por Sergio Barrejón.
Vamos con una de consultorio. Hoy, por partida doble. Pregunta J.S.Q.:
He escrito una escaleta de un programa piloto para una productora y me han dicho que para cobrar la remuneración acordada he de emitir una factura con su correspondiente IVA e IRPF. No estoy dado de alta como autónomo y no sé que porcentaje está establecido de IVA ni de IRPF.
¿Me podríais indicar los datos que necesito para realizar la factura?
En primer lugar, enhorabuena por el trabajo. La mejor respuesta que podría dar a tu pregunta es que consultes con un gestor. Pero supongo que es un engorro contratar a un gestor para facturar un trabajo puntual, así que me voy a arriesgar a contestarte, dejando claro que hablo de oídas y que no soy un profesional de la cosa fiscal.
Desde el pasado 12 de julio, tal como puede verse en la web de la Agencia Tributaria, a la “Elaboración de obras literarias, artísticas o científicas” se le aplica un IRPF del 15%.
Y creo que eso es todo lo que necesitas consignar en tu factura, porque los guionistas estamos exentos de IVA según el artículo 20.26 de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido.
Pregunta ahora J.G.S.:
Mi duda es a la hora de escribir la acción. Y básicamente es si hay que presupone que el lector del guión es “tonto”. Me explico.
Si por ejemplo queremos decir que un personaje se despierta con resaca, ¿valdría con decir eso o hay que explicar con todo detalle lo que sucede?
Veo un poco absurdo tener que describir cosas tan triviales(salvo que el personaje haga algo fuera de lo común). Porque decir: el personaje se despierta con cara de malestar, el pelo alborotado y emitiendo gruñidos me parece innecesario.
Buscando en vuestro blog y mirando guiones no me queda del todo claro, porque he visto que en algunos guiones sí se hace y en otros no.
Es una buena pregunta. Y no te puedo dar una respuesta taxativa. David Mamet te dirá que sólo deberías escribir las stage directions estrictamente imprescindibles para que la escena se comprenda. “Saca la pistola”, por ejemplo. “Cae muerto”. Cosas así.
William Goldman te dirá que en realidad un guionista escribe para los ejecutivos de desarrollo, y que más te vale entretenerlos y explicarles muy bien la acción, o tu guión irá a la papelera de reciclaje.
Una buena síntesis de los dos consejos sería lo que recomienda Jeff Daniels a los directores: deja que los ejecutivos lean el guión con todas las acotaciones. Pero cuando entres en producción, haz otra versión sin descripciones ni acotaciones, y deja que los actores hagan su trabajo. Es un consejo muy parecido al que se ofrece en el magnífico libro Directing Actors, de Judith Weston.
En conclusión: el escritor eres tú. Nadie mejor que tú sabe lo que tienes que escribir.
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