… que me da miedo que el mundo del guión se parezca a La fuga de Logan.
David Muñoz

La imagen la he "robado" del magnífico último libro de Juanjo Sáez, "Yo". Podéis encontrarlo en cualquier librería. Os aseguro que merece la pena. Leerlo ha motivado en cierta manera que escribiera esta entrada.
Este es un resumen mío de la sinopsis de película La fuga de Logan de la Wikipedia:
“Es el año 2274, una catástrofe ha diezmado la vida en la Tierra. Algunos sobrevivientes viven en una cúpula gigantesca construida por sus antepasados que los mantiene aislados del mundo exterior. El mantenimiento de la vida está a cargo de computadoras, y los habitantes viven una vida dedicada al ocio y el placer. Para mantener estable el número de habitantes, la reproducción se realiza por clonación, pero la longevidad está limitada a los 30 años de vida. Llegada dicha edad, hay que someterse a una ceremonia semirreligiosa llamada el Carrusel, en la cual hay que lanzarse al vacío de un anfiteatro en el cual se desaparece flotando en el aire. En el Carrusel, existe la esperanza del Renacimiento, una creencia en que si un ciudadano ha obedecido las leyes, se reencarnará en un clon que le sustituye”.
Y si habéis visto la película, ya sabéis lo que en pasa en realidad cuando se sube al Carrusel.
Que se acabó lo que se daba, vaya.
Sí, a veces me da miedo pensar que el mundo del guión pueda ser un poco como La fuga de Logan. Aunque en nuestro caso tengo la impresión de que afortunadamente la edad a la que te suben al “Carrusel” se encuentra alrededor de los 50 años y no de los 30. Claro que no sé si eso me deja muy tranquilo teniendo en cuenta que acabo de superar los 40.
Desasosiega saber que probablemente tienes una fecha de caducidad cercana, y que ni siquiera coincide con la de la jubilación del resto del mundo.
Pensadlo un poco, compañeros de entre 30 y 40 y tantos años (edades que supongo tenéis la mayor parte de los profesionales que me estáis leyendo ahora)… ¿cuántos guionistas en activo de más de esa edad habéis conocido desde que empezasteis en esto? Vale, es cierto que de vez en cuando os cruzáis por ahí con Lola Salvador, o con Manolo Matji, y que el veterano Eduardo Ladrón de Guevara (Cuéntame) puede que sea el guionista de más éxito que hay ahora mismo en España. Y seguro que al menos hay otra decena de nombres similares que os vienen a la cabeza con relativa facilidad. Pero son solo excepciones. Una decena de guionistas. Y nosotros a lo mejor ahora mismo formamos parte no de las decenas… sino de las “centenas”. Esas que pueblan las oficinas de las grandes productoras de televisión pariendo proyecto tras proyecto sin llegar a tener nunca ningún gran éxito que les permita dormirse en los laureles o tener garantizado el sustento hasta su jubilación. Somos currantes.
¿No os parece preocupante que cuando vais a la mayor parte de las productoras apenas haya guionistas de más de 40 años?
Encima, cuando los hay, resulta que casi todos son también productores ejecutivos o llevan a cabo algún otro tipo de trabajo dentro de la productora. No son “solo” guionistas.
Pero la “tropa”, entre la que de momento me encuentro, es joven. Muy joven incluso en algunos casos.
Resulta muy raro ver un equipo formado por guionistas de varias generaciones*. Ocurre, sí. Pero muy poco. Se trata de otra excepción.
Es raro que se valore la experiencia y el oficio. Los productores generalmente dicen preferir la “frescura” (que a veces, no nos engañemos, suele traducirse como escasa resistencia a aceptar un sueldo ínfimo por un trabajo que debería estar mucho mejor pagado y ausencia de confianza en uno mismo para defender tu criterio delante de los jefes; con los años uno se hace respondón y eso nunca gusta).
Según van pasando los años el filtro que todos tenemos que pasar para ganarnos la vida con esto, la oposición sin fin, adquiere forma de embudo… y nosotros nos encontramos en la parte inferior, cerca de la “salida”, luchando por salir, sin saber qué nos espera al otro lado. Pero en el embudo entraron cientos y solo saldrán una decena.
¿Dónde están los demás?
¿Qué ocurre con ellos (con mi “yo” futuro) cuando llegamos a los 50?
¿Nos matan? ¿O solo dejan de llamarnos hasta que de tanto languidecer en casa un día desaparecemos, como les ocurre a los jedis cuando mueren?
¿Existe un cementerio de los elefantes para guionistas?
Si, como me ha pasado a mí, la mayoría no empezamos a ganarnos la vida medianamente bien con esto hasta cerca de la treintena… ¿quiere decir esto que sólo vamos a tener 20 años de vida laboral medio en condiciones?
¿No tendremos más remedio que buscarnos un plan de pensiones? ¿Sino conseguimos ahorrar nos veremos debajo de un puente?
Porque, que se desengañen los jóvenes aspirantes a guionistas, los derechos de autor en la mayor parte de los casos dan para muy poco. Y a este paso, ni ese dinero vamos a poder disfrutar para el 2030.
Y claro, la mayoría somos autónomos, con todo lo que eso conlleva.
¿Tendremos más en común con los chavales que contratan como dependientes en las tiendas de ropa para despedirlos cuando llega la hora de hacerlos fijos de lo que jamás podíamos habernos imaginado?
En un reportaje que leí hace poco en no sé qué periódico, se decía que muchos de ellos habían dejado sus estudios a cambio de un trabajo pensando que iba a tratarse de algo estable, cuando sin embargo era obvio que, si es ya difícil ver un guionista de 50 años en una productora, aún es más raro ver un dependiente de 30 en Zara o en H&M. Pero… ¿por qué piensan ellos que las cosas van a ser diferentes cuando llegue la hora de que les renueven el contrato? ¿Por qué piensan que sus jefes van a hacerles encargados? ¿Son unos ilusos o unos desinformados?
¿No nos pasara en el fondo a nosotros un poco como a ellos?
¿No deberíamos pensar en sacarnos una oposición?
Durante nuestros años de juventud, algunos nos hemos beneficiado de que la mayor parte de los productores viven poseídos por el síndrome de “la piedra filosofal”. No porque la posean (¡ojala!), sino porque siempre esperan encontrarla, que el próximo chaval que pase por sus oficinas se convierta en “su” Amenábar. Pero a cierta edad ya está claro lo que más o menos cabe esperar de ti y de tu carrera. Bueno, en realidad no es cierto que esté todo dicho al cumplir unos años, y la historia de todos los medios está llena de excepciones, pero así es cómo piensan muchos productores. Te han colocado una etiqueta, te han metido en un cajón, y ya te resulta muy difícil salir de él.
Un amigo dice que no es que dejen de llamar a los guionistas, es que ellos se hartan y dejan de coger el teléfono. Pero no me lo creo. No puede haber tantos guionistas que puedan vivir de las rentas, o de sus parejas (aunque haberlos haylos, me temo que no voy a contarme entre ellos).
Tengo otro amigo que dice que no tengo de que preocuparme. Según él, lo que ocurre es otra cosa. Como las televisiones privadas no existen en realidad desde hace tanto tiempo, es imposible que haya legiones de guionistas mayores buscando trabajo porque sencillamente no era tanta la gente que antes de que existieran Tele 5 y compañía se planteara que trabajar como guionista era una opción laboral viable (me refiero a una opción exclusiva, no algo que hacer en tus ratos libres). A lo mejor esos guionistas que yo me imagino desapareciendo en la nada como los jedis en realidad nunca han existido.
Pero no lo tengo claro. Porque el “efecto embudo” no solo se da en la tele.
¿Cuántos conocidos tenemos que han dirigido una sola película y no han tenido oportunidad de dirigir otra por muchos proyectos que hayan movido? ¿Por qué tantos directores españoles hicieron sin saberlo dos películas a la vez, la primera y la última* *, cuando dirigieron su debut? Y no estoy hablando solo de directores que no lograron estrenar o que no hicieron taquilla, sino de gente que ganó Goyas y que rodó éxitos.
No sé…
…¿tendrá todo esto que ver con realmente la edad o será una paranoia mía?
¿Será así como se manifiesta la crisis de los 40 del guionista, pensando en estas cosas?
¿El próximo martes leeré este artículo en la página de Bloguionistas y me sentiré un idiota por haberlo escrito?
¿Cuándo dejarán de llamarme, de acordarse de que existo?
¿Y si no pasa nunca?
¿Encontraré una forma de escapar al Carrusel, como Logan?
Dentro de diez años os lo cuento.
Y estaré encantado de que me demostréis en los comentarios que estoy equivocado y que me estoy preocupando por nada.
*Parece que “Cuéntame” es una de esa excepciones.
** Esto no es mío. Alguien me dijo hace muchos años que se lo escuchó decir a Juanma Bajo Ulloa y se me quedó grabado. Entonces me pareció gracioso. Ahora, no tanto.
De remate (o epílogo, no sé…), una de las canciones más deprimentes de la historia del rock. No os fiéis del ritmo alegre y de los guitarrazos de Brian May. De lo que habla es de la inevitabilidad de la muerte (y de la decadencia de los cuerpos y de la mente). Ya sabéis, todos estamos esperando a que “caiga el martillo…”.
No es paranoia suya, o al menos no creo que lo sea (sintiéndolo mucho), si en Jolivú están teniendo el mismo problema: un grupo de guionistas mayores de CUARENTA (¡40!) le ha sacado 70 millones a la industria, tras acusarla de discriminación por edad.
En The Artful Writer han comentado el asunto, y cómo la industria ha salido ganando con el acuerdo final (la mitad del dinero la ponen los seguros, y al final cada estudio pone una miseria, a cambio de que los guionistas reconozcan que no había discriminación: http://artfulwriter.com/?p=1026 Una ganga, vamos).
Así que siento tocarle las gonadillas, pero parece que algo de eso hay.
Yo lo que me pregunto es cuál de las dos opciones que parecen más razonables es la que se da en la mayoría de los casos (me imagino que habrá de todo, en mayor o menor medida).
Opción uno: vivir bien (para pagarle la universidad a los churumbules y veranear en Benidorm y demás) con un sueldo de guionista es jodido, y la gente según pasan los años se va cansando y lo va dejando por trabajos más lucrativos, ya sea en la industria (producir, dirigir, etc.), o fuera de ella, y al final sólo quedan aquellos a los que les va tan bien que se pueden permitir una buena vida sin buscar un trabajo de persona normal.
Opción dos: los productores dejan de llamar, porque un guionistas de más de 40 le parece viejuno e inútil, y por tanto tiene que buscarse la vida por otro lado, y al final sólo quedan las vacas sagradas con las que el productor sabe que va a sacar dinero.
Es decir, si el guionista se va porque no llegan trabajos mejores (y ya no tiene edad para malvivir con según qué trabajos), o si directamente no le sale nada de nada.
Por algún extraño motivo una opción parece mejor que la otra, cuando en el fondo no son tan distintas…
Bueno,
por fin alguien que verbaliza el terror de los guionistas cuarentones. Sugiero que nos inventemos una leyenda urbana al estilo de los muertos de la comunidad china y la proliferación de restaurantes orientales. ¿Qué comida podrían servir los restaurantes regentados por productores que pudiese prepararse con la carne fofa (de tanto cultivar silla) de guionista madurito? A lo sumo carpaccio por aquello que los cocineros congelan la carne para poder cortarla finita. Carpaccio transparente para no notar el gusto amargo.
Bromas aparte, creo que tu amigo tiene razón. Las privadas no hace tanto tiempo que existen. Y desde Cataluña añado, y las autonómicas tampoco tienen tanta trayectoria, especialmente en dramáticos. Nuestro oficio, en resumidas cuentas, es joven por estos lares. También creo que existen guionistas que al llegar a cierta edad optan a cargos de responsabilidad y dejan de escribir. Como si escribir fuera para jóvenes. Como si escribir sin dirigir equipos no fuese posible, o no fuese digno, a partir de los cuarenta y pico. Pero empieza a haber gente que ha cumplido los cincuenta y allí están, dialogando, escaletando, escribiendo, creando.
Acabo de cumplir cuarenta y a veces sufro tu mismo ataque de pánico “¿Qué será de mi dentro de diez años?”. A los tres segundos lo borro del cerebro. El “dentro de diez años” es necesario construirlo hoy y no precisamente con ataques de nervios. Además, si lo supiésemos no tendría gracia. Seria spoiler.
Un saludo
Bueno
Gracias por el ataque de ansiedad, David Muñoz.
Yo me voy a currar un plan B…
Diosmiodemivida, este es el post del pánico.
Me he visto a mí mismo leyendo este blog en la residencia (que, por cierto, no sé cómo voy a pagar).
Cuando yo entré en este negocio no había televisiones privadas y el cine español era de autor. Lo primero que me llamó la atención de, llamémoslo, exagerando, industria era que todos los directores y guionistas que conocía eran de buena familia, por lo general la oveja negra (el artista) de una familia de posibles. Vamos, que este es un problema que se nos presenta ahora, por primera vez.
No quiero ni pensarlo. Vayan ideando propuestas, porque está claro que vamos a terminar pagando habernos dejado los cuernos trabajando en lo que nos gusta.
Carlos, a ver si algún día me animo y escribo sobre esto de las buenas familias. Cada vez pasa menos, me parece, pero es muy común.
No sé a que viene esta sorpresa… Los 45 se han convertido ya en la edad del carrusel en muchas otras industrias. ¿Por qué iba a ser ésta diferente? Sucederá, sobre todo, en aquellos sectores cuya producción está más “industrializada”, es decir, en la televisión. Para hacer los productos que mayoritariamente buscan las cadenas no hace falta experiencia, solamente aguante, escritura rápida y capacidad para trasladar a la serie lo visto en otras series. Los jóvenes, ahí, no tiene rival. Pero para otro tipo de producciones, más densas, será necesario contar con la experiencia de los veteranos.
Y siempre está el autoempleo o las novelas o convertirse en ghost writers…
Kohonera: las novelas son como los cómics, es cojonudo escribirlas para escribir lo que te apetece, pero lo que es dinero, si no eres Reverte o alguien así, como que no. Se paga menos por una novela que por un capítulo de una serie de tele. Pero mucho menos,.
Y claro que no es una sorpresa lo de los 45. Pero oye, es como la muerte, no pensamos en ella y no nos angustia (normalmente) hasta que te dicen que tienes un cáncer y que te quedan tres meses de vida. Así somos las personas. Y menos mal, porque sino no habría Dios quien lo aguantara.
Ya, pero si no te quieren para la tele algo tendrás que hacer, ¿no?
Yo pienso constantemente en la muerte. De hecho, estoy muerto y te puedo decir que no es para tanto. Lo ves todo con otra perspectiva. Morirse está muy sobrevalorado.
Yo cuando me enteré de lo que pagan por escribir novelas me quedé sin plan b. Quizá un plan de pensiones sea lo mejor. También consideraría ser asesina a sueldo.
¿Por escribir novelas de otro? Si piensas en el plan de pensiones, espero que hayas empezado ya porque no se cosecha si no se siembra primero. Como asesina a sueldo quizás te vaya mejor. Podrías empezar por los guionistas jóvenes… Pero, ojo, que la edad no perdona ni a las atractivas asesinas por encargo y no hay nada más peligroso que un asesino con Alzheimer.
Y seguro que los asesinos a sueldos también son autónomos, no interesa.
Sí, autonomía la menor posible.
Yo creo que lo ideal es ser el mejor en tu profesión y entonces nunca se te pasará el arroz… a los productores no les interesa que un guionista que produce éxitos de taquilla se jubile pronto… es cuestión de números.
Pat
¿Nunca, nunca? El mejor significa ser el único. Es decir, sólo hay futuro para el humilde Pat. ¿Cuál es tu solución para el resto?
David, este post no te ha salido nada alentador. Encima reclamas que te demostremos que te equivocas… te lo demostraría pero es secreto.
Querido Kohonera,
veo que no te resistes a dedicarme siempre unas líneas. ¿Quién ha dicho que ese guionista vaya a ser yo? Espero ser algún día de los mejores, ¿quién no? Y, ¿quién ha dicho que no pueda haber muchos “mejores”?. Yo no voy a proponer soluciones para el resto. Me buscaré soluciones para mi.
Por cierto, Kohonera, te recomiendo que veas The Lovely Bones. Te encantará.
Un saludo,
Pat
Por definición, el/la mejor en un trabajo solo puede ser uno/a. Pero dejémonos de obviedades.
No puedo resistirme: ese ego tuyo me pone… Veré la peli, por supuesto. No puedo negarte nada.
Jajaja, Kohonera, ¡qué tío tan grande eres!
Un fuerte abrazo,
Pat
No consuela nada, peo esto no sólo sucede en nuestra profesión. Es general.
Si quieres llevar el conflicto hasta el final, añade descendencia y una pareja que se dedique a lo mismo que tú.
Cada vez que veas a alguien mayor de cincuenta pidiendo en la calle, algo le das, fijo.
Siendo malo lo que dice el artículo, también lleva implícito que si a los 30 (¿o a los veintialgo?) no has conseguido hacerte un hueco en la industria o tener algo de estabilidad laboral… mejor dejar de intentarlo. Qué deprimente (y que cierto, me temo)
Se puede llegar a guionista profesional después de los treinta. Do fe de ello (aunque a veces yo también pensaba que era imposible).
Brrrrrr… me ha dado un escalofrío tremendo. Fuera malos rollos, ¡fuera!
¿Donde está ese optimismo que todo guionista necesita? ¿en el cajón, con esos proyectos verdaderamente buenos que nunca se produjeron?
Lo que realmente cuenta, creo yo, es el entusiasmo. Y eso sí que se pierde a partir de los cuarenta, sobre todo si la frustración por trabajar en proyectos poco interesantes se ha ido acumulando.
Arriba ese ánimo, hombre.
El otro dia reflexionando justametne sobre este tema acabé concluyendo que al fin y al cabo estaba haciendo lo que siempre habia soñado: vivir una vida bohemia, cambiar de trabajo concreto cada cierto tiempo, tener libertad. Os aseguro que nadies se muere de hambre, tdos vamos a salir adelnte. Disfrutad ahora al fin y al cabo quien os asegura que llegaria a los cincuenta. Optimista, eh? Por cierto el otro dia la madre de un amigo de 59 años aprobó una oposicion para maestra de infantil. Para eso siempre hay tiempo. Un abrazo compadres. Y seguid escribiendo que la tele es necesaria!
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