Pablo Fernández (Santiago de Compostela, 1975) es el guionista junto a Roberto Santiago de la película “¿Estás ahí?” (2011), dirigida por éste último. Se trata de una adaptación de la obra teatral del mismo nombre, escrita por Javier Daulte y protagonizada por Gorka Otxoa, Miren Ibarguren y Luis Callejo. Además, Pablo es un buen amigo, compañero de clase de la Ecam y tengo la suerte de conocerle desde hace muchos años.
-Pablo, ¿de qué va “¿Estás ahí?“?
Es una comedia sobre un joven con un don extraordinario que tiene que aprender a convivir con dos fantasmas: el de su pareja, que murió cuando acababan de mudarse, y el que ya estaba en el piso cuando llegaron.
-¿Es posible hacer comedia sobre la pérdida de un ser querido?
Sí, por supuesto. En todos los velatorios hay siempre risas.
Pero esta es una comedia agridulce. En “¿Estás ahí?” hay muchas situaciones de comedia pura, muy divertidas, porque Ana tiene mucho carácter y lleva bastante mal eso de estar muerta. Pero al final acabamos siempre volviendo a la soledad de Fran, el protagonista.
Tiene la suerte de poder comunicarse con Ana, pero esa suerte es también una condena, porque aunque fuera del piso la vida sigue, ellos se han quedado estancados en una historia de amor que ya ha terminado. Y llega un momento en que hay que asumirlo, por mucho que duela.
-¿Qué dificultad adicional entraña trabajar en una adaptación, en este caso, de una obra de teatro?
La obra es fantástica. Javier Daulte es un gran autor y le tengo un respeto tremendo, así que suponía mucha responsabilidad. Fue un reto en cuanto a estructura y desarrollo de personajes, pero disfrutamos mucho escribiéndola.
En teatro transcurría en una sola estancia, y era para dos actores. Y no te enterabas de que Ana había muerto hasta la mitad. Aquí lo revelamos en el minuto uno.
Durante el primer y segundo acto de la película incorporamos todos los personajes secundarios a los que se hacía referencia en la obra y abrimos la película a diferentes espacios. Pero casi toda la acción sigue transcurriendo en el piso de Fran y Ana.
El tercer acto sí es muy similar al de la obra. Es donde se llega al fondo de la historia: un amor imposible, que hay que dejar atrás. Es un momento conmovedor en el que los dos protagonistas, Gorka Otxoa y Miren Ibarguren, están soberbios.
-¿Cuáles han sido vuestros referentes?
Por el tono de comedia agridulce sobre viudo que tiene que rehacer su vida me recuerda a “Algo para recordar”, la de Tom Hanks. Y por la parte romántica-sobrenatural, a Ghost, sobre todo el tercer acto. También tiene toques de Un espíritu burlón y de “El Fantasma y la Señora Muir”. Es una comedia, pero también es una historia de amor. Para ver en pareja.
Pablo lleva muchos años trabajando en el oficio y tiene experiencia en cine, televisión y cortometrajes. Tal y como afirmaba en su cuenta de Twitter, “24 años después de empezar a comprarlo, una peli mía sale en Fotogramas.” “¿Estás ahí?” es la primera peli escrita por Pablo que se rueda, aunque (previsiblemente en Septiembre) estrenará otra, también escrita con Roberto Santiago, “El sueño de Iván”, ya en fase de posproducción. Pablo, cuéntanos cómo ha sido tu trayectoria.
Estudié la especialidad de Guión en la Ecam, donde entré habiendo visto muchas películas pero sin saber casi nada sobre escribirlas. Tuve la suerte de tener muy buenos profesores y sensacionales compañeros de clase que me ayudaron a aprender el oficio.
Mi primer trabajo profesional lo hice junto a la autora de la entrevista y después pasé unos años como lector y analista de guiones y desarrollando muchísimos proyectos de series diarias, de prime time, tv movies y demás, que nunca llegaron a hacerse, pero de las que también aprendí.
Hace siete u ocho años conocí a Roberto Santiago y empecé a colaborar con él. Llevamos ya bastantes guiones de cine y televisión juntos.
Mientras estábamos trabajando en “El sueño de Iván” surgió la posibilidad de hacer “¿Estás ahí?” y nos tiramos de cabeza a hacerla porque nos enamoramos del proyecto.
-¿Qué opinas del “infierno del desarrollo”?
Cuando estás en desarrollo hay que tener clara cuál es la esencia del proyecto, qué es lo más importante que quieres contar, lo que tiene que mantenerse por muchos cambios que haya alrededor. Para eso es esencial un director que se mantenga firme y que tenga claro lo que quiere hacer.
En “¿Estás ahí?” hubo muchos cambios, pero la esencia de la obra se mantuvo, y transmite la misma sensación que en el teatro.
También ocurrió con “El sueño de Iván”, la siguiente película que estrenará Roberto Santiago. Tuvo dos años y medio de desarrollo, y cambiaron muchas cosas, pero el alma de la primera versión sigue ahí.
En otra ocasión sucedió lo contrario. Cedimos en una cosa en la que no teníamos que haber cedido, y el proyecto perdió su esencia y al final no se hizo. Esperamos retomarlo algún día porque es muy original y divertido.
-Las ironías en las carreras de los guionistas, especialmente de cine como tú, suceden constantemente. ¿Qué opinión te merece haber escrito tantos largometrajes sin conseguir que se rueden (aunque en muchos casos se hayan vendido y desarrollado con una productora o un director) y estrenar dos casi seguidos?
Y es muy probable que a finales de año se estrene una tercera, que está cerca de anunciarse. Me siento un privilegiado, tal y como está la situación.
He tenido mucha suerte, pero también hay que trabajársela. Si quieres vivir de esto no te puedes quedar ligado a un solo proyecto. Necesitas tener varios en desarrollo, como esos equilibristas que tienen que mantener todos los platos girando al mismo tiempo.
Luego pasan cosas como lo de este año y piensas que todos esos sábados, domingos, puentes, agostos, navidades, años nuevos y demás que has pasado sentado aporreando las teclas han merecido la pena.
-Pablo es una de las personas más trabajadoras que conozco. Hace años que eres un guionista asentado y con muy poco tiempo libre, pero sé que, ocupado o menos ocupado, siempre has estado escribiendo tu propio material. ¿Es esa la clave para seguir motivado y no tirar la toalla? ¿Es simple vicio?
Es importante trabajar material propio para medirse a uno mismo. Estás solo, no tienes un co-guionista ni director mandándote notas ni sacándote del charco en el que te has metido en el segundo acto. Y no te pagan. Así que más vale que lo que estés escribiendo para ti mismo sea bueno o te estimule lo suficiente. Es un gran ejercicio. Y de vez en cuando, hasta lo colocas y todo.
-Has escrito varios largometrajes con Roberto Santiago. ¿Cómo es la relación con un director que además es guionista?
Nos entendemos muy bien. Roberto es un gran guionista, muy exigente y que te contagia su entusiasmo y su capacidad de trabajo. Y sobre todo tiene muy claro lo que quiere como director. Más importante aún, lo sabe explicar de un modo breve y conciso, así que no solemos perder el tiempo. Antes de ponernos a escribir nos vemos y hablamos mucho sobre el tono de la historia, lo que estamos buscando. Después desarrollamos el tratamiento y las versiones del guión en plan ping pong. No escribimos nunca juntos. Creo que por eso nos llevamos tan bien.
-¿Cómo te ves dentro de cinco años? ¿En qué clase de proyectos te gustaría participar?
Me veo escribiendo. No me planteo dirigir.
Me gustan todos los géneros. Ahora acabo de escribir una comedia musical adolescente, y después quién sabe. Tengo ideas y propuestas de varios géneros distintos. También me gustaría sacar adelante un proyecto de tele que me hace muchísima ilusión.
-Estudiaste Guión en la Ecam. ¿Es la formación la clave para convertirse en guionista?
Es esencial. Yo todavía cuando estoy atascado en algo uso técnicas que aprendí en la Ecam. Pero un guionista no deja de formarse nunca. En cada historia se empieza de cero y tienes que esforzarte lo mismo que en la anterior, o más incluso, para no repetirte ni coger manierismos, que es una tentación muy fácil. Aprendo mucho también leyendo las experiencias de otros compañeros en este blog.
Pablo es un gran consumidor de novelas, pelis y series, y la persona que me ha prestado todas las temporadas de “The Wire” y tantas otras. ¿Qué es lo mejor que podemos ver en la tele ahora mismo? ¿Cuáles son tus favoritas?
De lo que se emite ahora, Juego de Tronos, Breaking Bad y Mad Men, en dramas. En comedias, Community, Parks and Recreation, Modern Family y Archer.
Hay capítulos de The Wire, Los Soprano y Battlestar Galactica que he visto seis o siete veces. Me los pongo sueltos, como cuando eliges una de tus películas favoritas para revisarla. Y siempre descubro cosas nuevas. Lo mismo me pasa con Arrested Development o Seinfeld. Pero la serie por la que siento una debilidad especial es Freaks and Geeks.
-El cine español siempre está en el punto de mira, y en los últimos tiempos, más aún. ¿Crees que los “titiriteros son (somos) una especie en extinción? Parece que, desde la noche de los tiempos, existe crisis en el cine español y se dice abiertamente en muchos medios que es de muy baja calidad, cuando es una cinematografía que abunda en premios y reconocimiento internacional, así como en exportación de talento. ¿Cómo se viven estas contradicciones desde dentro?
Al revés, cada vez hay más gente contando historias, sea en el medio que sea. Con un teléfono puedes rodar una película. Ya no hay excusas.
En cuanto a nuestro sector, hay que enfrentarse a su realidad. Tenemos los medios que tenemos para hacer la película, y hay que sacarles el máximo partido. Y en la mayoría de las ocasiones los resultados asombran.
Pero otras veces no somos realistas. Queremos hacer películas de cuatro o cinco millones con dos, y el resultado es muy pobre. Si sabes que como máximo te darán dos millones y cinco semanas de rodaje, hay que escribir directamente algo que se pueda hacer en esas condiciones, para luego no pasarse meses quitando páginas y localizaciones.
Hay que fijarse en más sitios, no solo en lo que hace en Estados Unidos. La industria del cine italiano ha resurgido gracias a comedias autóctonas baratas.
En cuanto a ese tipo de críticas que mencionas, que son más políticas que otra cosa, hay mucho “No lo he visto, pero no me gusta, y de todos modos no lo pienso ver”. Con esos no se puede razonar, no se ha podido nunca.
Pero también hay espectadores, tengan la ideología que tengan, abiertos y exigentes y que son conscientes de que no les puedes dar una superproducción, y tampoco te la piden.
A esos hay que ofrecerles ideas, historias originales y personajes extraordinarios pero con conflictos cercanos. Para que el espectador los llegue a sentir como propios y reflexione sobre ellos, que le diviertan y emocionen.
“¿Estás ahí?” se estrena hoy viernes 13 de Mayo en cines de toda España.
En el cartel, la Miren Ibarguren no parece ella ni de coña.
Me ha encantado la entrevista, muchas gracias a los dos.
Hola! Soy nueva en esto, he creado un blog, para publicar unas crónicas del pueblo donde vivo actualmente, sin aburrimiento alguno, y me
gustaría que me dierais vuestra opinión…
Cronicasdevillaroyas.crearblog.com
Un saludo y gracias
Trabajo y talento. Enhorabuena!!!
Entrevista con gran sentido de la actualidad y muy lúcida la reflexión de Pablo en la última pregunta.
Gracias por acercarnos al blog lo que se cuece, Ángela, porque de otra manera es difícil enterarse. Ojalá la peli esté muchas semanas en cartel. Por mi parte, trataré de estar ahí (en el cine) para verla.
Estupenda entrevista. Da ánimos pensar que la tenacidad es recompensada pero si lo piensas bien también es perfectamente posible pasarse la vida escribiendo sin conseguir nada. Pero seamos optimistas, no?
Qué majos los dos (entrevistador y entrevistado) pero qué mala pinta la peli, por el amor de Dios. ¿O no? Intento imaginarme cuál es el público para esta película y no acierto. ¿Adolescentes? ¿Niños con padres? ¿Parejitas jóvenes? Pfffffff.
Quizás los que fueron a ver la obra de teatro, ¿no?
Una obra de teatro que por cierto, es excelente. Daulte es un autor magnífico y lleno de matices.
Sí, koho, y los padres y las madres del equipo técnico y artístico. Y el productor.
A mi no me la metéis, guapos. No dudo que la obra de teatro sea buena, incluso genial, y lo mismo el tal Daulte; ni que la hayan visto un millón de personas.
Vale que os pongáis corporativistas pero por tonto no me tomáis.
Quique, si la siguiente generación tiene que estar preparada para tu best seller, no estaría mal que te ‘dilataras’ un poco con las obras de la actual
¿Quién dice que no me ‘dilato’? ¿Qué tendrá que ver mi best seller con la pinta de una película que reconozco no haber visto pero admito no tener ganas de ver? ¿No se puede ser crítico con vuestro gremio o qué? ¿Todo tienen que ser alabanzas? Yo también sé alabar, pero coño, no permanentemente.
Lo más grave que he escrito en el post es ‘mala pinta’ y ‘pfffff’. Espero que alguien tenga un argumento mejor para rebatir mi opinión que mi presunta incultura y mi evidente gilipollez.
No hombre Quique, no me refiero a ti sino a tu perplejidad de que exista gente a la que la película le interese. A mi ya me interesa solo por lo bien que me ha caído Pablo Fernández (generalmente tiendo a pensar que la gente inteligente pocas veces es mediocre), que no conocía porque al igual que tu no soy del gremio, solo de pasada.
Sí, seguramente los padres de los artistas también vean la película. Pero mi respuesta no pretendía defender la calidad de la película, una película que no he visto y que posiblemente no veré hasta que la pongan por la tele. Simplemente, respondía a tu pregunta. Si no te gustan las respuestas, ¿para qué planteas preguntas? Hay público para cualquier cosa y alguien que tenga aspiraciones de ofrecer a los demás un producto de su creatividad debería confiar en ello.
Pues nada, oye. Peliculón de la hostia.
Y Cris, no era perplejidad sino solamente duda. En cuanto al personaje en cuestión, ya dije que me había caído bien, lo cual no contribuye a nublarme el juicio.
Koho, hombre, no te pongas dramático. No es que la respuesta no me guste sino que no me sirve como argumento para lo que yo planteo. Dios me perdone. En cuanto a lo que todo tiene un público, pues sí, estoy de acuerdo. Ojalá todos pudiésemos hacer nuestra peli.
Yo me he conformado con escribir una historia basada en hechos que alguien me encargó y yo no me supe negar.
Quique: tu facilidad para opinar de lo que no has visto ni conoces es pasmosa.
La ignorancia es atrevida. Pero en tu caso es escandalosamente indiscreta, zafia y boba.
El hecho, yo tampoco he visto la película, de que la vean muchos o pocos, de que sea buena o mala… dependerá de la gente que la vea, del boca a boca, de la distribución.
Hasta que llegue ese momento, entre gente de bien sólo cabe decir una cosa: respeto.
Buby, prenda, no juzgo lo que desconozco sino que me limito a opinar sobre la pinta que tiene el producto (para mí) y expreso mis dudas al respecto de su éxito comercial. Si no has sabido entender eso es porque, muy probablemente, eres un incapaz. Dicho esto, reconozco que algo habré hecho mal para que 3 personas os hayáis tomado la molestia de opinar diferente, mientras nadie lo ha hecho a favor. Por otro lado, aunque seguro que me equivoco dada mi no pertenencia al gremio y mi falta de respeto, por las respuestas a este post sí percibo cierto tufillo a autoindulgencia y compadreo que explicaría algunos de los males que se le suelen atribuir al sector audiovisual español (y acerca de los cuales no me había atrevido a opinar hasta ahora). Rey.
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Será por tu manera de expresarte, que cuando quieres decir 10 dices 1000 y tus argumentos van excesivamente cargados de morralla… una pena porque al final ni siquiera se distingue lo que quieres decir.
Ya he reconocido mi parte de culpa. No hagáis vosotros lo mismo, no os vaya a dar algo. Además, no hay nada que distinguir. Se entiende o no se entiende. Líbreme Dios de volver a dudar en público del éxito de una película cuyo guionista te haya caído bien (lo mismo que te podría haber caído mal). No quisiera contribuir a mourinhizar el cine español. Nota: Leer una segunda vez.
La película quizás esté bien, pero el cartel echa para atrás, parece que es la típica comedia insulsa y predecible, ya vista
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