SITGES 2016: ENTREVISTA A FERNANDO RONCHESE Y SARA SÁNCHEZ

Entrevista y fotografías de Àlvar López y Carlos Muñoz Gadea

Los guionistas Fernando Ronchese y Sara Sánchez estuvieron en el Festival de Sitges para presentar el teaser de La Noche después de que mi novia me dejara, película que se rodará a partir del próximo enero y que se estrenará en la 50º edición del Festival de Sitges en 2017. Aprovechando la presentación, hablamos con ellos para que nos contaran cómo es el proceso de vender el guión de un largometraje a una productora -y demás asuntos relacionados con la industria-, así como el proceso de escritura de su proyecto, ubicado en una única localización cerrada.

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Nos comentáis que el guión ya está finalizado, que no vais a retocar más al menos hasta que empiece el rodaje. ¿Qué podéis contarnos de la historia?

Fernando: En gran medida se trata de un viaje de varios personajes que confluyen en una misma localización, una casa, donde sucederá el 80% de la trama. Será una comedia negra que escribimos a partir de un sueño que tuve y le hemos dado forma hasta convertirlo en una historia de personajes a los que las cosas se les van de las manos. A partir de esa premisa, empezamos a escribir los dos casi como si fuera un ping pong, contrastando ideas y puntos de vista.

Aprovechando que no habéis empezado el proceso de rodaje, sería interesante que nos contarais cuáles son las fases que se suceden entre la finalización de la escritura y el inicio del rodaje.

Fernando: El problema es que en esta fase el guión pasa por muchas manos, lo que a su vez implica muchas opiniones y puede hacer que la historia derive en otra cosa. “Pon esto. Quita lo otro.”

Sara: Estamos en lo de siempre. Las historias son muy subjetivas, por lo que todo el mundo tiene su propia opinión y quiere hacer suya la historia. Se trata de una cuestión de punto de vista, de cómo ves la historia, y cuando nosotros dos conseguimos ponernos de acuerdo en qué historia contar es cuando hay que enfrentarse al resto de opiniones, que muchas veces son diferentes.

Fernando: Por ejemplo, en este caso, que como decíamos se trata de una película rodada mayoritariamente en un escenario. Eso es parte de la esencia. Pues bien, en una reunión que tuvimos muy al principio nos llegaron a decir que a la película le hacía falta más planos generales, incluso planos aéreos. Me dieron ganas de preguntar si habían leído el guión. La historia no va de eso, no se puede contar así. Es ridículo. Es como si a Rodrigo Cortés le dijeran que rodara Buried fuera del ataúd.

Sara: Efectivamente. ¿Eso qué tipo de historia sería?

Fernando: Imaginad que le dicen: “¿pero esto no es un poco arriesgado?”

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Entonces, ¿hasta qué punto lucháis delante de un productor, alguien que debe decidir si pone o no el dinero en vuestro proyecto, para que vuestra idea se haga como queréis?

Sara: Explicando lo importante que es que sea así para la esencia del proyecto. En este caso dejamos bien claro que era necesario porque al escribirlo así buscábamos que el propio espectador se viera condicionado a estar en un sitio cerrado. Si no dejaran de entrar y salir, el nivel de presión se reduciría drásticamente. Había que dejar claro que parte de la gracia de la historia consiste en que precisamente debe resolverse así, en un espacio cerrado. Del mismo modo, a medida que aumenta la historia el nivel de tensión crece, y eso se consigue gracias a la localización cerrada.

Fernando: Por otro lado, para reforzar este guión hay que pensar también en el rodaje. Hay que aprovechar y sacar juego a la técnica, a rodar de manera diferente para que la gente se quede también con los planos.

¿Este tipo de planos y de recursos, entonces, los tenéis planteados desde el mismo guión?

Fernando: Efectivamente. Desde el propio guión, por la naturaleza de la historia, está buscado que sea una película muy visual con tal de evitar la monotonía. Son tres actores y un único escenario. Imaginad leer una hora y media (90 páginas) si no es atractivo. Por hablar de este proyecto en concreto, nosotros teníamos claro que queríamos contar con Berto Romero, por lo que nos daba miedo que leyera el guión y no le interesara. Él nos comentaba que en muchas ocasiones, si lee un guión y en la página 15 no ha encontrado algo que le guste, sabe que ese proyecto no le interesa, porque si le aburre leerlo le aburrirá verlo. Ha sido una suerte contar con él.

Por tanto, creo que en el guión debes plasmar la mejor manera de contar tu historia. Que sea claro de leer, pero que también sea pasional, que transmita, que los personajes sean atractivos. Poder transmitir eso en un guión es realmente complicado.

Sara: Lo que también hacemos es tener muy en cuenta la música. Nos encanta la música, por lo que muchas veces escribimos pensando la canción que va a sonar de fondo, de manera ideal. Elegimos la música antes de escribir incluso.

 

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Fernando: Por hablar de la película, había una escena que no podíamos escribir, no encontrábamos la manera si no era pensando qué música la acompañaba.

Sara: En cierto modo, el ritmo de la música marca el ritmo de la escena, escribimos pensando en ello.

Fernando: Otra escena en concreto debía llevar una canción de Jimi Hendrix. Estaba escrita así, para esa canción. Cuando me dijeron que no iba a poder llevar esa canción por cuestión de derechos y que tenía que cambiarlo, les dije que era imposible, que había que encontrar la manera.

Personalmente, creo que los guiones que tienen buenas ideas pero no acaban de funcionar es porque se pierden en los detalles. Es ahí donde no puedes fallar. Si empiezas a cambiar los detalles, las canciones, o las localizaciones, el producto resultante no es tu película, es otra cosa. Por lo que preguntabais antes, defenderla ante los productores me parece una tarea vital. Para seros sinceros, creo que ni siquiera las productoras saben bien qué quieren exactamente. Todas, incluso las más grandes, están todo el tiempo tanteando. Todo el tiempo. Conozco casos de guionistas a los que les piden cambios en una reunión y que se presentan en la segunda reunión sin cambiar nada, y a los que les dicen que ahora todo está maravilloso.

Sara: También hay que calibrar qué es lo que te están proponiendo. Quizá te proponen cinco cosas, y de esas cinco puedes probar a cambiar dos, o hay cosas que realmente aportan, suman a la historia.

Hablando de nuevo de las productoras. ¿Cómo ha sido vuestro proceso? ¿Enviáis el guión a productoras que no conocéis? ¿Creéis que ese método funciona?

Fernando: Es cierto que no mandamos el proyecto a lo loco nunca, pero sí, nosotros mandamos según el caso. Vemos si tenemos amigos productores (amigos de verdad, muy cercanos) que quieran leerlo. Sobre todo hay que saber a quién mandarlo. Nosotros tuvimos el guión guardado en un cajón cuatro meses, hasta que surgió la productora perfecta, una productora que de hecho ni le habíamos enviado el guión, sino que fue un amigo el que habló del proyecto y a partir de ahí surgió todo. Al final las productoras quieren hacer cine, siempre, pero hay cientos de variables que pueden definir que hagan tu película o hagan otra. Hay que buscar la productora que se ajuste a tu guión, que cumpla las variables que demandan.

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Por acabar, ¿qué podéis contarnos del proceso de escritura de una trama que sucede mayoritariamente en una localización?

Fernando: Hay que conseguir que sea una historia sostenible.

Sara: Sí, y para ello íbamos muy pendientes de las páginas, del minutaje, de ver en qué momento llegan las cosas. Del resto no nos hemos preocupado tanto, ha salido bastante fluido.

Fernando: Sí que hemos seguido la regla de la numeración y escaleta de manera estricta, nos preocupaba que todo llegara cuando tenía que llegar, del mismo modo que, al ser en una única localización, estábamos pendientes de los giros y de los contragiros, que fuera interesante, pero si os soy sincero es lo menos académico que he escrito nunca. Empezamos a escribir desde el principio lo que nos parecía divertido. Ha sido casi como vomitar una historia. Le pasaba lo que íbamos escribiendo a mi hija. Si ella se divertía, se quedaba en la historia. Al final, además, hemos tenido la suerte de dar con un giro que nos parece muy interesante, pero tendría que matarte si te lo contara.