FIRMA INVITADA: CÓMO CONSTRUIR HISTORIAS DE AMOR. INTRO: LA QUÍMICA

Por María José Rustarazo.

CASTLE

Soy una loca de las historias de amor.

A base de tragarme Remington Steele, Luz de Luna y todas las comedias de los 90 cuando solo era una mocosa, hoy puedo afirmar con total seguridad que soy una yonki del amor. Como guionista y como espectadora no hay nada que me fascine más. Me pirra un buen melodrama, me engancha una buena tensión sexual no resuelta y me devasta un amor imposible bien contado. Adolescentes y adultas, de ricos o pobres, interraciales. Nombra “romcom” y ahí estoy yo. Fiel a la cita, como un corderillo. Queriendo hacer extensible (y útil) mi locura, he decidido aprovechar mis posts en bloguionistas para adentrarnos en la construcción de la historia de amor: tipologías, funcionamiento, desarrollo… todo. Pero antes de meternos en materia, quería empezar abordando una cuestión básica que se le escapa al guionista y que acaba siendo la base de todo. La química de los actores.

Y podría estar todo el post hablando de Bacall y Bogart y no terminar nunca, pero no lo haré. Porque, en realidad, uno puede acabar conociendo todas las herramientas, los mecanismos y los trucos para escribir buenas tramas amorosas. Puedes ponerte delante del teclado y dejarte llevar a lo Tenesse Williams. Puedes llegar a escribir la nueva “Lo que el viento”… pero de nada sirve si el casting falla. Estás perdido. Del guión a la pantalla hay un salto y ése, por desgracia, no lo damos nosotros. Son los productores, directores y al final los actores de quienes depende. Es ahí cuando la química de tus protagonistas es esencial para que tu historia de amor tenga el único carburante que necesita: verdad, credibilidad… o como quieras llamarlo.

Esto lo americanos lo tienen más que aprendido. Por eso desde hace mucho tienen algo que les salva en ocasiones el pellejo y la taquilla. Son los llamados “chemistry tests”. En realidad la cosa no tiene misterio. Simplemente se detuvieron a pensar algo muy básico. Si mi película (o serie) se basa en la relación y dinámica de sus protagonistas, no tiene sentido hacer un casting por separado. Una vez probadas su capacidades como actor, toca saber si esos dos actores se entienden, dialogan, interactúan… básicamente descubrir si JUNTOS FUNCIONAN. Suelen darse de dos tipos diferentes:

El casting de desconocidos: hay que encontrar nuevas caras pero no voy a correr riesgos. Es lo que piensan los responsables del proyecto que no dudan al usarlo con actores primerizos o desconocidos para el gran público. Las sagas actuales viven de ellos y son fuente del futuro Star System.

El casting apoyado en la “estrella”: Los responsables del proyecto tienden a confiar en una estrella ya consolidada y buscar un partenaire que se amolde a la química de su estrella. Son los más comunes y están casi detrás de todas las series que conocemos.
Conocida la teoría, entremos en la práctica con algunos ejemplos.

Hace poco volví a ver en versión original la “maravillosa” EL DIARIO DE NOA. Prosaica como ella sola, este melodramón va directo al corazón. Sin menospreciar a Nicholas Sparks (o sí, que no es tan buen escritor) al terminar, mientras me secaba las lágrimas, comprendí por qué funcionaba tan bien la película. Son los protagonistas y la química que emanan. Buceando por la red, encontré como fue el proceso de casting y… ¡sorpresa! Hubo chemistry test. Aquí la prueba.

Ahora centrémonos en series y pongamos de ejemplo la nueva Luz de Luna, CASTLE, una serie que basa todo su sentido en la Tensión Sexual No Resuelta de sus protagonistas. Su creador y sus estrellas han contado hasta la saciedad cuál fue el proceso de casting. Nathan Fillion fue contratado como protagonista y tuvo que hacer audiciones con cerca de 200 actrices de Hollywood. De más a menos conocidas. No fue hasta que Stana Katic (una doñanadie en el momento) apareció en escena que las chispas saltaron en la sala de casting. Cuando la cinta de la audición llegó a cadena, la ABC solo les puso un pero: “hay tanta química que parece que van a follar en la siguiente escena”. Dios… que todos los problemas fueran esos. El equipo de guión contuvo la tensión sexual en un ejercicio de estilo y equilibrio soberbio que merece todo un post. Aguantaron 4 temporadas sin liarlos (a ver quién se atreve a hacer eso en España).

Dejando de un lado las historias heterosexuales, me interesa un nuevo piloto en ciernes. Un remake de LA EXTRAÑA PAREJA para la CBS. Ni Lemon ni Matthau, obviamente… que en esta ocasión dejan el listón muy alto a nuestro “Chandler Bing” y a Thomas Lennon (un casi desconocido para el gran público). Esta serie me desconcierta. A priori, huele a chemistry test por todos lados pero… ¿creéis capaz a la estrella de Friends de haber hecho lo mismo que Nathan Fillion? Yo no. Ojalá me equivoque.

Aún así, los chemistry test tampoco es que sean la panacea. La adaptación de las nuevas sagas literarias es un claro ejemplo. Porque me niego a creer que en LOS JUEGOS DEL HAMBRE los hayan tenido muy en cuenta (a pesar de que los hubo. Querían a JLAW y punto). Ahora lo de 50 SOMBRAS SOBRE GREY será otra cosa. Esta saga pseudoerótica promete química a raudales. O al menos lo parece. Si te has mantenido atento al hype de la película, sabrás que ha habido un completo seguimiento del casting por parte de los fans. Y es que aquí si no hay química en esta, mal asunto. De modo que los productores no escatimado en detalles y se dice que para los chemistry test hubo desnudos integrales y segunda base incluida. Crucemos los dedos por que así sea y se acabe notando.

Aún probada la efectividad de los chemistry test, en Hollywood se siguen ignorando en ocasiones. Eso ocurre cuando se tiene estrellones de primer nivel en el reparto que siempre se mantienen al margen de todo casting. Y ahí es una lotería. O tienes la suerte de que funcionen (Pitt y Jolie en Mr o Mrs. Smith) o te meten truños del calibre de THE TOURIST (Jolie y Depp) o KNIGHT AND DAY (Cruise y Díaz).

Esto es algo que se reproduce en España. Puedes tener la suerte de dar con actores como Yon González o Miguel Ángel Silvestre que son seres que emanan sexo por los poros de su piel y a mi modo de ver pueden tener tensión sexual hasta con una escoba pero… aún así, es complicado. El Star System español (televisivo y cinematográfico) no propicia que las cadenas y los productores se planteen hacer chemistry tests. Si eres estrellón, eso de hacer castings está por ver. Y todavía si eres un actor que vende revistas, puedo entender ese ego infladísimo y que los productores vean en eso una garantía de éxito en sus series. Pero quien se mueve en este mundillo conoce decenas de historias de actores se niegan a hacer casting porque “ellos ya han demostrado que son actores”. Lo que hay que oír.

Concluyendo que me enredo: cuando escribes una historia de amor que funciona sobre el papel, no significa que vaya a hacerlo en pantalla. La química no se crea. Está o no está. Es la primera regla que debe afrontar el guionista para curtirse, para no decepcionarse al ver su película en la pantalla (o su serie). La proliferación de chemistry tests podrían hacer más efectivos los esfuerzos de los equipos de desarrollo y evitar cambios innecesarios en la evolución del proyecto (cuantas veces no se han visto series que han cambiado las tensiones sexuales por el camino o se han visto forzados a meter a un tercero antes de tiempo por la falta de química) ¿Qué se puede hacer? Ponerle una velita a maría santísima, rezar porque tu productor y la cadena estén en sintonía y cierren un casting cojonudo. Ah… eso sí, mientras haz que tu trabajo en esa historia de amor lo merezca. Al menos eso es algo que intentaremos atajar con los siguientes post.

Así que, para el próxima día, recordad: lápiz, papel… ah, y una caja de kleenex, por si las moscas. Hablaremos sobre la URST en el guión abordando casos prácticos como Castle (otra vez, sí), Bones y otros clásicos.

3 comentarios en «FIRMA INVITADA: CÓMO CONSTRUIR HISTORIAS DE AMOR. INTRO: LA QUÍMICA»

  1. Um, tema complicao.En el diario de Noah resulta que McAdams y Gosling se enrollaron de verdad. Así que hay veces que ya no es una cuestión de qúmica sino… personal.

    Y a mi Castle no me parece que haya resuelto el tema tan bien. Para mí, en determinados momentos han dado demasiadas vueltas innecesarias hasta que Castle y Beckett terminaron juntos. Ha habido ocasiones en que ambos ya estaban sin pareja que ha resultado muy rídículo. En mi opinión, claro.

    Yo tengo ganas de ver una serie de estas características en que uno de los dos protas se enamore realmente de otra persona que no sea el “partenaire” y haga sufrir al otro de verdad y acabe hacíendole que le aborrezca.

  2. Interesante. Creo que una de las mejores (para mí la mejor llevada) en cuanto a tensión sexual no resuelta es la historia de House y Lisa Cuddy en House M.D.

    Constantine tiene razón en cuanto a lo de Gosling y McAdams, pero ojo, puedes haberte liado o haber salido con alguien y no tener conexión, o no saber mostrarla (una de los grandes y principales motivos de separación).

    Yo creo que no sabría cómo escribir una historia de amor, la verdad. De hecho las que llevo hasta ahora son bastante dramáticas. Lo considero uno de los campos más difíciles, sin duda.

  3. Pues House y Cuddy la resolvieron regular también. Ahí fue cuando le cogí asco a la serie y dejé de verla. Me sentí un poco estafada.

    Mi favorita sigue siendo la de Mulder y Scully, favorita nivel “os perdono todas las trampas, malditos guionistas”. Les perdono incluso el hijo y las tres/cuatro últimas temporadas.

    Por otra parte, me parece que Mario Casas tiene más química por sí solo que Silvestre, a quien encuentro demasiado… ¿Frío?

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