ENTREVISTA: MARIANA BARASSI

por David Muñoz

Justo cuando escribo estas líneas está a punto de arrancar la segunda fase de la 12ª edición del “Curso de desarrollo de proyectos cinematográficos iberoamericanos”, cuyo director es el productor y director Gerardo Herrero y en el que yo soy tutor desde hace unos cuantos años.  

Para quienes no lo  conozcáis, lo primero que hay que aclarar es que más que un curso en el sentido estricto de la palabra es un taller de escritura en el que durante seis semanas –tres con un tutor y otras tres con otro- los guionistas seleccionados trabajan de forma muy intensa en mejorar sus proyectos.

Pese a llevar 12 años en marcha, creo que se ha escrito poco sobre “el curso de Gerardo” en blogs de guión. Por ejemplo, que yo recuerde nunca se ha escrito nada sobre él en Bloguionistas. Quizá porque, aunque no es así, la percepción que se tiene del curso es que está dirigido únicamente a guionistas latinoamericanos.

Para aclarar esa y otras cosas se me ocurrió que no había mejor manera de hacerlo que entrevistar a Mariana Barassi, su coordinadora, y la persona que sin duda conoce mejor las “tripas” del curso.

Mariana no solo hace muy bien su trabajo, sino que lo hace poniendo siempre buena cara, cosa que, os aseguro, a veces no resulta fácil cuando se trata de coordinar a tanta gente, y más si se trata de una fauna tan particular como la guionística.

Porque en el curso, además de reescribirse guiones, pasan otras muchas cosas.

Ah, si tenéis interés en estar en el curso, aquí tenéis información sobre cómo hacerlo. Las bases no suelen variar mucho de un año a otro, con lo que las de esta convocatoria pueden serviros para saber qué material tenéis que preparar de cara a la del 2015.

Os aseguro que merece la pena estar en el curso. Algunos pensaréis que lo digo porque siendo tutor soy parte interesada, pero no, de verdad, no se me ocurren muchas más iniciativas así de interesantes relacionadas con el mundo del guión, y mucho menos en España.

Mariana Barassi. Foto de Fernando Portabales.

David Muñoz: ¿Desde cuándo eres coordinadora del curso?

Mariana Barassi: Desde el inicio, en el 2003.

D: ¿Cómo llegas al puesto? ¿De dónde vienes, por decirlo de alguna manera?

M:En Argentina trabajaba para el BAFICI y el Festival de Cine de Mar del Plata y, una vez que finalizo la carrera de cine en la Universidad de Buenos Aires, decido venir a vivir a Madrid a principios del 2001 con la idea de tomarme un año sabático y ver qué quiero hacer con mi vida. En el 2002 empiezo a colaborar con Teresa Toledo en Casa de América, en lo que fue el germen del Curso, que eran talleres de reescritura cinematográfica que duraban mucho más tiempo y eran sólo cinco los proyectos que se trabajaban, principalmente de guionistas que residían en Madrid. A finales de ese mismo año me proponen el proyecto del Curso de cine, me cuentan que lo dirigiría Gerardo Herrero, que la Casa de América y Fundación Carolina serían los “patrocinadores principales” y después de mi primera reunión con Gerardo empezamos a trabajar juntos hasta el día de hoy.

D: Durante muchos años, cuando la gente me preguntaba en qué andaba cuando estaba trabajando como tutor en el curso contestaba que con “lo de Casa de América”. Sin embargo, Casa de América se salió del proyecto hace ya unos años. ¿De dónde sale el dinero ahora para financiar el curso?

M: Lo del “Curso de Casa de América” se quedó grabado en la cabeza de todos porque la sede donde se realizaba antes era la Casa de América, en Cibeles. Además es tan largo el título y tan difícil de acortar que si tuviera que calcular el tiempo usado en decirlo y escribirlo desde hace doce años, seguro que podría haber escrito un par de guiones. El dinero, ahora: pues además de la Fundación Carolina que ya mencioné, se financia gracias a las instituciones que nos vienen apoyando desde el inicio como son el Programa Ibermedia y EGEDA, e instituciones que han estado un poco más intermitentemente como la Fundación SGAE y el MECD.

D: Según tengo entendido, los alumnos, muchos procedentes de Latinoamérica, vienen a España becados, y se les paga tanto el billete de avión como la estancia. ¿O no es así? En todo caso, es un curso que no debe salir nada barato. ¿Cómo han sido las diferentes permutaciones del curso según pasaban los años y llegaba la crisis?

M: Es un proyecto que implica un presupuesto muy alto, y varía según los patrocinios que conseguimos anualmente. En la época de las vacas gordas los guionistas estaban aquí un mes, volvían a sus casas y regresaban seis meses más tarde para retomar durante un mes más el trabajo. Era una buena fórmula, pero imposible de mantener. Los formatos de trabajo fueron variando con los años, en función no sólo del presupuesto, sino también de las propias necesidades de los guionistas que asistían. “El año de la crisis”, en el que no pudimos contar con nuestros dos principales patrocinadores, las becas eran parciales y quienes quedaban seleccionados debían correr con parte de sus gastos. Curiosamente ese año fue uno de los más fructíferos en términos de compromiso y resultados. Y lo que teníamos claro era que había que aguantar la tormenta, aunque no creíamos que el cielo encapotado fuera a durar tanto…

El guión de "Sin retorno" fue desarrollado en el curso.

El guión de “Sin retorno” fue desarrollado en el curso.

D: Yo siempre he pensado que es un curso muy útil, se trabaja mucho reescribiendo los guiones, y quienes acuden casi siempre se van con mejores versiones de las que trajeron. Y además, luego muchos se convierten en películas. ¿Puedes decirme más o menos cuántas películas se han hecho de guiones desarrollados en el curso?

M: A mí me encantaría que me becaran en un curso así, siempre lo decimos tanto Gerardo como yo. Y sí, por lo general se van con mejores versiones, pero ha habido excepciones. La escritura cinematográfica no es fácil, hace falta disciplina, mucho oficio y torear con la soledad que implica. Todo esto se intenta compensar con el trabajo junto a los tutores que, con una distancia profesional pero a su vez con mucha generosidad, cuidan y acompañan a diario ese proceso. Y, ¿cuántas se han hecho?… Creo que vamos por el número 75… casi el 30% de los proyectos que han pasado desde el 2003. El problema es que no se pueden ver fácilmente. Ni siquiera los propios guionistas que han compartido edición tiene la posibilidad de ver las películas de sus compañeros, a no ser por un enlace de Vimeo o similar. Es lo que estamos intentando enmendar con la muestra que está ahora en la Sala Berlanga y que acaba el 29 de octubre. Y eso que son sólo algunos títulos de las últimas producciones. Ojalá podamos itinerar la muestra por Latinoamérica y sumar títulos.

D: Además de las sesiones con los tutores, en el curso también hay un taller de producción. ¿Qué se hace exactamente en ese taller?

M: Son seis sesiones, una por semana. Es importante que los guionistas conozcan las nociones básicas de producción a la hora de escribir, así como también que aprendan a explicar y vender su historia. Durante el taller reciben un “entrenamiento”, cronometrado y todo, para poder llegar al “pitching” final sin tener que tomarse dos copas o unas gotas de Primperan.

D: Eso todavía no lo habíamos dicho: el curso se cierra con una sesión de “pitching” a la que acuden productores. Y alguna vez ha habido alumnos que han necesitado tomarse un par de copas para poder hablar en público…

M: Ha habido “pitchs” inolvidables como uno que, guitarra en mano, lo hizo “payando” (ja, fijo que esta palabra te toca buscarla), otro que con un cuaderno de dibujo fue contando su historia como si fuera un cómic… Otros lo han hecho interpretando a uno de los personajes de su historia, y siempre hay alguno que los nervios pueden con él. Pero en general es un ambiente muy relajado, la gente aplaude, interviene, pregunta.

D: ¿Cómo se seleccionan los proyectos? ¿Quién los selecciona?

M: El proceso de selección es un proceso larguísimo y de mucho trabajo, pero dicho en una frase: los proyectos se seleccionan principalmente por su calidad. Todas las personas que participan en este proceso centran sus valoraciones en ello; lo que no quiere decir que estas valoraciones no sean diferentes, ya que cada uno tiene sus estándares de calidad. Por ello la multiplicidad de miradas a la hora de seleccionar. Un equipo de guionistas lectores, los representantes de las instituciones que patrocinan el Curso y los miembros externos al proyecto que forman parte del jurado final son los responsables de la selección. Este jurado externo es variable y está formado por profesionales del cine que tienen una amplia experiencia sobre y con el cine iberoamericano.

D: ¿De cuántos países se suelen recibir proyectos? ¿Hay alguno más “prolífico” que otros?

M: Recibimos proyectos de toda América Latina, España y Portugal. Hasta hace algunos años Argentina concentraba casi el 25% del total de candidatos, pero ahora México y Colombia los han adelantado. España siempre ha sido más difícil, aunque en los últimos años ha subido considerablemente el porcentaje de candidatos.

D: ¿Y a qué crees que se debe que no se presenten muchos proyectos españoles?

M: Partiendo del hecho de que venir desde cualquier país de América Latina a trabajar en Madrid creo que no es lo mismo si vives aquí y tienes que compaginarlo con tu vida diaria, trabajo, familia, rutina. La gente que viene de fuera está durante casi dos meses únicamente pensando, desarrollando, analizando y hablando de y sobre su guión. Incluso los españoles que vienen de fuera de Madrid no logran desenganchar por completo y tienen que encajar sus agendas con la del Curso. Y creo que otro motivo, del que puede desprenderse que el porcentaje de candidatos españoles haya subido en los últimos años, es que en España no existen más las ayudas a desarrollo de guión, que se han suprimido muchos premios a guión que se otorgaban en algunos festivales de cine, que el presupuesto que algunas productoras destinaban a la reescritura ya no pueden permitírselo, que se hayan cancelado muchos programas de escritura gratuitos como este Curso… Mucha gente que se dedica al cine en general se ha tenido que buscar la vida en otro país, cada año recibimos más proyectos de españoles que ya no viven en España. Iba a decir un motivo y me han salido unos cuantos.

D: ¿Se tiene en cuenta de qué país provienen los proyectos a la hora de seleccionarlos? Me refiero a que si de pronto los mejores proyectos son, por ejemplo, chilenos, no se les va a seleccionar solo a ellos. ¿O sí?

M: Se tiene en cuenta la participación por país porque es inherente a la naturaleza del Curso. Lo que no quiere decir que un proyecto excelente se quede fuera porque hay que “cumplir la cuota de porcentajes”.

Asesoría en bares.

Asesoría en bares.

D: Una cosa interesante del curso es que los tutores son guionistas de perfiles muy diferentes. Y eso se debe a que los guiones que se reciben también son muy distintos entre sí, y por tanto también deben de serlo las personas que van a trabajar en ellos. Hay desde cine de autor de ese en el que no pasa nada o casi nada a películas de terror o thrillers (y por cierto, ¡estas últimas casi siempre me suelen caer a mí!). Sin embargo, muchas veces mis alumnos de otros sitios cuando les hablo del curso me suelen decir que la percepción que tienen de él es que está enfocado únicamente al cine de autor latinoamericano. ¿Cuál es la política del curso realmente a ese respecto?

M: En la selección se intenta mantener un equilibrio de proyectos comerciales y proyectos de autor, es una más de las pautas a la hora de valorar las candidaturas. Creo que esta percepción de la gente está fundada más sobre los proyectos que se han realizado que sobre los proyectos que se han seleccionado. Reviso mentalmente la lista del año pasado y creo que había un 30% de thrillers, películas de terror “comerciales”, y, ¡hasta un musical! Y son buenas historias, pero en su mayoría también coincide que tienen un coste de producción un poco más elevado y aquí es donde algunos de estos proyectos encallan.

D: Una cosa que creo que se ha perdido en el curso (¡y no sé si para mal o para bien!), es esa sensación un poco de “Gran Hermano” que se tenía hace unos años, cuando los guionistas seleccionados dormían en la Residencia de estudiantes… y había un número más equilibrado de hombres y mujeres. Se hacían parejas, se rompían otras… ¿Qué ha pasado estos últimos años? ¿A qué crees que se debe que haya menos proyectos de mujeres seleccionados? Porque es algo que he notado en todos los sitios donde doy clase. Este año por ejemplo en el Instituto del cine tengo 17 alumnos más o menos y solo hay cuatro mujeres. ¿Es que las mujeres no quieren escribir cine?

M: No creo que se haya perdido. Ayer en la inauguración de la Muestra de cine veía a todos los guionistas de este año tomando cañas y haciendo pandilla. Ya han estado viendo películas de sus compañeros, ya tienen montado su grupo de WhatsApp, se han pasado los guiones, y sí, seguro alguno acabará compartiendo habitación, pero ahí yo no me meto… La Residencia ha dejado muchos recuerdos, el último año que estuvimos había partidos de baloncesto, si mal no recuerdo eran “los guionistas” vs “los matemáticos”, que eran un grupo de becarios que también estaban alojados en la Residencia. Yo intenté arbitrar pero era imposible ser objetiva y, además, siempre les daban bastante… Oliver Laxe (España), Harold Trompetero (Colombia), Joaquín Rolón (Bolivia), Javier Fuentes León (Perú) y Ezequiel Vivanco (Argentina) en pantalones cortos… una imagen imborrable. Respecto al porcentaje de mujeres y hombres, es cierto que en los últimos años ha bajado la participación femenina, pero la selección es coherente con el porcentaje que se presentan a la convocatoria. La verdad es que no sabría dar una explicación sobre este asunto, pero sí puedo decirte que conozco a muchas mujeres que escriben maravillosamente.

Guionistas en la cancha.

Guionistas en la cancha.

D: Yo hace un par de años trabajé con un guionista que se enamoró en Madrid y dejó a su novia, y hace algunos más tuve a una guionista que se lió con otro alumno y se fueron de “viaje de novios” a París un fin de semana. ¡Y los viajes están prohibidos en el curso! En teoría debes quedarte en Madrid trabajando.

M: También hubo muchas visitas a hospitales. La más emblemática fue la de una compañera brasileña que tuvo apendicitis. Joaquim Jordá, que era su asesor, decidió trasladar a todo el grupo a la sala del hospital y continuar las asesorías durante una semana allí. Inolvidable Jordá. Ha habido alguna llamada a las cuatro de la mañana desde una comisaría; alguna otra desde Marruecos porque un alumno no podía cruzar la frontera de vuelta a España; una extensa declaración amorosa explicando por qué un hombre no puede abandonar el amor de su vida que acaba de conocer en Sevilla… y sí, son guionistas, a algunos les sobra la imaginación, y otros son muy románticos. Y hubo muchos corazones partidos, muchas lágrimas de despedida, pero la mayoría vuelven a cruzarse y a reencontrarse: en Buenos Aires, en La Habana, en París o en Berlín.

"Güeros", una de las películas que han pasado por el curso.

“Güeros”, una de las películas que han pasado por el curso.

D: ¿Cómo ves en general a los alumnos? En cuanto a actitud me refiero. Mi impresión es que la mayoría son gente que viene a trabajar, y lo hace, pero siempre hay quien, a lo mejor uno de cada veinte, que cree que su guión ya está bien y no hay que retocar nada. Y entonces, claro, te preguntas a qué ha venido a un taller así. En ese caso solemos hablar con ellos y dedicar sus horas a otro tutorizado. Para los tutores, también son difíciles los guiones de cine no narrativo. Te sientas frente al autor, y claro, no hay manera de avanzar porque es todo subjetividad. ¿Cuáles son las historias de alumnos que más se te han quedado grabadas?

M: Hemos tenido varios que han venido a “pasear por Europa”, pero se les nota enseguida y es gente que nunca ha sacado sus proyectos adelante. Ahora que el grupo es más pequeño creo que hemos ganado en que se evitan ese tipo de personajes. Además los asesores en cuanto detectan que no quieren trabajar, por un motivo real o inventado, hablan con nosotros y finalmente entre todos hablamos con el participante para explicarle que sus horas serán dedicadas a otro proyecto. Es frustrante ver a gente que desaprovecha una oportunidad así y, sobretodo, que se la quita a otro guionista que la podría estar aprovechando, pero lamentablemente nos ha pasado varias veces.
También ha habido problemas entre los asesores y los participantes, gente que no quería tener a un asesor determinado, que no lograba entenderse, que no había manera de que conectaran para trabajar juntos. En esos casos, de nuevo, hacemos comité de crisis y después de hablarlo entre todas las partes implicadas, se designa a otro asesor.

D: A mí me pasó una vez. Después de nuestra primera reunión, una guionista argentina se asustó y pidió cambiar de tutor. Yo creo que luego se arrepintió, porque sus compañeros debieron hablarle bien de mí, pero vaya, la cuestión es que la vi un día y ya no más. Una cosa que he aprendido en este curso, es que el español, y sobre todo, el madrileño, les suena muy agresivo a muchos latinoamericanos. Así que desde entonces me ando con mucho cuidado con lo que digo el primer día. Pero sigamos hablando de las cosas buenas… Algo para lo que ha servido el curso es para crear equipos de trabajo, ¿no?

M: Ayer estaba con Rossana, la directora que presentó su película “Viaje a Tombuctú” y estaba súper ilusionada al ver que compartía escaparate con las pelis de otros de sus compañeros como “Tanta agua”, “Workers”, “Mono con gallinas”, etc. Y además nos contó que ella coprodujo su película con otro guionista que conoció en el Curso. En ese momento ninguno de los dos tenía productora y decidieron montar una cada uno, una en Perú, otra en Argentina, y armar coproducción. Genial. Hace poco en el festival de San Sebastián nos pasó algo parecido con los que ganaron el premio de Cine en Construcción. Andrés Longares y Salvador del Solar estuvieron juntos en la edición del 2009, se conocieron, a Andrés le gustó mucho la historia de Salvador y después de cinco años y con Andrés convertido en un gran productor en Argentina, terminan la película juntos.

D: Y para acabar… llevando tantos años en el curso… ¿a ti nunca te ha tentado escribir un guión? ¿O sí? Porque de pronto me viene a la cabeza que habías dirigido un corto

M: Ya desde antes de entrar en la universidad de cine tenía claro que la palabra escrita era y es lo que me da tirones. Así que mi relación con el cine es más fuerte en ése área: ya sea desde la lectura y análisis de guiones, el desarrollo de proyectos desde el trabajo de reescritura que hacemos en el Curso, o la propia escritura misma. Y sí, ya llevo varios cortos y ahora estoy sufriendo con la reescritura de un largo. Suena a mal chiste, pero “en casa de herrero…”