CUATRO AÑOS CURRANDO

Batman contra Superman. Nunca olvidaré Batman contra Superman. Si no la has visto te preguntarás: “¿Quién gana al final?” La respuesta es: “Tú, por no haber ido a verla”.

En mi caso, sucedió algo extraño durante la proyección. Tenía varias llamadas de un número desconocido, y no, no era de un comercial de Vodafone, (ese número para mí era de todo menos desconocido, de hecho, si me hubiera tomado una pieza de fruta cada vez que me llamaban de Vodafone, llegaría a vivir hasta los 150 años). El teléfono en cuestión era de la productora en la que trabajé e hice el máster. Me dijeron una frase tan bonita que deja a las de Neruda a la altura de la mierda: “Enrique, mañana empiezas a trabajar”. Chúpate esa, Pablito. Pablito Neruda, no Motos, que no me quiero cerrar puertas… Pues bien, el caso es que de esto hace ya casi cuatro años.

Tres preguntas sobrevuelan ahora este blog: “¿Quién es este tío? ¿Por qué cuenta esto aquí? ¿Si como mucha fruta puedo vivir hasta los 150 aunque me hinche a torreznos?” A la primera pregunta, soy Enrique Herrero; a la segunda, porque hace tiempo publiqué en este blog una entrada llamada “Cuatro años en paro”; y a la tercera, teniendo en cuenta lo que me gustan los torreznos, espero que así sea.

Lo de “Cuatro años en paro” fue una mezcla de reivindicación, desahogo y prueba de guion encubierta que nadie me había pedido.

Reivindicación de un tipo de guionista del que no se habla. Se habla mucho del que triunfa y del que quiere empezar a serlo, pero muy poco o nada del que ha demostrado su competencia durante años, y de repente pisa la zamburguesa equivocada, y le resulta imposible llegar de nuevo a ese Laberinto del Chinotauro que es el mundo del guionista profesional (metáfora solo para amantes del humor, del humor amarillo…).

Desahogo porque, desgracias personales aparte, estar en paro para cualquier persona es algo muy duro, pero en el caso de los guionistas hay un topping extra de putada, y es que en internet no se publican ofertas de guionista, no existen agentes de guionistas, y el número de puertas a las que puedes llamar para pedir trabajo es muy limitado. Así que si a ese cóctel le añades tanto tiempo libre como para ver los debates de Intereconomía, pues era o publicar un post en Bloguionistas, o volverme como Michael Douglas (me refiero a su papel en Un día de furia, no a convertirme en un pervertido).

Y prueba de guion encubierta porque todo lo anterior lo conté en clave de humor por si lo veía alguien de la profesión que me pudiera dar trabajo.

¿Funcionó? Pues a medias… El post en cuestión tuvo bastantes visitas y llegó a gente que está fuera del mundillo del guion, y eso hizo que cuñados dijeran cosas del estilo de “córtate el pelo y búscate un trabajo”, (a los que les dediqué otra entrada en éste blog, llamada “Viaje al centro de mi ombligo”). Pero por otro lado, un montón de gente maja me empezó a seguir por Twitter, me dio su ánimo, y me escribieron desde una productora que estaba preparando un programa para un canal, porque al señor que lo iba a presentar le gustaron mis chistecillos (desde aquí muchas gracias a ese señor, al que no he tenido la oportunidad de agradecérselo).

El caso es que me mandaron una prueba de guion que por lo que me dijeron les gustó, pero el programa al final no se llegó a hacer. El programa se iba a llamar “Saber y ganar”, es una lástima que no se llegara a hacer nunca. Evidentemente, esto último era una broma, ni fue esa productora ni ese programa, pero oye, todo por hacer un buen chiste, o incluso por uno malo como ese.

Y ahora viene el momento de la autoayuda. Después de que esa productora me dijera que se cancelaba el proyecto, me enteré sobre la bocina de que en un programa de radio buscaban gente, y ya sea porque llegué tarde, o porque les gustó más otra prueba, o simplemente porque son malas personas y yo no les gusto, (porque yo tengo que gustarle a todo el mundo, al final el mundo es mi película y el resto sois figurantes) no conseguí ese trabajo. Pues una semana después de eso, me consiguieron una entrevista para un programa que sí salió, y estaba todo al 99%. Por lo que sé, le parecí bien a los jefes de guion y de dirección, y de repente, la cadena metió a otra persona. La cadena… Pues días después estaba yo comprando en una tienda de armas para una movida y justo recibí la llamada en la que me decían “Enrique, empiezas mañana”.

A ver, ahora estoy en un dilema, porque lo de las armas me gusta como cierra, pero claro, ya  he contado la verdad de que en realidad me llamaron mientras veía Batman contra Superman y a estas alturas no me apetece cambiar el principio, así que mira, hacemos como si no hubiera pasado nada y tan amigos.

El caso es que si me lees y estás puteada o puteado por estar en el paro, puede que algún día también te llegue esa llamada. Ojo, que también puede que no, que yo no voy en plan “si lo deseas lo consigues fijo”. Anda que no quería ser Camilo Sexto un artista inmortal, y mira como la ha diñado hace nada el pobre… Pero el caso es que hay ocasiones, pocas pero alguna, en las que el golpe que te da la vida no es una hostia bien gorda, es un golpe de suerte, y te llaman para decirte “empiezas mañana”. Por cierto, el programa en el que tenía el 99% de posibilidades de entrar duró solo una emisión y si hubiera empezado no habría tenido la oportunidad de estar en este que me permite decir que llevo (casi) cuatro años con curro.

Bendiciones.

Por Enrique Herrero.

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