EL FUTURO ES DEL QUE SIEMBRA

por Sergio Barrejón.

Hace un par de semanas estuve en casa de un director. Le llamaré R. Acaba de finalizar el rodaje de una película autoproducida, y está buscando socios para financiar la postproducción y la comercialización. Me llamó para enseñarme el montaje de imagen, y proponerme un plan de negocio.

Nos sentamos y vimos la película de R. Estaba bien. Digamos que no va a “sacudir los cimientos del séptimo arte marcando un antes y un después definitivo”, pero está aceptablemente contada, bien interpretada y bien realizada, aunque con algunos problemas tecnológicos derivados de haber filmado con distintas cámaras. Resumiendo, podría ser una buena oportunidad de negocio.

Sin embargo, en mi corta carrera como productor he aprendido a valorar los proyectos no sólo por sus características industriales y estéticas, sino también en función de las características humanas de la gente con la que me asocio. Así que procuré charlar con R. todo el tiempo posible, a ver por dónde respiraba.

Por un lado, saltaba a la vista que a ese premontaje le faltaba trabajo. Había que cortar varias escenas, replantear otras y muy posiblemente filmar una o dos nuevas para cubrir algunos huecos del guión. Quería estar seguro de que R. sería receptivo. Al contrario de lo que piensan esos palurdos que dicen que “para hacer cine sólo necesitas una cámara y un par de actores”, el proceso de rodaje, aunque lleno de riesgos, no suele ser el más trabajoso, ni siquiera el más costoso. En mi experiencia, la postproducción suele ser la verdadera travesía del desierto. Y es facilísimo perder la perspectiva durante el proceso, que dura mucho e implica trabajar con muchos profesionales y muchas máquinas distintas.

Pero no fue de eso de lo que yo quería hablar con R. Yo quería conocerle a él como persona. Así que me entretuve hablando del tiempo -que está loco-, del Rey -que está peor que el tiempo- y naturalmente, de otros directores. La mitad de los directores pasan la mitad de su tiempo hablando del trabajo de otros directores, así que no me costó trabajo tirarle de la lengua.

Hablamos de Carlos Vermut y “Diamond Flash”: la voy a ver dentro de poco en La Casa Encendida, pero vamos, ya me han dicho que hay que verla con manual de instrucciones. Vamos, que no se entiende nada.

Hablamos de Rodrigo Sorogoyen y su recién filmada “Stockholm”: he oído que dio vueltas por todas las productoras y se la estaba comiendo con patatas. Si yo fuera él, habría escrito otro guión, porque total, me han dicho que tampoco es para tanto…

Hablamos de Manuela Moreno y su reciente premio en Medina del Campo: estamos en la dictadura de las tías. ¿Tú has visto ese palmarés? Mejor proyecto: una tía. Mejor corto: una tía. A ti te quitó el Goya una tía, ¿verdad? Pues eso. (Lo dijo así: te QUITÓ el Goya.)

Hablamos de varias cosas más, le seguí la corriente en todo, y me despedí. R. me sugirió que me tomara un par de semanas para pensármelo y le dijera si quería entrar. Ya han pasado un par de semanas. Con este artículo, que estoy seguro que R. estará leyendo, le digo que PASO.

El otro día escribí esto en Twitter:

https://twitter.com/sergiobarrejon/status/192288342434512897
https://twitter.com/sergiobarrejon/status/192288607917187072

Voy a explicar a qué me refería. Coger “una cámara y dos actores” sí es fácil. Hacer una buena película con eso es imposible. Antes, como mínimo, necesitarás un guión. Y uno bueno. Porque sólo un buen guión funcionará basándose sólo en dos actores. Lo sé bien, porque mi primer corto en cine era así y fue un fracaso. Y mi último corto también es así, y no le va nada mal. La diferencia: la que va de un guión flojo (mío) a un guión estupendo (de Natxo López).

Mucha gente cree que escribir un buen guión es fácil: visto desde fuera, sólo consiste en apretar teclas unas cuantas miles de veces. Y sin embargo, ocho de cada diez guiones que leo me dan ganas de arrancarme los ojos y echarlos en la comida del perro. Escribir un buen guión es probablemente el proceso más difícil de todos. Y no hablemos de conseguir el dinero para rodarlo. Y la postproducción muchas veces puede ser más complicada que el guión, la financiación y el rodaje juntos.

Conseguir una cámara y dos actores está tirado. TODO LO DEMÁS es un proceso largo y complejísimo. No me quejo, ojo. Al contrario: comparado con la mina, esto es un camino de rosas. Pero es difícil. La prueba es que casi nadie es capaz de hacerlo. (Al contrario que la mina. Porque si no hay otra manera de ganarse la vida, bajas a la mina, picas donde te dicen, y te pagan. Es durísimo, pero casi cualquiera puede hacerlo. Sin embargo, si no hubiera otra manera de ganarse la vida más que hacer películas, la mayor parte de la población se moriría de hambre. Porque esto no será tan duro, pero es terriblemente complicado. Sobre todo la parte de que te paguen.)

Mi conclusión es que, además de un buen guión, de “una cámara y dos actores”, de una cierta cantidad de dinero, de un montón de tiempo, de una estrategia adecuada, de mucho tesón y mucha suerte y de claridad de ideas para no perder el Norte en el proceso… hace falta rodearse de gente con una buena actitud. Si el proceso ya es duro, y las actuales circunstancias además están muy complicadas, ¿para qué embarcarse en un proyecto con gente que desprende tanta energía negativa?

No me quiero imaginar lo duro que habría sido discutir con R. sobre cada posible cambio de montaje, sobre cada diferencia de criterio. Porque la gente muy crítica con lo ajeno suele ser incapaz de hacer autocrítica. Atacar a todo lo ajeno no es más que inseguridad ante el propio talento. Sólo el que se tiene por mediocre crucifica a alguien brillante.

¿Es tan difícil alegrarse por los éxitos de tus colegas? ¡Se dedican a lo mismo que tú! Podrías aprender mucho de ellos, y hacer grandes amigos. ¿De verdad prefieres mirarles con los ojillos arrugados pensando “por qué él y no yo”?

La experiencia nos enseña que, en circunstancias desesperadas, el hombre común tiende no a ser más solidario, sino aún más miserable y rapiñador. La literatura nos enseña que el ejemplo a seguir no es el del hombre común, sino el del hombre excepcional que es capaz de oponer a las circunstancias desesperadas una actitud noble y generosa.

Alégrate cuando otros ganen premios a los que tú optabas. No te dejes vencer por la frustración. Ya hace más de cien años que Chéjov ridiculizaba aquello de “yo podría haber sido un Dostoievski“. Y es que Dostoievski también escribió mierdas que no llegaron a nada. Ni siquiera los genios pueden ser genios todo el tiempo. Y lo más probable, estadísticamente hablando, es que tú ni siquiera seas un genio.

Sé humilde y trabajador. Sobre todo trabajador. Si trabajas lo suficiente, no tendrás tiempo de ser soberbio, ni de pararte a pensar en lo injusto que es el triunfo ajeno frente al fracaso propio. De hecho, si trabajas lo suficiente, dejarás de ver la vida en términos de fracaso y triunfo. Comprenderás que el triunfo no representa ninguna dispensa: hay que seguir trabajando.

Ayuda a tus colegas. Comparte lo que tienes, difunde lo que sabes. El futuro no es del que cosecha, sino del que siembra.

Y rodéate siempre de gente con actitud constructiva. El talento es necesario, pero no lo es todo. Ideas geniales también las tienen los patanes. La diferencia entre ellos y la gente brillante es la actitud constructiva. La capacidad de desarrollar laboriosamente esas ideas. Y la capacidad de empatizar con la gente que, como tú, se levanta cada mañana dispuesta a hacer el mundo un lugar un poco más entretenido.

No somos cirujanos. Por muy mal que hagamos nuestro trabajo, nadie morirá. Relajémonos. Sonriamos. Seamos amigos.
[twitter-follow screen_name='sergiobarrejon']

[twitter-follow screen_name='bloguionistas']
P.S. Obviamente, R. y su película autoproducida no existen. Jamás se me ocurriría rechazar una propuesta de trabajo a través de un post en un blog. Simplemente, pensé que el texto sería más entretenido con un antagonista y un poco de conflicto. Pero las cosas que R. dice de Vermut, Sorogoyen y Moreno, desgraciadamente, sí están sacadas de conversaciones reales con distintas personas en las últimas semanas. Ay.

22 comentarios en «EL FUTURO ES DEL QUE SIEMBRA»

  1. Completamente de acuerdo. Rodearse de gente con la actitud adecuada es lo que define el éxito o el fracaso de un proyecto. Es asombrosa la facilidad con la que el cinismo se contagia, y si quieres crear algo tienes que ser inmune a él. Esta no es una profesión para cínicos.

    Y coincido también en la travesía del desierto de la postproducción, en especial de las autoproducciones: un mes de rodaje, nueve meses de postproducción. ¡Qué agonía!

  2. Muy chulo, Sergio. Me das mucho que pensar con tu reflexión. Yo soy de las que digo lo que pienso, disparo con críticas, pero siempre pensaba que lo hacía bajo mi libertad de hacerlo como espectadora, intentando salirme del rol “soy del medio, seamos autocomplacientes”. Porque en cierto modo también pecamos un poco de eso. Cuando ves el twitter un estreno de un evento televisivo leo las comidas de “polla” (por decirlo en plan bestia) y pienso, pero si era una caca! y me lanzo a la piscina. Luego me arrepiento, tengo remordimiento, me siento insolidaria, cuando se de sobra lo duro y difícil que es levantar un proyecto. Pero soy de las que admite las críticas, de hecho las pido siempre, y me gusta que pongan verde mi curro si lo merece. Es decir, tienes razón, pero por otro lado, sino buscamos la autocrítica, no crecemos, nos complacemos entre nosotros y se siguen repitiendo los errores. No se si me entiendes.

    En definitiva que es dificilísimo para mi llevar el punto adecuado en mis comentarios. Me pierde mi vehemencia. Pero gracias por hacerme pensar sobre ello. Tengo mucho que aprender.

    1. Como compañeros, comprensivos con el esfuerzo dedicado a crear el proyecto. Como espectadores, no creo que lo difícil que es hacerlo deba ocultar sus carencias, si las tiene.

  3. Sr. Barrejón, muy de acuerdo con usted.

    En esta profesión (supongo que es algo común en el mundo artístico) son legión los que se niegan a ver sus limitaciones y culpan a los demás de su situación, como si se mereciesen la atención y el interés que exigiría montar una conspiración contra ellos.

    Supongo que es comprensible que aquellos que no llegan intenten bajarles el suelo a los que sí lo hacen.

    Seguro que hay gente que ha tenido oportunidades sin merecerlo. Y otra que no las ha tenido a pesar de merecerlas, pero muchos de los que dicen que todo está dado ni siquiera lo han intentado.

    Puede que esto sea una lotería. Entonces, joder, al menos compremos un número.

  4. Está el mercado lleno de eRres y de gente que llama para pedir cooperativa cuando lo que quieren decir es suck my dick ann be my slave. Luego el semen se queda en los cajones o va a los despachos de los amigos a ver si alguno pica. Ummmmm. ¿De verdad quien no llora no mama o se puede hacer mejor?
    Mi consejo es no meter la boca donde puede haber virus y dejar que el mundo se vuelva un matriarcado de mujeres con ovarios y no con pollas (estoy cansada de las mujeres con corbata y sotana). Digámosle a R. que la dictadura es de los mercados y que los mercados no saben de sexo, saben de esclavitud. Querido, te felicito. Yo no podría haberlo contado mejor. Besos. T.

  5. Un gran post, Sergio. También soy de la opinión de que este es un mundo de currantes, no de engreídos. Incluso los mayores genios son unos currantes de tomo y lomo, por eso son genios. Mal asunto cuando alguien te habla de sí mismo como “artista”, ese tiene más peligro que el Rey en el zoo.

    Con respecto a las críticas, opino que hay que ser siempre implacable, siempre, con el trabajo ajeno y con el propio.

  6. ” Y sin embargo, ocho de cada diez guiones que leo me dan ganas de arrancarme los ojos y echarlos en la comida del perro.”

    “Ideas geniales también las tienen los patanes.”

    “Al contrario de lo que piensan esos palurdos que dicen que “para hacer cine sólo necesitas una cámara y un par de actores”, el proceso de rodaje, aunque lleno de riesgos, no suele ser el más trabajoso, ni siquiera el más costoso.”

    “Porque la gente muy crítica con lo ajeno suele ser incapaz de hacer autocrítica. Atacar a todo lo ajeno no es más que inseguridad ante el propio talento. Sólo el que se tiene por mediocre crucifica a alguien brillante.”

    Parece que es usted mismo el tipo de persona con el que no le gustaría trabajar. Con semejante adjetivación (patanes, palurdos, mediocres) debe usted crear un ambiente de trabajo muy agradable.

    Es una suerte saberlo de antemano.

    Buena suerte y relea lo que escribe, Barrejón.

    1. Me ha gustado el post, pero esta respuesta me parece muy lúcida. Aunque seguramente nace de alguien que ya tenía prejuicios contra el autor. Estoy en un bucle de aprobación-desaprobación. Cuando uno se mete a moralista se le puede escapar un tiro por la culata. ¿Me está pasando esto a mí misma justo ahora? Qué complicado es todo.

    2. Que Barrejón escriba posts lanzando improperios no nos dice nada de cómo es trabajar mano a mano o cara a cara con él.

      Y además, ser amable y positivo es importante pero más importante es ser competente.

      ¿Y ser cínico? ¿Por qué no se puede ser cínico en esta profesión? ¿Acaso Billy Wilder no era un cínico? A lo mejor, no tengo muy clara la definición de cínico. Pero para mí ser cínico de vez en cuando está toda una virtud.

    3. Nunca he trabajado con Sergio Barrejón, pero sí hemos compartido unas cuantas horas de charla en sus visitas a Valencia o en eventos profesionales a los que hemos acudido ambos. Y debo decir que, en la corta distancia, gana mucho. Cierto que en los posts, a veces, resulta un tanto desabrido. Pero es un compañero cordial y respetuoso, que escucha con atención las opiniones de los otros. No creo que sea nada traumático trabajar con en el mismo equipo.

  7. Apunte tocacojonero:

    “Al contrario que la mina. Porque si no hay otra manera de ganarse la vida, bajas a la mina, picas donde te dicen, y te pagan. Es durísimo, pero casi cualquiera puede hacerlo. Sin embargo, si no hubiera otra manera de ganarse la vida más que hacer películas, la mayor parte de la población se moriría de hambre. Porque esto no será tan duro, pero es terriblemente complicado. Sobre todo la parte de que te paguen.”

    En un sistema de producción análogo al de una mina casi cualquiera podría hacer películas, no se confunda. Compárelo con un proceso artesanal y verá que es un pelín más complejo.

  8. “Atacar a todo lo ajeno no es más que inseguridad ante el propio talento. Sólo el que se tiene por mediocre crucifica a alguien brillante”. Amigo Sergio: “super me gusta”, +1, mis reverencias, comparto, y plas plas plas…

    Post que debería ser de obligada lectura para TODOS los que deambulamos por el mundillo audiovisual en particular. De lo mejor que has escrito (y no es falso positivismo para que cuentes conmigo en tu próximo proyecto. NO. Seré yo el que cuente contigo).

    Enhorabuena!

  9. Horacio Oliveira da Figueira

    Muy bueno el post. Reconozco que me he enganchado más a leerlo por el “conflicto”. :-D

  10. Pues eso, que “una persona inteligente demuestra ser inteligente al saber que no hay nada mejor que contratar a gente más inteligente que ella”. La brillante frase se le suele atribuir a JFK, pero parece que nunca dijo nada de este jaez. Saludos y ¡bienvenido al mundo real!

  11. Gracias por mantener el engaño de cara al mundo de que yo tuve algo que ver con la buena acogida de “La Media Pena”, estimado Barrejón. El guión no hubiera sido nada sin su buen hacer en la dirección.

    Aplaudo y celebro el post. Nunca estará de más que nos recuerden la necesidad de trabajar, y de una crítica constructiva de la que se pueda mejorar y aprender, en lugar de utilizarla sólo para destruir.

  12. Excelente post. Sólo discrepo en una cosa: A mí me gustó mucho “El paraguas”, más que los otros cortos, (aunque están genial dirigidos), porque es la historia que me resultó más memorable, realmente el mundo puede dividirse en dos tipos de personas, a los que les gusta ir con paraguas y los que prefieren mojarse. Y ese conflicto está en mayor o menor medida en toda pareja emocional (pareja o amigos), y es una situación que reencuentro cada día. Estaba genial plasmada en dos escenas y unas cuantas frases que realmente eran acción. Y además los actores lo hacen genial. Para mí, es el mejor, (PARA MÍ, digo) es mi corto preferido de Barrejón. 

Los comentarios están cerrados.