BIBLIOTECA: “HOLLYWOOD ANIMAL”, DE JOE ESZTERHAS

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por Pianista en un Burdel.

Como los lectores habituales recordarán, soy propietario de un Kindle, el libro electrónico de Amazon. Y no me siento culpable. Lo aclaro por si hay algún nostálgico en la sala. Cada vez que escucho a algún gilipollas quejarse de que “estos cacharros serán la muerte del libro de papel”, recuerdo cómo la televisión iba a ser la muerte del cine (hace sesenta años), o cómo el 3D iba a matar el 2D (el año pasado).

Personalmente, no me preocupan lo más mínimo esas visiones apocalípticas. Por lo que a mí respecta, el fin del mundo ya fue, y si algo voy a matar con mi Kindle no va a ser libros, sino impresoras: yo lo uso fundamentalmente para leer guiones y escaletas, ahorrándome kilos de papel, litros de tinta, mucho tiempo… e incluso dinero, como ya les conté en este post.

Pero el otro día, apenas llegado a mis manos mi flamante nuevo Kindle DX, con su conexión 3G gratuita en todo el mundo, decidí que había llegado el momento de comprarme algún libro en Amazon, ya sin necesidad de enchufarme al ordenador: tanto el pago como la entrega del libro se hacen a través del Kindle, sin cables. Concretamente, elegí un libro que ya había buscado en la librería 8 1/2, sin éxito: “Hollywood Animal”, de Joe Eszterhas.

Lamentablemente, no existe traducción al castellano. Al fin y al cabo ¿quién iba a querer leer las memorias del guionista mejor pagado del mundo? ¿A quién le iban a interesar las andanzas de un escritor que llegó a vender una sinopsis de 4 páginas por 4 millones de dólares? ¿Qué importancia tiene que los ejemplares en inglés se hayan agotado en España?

Creo que si algo va a matar al libro en papel no va a ser el Kindle. Va a ser el propio sistema editorial.

Pero hablemos de Hollywood Animal. El libro es fascinantes no ya por los cotilleos (que también), sino por la brutal sinceridad con la que cuenta sus andanzas en Hollywood y su vida en general. Y sobre todo, por la inquietante proyección de su propia vida en sus obras. Siendo guionista de películas como Flashdance, Instinto Básico, Sliver o Showgirls, uno podría pensar que el tipo es un guionista-churrero, un fabricante de cine palomitero sin mayor profundidad.

Craso error. Eszterhas viene a ser algo así como la encarnación del orgullo del guionista. Un tipo que se negó a vivir en Hollywood durante décadas, y que sólo después de veinte años en el negocio pasó una temporada en Malibú… para acabar huyendo a las afueras de Cleveland. Un tipo que le plantó cara a Michael Ovitz, el agente más poderoso de Hollywood. Un tipo que sistemáticamente escribía guiones originales, sin que nadie se los encargase, que se negaba a hacer arreglos en guiones ajenos, aunque estuviesen pagados escandalosamente bien. Un tipo que retó a Sylvester Stallone A PELEAR por haberse atribuido públicamente la escritura del guión de F.I.S.T., el primer guión de Eszterhas. Un tipo que se negaba a hacer cambios en sus guiones. Escribió el guión de Instinto Básico en diez días y se negó a cambiar ni una coma.

Además, si uno analiza sus películas y el momento de su vida en que están escritas, se da cuenta de que muchas de las historias que cuentan sus películas son reflejos oscuros o incluso premoniciones de su propia vida. Hay varias anécdotas en este sentido, pero me quedaré con la más escalofriante. Eszterhas, inmigrante húngaro, escribió en 1988 Music Box, la historia de una abogada de éxito, hija de un inmigrante húngaro, que un buen día se encuentra con que a su padre lo acusan de crímenes de guerra, en la II Guerra Mundial. La abogada se deja la piel defendiendo a su padre… sólo para descubrir que, al final, todas las acusaciones son ciertas.

Dos años después, al padre de Eszterhas le llega una citación de la O.S.I., la oficina que busca y juzga a nazis en los Estados Unidos. Le acusan de graves delitos de antisemitismo durante la II Guerra Mundial. Su padre, el de verdad, es acusado de crímenes de guerra, exactamente como el personaje de su película. Eszterhas tiene que ir a acompañarle a las oficinas del Departamento de Justicia. Y los pensamientos que allí le asaltan son inenarrables. Cito (traducción propia):

Neal Sher, el jefe de la OSI, estaba allí con su mano derecha, Eli Rosenbaum. Yo conocía a esa gente, me había documentado sobre la OSI para Music Box, aunque nunca les había visto en persona ni había hablado con ellos.

Yo admiraba su entrega a la causa, y mientras les miraba, sentado al lado de mi padre […], pensé para mí:

Estoy sentado en la lado equivocado de la mesa.

Y sí. Exactamente como en la película, su padre era culpable. Durante la guerra, había publicado multitud de columnas de opinión en periódicos, e incluso un capítulo entero de un libro, a difamar al pueblo judío; a acusarles, básicamente, de causar todos los males del país; y a justificar cualquier acción que se tomase contra ellos. Y en Hungría se tomaron unas cuantas acciones contra los judíos. Vaya, desde deportarlos a Auschwitz hasta ahogarlos en el río.

Joe Eszterhas empezó a reflexionar sobre su infancia. ¿Cómo era posible que no se hubiera dado cuenta de nada? Empezó a recordar cómo su padre le había inculcado el concepto de que nadie debe ser jamás discriminado por su religión. Recordó cómo su padre criticaba a su madre cada vez que ésta hacía un comentario despreciativo hacia los judíos (ella también había participado en el asunto, y de qué manera, pero para entonces ya estaba muerta). Recordó cómo, en una riña familiar, su madre cortó a su padre diciendo: “yo sé quién eres tú realmente”. Y recordó una frase de su propia película. Una frase que le dicen a la abogada: “tú eres su mejor coartada“.

Yo no soy bilingüe, ni nada parecido. Mi nivel de inglés no es para tirar cohetes. De verdad. Antes de comprarme el libro, hice uso de esa inteligente opción que ofrece Amazon, que es ver un adelanto gratis. Unas 20-30 páginas que me permitían ver si estaba escrito en un inglés sencillo. Y lo está. Si son capaces de leer el blog de John August o el de Ken Levine sin mirar mucho el diccionario, están listos para leer este libro. Y sin tienen Kindle, ni digamos: posando el cursor sobre una palabra, aparece en la parte inferior de la pantalla su definición según el New Oxford American Dictionary. Está en inglés, sí. Pero vaya, nueve de cada diez veces le saca a uno de dudas perfectamente.

La semana que viene les hablaré del libro que me compré inmediatamente después de terminar Hollywood Animal: The Devil’s Guide to Hollywood… de Joe Eszterhas.

17 comentarios en «BIBLIOTECA: “HOLLYWOOD ANIMAL”, DE JOE ESZTERHAS»

  1. Ojalá el kindle y todos esos aparatejos acaben con el libro de papel. Éste, a su vez, acabó con el pergamino, y miles de ovejas, terneras y cabras se lo agradecieron (así pudieron centrarse en darnos chuletas y abrigos). Miles de árboles se lo agradecerán. Lo importante es el contenido, y no el soporte…

    Respecto a lo de Eszterhas (un tanto de capa caída últimamente, ¿no? Por lo menos en el mundo del cine), no tenía ni idea de esa tremenda anécdota. Pinta muy bien el libro y, por el título, aún más el que vas a empezar ahora.

  2. Yo, al contrario, creo que los lectores van a beneficiar al libro como objeto, porque a medio plazo acabarán con el bolsillo: a hacer puñetas las ediciones cutrérrimas que se despedazan al mirarlas, la tinta que se queda en los dedos y las impresiones de libro de texto de cooperativa. Y a la vez, al que como a servidora le guste su buen volumen con su ilustración de portada, y de interior, de buen tamaño y que dure, lo disfrutará a un precio mucho más asequible. Y a vivir.

    Espero no decir una tontería muy grande, pero respecto a lo que introduce del idioma y las escasas posibilidades de encontrarlo en papel, me ha venido a la cabeza la ¿polémica? intermitente del doblaje, que ha regresado. De entrada, yo defiendo el modelo mixto doblaje+VO (una VO accesible y que no dependa de tres salas como mucho), pero nunca he oído protestar a ningún apocalíptico por la dificultad de encontrar obras de referencia traducidas, ni por las trabas que existen para hacerlo, ni por la distribución. Sin embargo, si se toca el doblaje, o una editorial empieza a vender sus libros, estás matando una industria.

  3. Acabo de entrar en el mundo de los lectores de ebooks y estoy encantado. El libro de papel lo dejo ya para aquellos que deseo conservar. El resto, aquellos que uno se compra y que no vuelve a leer nunca más o documentos de trabajo y curiosidades van pasando por el aparatito digital, mucho menos pesado y que te permite llevar 20 libros encima sin sentir.

  4. Yo también me pasé al libro electrónico hace un par de semanas, tengo un papyre 6.1, y como muchos otros, desde entonces leo más que nunca. Eso de llevar tu propia biblioteca en el bolsillo no tiene precio.

  5. yo, como he visto el precio del kindle y no puedo, me he comprado el libro de segunda mano (también es una manera de ahorrar papel y tinta, no?) por 3,25€ (los gastos de envío son 2,25€).
    Estoy deseando leerlo. Muchas gracias por la entrada. Todavía doy gracias por haber encontrado este blog.

    m

    1. es que a mí me hablan de cositas con luces y me ilusiono. Igualmente yo seguiré salvando libros de segunda mano. Si puedes leer en inglés, te puedes hacer una biblioteca alejandrina por cuatro chavos.

      saludos

  6. Pinta muy bien, sí señor. Yo estoy leyendo (también en inglés) “Always looking up”, de Michael J. Fox, donde narra sus experiencias con el Parkinson y el momento en el que decidió abandonar “Sin City”, en la que era el protagonista y uno de los productores ejecutivos, porque no podía más.

    ¿Llegó a leerse “Tales from the script”? Tengo muchas ganas de que llegue a mis manos.

  7. Comprado por Book Depository (gastos de envío gratuitos). Gracias por la recomendación. No espero que esté a la altura de Moteros Tranquilos, Toros Salvejes porque eso es imposible, pero…

  8. Joder, ya me ha picado!!!! Que hago, me compró el kindle y luego el libro? Es que le tengo repelús a las pantallitas que no sean el ordenador.

    Ahora, analizar la industria editorial en una frase tan brillante Pianista, no tiene precio: “Creo que si algo va a matar al libro en papel no va a ser el Kindle. Va a ser el propio sistema editorial.”

  9. Al igual que la radio cuando apareció la TV, creo que el papel sobrevivirá, tanto en prensa como en editorial, simplemente por una cuestión de formato.

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