Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí)
¿Qué tal las vacaciones? Espero que hayan ido bien. Las mías han sido largas y fructíferas. También vi “Origen”. Y “Lope”. Hablaré sobre algunas de estas cosas en próximos posts. Sin embargo, éste va sobre otro asunto.
Aunque los guionistas no solemos saberlo, el 30 de septiembre de cada año es un día bastante importante para nosotros.
No, no es el día que nació el inventor de la Courier.
El 30 de septiembre es el día que acaba el plazo que uno tiene para comunicar a su entidad de gestión que quiere pasarse a la competencia. Es decir, el último día en que uno puede pasarse de SGAE a DAMA o viceversa. Si no lo hace, le tocará bailar con su entidad de gestión actual durante un añito más. Espero que no le pise mucho los pies.
Como algunos sabéis, estoy en el consejo de administración de DAMA desde hace unos meses y soy miembro de esta entidad desde hace años, así que, como es lógico, escribiendo sobre este asunto corro el peligro de no ser excesivamente objetivo aunque os aseguro que lo intentaré.
El año pasado publiqué en Guionista en Chamberí una comparativa entre lo que cobrábamos dos guionistas de la misma serie, por los mismo episodios, uno en SGAE y otro en DAMA (yo mismo). En el post podéis ver las cifras precisas, pero os adelanto que eran bastante favorables para DAMA. Por un mismo episodio emitido en horario de tarde, yo cobraba un 36,56 por ciento más que mi compañero. En el caso de un episodio en prime time, la diferencia era aún mayor de un 134,61 por ciento.
Me gustaría mucho que, en la sección de comentarios de este post, colgarais vuestras experiencia sobre esto: ¿habéis hecho alguna comparación de este tipo entre compañeros de serie? ¿cuál fue el resultado?
Por lo que sé, no en todas los casos se da una diferencia a favor de DAMA como la que yo calculé. La razón es que SGAE y DAMA recaudan y reparten de manera diferente.
DAMA acude con las obras emitidas por sus socios a las televisiones y les pide que les pague X dinero (según unas tarifas) por cada minuto de obra emitida (diferente según el número potencial de espectadores, horarios, etc).
SGAE, en cambio, establece pactos con las cadenas para obtener un dinero fijo al año, independientemente de cuánta obra de sus autores se emita. Una vez recaudado, reparte entre los autores parte de esa cantidad.
Según los críticos con SGAE, es en el reparto de estas cantidades cuando esta entidad usa criterios poco transparentes. Esta fue una de las razones por las que hace algo más de diez años, algunos socios de SGAE, directores y guionistas de cine y televisión, decidieron fundar DAMA.
Para muchos guionistas, los derechos de autor son un salvavidas al que nos agarramos cuando no tenemos ingresos. Por eso creo que es importante que nos informemos sobre cuánto dinero, y en qué condiciones, nos daría cada entidad por nuestro repertorio. En DAMA, la persona de contacto es Antonio Novillo y, con un simple mail (anovillo@damautor.es), os puede informar sobre cuánto dinero cobrarías por vuestro repertorio caso de pasarlo a esa entidad. A eso le llaman hacer un “virtual”. No soy miembro de SGAE pero estoy seguro de que también hay alguien dispuesto a atender a un guionista dudoso.
Evidentemente la decisión sobre en qué entidad de gestión tener tu repertorio no se basa únicamente en el dinero que cada una de ellas te proporcione. Influyen otros criterios: créditos o seguros sanitarios por ser socio, trato personal que recibes de la entidad, cursillos que se organizan, identificación con esa organización y su política…
Sin embargo, escribir un mail y pedir un “virtual” no cuesta mucho. Tal vez, después de hacerlo, antes del día 30 alguno decida cambiar de pareja de baile. O, al revés, se abrace aún más fuerte a su actual entidad de gestión y la bese en los labios prometiéndole amor eterno… al menos hasta el próximo 30 de septiembre.