DONOSTIA 2016: ENTREVISTA A PEPA SAN MARTÍN

Entrevista y fotografías de Àlvar López y Carlos Muñoz Gadea

Pepa San Martín estuvo en San Sebastián para presentar su primer largometraje, Rara. La película, galardonada con el premio Horizontes Latinos del festival y coescrita junto a Alicia Scherson, está inspirada en el caso de la jueza chilena Karen Atala. Con Pepa pudimos hablar sobre el guión de un film crítico con la discriminación que todavía sufren muchos homosexuales por el mero hecho de serlo.

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Ayer estuvimos con Alejandro Fernández Almendras, y la primera pregunta que tenemos para ti surge a partir de lo que nos comentó él sobre la vocación social de parte del cine chileno en la actualidad. Querríamos saber tu opinión al respecto.

Creo que no es coincidencia que las películas chilenas que están en el festival estén inspiradas en casos reales. El cine está volviendo a ser una herramienta política, a crear voz social. Me parece que los latinoamericanos somos hijos de dictaduras muy fuertes. Hubo mucho cine social sobre ese tema, se agotó cinematográficamente y se dejó de hacer, pero en la actualidad está volviendo a abrirse una puerta para volver a ese tipo de cine. Los cineastas hemos salido a las calles, y estoy orgullosa de pertenecer a esa camada.

¿Y cómo surgió el proyecto en este caso?

Cuando comencé a seguir el caso de esta jueza lo hice por una motivación personal, sin siquiera saber que este tema se iba a convertir en mi primera película. Fue cuando ella ganó el caso y vi el acto que hizo Chile pidiéndole disculpas y demás cuando me surgió esta pregunta: ¿Realmente ganó el caso? Ahí fue cuando me percaté que detrás del caso había una película.

Es verdad que en Rara no ocultas esa intención social de la que hablábamos antes, aunque a través de un punto de vista particular. Optas por contar el caso desde el punto de vista de una niña de 13 años, la hija mayor de la juez. ¿Por qué?

Creo que esta visión nos permite abordar la historia desde un prisma de mayor inocencia, así como profundizar, a través de esos ojos inocentes, en el sentimiento de culpabilidad de los homosexuales hacia nosotros mismos, de pensar que hay algo que está mal en nosotros, que somos raros, lo que nos lleva a la autocensura.

¿Por qué no escoger entonces la perspectiva de la propia madre?

En las primeras versiones de guión que escribí el punto de vista era el de la madre precisamente, pero había algo que faltaba. Quería hacer una película que se expandiera en el tema, que lo tratara más en profundidad, y ese punto de vista no me bastaba. En otras palabras, mi objetivo era hacer una película para los que todavía no están convencidos de los derechos de los homosexuales, y el punto de vista de la madre no me valía para ello. Fue en ese momento cuando intenté pensar lo difícil que debió ser todo para sus hijas. Y a partir de ahí, sin más, surgió la idea de la hija. Eso es lo que me interesa. Las generaciones mayores están perdidas (en el buen sentido de la palabra). La esperanza está en las más jóvenes, y eso es lo que yo quería contar.

Lo reflexioné con mi amiga y coguionista Alicia Scherson, empezamos a trabajar para ver si podía surgir toda la historia desde ahí y decidimos borrar todo lo que habíamos hecho hasta ese momento, que ya eran tres versiones. Fue una decisión arriesgada, pero creo que al final la película ganó. Fue un buen cambio.

Esto es lo que me parece más interesante de los guiones. Siempre pueden cambiar, siempre es un trabajo divertido. La fuerza de las películas está en el guión. Es ahí donde no se puede perder el tiempo. Hay que buscar, hay que mirar las cosas desde otros lados. Al final, el guión es la columna vertebral de una película. Sin un buen guión no vamos a ninguna parte.

Pese a contar algo tan importante, la película huye de la grandilocuencia. Se cuenta todo desde la cotidianidad. No hay un detonante marcado, no hay escenas fuertes. Es más el tono general que se respira. Es una decisión más que deliberada, ¿no?

Recuerdo que cuando era una niña y estaba en casa los problemas no los afrontábamos de manera grandilocuente. No hablábamos sobre el problema directamente. Lo podía sentir, saber que estaba ahí. Me levantaba, veía la cara de mi madre y sabía que algo ocurría, que algo pasaba. Y eso es lo que quería capturar. Los niños no son idiotas, saben que algo pasa, y para que lo sepan no hace falta que ocurra una desgracia.

Claro, por eso la edad de la niña se elige para que sea justo el paso anterior a la adolescencia, el paso anterior a que tenga que decidir muchas cosas sobre su identidad. Entre ellas, su sexualidad.

Exactamente. Lo que plantea la película también es que los padres, todas las decisiones que toman uno y otro, lo hacen pensando en el bienestar de sus hijos, pensando que es lo mejor para ellos. Luego, claro está, puede que la decisión sea errónea.

Creo que detrás de esto subyace un tema importante, y lo has sacado a colación al referirte a la sexualidad de la niña. A pesar de que hemos avanzado, de que tenemos legislación, aún hay muchos actos contra los homosexuales que deberían estar censurados. Lo que hace el padre es achacar lo que le ocurre a su hija por la “anormalidad” que sufre su familia materna. En la película no hay ningún tipo de acoso hacia la niña, es todo muy interno, muy de autocensurarse. Aún así, no sé si se juzgaría igual a un heterosexual que a un homosexual en el mismo acto. Todavía somos personas que necesitamos demasiadas condiciones para ser aceptados. Los homosexuales tienen que demostrar que son personas “iguales”. Tenemos que demostrar que somos simpáticos, agradables, exitosos, porque no siempre se da por hecho.

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Cartel promocional de la película

Sí, en España ocurre que en muchas ocasiones cuando sale un homosexual en cine es precisamente para hacer el papel de homosexual.

En España y mundialmente. ¿Cuántos actores y actrices reconocen ser homosexuales? Los mismos productores lo evitan. En cine cuando tenemos a un homosexual todo es homosexual. Sus rasgos, su manera de comer, sus actos. Todo es porque es homosexual.

Es cierto que esta película intenta derribar un poco esto.

Mira, si tuviera que definir la película, te diría que es un lobo con piel de oveja. Es la primera que trata un tema así que no es censurada en Chile, que la han clasificado para mayores de 7 años además. Es todo un logro.

Yo crecí viendo cine, y al ver muchas películas extrapolaba la historia heterosexual a mi propia vida. ¿Por qué un heterosexual no iba a poder sentirse identificado con una persona homosexual? Los sentimientos no tienen género.

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