EL DATO

Por Ángela Armero

Creo que todos los que trabajamos en televisión estamos de acuerdo en algo: el saber que calidad y audiencia no van reñidas. Puede que se emita un producto excepcional y se la pegue, puede que se emita un producto nefando y se la pegue. Puede que algo estupendo triunfe, puede que algo vergonzante rompa los audímetros. Y sin embargo no podemos sustraernos al influjo de los datos. O de “el dato”. En un mundo en el que Belén Esteban demuestra tener el mismo magnetismo que Felipe y Leticia o un evento deportivo de primer nivel, ¿qué significa “conectar con la gente”?

Un buen dato nos alegra, y uno malo o malísimo nos deja de bajón. Supongo que habrá excepciones, igual que no todo el mundo que se sube a un avión fantasea con la posibilidad de que se caiga. Hay muchas y variadas razones para vivir pendientes del share y de los miles de espectadores.

Una de ellas es por supuesto la vanidad y otra, el carácter absoluto de estos datos. Las opiniones (suelen ser benevolentes en nuestro entorno y crueles en los foros) son relativas, pero las cifras son incontestables y directas. Si la audiencia es buena, pensamos que lo hemos hecho bien, cuando lo cierto es que hacerlo bien puede haber influido algo, poco o nada. La promoción, la confianza de la cadena, la oportunidad o moda del producto por supuesto cuentan, al igual que el reparto o la programación.

Todas esas razones se vuelven super importantes cuando algo fracasa. “Apenas promocionaron mi serie”, “A ese actor no lo conoce nadie”, “es una serie demasiado inteligente”, “los Pilares de la Tierra han venido a por mí”, “había fútbol” o “la gente está tomando claras y tintos de verano” son excusas para aplacar nuestra tristeza. Sin embargo, somos tan humanos que casi nunca buscamos razones  fuera de nuestro producto ante un buen dato. “Ese día no había otra cosa”, “Hacía tanto frío que me pareció ver un burro congelado en la esquina”, “Salen muchas tías buenas duchándose juntas” no son razones que se emplean para explicar la situación. Al contrario, se brinda, se celebra y se piensa que somos unos campeones. La lógica de esto podría estar en que las primeras ocasiones abundan mucho más que las segundas. Y que de vez en cuando las palmaditas en el hombro son muy necesarias.

Es un negocio duro. Te pasas meses en una serie, un programa o una tv movie y en cuestion de diez horas el veredicto queda estampado en forma de dígitos. Muchos conocemos la mala noche que se pasa, el pasarse los veinte minutos entre las 08.50 y las 09.10 actualizando histéricamente las webs de tele, el nudo en el estómago ante el fracaso, el llegar al lugar de trabajo con ganas de ser invisible… y por supuesto todos sabemos aparentar que estamos por encima de eso, y a veces hasta nos lo creemos.

Por supuesto, la audiencia repercute en algo tan claro como quedarse en la calle y esa es la razón que más pesa de todas. Plantillas enteras dependen de un dato, vidas, familias, carreras. Algo tan trivial como escoger qué se ve mientras se come desganadamente la cena implica el destino de varios centenares de personas. Es así de crudo. La frase con la que vertele se promociona “lo sabemos todo antes” se convierte a menudo en “lo sabemos todo antes (que tú)”. Muchos de nosotros nos hemos enterado por internet de que nuestra serie o programa del momento se ha ido a la porra. Es una versión laboral y menos novelesca de enterarse de que tu novio está con otra viéndole aparecer en el Sálvame.

Por suerte, también hay días en los que te levantas y la gente te felicita por “el dato”. Ese dato que puede implicar tu valía, tranquilidad respecto el futuro, un bálsamo para tu vanidad, unas copas con los compañeros y un breve intervalo de satisfacción y sentido. Los días de tortas y rosas van y vienen, jugando con nuestros nervios, nuestros sueños y nuestro orgullo. Pero vamos tirando, ya lo hemos aprendido a base de leñazos, sinsabores y de autoconvencernos de que “lo importante es estar en proyectos que a uno le gusten”, afirmación en la que no puedo estar más de acuerdo.

Sin embargo, trabajamos en la televisión, un cacharro que tiene todo el mundo, todo un país que decide, vota, aprueba o condena. Puede que audiencia y calidad no vayan necesariamente de la mano, pero nuestro destino depende de esos datos y tenemos que ir a por la mayoría, a por los dos dígitos, si queremos seguir en esto. Si fuéramos David Simon podríamos decir esto, pero mientras tanto habrá que seguir bailando con el dato.

¿Cómo lo lleváis vosotros?

18 comentarios en «EL DATO»

  1. Pregunto, (desde fuera de la industria y sin saber nada de ella). ¿La Televisión no está demasiado pendiente del ¿cuantos? y descuidando el ¿quienes?. Si yo tengo un anunciante (digamos Rolls Royce (por decir la primer marca no masiva que me viene a la cabeza) ¿no me conviene más un programa que vean 5000 personas posibles compradores que otro que vean 30000 ninguno de los cuales puede o tiene interés en comprarse ese auto?

  2. Aparte de este presente que tan bien describes, Ángela, a mí lo que me preocupa es el futuro incierto del “dato”, que avanza a pasos agigantados hacía otra forma de entender los contenidos. Aprovecho para decir a los que vayáis a Valencia (yo no sé si podré), que afrontéis seriamente este tema, porque creo que nos va concernir de forma directa mucho antes de lo que pensamos.
    La disgregación de la audiencia con la multitud de pseudocanales del TDT ha bajado los niveles terriblemente. Esto hace bajar los ingresos por publicidad y a su vez los presupuestos hasta límites asfixiantes para la producción (sobre todo en ficción). Encima las marcas que no son tontas tratan de ajustar los contenidos hacía un target comercial (como indica Diego), que poco tiene que ver con los totales… Donde quiero llegar, es en hacer especial hincapié en el modo en que afectará los contenidos está tendencia a la baja. Supongo que todo el mundo es muy consciente de cómo se están cubriendo cada vez más, la multitud de horas de los multitud de canales. Programas lo más baratos posibles, que muchas veces se circunscriben a formulas de callejeros o mi cámara y yo. Contenidos sí, pero una cámara que capte algo y punto. Y a ver si logro que alguien se suicide en directo. No por ideología. Por pasta. Una forma de conseguir interés barato.
    En ficción, series con localizaciones limitadísimas y casi sin exteriores…. Luego se atreve la gente a comparar en calidad con las series americanas. La formula americana está sustentada en un mercado potencial más de 6 veces mayor que el nuestro, además de un poder de exportación, por distintos factores, muchas veces más elevado. Sin tener en cuenta el pago por visión. Pero si por aquí que somos gente de la cultura del gratis total, no logramos sacar rentabilidad precisamente a una fórmula similar al pago por visión, se me antoja un futuro no muy lejano donde los guionistas de TV van a ser muchas veces prescindibles. No daré nombres, pero esto ya ha ocurrido en alguna serie con la excusa de buscar frescura en las interpretaciones ¿Por qué? Por el presupuesto asfixiante que impone la cadena.
    Luego está el que debemos pensar que las formulas en cuanto a formato tal y como lo conocemos, a buen seguro que no les queda mucho tiempo. La conjunción entre TV e Internet hasta que sea uno sólo que aparezca por el monitor de casa, es algo prácticamente inevitable. Y entonces se juntaran una serie de factores que cambiaran por completo el significado del “dato”. Supongo que la inquietud y el interés en la gente porque le cuenten historias nunca morirá. Pero las interferencias del negocio van a ir a más, hasta que poco a poco y casi sin quererlo los guionistas nos convirtamos en el mejor de los casos en un publicista más. Habrá que vender, no sólo habrá que crear interés. Quizá siga habiendo gente que quiera que le cuenten historias. Ahora también. Pero cada vez me encuentro más gente a día de hoy que no ve nada de TV. O cine, o series, pero siendo utilizando el aparato como monitor. Yo nunca me he caracterizado por ser Superagorer . Lo mismo soy yo sólo el que lo veo así (aunque sé que no). El problema es que este entorno audiovisual sólo suele preocupar el aquí y ahora. Pero la bajada es empinada y nadie se ha preocupado de comprobar los frenos.
    El “dato”, que es lo que sustenta el modelo actual, está herido de gravedad. Y no veo ningún futuro halagüeño en España para el pago por visión para ficción. Alguien pensará que esto es un problema de las productoras. Pero visto lo visto, me temo que a ellos les da igual el contenido, solo sus cuentas (lo de las cuentas es normal por otra parte). En fin, ya veremos.
    Saludos.

    1. Muy razonado e interesante tu punto de vista y me ha encantado lo de “superagorer”.

      Paradójicamente estamos en la época en la que las series están más imbricadas en las vidas del público (no sólo los guionistas somos unos adictos, sino casi todo el mundo) pero la putada es que no las ven en televisión.

      Está claro que si esta situación se prolonga en el tiempo la inversión en ficción como comentas está abocada a desaparecer. Pero por otro lado, este otoño llegan propuestas audaces y caras como Tierra de Lobos, Hispania y El Barco. Ojalá funcionen y sigan dando sentido a invertir en ficción.

    2. Y alguna más Ángela. Pero por mucho portaviones que construyamos en la actualidad, aunque sean más grandes y mejores, si no hay mar por el que navegar, jodidos vamos. Y creo que el mar se está secando poco a poco. De momento la cosa medio funciona (Águila Roja, según Dani Ecija… dijo que se hacía película, para intentar generar rentabilidad a la serie, porque resultaba deficitaria…). Pero es una cuestión meramente matemática: Donde antes había un 30% de share, ahora hay un 20%. Eso sin contar que las marcas ya se están guiando por el target comercial. Y siguiendo una clara tendencia descendente que va ir a más, en la medida en que esos canales nuevos que existen le quiten a las generalistas (que son prácticamente las únicas que producen ficción) otro poquito al asentarte, más el desembarco de otros canales que están por llegar. Una mierdecilla, por ejemplo el 0,2 cada uno. Pero es que 0,2 x 50 es 10. La lógica dice que no se va a poder mantener el nivel de producción con unos ingresos publicitarios netamente inferiores.
      Y sí, claro que somos adictos. Yo a The wire, The shield, Mad men… ¿Series de calidad? Yo diría que también y ante todo series con presupuestos elevados. En EEUU con televisión por cable y la posibilidad de expansión del DVD en el resto del mundo, funciona. Aunque ya conoceréis el caso de Deadwood también. Pero en España… Primero porque somos más de seis veces menos y segundo por esa cultura del gratis total de la que hablaba. Espero equivocarme, pero de no ser así, si vemos venir la riada, al menos vamos a buscar un tejado en el que subirnos (no sé de qué manera, eso sí)

    3. Pero, siguiendo el simil, siempre tendrá que haber aviones ¿no? Desde luego esto no es lo que era, y el consumidor o espectador se ha disgregado, se ha acabado el tenerlos a todos como una piña enfrente de la TV, a poder controlar de una forma simplista que ven o que dejan de ver, (si es que alguna vez la medición de audiencias ha sido realista), pero lo que no ha cambiado es la necesidad de que existan contenidos, es decir, que los guionistas y en general, productores de ficción o no ficción sigan creando. A mi personalmente me parece fascinante la deriva a la que se enfrenta la producción audiovisual, quizás porque como espectadora no acabo de entender que se produzca una serie como Aguila Roja, muy cara y bastante floja, y encima deficitaria, y creo que es una oportunidad para sacudirse de encima el inmovilismo que suponía un sistema donde dos mas dos eran cuatro, y el target destinado a publicidad estaba definido y controlado. Ahora no se trata ya de tragar lo que te pongan, simplemente puedes elegir, lo que sin duda es infinitamente mucho más interesante.

    4. Vale que en EEUU son muchos más, y venden las series fuera. Pero… ¿en Gran Bretaña? Es un modelo aparentemente más cercano a nosotros, ¿no? ¿No sería más lógico mirar lo que hacen ellos que andar quejándonos siempre de que aquí no podemos hacer Mad Men?

  3. Muy interesante el debate sobre el futuro de la producción y difusión de contenidos que propones.

    Bajo mi punto de vista el futuro traerá una “integración” de los distintos canales y dispositivos de acceso a la información:
    Se simplificará el acceso a los medios, los distintos canales de acceso (tv, internet, móvil) serán símplemente eso, el medio para acceder a los contenidos.

    Se democratizará la producción de contenidos y agregadores de distintas fuentes obtendrán negocio ofreciendo a los clientes una selección en base a sus intereses.

    Ésto permitirá afinar el target y, medir la difusión. Creo que los contenidos serán “objetos” de una base de datos gigante dispobile en Internet y/o sistemas de TV inteligente y que esos contenidos se categorizarán y relacionarán en base a popularidad, modas, gustos personales (algo así como lastfm con la música), etc…

    Los autores cobrarán por publicidad en base a la difusión que tenga su producto y el agregador (léase google, por ejemplo) insertará publicidad en base al contenido.

    Seguramente quieren generen contenidos sean más libres y quienes lo consuman puedan dejar de quejarse de la oferta, es una visión optimista: Se consumirá en el tiempo disponible el ocio que se elija: música, documentales, series, cine, artículos, etc…

    1. Yo creo que esa es casi una ruta natural. Pero hay dos consideraciones siempre desde el punto de vista del contenido, y de ficción por estar donde estamos:
      Primera. Habrá un proceso de adaptación hacía ese futuro, con una fórmula intermedia. No va a ocurrir que un día se acaba la TV y al día siguiente aparece la TV-Internet, o como quieras llamarla. En ese proceso se puede joder el interés que ahora tienen las series españolas, debido al recorte presupuestal ajustado a una audiencia cada vez más baja, que influirá en muchas cosas y ninguna positiva.
      Segunda. Como si de Marty McFl se tratase, nos situamos en ese hipotético futuro. No tengo tan claro la rentabilidad de una serie tal y como la entendemos ahora. De una serie sobre todo en el mercado español. Independientemente de haber un mercado potencial hispano hablante, en el que si funcionamos con un streaming tal y como lo entendemos ahora, puede caber (para eso hay que caer en ello, evidentemente). Lo único que puede de alguna manera salvar esa rentabilidad es algo que estoy advirtiendo últimamente. Me he enterado que Telefónica-Movistar quiere aterrizar en el mundo de los contenidos de ficción. Objetivo… Pues habría que preguntárselo a ellos, pero aparentemente parece un suicidio. A no ser que… quieran hacer contenidos porque quieran hacer paquetes totales, a donde sumar sus paquetes tecnológicos (os vendemos la línea, la emisión, el monitor, etc. sumados a mis contenidos). Un portal. Un imagenio de tercera generación. Dígase Telefónica-Movistar, HBO o Sony.
      Pero eso no sería del todo lo que tú vislumbras como una libertad de elección total de contenidos, sino sus propias apuestas. Lo digo utilizando como base de criterio la rentabilidad, entre otras cosas porque por mucho arte que desprenda cualquier producto, para que alguien se aventure a hacerlo primero debe ser rentable.

    2. Hola Panov, estoy de acuerdo en parte, sobre todo en el tema de la inversión, pero ya en el 2010 se ven 100 millones de vídeos al mes desde dispositivos móviles. Las TV modernas incorporan interfaz para ecceder a Internet y la tendencia de los fabricantes es apostar por esta línea de negocio, a lo que hay que sumar el éxito de las tablets (iPad, etc…) desde las que se consumirá ocio.

      El problema son los contenidos y su calidad, en youtube hay muchos vídeos, pero son, en su gran mayoría (o los de más éxito) vídeos subidos con momentos puntuales de las producciones para televisión o videoclips.

      Actualmente los productores (las televisiones) no se llevan su parte del pastel (youtube inserta publicidad y esta a punto de entrar en rentabilidad), pero si todos los actores llevan su parte (telefónica ya ha lanzado un globo sonda) y las productoras cobran su parte (youtube ha preparado un servicio de tv a través de Internet y está llegando a acuerdos con los productores de contenidos) el modelo puede ser rentable. Más aún cuando un contenido deja de ser efímero como en la tv actual y además se puede consumir en cualquier parte del mundo hispanohablante.

      El problema es similar al que han tenido las discográficas pero con una ventaja: ya se ha legislado y las derechos de autor están mejor defendidos, tanto en youtube como con leyes que van penalizando las descargas ilegales.

      Si las herramientas están listas sólo harán falta contenidos que den sentido a toda la infraestructura, ahora bien, si los contenidos son una mierda, nadie va a utilizarlo.

      Creo que se seguirá invirtiendo porque los usuarios quieren consumir contenidos de calidad y están dispuestos a pagar por ello, incluso aunque no sea así seguirá habiendo un modelo basado en la publicidad que lo puede hacer rentable.

      La otra alternativa es la desaparición de un modelo que haga rentable la producción, o los canales de pago.

    3. Creo que no Alberto, es decir, creo que lo intentarán y lo harán, pero no creo que lo consigan. Las marcas siempre han ido dos pasos detrás de lo que buscan, de ahí la moda del lovemarketing de hace unos años, los coolhunters y, lo más inmediato, el concepto de la innovación abierta. Por eso es tan interesante la difusión de su target y, por tanto, de todo lo que eso lleva aparejado en cuestion de inversiones, incluidas las destinadas a publicidad, lo que está claro afecta al chiringuito que existe actualmente respecto a los medios de comunicación, y por tanto, a los contenidos que se emiten. La buena noticia es que lo que está pasando es una buena noticia, todos salimos ganando, vosotros en creatividad y nosotros en calidad.

  4. Creo haber leído por ahí que en España había 5.000 audímetros.

    ¡Todo depende de lo que ven 5.000 familias! ¿No es demasiado extrapolar? Yo no entiendo nada.

  5. Tiene que quedarle poco a esta medición de audiencias en la que no cuenta lo que vemos por internet por el mero hecho de que lo hacemos sin anuncios tradicionales, ¿no creéis?

    Cuando haya portales “legales” con contenidos a la carta, más o menos variados, con calidad de imagen y rapidez (pocos años, ¿no? Sólo tienen que generalizarse programas tipo “Spotify de vídeo” como los que existen ya) creo que todo mejorará y que todos como usuarios tendremos una o varias suscripciones, aunque haya que pagar algo más que ahora, que sólo pagamos el medio y no los contenidos.

    No creo que lo que dice Alberto peque de “demasiado optimista”. Nadie se imaginaba hace unas décadas los cambios que ha supuesto internet, y creo que para verle más pegas que ventajas a internet sí que habría que ser algo Agorer…

    O sea, que toda la confusión y los problemas están ahí, van a dar guerra, pero me parece un problema de aquí a muy pocos años y que tendrá consecuencias básicamente buenas. No creo que los guionistas podamos solucionarlo, ni tampoco las productoras, como mucho podemos “concienciar” en lo que nos toque a los agentes reales de todo esto, que son las grandes corporaciones internacionales, la gente dedicada no a los contenidos sino a los medios. Lo que va a cambiar de verdad no son tanto los contenidos (¿de verdad alguien duda de que la gente va a seguir queriendo historias?) como la visión empresarial, ¿cómo vendemos esos contenidos de siempre? Yo creo que en estos temas los guionistas “sólo” podemos intentar estar bien informados (para que no nos den excusas que no son, sobre todo), y esperar.

    Últimamente pienso mucho en lo que dice cansadoyconfuso. Hispania y el resto de proyectos de gran presupuesto no tienen que parecerse a Hollywood, vale con que se parezcan a las películas francesas de época, por ejemplo. Y si no podemos hacer The Wire por tema de presupuesto, sí podemos hacer un Yes, minister o un Enano Rojo… O un Yo, Claudio, por no poner sólo comedia.

  6. Siempre nos quedará internet. La tecnología avanza, los hábitos cambian. Puede que dentro de poco el éxito de un contenido no se decida en un una sola emisión, sino por la cantidad de gente que va descubriendo y recomendando las cosas durante el ciclo de vida on-line de la obra.

    Son tiempos inciertos, y la cara positiva de esa incertdumbre es que… nos incita a hacer menos cálculos abstractos y a centranos más en el disfrute inmediato de las entrañables porquerías que escribimos.

  7. Vivimos tiempos difíciles e inciertos, pero no solo para el sector audiovisual. Me temo que crear interés y “vender” el producto vienen a resultar la misma cosa, sólo que ahora, la gran competitividad que ha generado la propia evolución del sector convierte este hecho, en una realidad más incómoda y acuciante.

    “Lo importante es estar en proyectos que a uno le gusten”. Y más importante aún, es mantener ese estatus privilegiado que tan pocos pueden disfrutar. Es lógico que la apuesta entrañe más riesgo que otra profesión más mediocre. Sin duda, el precio a pagar es estar pendiente del “Dato” y de la audiencia.
    No queda otra que conectar con la gente, dejar de verla nuestra enemiga, como si fuera la causa de nuestros males e intentar persuadir a la mayoría, si se quiere seguir en esto. Y si Belen Esteban ha conseguido conectar con el público, los profesionales creativos disponen de mucho más talento y recursos para poder hacerlo.
    Poder seguir trabajando y seguir creando productos para el público. Un público, que legítimamente decide, vota, aprueba o condena. Y no sólo lo hace con un programa de televisión. Un actor o un político corren la misma suerte.

  8. La demanda de historias de calidad persistirá, y se invertirá siempre que haya un modelo de negocio eficaz que haga rentable la inversión.

    La tarta publicitaria con la TDT se está quedando corta.

    Creo que serán positivos cambios en el sistema de distribución. La atemporalidad y democratización de los contenidos puede traer innovación y calidad.

    Podéis echar un vistazo a la página de promoción de Google TV: http://www.google.com/tv/index.html

    Parece que ya están aquí…

    Parece que se

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