Por Carlos García Miranda
El pasado jueves se celebró la entrega de premios de la IX edición del Jameson Notodofilmfest en el cine Capitol de Madrid. Una vez más, las entradas estaban contadísimas y solo unos pocos pudieron disfrutar del evento, y del pedo. Allí se sirvió whisky Jameson hasta la madrugada.
Copa en mano, llenaron el patio de butacas un buen puñado de directores nominados, de esos que sueñan con dar el salto al largo. Esos que, a la fuerza, también son guionistas, actores, productores y montadores de sus cortos. También se dejaron ver por allí las viejas glorias del festival: Nacho Vigalondo, Daniel Sánchez Arévalo, Jim-Box, Ángel Pazos y el dos veces ganador Oriol Puig Playa. Luego estaban los que fueron a ejercer de Perez Hilton. Y es que hay muchos que le tienen manía al Notodo; dicen que es un festival para gafapastas listillos, lleno de cortos de humor elevado que los mortales comunes simulan entender para no parecer idiotas. No se equivocan, hay mucho de eso, pero también es cierto que el rey del Box-Office ha sido durante meses Porno, de Pablo Vara, y ese es de humor del tipo cacaculopedopis. Porque el Notodofilmfest facilita a todo el que se lo proponga ser director durante tres minutos, con mejor o peor resultado, y eso bien vale un aplauso.
Las entregas de premios, a no ser que seas la madre del nominado, son un coñazo eterno, aunque esta fue bastante rapidita; los numeritos de cante y baile con los que los presentadores, Antonio Muñoz de Mesa y Celia Vergara, introdujeron cada categoría le dieron un puntito. No hubo discursos eternos ni panfletarios, aunque el palmarés fue tan polémico como en los últimos años (muchos aún están intentado encontrar la genialidad a Cómo está el mundo, Fermín, el ganador elegido por el casi presidente de la Academia Bigas Luna en el 2008).
Freak Independent Film Agency otorgó sus habituales premios a la distribución. Destacaron entre los galardonados dos comedias: Cloe, una historia de amor a primera vista de Manuela Moreno, y Julian, la genial visión de Julian Assange del veterano en el palmarés del festival Raúl Navarro.
El premio Box Office se lo llevó Sí o no, de Isabel Poveda Llanos. El actor protagonista no paró de repartir tarjetas de visita en toda la noche. En cambio su directora no apareció por allí. En los foros del Notodo se rumoreaba que el hombre del manubrio más famoso del festival era en realidad el creador del controvertido corto.
El mejor corto de animación fue ¿Por qué desaparecieron los dinosaurios?, una distopía dirigida por Esaú Drama y Mar Delgado. El Premio del público se lo llevó Llámame Parker de Peris Romano y el Premio Triple Destilación fue para la animación Las batallitas del abuelo, de Néstor Fernández.
Hasta ahí todos quedaron contentos. La polémica llegó cuando Javier Fesser anunció el corto ganador del certamen: Flatmates 3.O de Francesco Marisei. Apenas treinta segundos, un único plano y un par de líneas de diálogo, le sirvieron al italiano para hacerse con los quince mil euros y una beca de un mes para estudiar en la New York Film Academy. El jurado consideró ese reflejo sintético de la generación actual, la de la supuesta sociedad de la comunicación (Las batallitas del abuelo compartía temática), el mejor corto de la convocatoria. Pero para las malas lenguas eso no era un corto cinematográfico, sino una campaña publicitaria de Jazztel. Ambos grupos tiene razón, pero el segundo no parece haberse enterado de que el Notodo ya no es lo que era. Solo hace falta echar un vistazo a los ganadores de los últimas ediciones para comprender que el festival ha cambiado. Ya no busca esos cortos de escuela de cine, simplificados para el formato de distribución de la red. Un notodo ya no es un cortometraje, en el sentido cinematográfico de la palabra. Un notodo es un género en sí mismo.
Sería más correcto decir que soy un veterano en las galas o en las nominaciones. Aparte de eso, gracias chato!
Creo que te olvidas del Premio del Jurado.
“Respira, Perrito”
Gracias Ángela, yo también lo recordé ayer pero me temo que nuestros comments se quedaron “pendientes de moderación” por incluir enlaces.
Evidentemente es un descuido, aunque se agradecería una actualización :)
“dicen que es un festival para gafapastas listillos, lleno de cortos de humor elevado que los mortales comunes simulan entender para no parecer idiotas.”
Yo, al contrario, creo que gran parte de los participantes son gente que no tiene el más mínimo interés en el cine, pero que ante los premios y la facilidad de grabar cualquier chorrada lo intentan. Hay buenos profesionales participando, sí, y gente nueva con talento… pero la mayoría es lumpen que vomita cualquier cosa.
“el Notodofilmfest facilita a todo el que se lo proponga ser director durante tres minutos”
No. Eso lo facilita una cámara. O internet. El Notodo no facilita nada, como mucho sirve como plataforma para que se vean los cortos… entre los propios concursantes, claro.
“Un notodo ya no es un cortometraje, en el sentido cinematográfico de la palabra. Un notodo es un género en sí mismo.”
Pues parece que es un género que premia la tontería hecha en una tarde que cualquier trabajo que demuestre un mínimo talento.
El Notodo nunca fue bueno: han salido grandes cortos (Exprés, Zapatos limpios, Un día con Amenabar, Atracciones) pero por cada uno de ellos hay veinte premios a Flatmates o similares.
Premiar un corto en un concurso tan popular implica una responsabilidad. Implica reconocer que cortos tienen talento detrás, un trabajo, una voluntad que va más allá de ganar el premio. Hay que reconocer cuando esos cortos tienen un valor, no quedarse con los chascarrillos.
Y todo bien aderezado con unas jugosas subvenciones estatales, que siempre ayudan a que no te critiquen por tu gobierno.
Uff, Teddy, Teddy, que pesado eres con el tema de las subvenciones. Si por ti fuera no habría teatro en los institutos ni periódicos en la universidad, porque ya se sabe, siempre se apuntan al carro los más chorras.
Es cierto que el palmarés no es alucinante, más bien pretencioso a la vez que ingenuo, lo que siempre resulta una combinación dolorosa, quizás se salva el de animación si no fuera por el final, y del Llámame Parker si no fuera por la música a lo Garci.
Pero la calidad de lo presentado no invalida la razón de ser de la plataforma. Porque de lo contrario lo único que nos quedaría es Tele5.
Siempre he pensado, Cris, que mantener un sitio como éste que enseña (valiosos) recursos a guionistas al mismo tiempo que se apoyan las subvenciones, es como tener otro blog que diera consejos para ligar mientras sus autores fueran de putas habitualmente.
Je, he de reconocer que de todos tus comentarios éste es el más ingenioso. Pero sigue llevando trampa porque siempre lo mezclas todo. Y es que, como creo que en el fondo lo sabes, pues es como baladí andar explicándote nada porque estoy segura que estás al cabo de la calle. Me da la impresión que tus objeciones responden más a una visión política (sesgada) que administrativa. Vamos, que no te interesa el ‘qué’ sino el ‘cómo’. Y el ‘cómo’ siempre será polémico sea del color que sea el encargado de ejecutarlo, un debate que se nutre a sí mismo, pero que resulta agotador.
Y bueno, supongo que el autor del blog olvidó comentar el premio a premio a mejor película de ficción.
Saludos :)
Blanco, ¿le pides al notodo participantes PROFESIONALES? Esos están trabajando y no tienen tiempo para hacer cortos, ¿no?
Y saber mucho de cine, la “voluntad” y creer que lo de uno es por vocación, no siempre es sinónimo de talento.
Si el notodo facilita el meneo de los cortos, está facilitando mucho. Un largo sin distribuidor ni exhibidor no vale más que para ponérsela a tu madre. Insisto en darles un aplauso.
No me has entendido o no me he explicado bien.
No digo que todos los participantes sean profesionales, ni que se premie la “profesionalidad”, pero sí que se tenga en cuenta que el Notodofilmfest tiene una popularidad que repercute en la fama de los premiados. Lo que no se puede es premiar a chistes sin gracia cuando hay trabajos mejores y no necesariamente profesionales. El jurado debería valorar el conjunto de la obra y no si un sketch les ha hecho gracia, deberían valorar si los autores tienen talento y no si han despachado algo en una tarde con sus amigotes para echarse unas risas.
Premiando a según que cortos, perdemos todos: los cortometrajistas quedan como amateurs sin talento, el festival deja de ser esa plataforma donde antes salían jovenes talentosos y los que seguimos el festival nos lamentamos del penoso criterio que se repite año tras año.
El notodo no tiene ya el mérito de antaño porque hoy en día existen Youtube, Metacafé, Dailymotion, Vimeo además de cincuenta mil concursos online distintos. No se a que viene lo del largo, pero existen largos sin distribuidor ni exhibidor que, curiosamente, lo han visto más gente que la madre del autor. Un ejemplo:
http://www.festivalcineonline.com/
Yo creo que el Notodo es bueno solo ya por servir de plataforma de algunos buenos cortos. Aunque la mayoría de los que se presentan solo sean chistes u ocurrencias, la existencia de unos cuantos notables ya justifica su existencia. Debería haber muchos más festivales como éste.
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