Saltar al contenido

DUDO, LUEGO ESCRIBO

por David Muñoz.

Hace unas semanas recibimos este mensaje en el buzón de consultas de Bloguionistas:

Hola,

Hace diez años, cuando tenía veinte, un amigo me convenció de la utilidad de los cursillos impartidos por casas de cultura para ligar (soy de donosti y era un poco pagafantas, que se le va a hacer). Había una buena gama donde elegir, desde repostería caribeña a pintura flamenca, pero me quedé con uno de iniciación al guión. No ligue nada pero me entró el gusanillo de contar historias.

Al cabo del tiempo tuve la suerte de poder crear y trabajar en una serie que nadie vio pero que tenía su punto.

Hace tiempo que he escrito mis primeras mil páginas pero soy consciente que todavía me queda mucho por pulir.

Tengo escritos cuatro guiones de largo, uno de ellos finalista en un concurso. También he escrito muchos cortos y alguno ha sido realizado obteniendo una veintena de premios.

Resumiendo, no me ha ido mal pero tampoco bien (últimamente pago el alquiler gracias a currar en una guardería), ya no me considero un principiante pero desde luego no soy un veterano, tampoco soy viejo ni joven… Me siento en tierra de nadie y lo que es peor, he perdido mucha de la ilusión que tenía.

Y aquí va la pregunta (perdón por la chapa): ¿Cuándo es el momento de arrojar la toalla?

Ya llevo diez años intentando conseguir mi objetivo: escribir en pijama, es decir, escribir guiones desde el calor de mi casa. Una vez lo conseguí pero no duró mucho tiempo pues la serie no llegó ni a emitirse.

Alguien me dijo que los guionistas compramos tiempo para escribir nuestra siguiente historia. A mi se me está terminando ese tiempo. Lo malo es que soy como el burro del cuento, el de la zanahoria, que ha probado su sabor y que por muchos palos que sufra sigue caminando. ¿Pero hasta cuándo?

Gracias por vuestro tiempo

Un saludo

A.

Hola A.,

Me gustaría poder responder tu pregunta de forma categórica, dándote un plazo por Ej. (“¡Si a los 30 años no has conseguido que se ruede uno de tus guiones de cine, ha llegado la hora de abandonar!”*), porque tengo la impresión de que eso te daría cierta tranquilidad, tanto para atreverte a dejarlo como para decidirte a seguir intentándolo. Pero me temo que las cosas nunca son tan sencillas. Y mucho menos cuando estamos hablando de un trabajo tan impredecible como el nuestro.

En realidad, tú eres el único que puede responder correctamente la pregunta que formulas. Y quizá ya conoces la respuesta. Otra cosa es que estés dispuesto a obrar en consecuencia.

Se trata de un proceso emocional, no racional. Cuando uno se gana la vida realizando un trabajo, aunque odie ir a la oficina todos los días no tiene más remedio que hacerlo, pero en tu caso, si te apetece lo haces, o si no, no. Es así de sencillo.

La pregunta sería: dadas tus circunstancias actuales (que solo conoces tú)…  ¿te apetece escribir otro guión o no?

¿Cuál es la respuesta?

Y la edad no me parece un factor que debas tener en cuenta para responder “sí” o “no”. Eres muy joven. 30 años no es nada.  Si los aspirantes a escritores abandonaran al llegar a esa edad, prácticamente no se publicarían libros.

Pero a lo mejor no sabes qué responder. A lo mejor realmente estás hecho un lío y no sabes lo que quieres.

Desde mi punto de vista, el momento de “arrojar la toalla” es nunca o ahora mismo, dependiendo de varios factores.

Dices que has perdido la ilusión, pero al mismo tiempo, si has escrito este mail, supongo que sigues deseando profesionalizarte como guionista (o sea, lograr vivir de ello).

Si aún disfrutas inventando historias y sentándote a escribir delante del ordenador a transformarlas en guiones, debes seguir tratando de abrirte hueco en la industria. ¿Por qué no? ¿Qué tienes que perder? Otros dedican su tiempo libre a aficiones mucho más absurdas. ¿Por qué no escribirse un tratamiento de un guión en vez de… yo qué sé… irse a esquiar todos los fines de semana o montar una ciudad de cartón en el sótano de tu casa?

Eso siempre que tu vida te lo permita y no te veas obligado a renunciar a algo más importante para hacerlo.

Los edificios de cartón del dibujante Seth. Comenzó a construirlos para pasar el rato y terminaron en un museo.

Por otra parte, no te ha ido tan mal. Has trabajado en televisión y has rodado un corto que ha sido premiado.

No me parece que estés tan lejos de conseguir lo que anhelas.

¿De qué depende que lo logres?

Pues, básicamente, de que sigas trabajando y de que tengas un golpe de suerte.

Resulta duro aceptarlo. A todos nos gustaría creer que podemos controlar nuestro propio destino o que hemos conseguido nuestros objetivos solo porque nos lo hemos currado. Pero la suerte juega un papel muy importante a la hora de determinar por dónde va a discurrir nuestra vida. Tanto la personal como la laboral. Que sí, que la suerte hay que buscarla (escribiendo sin parar un proyecto tras otro), y te tiene que pillar preparado (con oficio si por Ej. te surge la oportunidad de hacer una prueba para una serie), pero sin ella no hay nada que hacer.

Un día, conoces a un productor que se interesa por ti para integrarte en el equipo de una serie; otro, un director decide que puede interesarle dirigir esa sinopsis que has escrito. Y si la serie o la película van bien (o al menos tienen cierta repercusión) ya tienes el inicio de una carrera.

Y ese golpe de suerte, gracias al que nos hemos profesionalizado todos los guionistas que vivimos de esto, puede llegar hoy, mañana o nunca.

Hace unos días, en su discurso de aceptación del Premio Nobel, Mario Vargas Llosa habló de su golpe de suerte: venir a España y conocer a su agente. También mencionó a todos esos escritores de talento que al no haber mediado ese golpe de suerte, abandonaron  vencidos por la desesperanza, o que han seguido trabajando sin que nadie les presté la más mínima atención. He leído por ahí que hubo a quien esa mención le pareció un arranque de falsa modestia por parte de Vargas Llosa (quizá son de esos ingenuos qué creen que el talento siempre encuentra recompensa). Pero yo estoy convencido de que era totalmente sincero y de que habló con el corazón en la mano.  Ya seas un escritor con Nobel o un modesto guionista como yo, sabes que habría sido muy fácil quedarse por el camino.

Entonces… ¿cuándo dejar de esperar que llegue el golpe de suerte?

Pues cuando no te compense emocionalmente, como he dicho antes. Cuando seguir moviendo proyectos (y moviéndote tú) te haga más infeliz que feliz. Todos necesitamos una recompensa de algún tipo para continuar haciendo algo que requiere un gran esfuerzo (y escribir guiones cuesta mucho). Sin esa recompensa, es imposible seguir adelante.

De todas maneras, me gustaría comentar algo en lo que me ha hecho pensar tu pregunta.

Muchas veces me da la impresión, sobre todo cuando doy clase, de que hay ciertas cosas que se da por hecho que ocurren automáticamente cuando se piensa en profesionalizarse en esto del guión. Como por Ej. que dejas de preocuparte por todos estos temas.

Pero la realidad es que nunca dejas de pensar en ellos.

Sobre todo, porque salvo casos muy contados, casi nunca “lo consigues” del todo. A poco que lleves en esto, te das cuenta de que es muy fácil perder de un día para otro todo lo que has conseguido tras años de esfuerzo. Lo digo a menudo en mis clases en tono de broma para no deprimir a mis alumnos, pero en el fondo de broma tiene más bien poco: si eres guionista, tu tercer apellido es incertidumbre, y el cuarto, fracaso.

Hay que fracasar mucho (pero mucho), para conseguir un éxito. Y por éxito no entiendo hacer una gran taquilla o conseguir una audiencia masiva, sino lograr que lo que escribes se haga. Yo he sido contratado veintitantas veces para escribir guiones de largo, por Ej., y solo tengo cinco películas. Por el resto de los guiones cobré (no todo lo pactado y no siempre), de manera que no puedo quejarme mucho. Pero eso no quiere decir que no me haya pasado meses y meses al borde de la depresión al darme cuenta de que otro guión en el que había estado trabajando tanto tiempo iba a quedarse también en el cajón.

Sé que visto “desde fuera” no parece así, pero es raro el guionista profesional que no siente que vive con una espada de Damocles flotando continuamente por encima de su cabeza. Las productoras cierran, las cadenas cancelan las series de un día para otro, el proyecto de cine que salía “seguro” deja de salir en unas horas, el dinero con el que contabas para sobrevivir los próximos meses nunca llega…

Luego, salvo que estés a sueldo en una productora tipo Globomedia, lo normal es compatibilizar la escritura de guiones con otros trabajos. En mi caso, además de haber ejercido como periodista hace ya muchos años y más recientemente, de realizar sketches y dirigir un programa en Paramount Comedy, ahora mismo me gano la vida también dando clases de guión. Disfruto muchísimo con ello, así que no me  agobia tener que hacerlo. De hecho, es algo que no quiero dejar nunca, por mucho trabajo de guionista que tenga. Lo importante es que hay que tener claro que muchas veces para ser guionista y llegar a fin de mes, es importante no ser solo guionista.

Y las dudas siempre están ahí: ¿Valdré realmente para esto? ¿Por qué no he encajado en esta serie? ¿Qué es lo que hice mal para que la cadena no decidiera producir el guión del largo que llevábamos desarrollando con ellos dos años…? ¿Por qué no me saco una oposición y dejo de sufrir de una vez?

Así estamos casi todos de desquiciados.

En fin, A. Espero que algo en toda esta perorata te resulte útil. Yo me he sentido muy identificado con tus preocupaciones. Han sido las mías en muchas ocasiones, y estoy seguro de que tarde o temprano volverán a serlo.

Mucha suerte.

*Esa fue la regla que me puse yo por Ej. Y lo conseguí por los pelos. Ahora creo que aunque no lo hubiera logrado, no habría dejado de escribir. Disfrutaba demasiado con ello y soy bastante cabezón.

26 comentarios en «DUDO, LUEGO ESCRIBO»

  1. La vida misma, David. Me he sentido identificadísima con lo que comentas y con las razones que aduces para seguir o tirar la toalla. Bravo.

  2. Hola A., David y guionistas,

    Como comenté en mis recientes intervenciones en otro blog de “Bloguionistas” tuve la suerte de descubrirlos hace poco, y con esta entrada, celebro aún más el hecho de que esto haya sido así.

    Hoy justamente estaba pensando en que el camino más corto entre dos puntos no siempre es una línea recta, al menos en la vida de gente como nosotros que se quiere dedicar a escribir guiones… Esta reflexión suena un poco a taoísmo, pero al igual que A. y mucha otra gente que queremos dedicarnos vivir de esto, lo sentimos en carne propia. Me parecen bastante acertadas las reflexiones de David, creo que lo que nos pasa es parte del camino que debemos transitar (¡otra vez Lao Tse!), que no sólo nos implica a nosotros, sino también a nuestro entorno, ya que mucha gente que no pertenece al mundo audiovisual es incapaz de entenderlo. Pero yo A., me he visto y me veo en tu situación muy a menudo, como seguramente lo harán muchos otros guionistas o aspirantes a guionistas…

    Yo personalmente, a nivel profesional no siempre he tenido la suerte de trabajar en algo, al menos, relacionado con esto, pero seguí y sigo adelante porque considero que estoy en “el camino”.
    Es posible que nos presentemos a una oposición y consigamos algún trabajo de funcionarios, pero les puedo asegurar que si lo que queremos hacer lo llevamos realmente dentro, siempre sabremos que nos estamos engañando a nosotros mismos y seremos profesionalmente infelices.

    Yo A. (y resto de guionistas) les recomiendo seguir adelante, aunque tengan que hacer pausas laborales en sus vidas.

    Christian Tasso

  3. Hay una historia, una peli, no recuerdo de quién, de una pareja que tiene el proyecto de ir a pasar un par de años a Africa dedicados a un proyecto solidario. Todos sus amigos, su familia, sus compañeros de trabajo lo saben y les admiran. Pero a última hora el proyecto se suspende. Deciden quedarse encerrados en casa durante esos dos años y simular que, efectivamente, han ido allí y están haciendo el bien en la sabana. No podían decepcionar a todo el mundo.
    A veces hay que ser más valiente para dejarlo que para continuar con ello.

    1. Muy bueno Jordi… tienes razón. También yo había elegido la profesión de mi vida para la que estudié, master incluido y rematé con dos convocatorias a unas oposiciones que aprobé hasta el cuarto, idiomas, donde inevitablemente suspendí en francés porque los de Pau parecen Moliere a mi lado. A pesar de que el presidente del Tribunal me aseguró que eran mias en la 3ª una vez mejorará mi nivel de frances, por circunstancias personales tuve que dejarlo todo. Cuando quise retomarlo por puertas trasera ya no puede por circunstancias que darían para una serie neorrealista. Durante mucho tiempo me amargue, me sentía incluso avergonzada y disimulaba todo lo que podía. Hasta que a los 30 precisamente me di cuenta que no tenía sentido seguir con esa paranoia y la clasifiqué como “primera parte de mi vida” y me fui por otro lado. La sensación de fracaso es odiosa, pero en realidad es peor el autoengaño. Que desde luego no digo que sea tu caso porque no parece que vayas tan mal enfocado, pero estoy con Jordi que a veces nos dejamos llevar por el romanticismo de una idea y la obsesión y es más dificil tirar la toalla que seguir echando arena al mar.

      Pero oye, no te lo tomes como una invitación a tirar la toalla ¿eh?, tan solo como una reflexión sobre que tirar la toalla no es el fin del mundo.

  4. Pingback: Tweets that mention DUDO, LUEGO ESCRIBO « Bloguionistas -- Topsy.com

  5. Creo que no sabéis (bueno, sí lo sabéis) lo bueno que es para muchos de nosotros leer que otros dudan igualito que nosotros.

    El año pasado no paré de escribir. No sólo proyectos personales sino por encargo. Cobré 200 euros en total, y dudo mucho que vaya a cobrar el resto. Hice por lo menos dos entrevistas; entré en cuatro proyectos de los que al final se materializaron dos, uno de los cuales lleva en el aire desde septiembre de 2009 y ahí sigue. Otro iba a ser la releche, no encontramos más guionistas… y dudo de si quitarlo de la bobina. Y cortos. Y sinopsis. Y más cortos. Y más guiones de largo. Como el bueno de A. Y muchas lágrimas, la verdad.

    Pero eh, lo que dice David: no sabría vivir sin esto, de todos modos.

  6. Comparto el comentario de David y de los otros colegas. He tenido la suerte de ver varios proyectos míos en pantalla (es verdad que es el verdadero éxito). Algunos guiones fueron literalmente a la gaveta, otros tantos fueron rechazados, un par de ellos premiados y etc, etc.
    Ya lo he contado en otro Post, lo importante es no desistir. Como David también he dado muchas clases y he sido analista por muchos años. Soy “medianamente” feliz en mi profesión, porque nunca se está totalmente satisfecho. Lo que sí me ha quedado muy claro es que no se puede ser guionista a tiempo completo. Por lo menos a mí, no se me ocurren ideas geniales todos los días. El guionista precisa parar, reposar o hacer otra cosa en cuanto arriba un nuevo proyecto. Esta es mi experiencia y tengo 25 años en la profesión. Por favor no hagan cuentas comencé a escribir con 12 años :-))))))))))))))

  7. Me identifiqué con cada línea. Siguiendo a Bloguionistas, tiendo a idealizar las posibilidades de los guionistas españoles frente a nuestra minúscula industrita argentina. Pero hoy caigo que la angustia existencial del guionista es la misma en Argentina, en España, en Estados Unidos o en Camboya, y lo que nos salva es saber que existen otros sienten y pasan por lo mismo que nosotros. Será que necesitamos formar un grupo tipo Alcohólicos Anónimos? Y no me digan que “Guionistas Anónimos” no hace el mejor de los sentidos en esta historia!

  8. “Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor, no coincide con la verdad de quienes reparten el oro” (Camilo José cela)

    Y a pesar de ello, escribir, sigue siendo un placer.
    “El escritor muchas veces es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo, ni donde está la meta y sin embargo, se le exige seguir corriendo, aunque no sepa hacia donde, ni por qué razón”. (Antonio Gala)

  9. A esta situación estructural que va ligada a la ¿profesión?, hay que sumar la situación coyuntural de los momentos difíciles que se están pasando, no sólo debido al tema de la crisis global (el TDT, la taquilla menguante, la irrupción de otros ocios, etc.). Nunca he sido pesimista, ni lo soy ahora. Simplemente constato que viene una época aún más difícil (pasará, claro), que indudablemente radicalizará estos estados especulativos, como la pregunta que se hace nuestro amigo.

  10. “La necesidad de comer no es excusa para la prostitución del arte” …
    Pero hay que comer Buñuel!
    Como es óbvio extrapolar argumentaciones hunde en terrenos pantanosos las interpretaciones.
    De cualquier manera, el sentido de la sobrevivencia va mucho más allá de las parábolas literarias donde las genialidades consagradas han conseguido triunfar.
    … lo importante es no desistir, pero sin caer en depresiones o volverse famélico por falta de comida
    ;-)

  11. Pingback: LISTA DE DESEOS PARA EL AÑO NUEVO « Bloguionistas

  12. Pingback: DE BLOGUIONISTAS: LISTA DE DESEOS PARA EL AÑO NUEVO | Ángela Armero en Hotel Kafka

  13. Yo tengo 30 años. Estudié una profesión, que no tiene nada que ver con la escritura de guión ni con el cine, y la estudié por vocación. Actualmente me da de comer, y aunque no gano mucho, tampoco paso apuros.

    En mi tiempo libre, escribo. Y me formo con cursos de guión y de cine. Y colaboro con amigos en proyectos cinematográficos con presupuesto cero, que salen adelante únicamente por la cabezonería y la ilusión que le ponemos. Por supuesto, no salen ni la mitad de los que nos gustaría, y los que lo hacen tienen un recorrido bastante corto, por el momento. Lo que hacemos se asemeja bastante a excavar un tunel con cucharillas de postre (imagen muy “Mortadeliana”, por cierto). Cuando contemplas los 10cm que has avanzado en el último año, te sientes satisfecho por el logro, a la par que frustrado por lo que podrías haber conseguido si tuvieras una tuneladora.

    Pues aun con ese panorama, mañana mismo mandaría mi trabajo actual al guano si tuviera la más mínima posibilidad de vivir de esto. Si alguno de nuestros proyectos viera la luz de verdad y tuviera repercusión. Si pudiera iniciar una carrera en el cine o la TV.

    ¿Cuándo es el momento de tirar la toalla? Pues yo pienso que cuando no tienes otra opción que dejar a un lado lo que te gusta (necesitas todo tu tiempo para trabajar en algo que evite que te mueras de hambre) o cuando te deja de gustar lo que haces. Quitando eso, ganes o no ganes dinero, yo creo que no hay que dejarlo nunca.

    Esto es solo mi (posiblemente demasiado idealista) opinión.

  14. Pingback: DUDO, LUEGO ESCRIBO (via Bloguionistas) « Aprendiendoaescribir's Weblog

Los comentarios están cerrados.

Descubre más desde Bloguionistas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo