MACHISTAS SIN QUERER

Por David Muñoz

Como ya he comentado aquí en alguna ocasión, desde hace unos años llevo el taller de escritura de guion de largometraje del Máster de guion de ficción en cine y televisión de la Universidad Pontifica de Salamanca.

El taller empieza en octubre y termina en marzo, y, en este momento, casi todos los grupos ya han escrito un argumento que está a punto de poder ser convertido en una escaleta.

Pero de lo que quiero hablar hoy aquí no es exactamente del trabajo que llevamos a cabo en el taller, sino de algo que me tiene un poco preocupado: buena parte de los argumentos que han escrito mis alumnos son muy machistas.

Os prometo que no es una paranoia mía. Lo he comentado con los responsables del máster y también en clase con los propios alumnos. Y tanto unos como otros se han mostrado de acuerdo conmigo. Además, no les pasa solamente a ellos. Lo he visto en todos los talleres de escritura de guiones que he llevado.

Y cuidado, no estoy diciendo que no puedan escribirse guiones machistas, si eso es realmente lo que uno quiere escribir. De hecho, muchos guiones de películas de éxito son tremendamente machistas. Allá cada uno con su forma de ver el mundo y con las historias que quiere contar y cómo quiere contarlas. Mi trabajo en el taller no es impartir ideología ni hacer que mis alumnos sean mejores ciudadanos, sino enseñar a escribir guiones de cine. Además, sería absurdo que alguien como yo, que pese a ser el típico izquierdoso, tiene entre sus guionistas preferidos a gente como David Mamet o John Milius, fuera exigiéndole a los aspirantes a guionista lo que no le pide a los profesionales que admira.

No, lo que me preocupa es que el machismo es involuntario. En la mayor parte de los casos, el guionista (o la guionista) que ha escrito la historia no se da cuenta de que es como es hasta que se lo haces ver. Y aún así, incluso entonces suele costarle aceptarlo.

Estoy convencido de que ninguno de esos guionistas se comportan de forma machista en su día a día, o que por lo menos tratan de no hacerlo. Sin embargo, se ponen a escribir un argumento y toman decisiones que convierten a las mujeres de sus futuras películas en objetos decorativos cuya única función suele ser servir (figurada y literalmente) al macho dominante de la narración. ¡Hasta cuando son ellas las protagonistas!

Para que me entendáis mejor, creo que es mejor que os ponga algunos ejemplos recientes con los que me he encontrado.

-En un mundo al borde del apocalipsis, una mujer de unos veintitantos años decide ir a buscar a su hija, que estaba pasando unos días con su abuela cuando las cosas empezaron a torcerse (imaginaros al padre de “The Road” separado de su hijo); pero como ella está con su padre, y éste no parece muy por la labor de ayudarla en su búsqueda, ella se resigna a no ir a por su hija. Lo extraño es que durante muchas páginas eso no es motivo de conflicto o de tensión, y la protagonista tarda semanas en plantarle cara a su padre. Si un hombre protagonizara esta historia… ¿los guionistas habrían hecho lo mismo? Lo dudo mucho. Seguro que en la página cinco había mandado a la mierda a su padre.

-Una variante de lo mismo: una chica de pueblo quiere ser nadadora, lo que la llevaría a irse a la gran ciudad,  dejando solo a su padre, viudo. Al final, ella renuncia a su sueño para cuidarle. ¿Y ese final es descrito como algo negativo? ¡No! ¡Ella está haciendo lo correcto! Como las hijas pequeñas de antaño, que no se casaban para cuidar de sus padres cuando estos fueran ancianos. ¿Ocurriría eso si “ella” fuera “él”? No creo. Acordaros de “Billy Elliot”, por ejemplo.

Vale, sí, los hombres y mujeres no somos iguales, reaccionamos de forma distinta a los mismos estímulos. Pero también depende de cada mujer y de cada hombre. Afortunadamente, el género no lo es todo. Y lo que estoy valorando no es lo que ocurre en los guiones, sino el punto de vista de los guionistas sobre lo que ocurre. ¿Puede haber hijas sumisas que renuncien a sus sueños o a buscar a su hijo por no contrariar a sus padres? Pues sí. Pero eso no quiere decir que estén haciendo lo correcto. Que su comportamiento sea el ideal, el adecuado.

Ya sin entrar en detalles argumentales, ese machismo también provoca que los personajes masculinos sean siempre quienes conducen la acción, aunque su papel en el guion sea secundario; que ellas sean muy pasivas,  y anden a la espera de que ellos hagan algo que las saque de su estupor; que las mujeres de los guiones no tengan una caracterización tan compleja como las de los hombres (o sea, que no cuenten con virtudes y defectos, sino que valga con decir que son atractivas y, si acaso, simpáticas); o que los guiones estén llenos de mujeres que necesitan hombres que las cuiden, las protejan y las salven, incluso de situaciones en las que cualquier ser humano de más de 11 años sabría manejarse sin demasiados problemas.

Donde yo ya me pierdo es a la hora de tratar de entender por qué pasa todo esto.

¿Es el resultado de años de educación machista? ¿Es culpa de la ficción que consumimos, que nos lleva a imitar patrones de forma inconsciente, a repetir fórmulas que no cuestionamos porque de tan habituales no sabemos ver su significado, lo que implican? ¿Es un tic, un automatismo, o refleja de veras una forma de ver el mundo?

La verdad es que no lo tengo nada claro.

Mis alumnos de Salamanca suelen ser gente inteligente y con talento, y bastante sensibilizada con este tipo de temas. Así que me extrañaría que hubieran comenzado a escribir sus historias con un planteamiento a priori machista. Cosa que, repito, no es algo que me preocupe si se hace de forma consciente, por muy mal que me pueda parecer. Hace poco estuve trabajando en el desarrollo de un proyecto cuyo autor me dejó muy claro desde el principio que la visión de las mujeres que quería dar era muy negativa. Él mismo la calificó como “misógina”. Pero era su prerrogativa como autor. No me quedó otra que respetarla. Y nos entendimos muy bien.

Otra cosa que también pasa es que los guionistas que empiezan suelen ser muy reticentes a incluir historias de amor en sus guiones. Y yo pensaba que se debía a que les parece que de alguna manera esa tramas “rebajan” sus propuestas, como si hablar de amor fuera cosa solo de esas películas comerciales facilonas que desprecian. Pero el otro día un amigo me comentó que podía ser porque el amor, el romance, también es percibido como algo “femenino”. Y me quedé a cuadros. Ni se me había pasado por la cabeza.

En fin… de veras que no sé qué pensar.

Estoy deseando saber cómo lo veis en los comentarios.

46 comentarios en «MACHISTAS SIN QUERER»

  1. Quizá el machismo viene por los sentimientos de hombres y mujeres. Normalmente, un hombre quiere cuidar y una mujer que la cuiden. Pensando en lo que escribes me ha venido a la mente el libro de 50 sombras de Grey. Mientras lo leía mi reflexión era: ¿Christian Grey es machista? ¿Es el hombre ideal? La trilogía muestra el personaje como aquel hombre perfecto que toda mujer querría a su lado, pero es una idea totalmente equivocada. Ninguna mujer que se precie debería enamorarse de un tipo así. Eso sí, seguro que cuando hagan la adaptación al cine, la trilogía será tremendamente machista, y la protagonista será juzgada negativamente cuando dude sobre si estar con él o no. Supongo que el cine es una acción de extremos. Si la mujer quiere ser protegida lo será prescidiendo de su libertad, y si el hombre quiere proteger lo hará a base de bien. El cine será siempre así de machista porque cuando vamos al cine (hablo de nosotras) no queremos ver algo real, queremos dejarnos llevar imaginando cómo se desenvolvería el príncipe azul que nos prometió la Disney en direntes contextos, en diferentes géneros.

    1. ¿Afirmas tranquilamente que las mujeres deseamos ser protegidas y cuidadas por un hombre y te planteas de dónde viene el machismo? Estoy sin palabras. Las únicas mujeres que conozco que desean ser cuidadas como si de niños se tratase son inseguras y dependientes, y esa no es la norma

    2. Vetusta, afirmo que las mujeres deseamos ser protegidas en el cine, que es de lo que trata este post. Generalizo al igual que se generaliza sobre el machismo en pantalla. De todos modos, en la vida real no es inseguridad el que una mujer busque un hombre con el que se sienta segura. Todo depende de lo que tú entiendas por protección y cuidado. Yo no entiendo falta de libertad, sino que cuando tienes un problema la persona a la que quieres esté ahí para cuidarte. No es ser dependiente dejarte ayudar. Pero como repito, estamos hablando de cine, y ese es un mundo de extremos.

    3. Si, hablamos de cine y de televisión y de los modelos que reflejan: ¿cómo esperas que no presenten a personajes femeninos pasivos, débiles y meramente ornamentales si las propias mujeres (algunas) piensan que es lo normal y lo deseable y defienden esa idea del hombre fuerte y protector? ¿Acaso las mujeres no ciudan y protegen a los hombres?

    4. Estás muy equivocada Anabel si piensas que los hombres quieren cuidar y las mujeres ser cuidadas. Más bien es al revés, las mujeres tenemos algo en nosotras que nos hace querer cuidar de todo el mundo, por eso acabamos siendo las enfermeras y mamás de todos. Y los hombres simplemente quieren proteger lo suyo porque eso alimenta su ego: que nadie toque a su hembra, que nadie toque a sus retoños, que nadie toque sus tierras… Generalmente, si miras a tu alrededor lo verás, las mujeres acabamos siendo cuidadas, protegidas, ayudadas, aconsejadas por otras mujeres.

  2. Como muy bien has dicho nuestro trabajo es contar historias. La ideología que subyace en ellas es algo muy subjetivo y no hay que dedicar mucho tiempo a ello. En los dos ejemplos que pones, decir que las decisiones de esas dos mujeres rezuman machismo es aventurado. Ellas posponen o renuncian a sus sueños para cuidar a sus padres. ¿Eso es machista? ¿Por qué? ¿Porque un personaje masculino nunca haría eso? Eso lo dices tú. No sé cómo reaccionaria un hombre ante esa situación. No me lo has contado. ¿Por qué no del mismo modo? Yo también doy talleres, como tú, y un consejo que acostumbro a dar y a menudo convierte las historias en mucho más interesantes es “cámbiale el sexo”. Suele funcionar. En tus ejemplos, la misma historia sería más interesante con hombres. Pero hay que intentar dejar de pensar que cuando escribes una historia con un personaje femenino estás hablando de “las mujeres”. Es un rollo.

    1. No me habré explicado bien, porque en ningún momento he pretendido dar a entender que cuando escribes una historia con un personaje femenino estás hablando así en general de “las mujeres” y tengas la… no sé cómo llamarlo… “responsabilidad” quizá, de retratarlas de una forma correcta, positiva, etc. Todo lo contrario. En mis talleres lo que reivindico es que los personajes femeninos deben ser, tanto para bien como para mal, tan interesantes como los femeninos, y hacer lo que hacen debido a su configuración psicológica particular y su papel en la historia, no de acuerdo a ideas preconcebidas (y antiguas) sobre su género. En los ejemplos que he puesto, la idea es que ambas protagonistas son personajes fuertes, con carácter, que buscan su objetivo con ahínco. Y resulta raro que de vez en cuando tomen decisiones más propias de personajes débiles simplemente porque son mujeres, cuando no hay nada que los justifique en su caracterización. Sería interesante contar la historia de alguien que tiene que vencer la relación de sumisión que tiene con su padre para conseguir su objetivo, incluso aunque al final no lo consiga, pero no van por ahí los tiros. Cuando cito The Road y Billy Elliot es porque son los referentes que los autores de dichos guiones han usado en la clase. La verdad es que justo la semana en que menos tiempo he tenido para escribir la entrada, ha sido cuando he decidido hablar de un tema así de peliagudo, y me da miedo no haberme explicado bien. Pero bueno, espero que por lo menos lo principal se haya entendido.

  3. Me gustaría puntualizar que escribir algo de un determinado modo no significa que uno simpatice con lo expuesto. Puede que en el caso de quien quería plasmar la historia de forma misógina sí lo fuese, pero no tiene que ser así obligatoriamente.

    Y esa separación sexual de los protagonistas, que me parece muy acertada, no me parece exactamente machismo. Y me explico. Es sexista, sin duda, porque diferencia a los machos de las hembras humanas. Ese punto me parece indiscutible. Pero tampoco creo que, técnicamente, esté diciendo que la actitud del hombre sea mejor o más noble. A mí, sinceramente, que para cumplir su sueño, un personaje lo deje directamente todo atrás, porque es muy machote y le da igual todo… me parece desastroso. Las acciones tienen consecuencias, y el personaje debería valorarlas en la medida de lo posible. Esa imagen del hombre como una criatura puramente visceral que quiere hacer algo y no importa su esposa y no importan sus padres y no importa nada… no me parece positiva.

    Lo que sí me parece machismo es lo de que se deba ser el hombre el que maneja la acción. Y me consta que esto es así una vez y otra también. Parece que no se conciba que pueda ser de otra forma. Y dices que incluso cuando la mujer es la protagonista, pero es que no solo eso, sino cuando la mujer es la protagonista y, teóricamente, es una mujer de acción y recursos, resulta que a la hora de la verdad parece necesitar que un hombre le saque las castañas del fuego. Y eso es horrible. No solo por el machismo inherente, que eso podría ser más o menos criticable, pero las opiniones transmitidas no afectan necesariamente a la calidad de la historia; sino porque se rompe de un golpe la credibilidad del personaje. Y mi ejemplo de esto es el de la serie Revenge, donde nos presentan a una capacitadísima para las insidias «de corte» y para la lucha, pero de repente, cuando las cosas se pusieron peliagudas, apareció de la nada su sensei japonés. Un hombre serio, de aspecto noble y fuerte. Mejor combatiente y con más temple, por supuesto. El Hombre. Y me sentí estafado. No pude evitarlo, estafaron a la protagonista y al espectador. Emily no necesitaba que un hombre la salvase. Tenía que no-necesitarlo.

    Comento esto porque parece haber una tendencia a pensar que todo lo que era «el rol tradicional de la mujer» es machismo siempre. Cuando no tiene por qué. Veo una intención machista, desde luego, si la mujer cumple su rol tradicional forzada por la sociedad o por su familia, me parece machista, pero no tiene por qué serlo siempre.

    Y, además, me parece que la entrada imprime un machismo subyacente vestido de otra cosa. Quedarse a ayudar en casa en lugar de irse a cumplir tu sueño de ser el próximo Ian Thorpe, no es negativo. Es triste, es sacrificado, es duro… es dramático. Pero no es no-masculino. Y si lo hace una mujer, no es machista. Es triste, es sacrificado, es duro… es dramático.

    El tema, eso sí, me parece interesantísimo como casi todo lo que ponéis aquí, aunque creo que es la primera vez que respondo a algo.

    Un saludo y gracias por el trabajo de la página. Y por el de fuera de ella, claro :).

  4. Si la historia va de un chico que busca a una chica, que la sigue, que intenta estar con ella a pesar de varias negativas estamos hablando de un héroe romántico.

    Pero si le damos la vuelta y la vemos desde la perspectiva de la chica, ¿no estaríamos hablando de una víctima de acoso?

    Yo también tengo la sensación de que las mujeres suelen ser puro ornamento en gran cantidad de películas, que son muy pocas las que luchan contra lo establecido y emprenden una aventura heroica. Y no me refiero al personaje femenino de cupo, me refiero al personaje principal que lleve la manija de la historia, que mande.

    Ahí está Erin Brockovich, pero también está Jasmin, que espera su destino, su príncipe azul, el hombre que le proporcione (¡ja!) la felicidad.

    1. Un detalle respecto a esto. Me viene a la cabeza respecto a los “insertos” de “Cuando Harry encontró a Sally”, esas cosas de “Desde que la vi supe que iba a ser mi mujer, etc….”. En la vida real el 95% de las veces que alguien piensa eso termina con una orden de alejamiento :-D

  5. Escribir un buen personaje femenino es muy difícil (más si eres hombre, creo yo). Por un lado se puede caer fácilmente en convertirlo en alguien pasivo. Por otro, ir al lado contrario y convertirlo en un tío con faldas también creo que es un error. Comentas, David, un caso de un personaje femenino que sacrifica todo por motivos familiares y lo ves machista. Seguramente sea así. ¿Pero sería Carmela de “Los Soprano” o Meryl Streep en “Los puentes de Madison” personajes machistas? No creo que nadie se lo plantee. Sobre todo en el primer caso. Por otro lado, hay grandes películas que tratan principalmente de la capacidad de sacrificio de las mujeres. Y no por nada, sino simplemente porque eso es lo que han hecho muchas mujeres a lo largo de la historia. Y creo que de hecho, las mejores de ellas lo hacen, aunque no lo parezca a primera vista, de forma crítica. Es decir, todo lo contrario a lo que lo haría una telenovela rancia. Estoy pensando en “Stella Dallas”, de King Vidor, donde una madre se sacrifica por su hija, o “Marruecos”, de Sternberg.
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  6. Una vez pasó por mis manos una excelente obra de teatro. Quise ayudar al autor a llevarla a escena. Contaba la historia de una separación. La mujer le dice un buen día al hombre que ya no le ama y que quiere divorciarse. El hombre no entiende nada pero acaba aceptándolo y se inicia un proceso de separación que parece amistoso. Poco a poco vemos que la mujer maniobra para quedarse con todo: los hijos, la casa, el chalé, el coche… El hombre no está dispuesto a eso, y la situación llega a un punto que, una noche, en medio de una discusión, ella dice que ya está harta. Abre la ventana del patio, se da con la cabeza en el marco, una, dos veces, y empieza a gritar: ¡Socorro. Que me mata!” El hombre solo puede mirarla, ahí, en pijama, estupefacto. Así acaba el primer acto. En el segundo vemos como la policía detiene a ese hombre y cómo el sistema le separa de sus hijos, le quita la casa, pierde los amigos, la familia le rechaza. Lo pierde todo. Es una obra de una gran potencia dramática y todo el mundo estaba de acuerdo en ello, pero nadie quiso hacerla. Era demasiado machista.

    1. Existen casos así, por supuesto.

      El problema es que la exposición detallada de uno de ellos se entiende como un ‘mensaje’, parece que el autor afirma que la mayoría de los casos de maltratos son falsos. Y eso es muy jodido, claro.

      El ‘¿qué ha querido contar el autor?’ es muy, muy jodido.

    2. Álex da en el clavo, creo. Cuando en una ficción tratas un asunto socialmente sensible desde un punto de vista realista siempre se lee como tu visión sobre ese asunto. Ya puedes decir que solo es una historia, que no hablas del maltrato, que no estás haciendo un documental, que no haces estadísticas, que solo escribes la historia de una mujer que es una hija de puta, que eso no significa que todas las mujeres son así, si no solo que ese personaje es así… etc, etc. Es el poder de la ficción. No me gusta. Creo que esa historia debería poder contarse. Pero es evidente que las cosas son así.

  7. Al final es difícil saber la intención moral que hay tras un personaje. La verdad del significado moral, sea buscado o no por el autor, está en manos del que lo ve, de su cosmovisión. Cada cual lo verá a su modo, según su concepción del mundo.

    En ese sentido, puede que pensar que un personaje hace lo que hace porque responde a una lógica social no sea muy favorable a la hora de querer romper con ella. Es decir, leer las historias en base a estereotipos no es sino una manera de perpetuarlos. Cabría preguntar a los autores si el perfil moral de la nadadora responde, según ellos, a una realidad social o la pervierte o responde, como dice David, a un patrón cinematográfico.

    En mi opinión, un error habitual (o una fase natural, según se vea) en el que incurrimos los que empezamos es el de mimetizar aquello que vemos. Los jóvenes somos voraces consumidores de pelis y series, nos fascina el saber hacer de los americanos y queremos beber de ellos para llegar, en efecto, a ser ellos. Lo cual no es malo, pero si peligroso si tendemos a trasladar todos y cada uno de los elementos que suelen dar forma al cine, por ejemplo, de hollywood (roles morales, estructura, atmósfera…). Algunos piensan que el cine es un reflejo de la realidad, y no a la inversa. Yo pienso que no, que el apogeo del cine, su democratización total, coincide con la consolidación de un escenario moral biempensante, y que de allí en adelante el cine se convierte en uná maquina de adoctrinamiento, de perpetuar valores y roles en todos los aspectos de la vida social (familia, trabajo, amor…). En efecto, somos narradores forjados en la escuela ideológica capitalista. Difícil despojarse de todo eso, aún cuando tu cosmovisión lucha contra lo establecido, pues son atavismos que uno hereda e interioriza.

  8. Pues creo que tienes razón. Yo no soy machista (creo o al menos lo pienso de corazón), pero el corto que hice hace una año, tras terminarlo y verlo pensé que me había salido machista sin quererlo…no me lo podía explicar pero ahí estaba.
    El siguiente corto puse a una mujer como protagonista sin pensar en machismos o feminismos…y la mujer, protagonista y heroína (más o menos) muere al final, asesinada…otra vez un tufillo machista. ¿Me lo tengo que hacer mirar? ;-)))

  9. Resumo mi punto de vista: 1.Si las mujeres de tu guión pueden desaparecer y aún así sigues contando la misma historia… eso es machismo. Son objetos decorativos. Como en la nueva de El planeta de los simios o tantas otras.
    2.Si las mujeres de tu guión se comportan de manera que no encaja con su caracterización, sino que toman sus decisiones de acuerdo a no sé qué idea genérica de cómo debe comportarse una mujer… pues igual.
    Luego, si está justificado, que un personaje renuncie a sus sueños puede ser muy poderoso dramáticamente. Pero tiene que estar relacionado con el conflicto del personaje. Con cómo es. Como individuo, no como hombre o mujer. Aún asumiendo que no somos iguales unos y otras.
    Creo. De todos modos es un tema complicado.

  10. Bravo, David. Gracias. Si este post lo hubiera escrito una mujer, probablemente, nos tacharían de feministas histéricas.

  11. Y lo más grave de todo esto es que nosotras, sin darnos cuenta (espero) acabamos cometiendo los mismos errores que guionistas hombres.

  12. En el ejemplo de la protagonista nadadora, creo que al machismo se añade una pulsión de buscar la ejemplaridad sí o sí.

    Ocurre en muchos primeros trabajos (a mí me ocurría, quizá todavía me ocurre): nuestros protagonistas siempre dicen la verdad, siempre toman decisiones trascendentes, siempre son ejemplares. Incluso los villanos son ejemplares, sólo que al revés.

    En este caso, la nadadora renuncia a algo “superficial”, infantil incluso, para entrar en la madurez por la puerta grande, convirtiéndose en la buena hija definitiva.

    Lo cual no quita para que, en efecto, sea machista esa persecución de la ejemplaridad: lo vimos ayer con la polémica tonta del (tonto) anuncio del polvete con el jefe. Parecía que las críticas iban en la misma dirección, señalando un comportamiento poco ejemplar en una mujer.

    1. Sí, esto que defines muy bien como “la pulsión por la ejemplaridad” es algo que también pasa. Yo insisto mucho en que los defectos de nuestros personajes son precisamente los que nos hacen quererles. Pero esta obsesión por los comportamientos ejemplares no solo se da en los proyectos de la gente que empieza, sino en los proyectos de encargo que te llegan. Son muchos los productores que creen (en cine y TV) que el buen protagonista no tiene fisuras morales. Es como si no vieran películas o series. Me llama mucho la atención.

    2. Bueno, yo he sido alumna tuya y esa fue la enseñanza más importante que saqué de tu seminario.

      Pero podemos abundar en ello más aún: en el caso de la discapacidad, sobre todo la D. Intelectual o Psíquica, el personaje ha de ser representado sólo como ángel o como héroe. Objeto de amor y compasión o vencedor de sí mismo. Y lo mismo con las mujeres.

      Respecto del test de Bechdel que comentaban arriba, es muy interesante, pero me parece peligroso por esto mismo: ¿qué hay de machista en los diálogos de Buffy y Willow en la primera temporada de la serie? La mayoría de los cuales giran alrededor no ya de los chicos, sino de dos chicos. Y ha de ser así, porque los personajes femeninos están en esa etapa de desarrollo, y también como contrapunto al resto del universo narrativo de la serie. Etiquetar como negativa una conversación de índole romántica heterosexual me resulta restrictivo porque busca, una vez más, la ejemplaridad.

    3. Al respecto de la “ejemplaridad”, me gusta mucho el debate en torno a “Dexter” en el propio personaje. Yo mantengo la teoría de que, a pesar de que la serie está narrada desde su punto de vista, no es, en absoluto “el bueno”. Y juega con intentar ver hasta donde puedes empatizar con él, cuando está claro que hace cosas aberrantes…

      Bien, este tema resulta chocante, y acordaros que al principio de la serie había gente a la que le resultaba moralmente reprobable. Es decir, interpretaban que, ya que el protagonista es “malo”, la serie hace apología de la maldad…
      Lo cual no deja de ser curioso…

    4. Muy interesante el post y también lo que comenta Ferrero sobre la búsqueda de la ejemplaridad en los primeros guiones.

      Sin embargo, en cuanto a la historia de la nadadora creo que habría que conocer más detalles de cómo se llegó a esa decisión final de quedarse con su padre y renunciar a su sueño.

      Podría ser un final positivo que represente la madurez de la protagonista, pero para llegar hasta él puede que no se haya comportado siempre de manera ejemplarizante.

      Así a bote pronto se me ocurre que, tal vez, podría ocurrir que ella estuviese obsesionada por lograr su sueño hasta niveles enfermizos y que esto le provocase síntomas de enajenación mental, como le ocurre por ejemplo a la protagonista de “Cisne Negro”.

      Otra opción sería que por perseguir su objetivo renuncie a vivir la vida de cualquier otro adolescente normal y esto la lleve a enemistarse con personas cercanas. Incluso puede que durante el segundo acto, en algún momento, ella se comporte de forma cruel con su padre.

      Lo que quiero decir con esto es que, aunque el final trate de ser “positivo” y ejemplarizante, la protagonista no tiene porque serlo, obligatoriamente, durante todo el desarrollo de la película.

      De todas formas, creo que hoy en día estamos en la era de los antihéroes y cada vez se tiende más a evitar los finales felices.

      Un saludo a todos.

  13. Cuando se escribe un guión, y esto lo sabéis vosotr@s mejor que nadie, estás creando un mundo, una realidad. Si tu prota es mujer, se deben seguir la pautas del prota sin pestañear, o sea debe estar todo el tiempo en acción y llevar el peso de la historia. Si hay personajes secundarios o antagónicos que sean mujeres, en muchas pelis sólo hay hombres por todas partes, se deben seguir las pautas de los personajes secundarios y antagónicos. Aquí las reglas básicas de manual, no las saltamos a lo bestia en cuanto hay mujeres de por medio y más si la prota es mujer. Siempre aparece un padre, un hijo, un tío buenorro o un vecino que pasaba por allí, que de repente pasa a tener el peso de la acción en lugar de ella, la prota. Hasta donde yo sé, es el carácter, tu forma de ser, lo que realmente te hace realizar unas cosas y no otras (además de las circunstancias…) y no si eres mujer u hombre. Para eso se crea al personaje. Puedes darle el perfil psicológico que quieras. Su sexo no lo define. Aunque tenga su propio estilo en hacer las cosas, pero las hace.
    Sobre el guionista misógino, está en su derecho por supuesto. Luego que tenga huevos para escribir contra los inválidos, los negros, los maricas, los subnormales, los viejos…y su puta madre.

    1. Yo diría que al personaje sí le define su sexo, pero no solamente; es una de las cosas que le define, y dependiendo del personaje en cuestión, pues tendrá más o menos peso que otras cosas. No sé si me equivoco, pero además creo que por una vez la sociedad va por delante de la ficción en cuanto a los roles femeninos/masculinos. A veces me río con los amigos guionistas, porque mi vida de padre separado con hija (y todo lo que conlleva, en cuanto a relaciones de pareja, etc.) es la de un personaje femenino de una sitcom de los 80. Mi vida no encaja en absoluto con el patrón masculino al uso que maneja la ficción. Y me da que eso es algo que cada vez ocurre más a menudo. Que no soy una excepción. ¿Conversaciones sobre pañales y otros temas relacionados con nuestros hijos en el parque con otros padres? Las que quieras. Y sin que medie ironía alguna. Los hombres, afortunadamente, creo, hace tiempo que estamos dejando de ser lo que éramos.

    1. Respetuosamente, disiento. A mí, en la mayoría de las ocasiones los personajes femeninos de Cameron me recuerdan a lo que decía Carlos Pacheco, (un dibujante de historieta) sobre la imagen de las superheroínas en algunos comics , sobre todo de un guionista en particular, Chris Claremont, no son mujeres reales, son tíos con tetas; saben pelear y beben cerveza y te puedes ir de juerga con ella pero como si fueran amigotes. A las chicas duras de Terminator, Aliens o Avatar solo les falta afeitarse la barba.

    2. Hombre, quizá la soldado Vasquez de Aliens o una Sarah Connor endurecida (recordemos que Linda Hamilton se entrenó con un comando para Terminator 2) pueden pasar por eso que dices. Pero no creo que tenga mucho que ver con el resto de personajes femeninos. Yo por lo menos no me he recostado desnudo en un diván mientras susurraba “sólo con el collar”.

      Es probable que algo tenga que ver con el hecho de que no haya un arquetipo femenino definido y estándar en este tipo de historias y toque seguir trasvasando del masculino. De todas formas necesariamente es un peaje que hay que pagar pues es casi imposible hacer una cinta de accion y violencia sin que emane virilidad.

      Personalmente, pienso que la cosa no está nada clara en el cine porque precisamente tampoco lo está en la vida real. Ahora hay mujeres estibadoras y camioneras y hombres que se depilan las cejas. Tengo que resaltar que me refiero en contextos fundamentales, quintaesenciados, sobre la naturaleza propia de cada sexo pues los arquetipos bien usados describen muy bien la realidad y como digo, la cosa está muy confusa actualmente; y no de términos políticos.

      Existen heroínas de armas tomar que jamás permitirían ser un objeto decorativo para disfrute de lo masculino y de las cuales, sin embargo, dejan que la gesta heroica la tome el hombre pues así lo desean. Y es algo que me he encontrado en varias mujeres. ¿Es esto machista? Pues no lo sé. Este es un adjetivo que sólo utilizaría en momentos concretos y evidentes. Quiero decir que si estoy viendo al sombrero de Hogwarts decir algo así como “Harry Potter, tú a Gryffindor; Ron, te toca Hufflepuff; Hermione, a la puta cocina me cago en mi puta estampa” pues sí, algo machista si que
      puede ser.

      ,

  14. Pingback: Machistas sin querer

  15. Una reflexión muy interesante.

    Por aportar algo, sería interesante analizar también los/as autores/as que, guión tras guión, retratan a un grupo de mujeres excepcionales rodeados de hombres que son unos perfectos capullos.

    ¡Un saludo!

  16. ¿Por qué dais por hecho qeu el espectador varón se identidfica siemper con el personaje varón y la mujer con la mujer? Es perfectamente posible que la fisicamente débil se identifique con el personaje físicamenet débil, o la pobre con el pobre, o la ambiciosa con el audaz, o el padre en apuros con el personaje de la madre en apuros… etc, etc. En el peculiar caso de España, donde hay una ley discriminiatoria para los padres, se da la paradoja de que una película sobre una de madre a la que le quitan un hijo por abusos de la legislación del país, tipo “No sin mi hija” sería únicamente reflejable en la experiencia de un varón, nunca de una mujer, pues en España estas tienen el privilegio que los Talibanes tienen en otros países…
    El sexismo está en creer qeu el sexo nos define por encima de todo lo demás, y en ese sentido el machismo y el femininismo no son mas que variantes del mismo fenómeno del sexismo. Que por otro lado no es en sí mismo un error, como no lo es en sí mismo la tendencia a interpretar que entre dos acontecimientos contiguos hay una relación de causa – efecto, o cualquier otro hábito mental.

  17. He encontrado el blog a través de las noticias pendientes de menéame, y, la verdad, me ha parecido bastante interesante. El comentario que haré lo hago desde fuera, a lo sumo como espectador y como lector, pero nada más.
    Creo que el origen del error que comentas en cuanto a la construcción de personajes se refiere reside en que generalmente, para ahorrar esfuerzo al espectador o por los valores perpetuados, los personajes funcionan generalmente como arquetipos. A una mujer o a un hombre, de edad X y contexto social Y se asocian una serie de valores y posibilidades de acción. Dentro de la verosimilitud esperable en la narración de cualquier historia, estos personajes tienen un margen de actuación relativamente estrecho sin producir extrañamiento.
    Todas las características que otorgamos a los personajes marcan su carácter, desde una ropa determinada hasta un deje particular en la forma de hablar o de moverse. Nada es gratuito. Lamentablemente da la sensación de que los personajes son prefabricados (tipo novela naturalista del siglo XIX: ponemos a este personaje, con estas características, en este contexto y a ver qué pasa; y esa es la historia).
    Ahora bien, la pregunta a plantear en este momento, a mi juicio, es si lo que queremos es producir historias fácilmente reconocibles en las que el espectador se encuentre cómodo rápidamente e identifique a los personajes (el héroe, el antihéroe, la heroína, …) o bien producir historias en las que el personaje que aparezca sea radicalmente nuevo, tan reconocible que su nombre acabe asociándose a toda la estirpe de personajes que venga detrás de él y comparta sus características (un Sosias, un Quijote, un Arlequín, por poner algunos ejemplos).
    Resumiendo: para mí no es un problema de machismo, si no de construcción del universo ficcional. Tal vez el machismo esté en la mirada, como comentaba alguien: que una mujer espere con su padre es esperable. ¿Por qué se queda con su padre? ¿Por qué no lo abandona? Es un personaje de ficción que tendrá que responder a estas preguntas, que tendrá que formularse estas preguntas en voz alta y en función de las respuestas que se dé, se podrá considerar o no machista. Si no plantea ninguna cuestión, ¿cómo va a ser personaje? Se quedará en elemento de cartón piedra que se mueve por el decorado haciendo y deshaciendo.
    Esa es mi opinión.
    Un saludo y enhorabuena por el blog.

  18. Me viene a la cabeza el personaje de Elaine Benes en Seinfeld. Por lo visto, a veces el personaje de Elaine no era tan gracioso como los otros tres personajes masculino. Por que? Porque los guionistas escribian pensando que Elaine era una mujer. Cual fue la solucion? Olvidaos de que Elaine es una mujer. Escribid como si fuese un hombre. Y Elaine se convirtio en una mujer divertidisima.

    Muy interesante el post. Y perdon por las tildes.

    Yo tambien me rayo mucho con esto del machismo, y no se si merece la pena pensar tanto en ello. Empece a escribir un tratamiento para un largometraje, y a mitad de camino, con miedo de que la historia pudiera sonar machista, me plantee cambiar a mi treintañero protagonista, por una treintañera protagonista. Al final, no lo hice. Aunque todavia me ronda la idea por la cabeza.

    1. Me ha pasado. Pero creo que hace mucho que no me pasa. En todo caso, eso es algo que es difícil ver en el propio trabajo. Los cómics que escribo para Francia están protagonizados por mujeres, y trato de que sean personajes tan interesantes como cuando escribo hombres. Pero sí lo consigo o no es algo que no puedo valorar yo. En general, siempre me he sentido un poco ajeno a los “macho”. Me gusta en la obra de otros, pero a mí no me sale. Así que creo que ese no es uno de mis defectos como guionista, pero puedo estar equivocado.

  19. Muy interesante el artículo porque justo ahora que lo leí me sirvió para replantearme una escena, la reescribí y quedó mejor, por cierto mi historia es una excepción a la regla.

  20. Hola, David.
    Es cierto que el asunto es inquietante. A priori, el autor opta por crear una propuesta que simula imitar la realidad (“esto pasa con frecuencia”) o que desea mostrar alternativas que la te conduzcan según su forma de pensar, sentir y actuar. Sin embargo, todo guión es retórico: “imageniza” (no, no está en el DRAE), deleita y persuade porque encierra un mensaje, a veces implícito, que al autor se le escapa. Seamos conscientes, porque el machismo está en el aire.

  21. Conoces esto?
    The Bechdel Test for Women in Movies:
    http://www.youtube.com/watch?v=bLF6sAAMb4s

    Lo que cuentas pasa porque vivimos en una sociedad machista. El machismo es cultura hegemónica. Si no trabajas conscientemente en un enfoque no machista, tendrás un resultado machista. Es triste, ya lo sé. Gracias por compartir estas reflexiones, es importante que estos mensajes se difundan fueran de los foros feministas.

  22. Hay muchos temas interesantes tanto en el post como en los comentarios.
    Yo quisiera aprovechar el momento para salir de mi cueva de análisis de guión y comentaros que la mayoría de los guiones que analizo caen siempre en el mismo defecto que David subraya: Los personajes femeninos no tienen conflicto, muchas veces ni objetivo y son personajes pasivos.
    Las descripciones de los personajes suelen limitarse al aspecto físico, sin que pueda deducirse de la acción dramática un carácter particular ni un personaje con matices.
    Y esto sucede tanto si está escrito por una autora como por un autor. No tiene nada que ver con el género de quien escriba.
    Una cosa es que el argumento en su totalidad pueda considerarse machista. Otra, que no cumpla el test de Bedtchel famoso.
    Estos asuntos me parecen menos importantes que la falta de acción, objetivos y conflictos en los personajes femeninos.
    Un guión cuyos personajes femeninos carezcan de estos aspectos está desaprovechando tremendas fuerzas que van enriquecer la historia.
    Una sociedad puede ser machista pero lo que nadie puede negar es que en esa sociedad las mujeres tienen objetivos y conflictos. Las mujeres actúan.
    Incluso cuando el objetivo de esa mujer sea tan machista como querer seducir a un hombre y vivir de las rentas o dedicar su vida a un hombre sin importarle la suya.
    Hay un mundo detrás de ese objetivo. Hay unas razones y puede haber infinidad de conflictos.
    Y eso es lo que quería decir: atentos, autores, a los personajes femeninos. Dotadlos de conflicto y acción porque, cuando no se hace, el único perjudicado es el propio guión.
    Si vuestro guión tiene personajes-objeto y no os habéis dado cuenta hasta que alguien os lo ha señalado, aceptadlo sin complejos y valorar lo que puede ganar vuestro guión si rascáis más en ese personaje que sólo parece ser una mujer guapa.
    Digo aceptadlo sin complejos porque todos nos vemos en la misma confusión y es un asunto muy complejo.
    Me llama la atención la gente que lo tiene tan claro porque a mí se me hace difícil muchas veces definir qué es machista, qué es hembrista, qué tópicos nos lastran (a tod@s) y cómo librarme de ellos.
    Crecemos en una sociedad en la que hasta hace muy poco, los papeles del hombre y de la mujer estaban definidos de manera injusta incluso desde las instituciones.
    Es innegable que todavía queda un poso. Más o menos grande según la situación.
    Y ya si hablamos de más allá de nuestras fronteras, no digo que no podamos encontrar modelos de sociedad justos, que haberlos, los habrá, pero lo cierto es que la inmensa mayoría de las sociedades tienen mucho camino que recorrer para ser justas e igualitarias.
    No pasa nada, se hace camino al andar. Pero aprenderemos mucho más y más rápido si dejamos los complejos y las culpabilidades a un lado y vamos directamente al tema.
    Termino predicando con el ejemplo y declarándome fan de los personajes femeninos de Tarantino y de David Lynch. Sin complejos, a riesgo de parecer hembrista pero pidiendo vuestra opinión ¿son personajes hembristas? Saludos y mucho ánimo con esas escrituras.

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