Continuamos con la serie de artículos escritos por los alumnos del Máster de Guión de la Universidad Pontificia de Salamanca, donde varios de los autores de este blog colaboramos como profesores.
LOS CONTENIDOS DEL MÁSTER: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
Por Miguel Ciudad y Fernando Prieto.
Ésta entrada forma parte de un ciclo dedicado al Máster de Guion para Cine y Televisión. Y, concretamente, hoy venimos a hablaros de la importancia de la teoría y la práctica. Así que dicho esto y, abordando el tema de la forma más llana posible, vamos al lío.
Ay… la práctica… la teoría… confesad, siempre hay una que gusta más y otra que gusta menos. Es ley de vida, ¿verdad? Pero, ¿qué haría la una sin la otra? ¿De qué serviría saber cuáles son las señales de tráfico si luego no te van a enseñar a conducir el coche? O imaginad que llegáis a la autoescuela el primer día y ya os sientan al volante… pobres ancianitas que cruzan la calle con el carrito de la compra, ¿no? La teoría y la práctica son como el Ying y el Yang. Una no podría existir sin la otra. Es de cajón. Por duro que parezca…
Dicen (algunos) que en el mundo del guion no hay reglas. Que el que quiera ponerse a escribir un guion, lo que tiene que hacer es ponerse a escribir un guion. Mec. Error (se enciende un pilotito rojo). Os retamos a montar un mueble de Ikea sin la ayuda de los planos. Venga, a ver quién es el valiente.
No, claro que hay reglas. Y, aunque muchos se las saltan, ése es otro tema. El caso es que, como en todo, la teoría es muy importante y hay que tenerla siempre presente. Sí, es cierto que hay que practicar (hasta que te sangren las manos), pero no por ello hay que abandonar la teoría ni menospreciarla. Eso sí, la teoría debe de estar siempre aplicada y subordinada a la práctica. Te puedes saber de memoria los libros de Robert Mckee, Syd Field, Antonio Sánchez-Escalonilla o los tweets de David Muñoz, pero no por ello vas a ser buen guionista. Como ya hemos dicho, ambas van siempre ligadas. La cuestión es encontrar el equilibrio.
Y aquí surge la gran pregunta… “Si me apunto al Máster de Guion para Cine y Televisión… ¿encontraré ese equilibrio?”
Bien, en nuestra opinión, la respuesta es claramente afirmativa. ¿Por qué? Lo cierto es que el motivo es bastante sencillo. Pero vamos a hacerlo divertido. Vamos a contaros nuestras experiencias, pero… os proponemos que os imaginéis a vosotros mismos viviéndolas.
Así que… llegáis a clase (venga, imaginaos ahí). ¿Qué encontráis? Bueno, pues aparte de las presentaciones, lo que encontráis es teoría. Así es, miráis a vuestro alrededor y veis a un montón de gente que acabáis de conocer y enfrente a un señor (que probablemente habrá escrito un libro o dos sobre guion) bombardeándoos con teoría del tipo “Nuestro personaje ha de tener un objetivo” o “Hay tres tipos de conflicto”. Vuestra cabeza estará a punto de explotar. Pero TRANQUILOS, en menos de lo que pensáis empieza la práctica.
A la semana ya estaréis escribiendo sinopsis y currando como monos, pero lo bueno es que la teoría continúa. ¿Por qué? PORQUE LA TEORÍA ES IMPORTANTE.
Ese es el equilibrio.
Además, el sistema de funcionamiento general es el del trabajo en pequeños grupos, por lo que, aunque el reto es mayor, el resultado es mucho mejor y la experiencia inmejorable. Y, aunque determinadas prácticas son de entrega individual, la mayor parte de tiempo se pasa con tus compañeros buscando ideas y desarrollándolas, pero, sobre todo, escribiendo y reescribiendo. Es una experiencia simplemente fantástica para todo aquel que ame el mundo del guión.
Durante el módulo de cine, hemos tenido el lujo de contar con guionistas altamente reconocidos como Jorge Guerricaechevarría (Coguionista en Celda 211 y la mayoría de las películas de Álex de la Iglesia como Acción Mutante, El día de la bestia, La comunidad, Los crímenes de Oxford o las Brujas de Zurragamurdi) o Iván Escobar (guionista, creador y productor ejecutivo en series como El Barco, y que ahora ha dado el salto al cine con Kamikaze). Pero también con guionistas jóvenes como Oriol Paulo (El Cuerpo) y Carlos Vermut (Diamond Flash), que nos dieron una visión más juvenil y nos demostraron que no hay que tener miedo a la hora de enfrentarse a un guion.
También hemos podido contar con la maestría de Fernando Franco, que si bien viene del montaje, su Ópera Prima, La herida, le valió el Goya a mejor director novel. Durante las dos últimas sesiones del módulo de cine, contamos con la presencia de Rodrigo Cortés (director de Buried, y director, guionista y productor en El concursante o Luces rojas), que contó con actores consagradísimos como Robert de Niro y Sigourney Weaver; y también Enrique Urbizu, triunfador de Ia 49 edición de los Premios Goya con No habrá paz para los malvados.
En todas estas visitas magistrales pudimos leer los guiones antes de que viniera el respectivo ponente y realizar un visionado en el aula para después poder “destripar” el guion con el creador. Gracias a esto, pudimos saber cómo fue el proceso de creación, los cambios que se tuvieron que hacer en la película o en montaje, cuáles fueron los aciertos… Pero también si hubo fallos y si esos fallos se pudieron corregir o venían en el proceso de escritura.
Todas éstas lecciones no son sólo para ver a ganadores de Premios Goya y gente consagrada para poder presumir ante tus amigos de haber podido estar con grandes artistas, sino que luego has de llevarlo todo a la práctica, puesto que son lecciones realmente valiosas.
En resumidas cuentas, y sin cansarnos de repetirnos como un disco rayado: equilibrio. Esa es la clave. En realidad, hay mucha menos teoría del guion de la que pensáis, pero es tan importante como cualquier otra. Practicad, practicad mucho, pero escuchad y aprended.
Cada guionista es un mundo y cada uno tendrá un método para escribir, porque no hay una fórmula mágica para hacer el guion perfecto, si fuera así todos haríamos grandes películas… Así que aprended, aprended mucho para que, cuando estéis preparados, podáis encontrar vuestro fórmula personal.
Mucho ánimo.