temas nunca, que quede claro.
Laia: Sí, no podemos generalizar. Además, un hombre tiene todo el derecho a hacer personajes femeninos, y hay algunos que resultan ser muy complejos, pero se debería preguntar cada vez que se pone a escribir si la idea que está haciendo viene desde el estereotipo del patriarcado. La puta, la princesa, la madre… Incluso hay un test para saber si esto ocurre o no.
Carmen: El test Bechdel, para contabilizar la poca presencia de mujeres en el cine. O el poco peso dramático que tienen cuando aparecen. Es divertido más que científico.
Mercè: Y es curioso que exista esto, y muy significativo. Recoge cosas como que si hay personajes femeninos protagonistas, que no sean pareja de alguien o que este no sea su rasgo definitorio.
Carmen: O que no hablen de temas puramente sexualizados. Participo en un Máster de Género y Comunicación, y una cosa que hago con los alumnos es analizar los grandes temas de las series. Uno es la familia, institución como entidad transmisora de valores. Hemos confrontado series como Modern Family y Transparent que tienen como eje temático las relaciones familiares… Ahí ves la gran diferencia que hay entre transmisión de valores de una y de otra. Incluso los homosexuales de Modern Family se cuestionan su homosexualidad.
Entonces buscas quién ha creado esas series. En el caso de Transparent es una mujer (Jill Solloway) . En el caso de Modern Family, son dos hombres (Christopher Lloyd y Stephen Levitan). Comparadas estas dos series queda muy claro qué diferentes son los modelos familiares que pueden escribirse desde la ficción, uno inscrito en la tradición patriarcal y otro que lo pone patas arriba. Transparent es mucho más moderna y comprometida que Modern Family.
Laia: Yo no soporto la etiqueta esta de “series de mujeres”. Girls, Las Chicas Gilmore… Nunca te dirían que Los Soprano es una serie de hombres. ¿Por qué entonces hablamos de series de mujeres? ¿No habla Girls sobre la vida precaria en Nueva York con veinte años?
Carmen: ¿Y cómo podemos cambiar todo esto? Entre otras cosas, hay que poner en marcha una serie de medidas. No se trata de que nosotras nos convirtamos en guerrilleras. Como se pretende desde CIMA, hay que luchar para acercarse al modelo sueco, donde se ha conseguido un 50/50, a través de medidas que incluyen educación, mentoring y medidas concretas para financiar proyectos hechos por mujeres. Y hay que decir que, además, a los hombres os va muy bien cambiar el relato. Crear un relato post patriarcal. Ahora nos toca a nosotras elaborar una nueva visión del mundo. Con vosotros.
Laia: Sin duda, y hay muchos personajes femeninos interesantes creados por hombres.
Mercè: Así es. Pero sí, tenemos que seguir luchando por cambiar la situación.
Carmen: Y por no desaparecer de los libros de historia. Los hermanos Lumière han pasado a la Historia, ¿pero qué hay de aquella mujer que fue tan importante como ellos a finales del siglo XIX? ¿Por qué no se recuerda su nombre: Alice Guy?